Wednesday, December 23, 2009

¿Es la llegada a la región de la U de G el suceso mas importante en los últimos 50 años?


Parece que los tiempos se revuelven en un peregrinar cíclico, en una espiral que solo nos trae el mismo sentir y las mismas aflicciones. La ansiada independencia, el derecho a ser considerados personas, adultos, seres pensantes, es al final de cuentas la lucha a la que cada generación se ve enfrentada. Entonces, (a mediados de los ochentas), la universidad de Guadalajara con un proyecto que buscaba ampliar los enclaves para los grupos que se disputaban (y siguen disputando) el poder al interior de ella, trajo a la región norte de Jalisco la reproducción de los esquemas de violencia y los métodos de control político que imperaban en la Universidad de Guadalajara. En esos tiempos no había apertura, ni existía el dialogo. Herederos de los rescoldos tergiversados de los movimientos estudiantiles del 68, la lucha democrática para nuestra casa de estudios derivó en el establecimiento de un modelo de organización estudiantil fascista que bien representaba la misma dicotomía entre realidad y discurso que se respiraba en nuestra sociedad, la misma contradicción que al interior de la feg mantenían una postura desafiante ante los poderes gubernamentales pero al mismo tiempo vivían de las partidas presupuestales y los privilegios que les prodigaba el gobierno federal.

En Jalisco la universalidad de las demandas por democracia que estremecieron al mundo se reveló como un viento que solo ¨alevantó¨ las pasiones de una sociedad provinciana y caciquil. Al interior de las escuelas, nacidos al amparo de accionar político de la sociedad de su tiempo los mecanismos de control se revelaban igual de opresivos y de asfixiantes que la sociedad contra la que los estudiantes nos rebelamos.

Una preparatoria que no fuimos capaces de entender, aislados para el mundo, Colotlan se convirtió nuevamente en tierra de conquista.

Una institución que mantiene espacios laborales adjudicados como prebendas a cambio de la lealtad en el ajedrez de poder de la universidad, una preparatoria que trajo vientos de progreso y libertad para pensar pero controles para impedir que dicha libertad se volviera contra sus creadores, nada con lo que no estuviéramos familiarizados, sin embargo, en términos locales, el impacto de la preparatoria no ha sido como se hubiera previsto, como pocas cosas han prendido en el árido entorno económico y político de nuestra región, solo la migración y toda su secuela de lamentables circunstancias han transformado a nuestra sociedad. Es paradójico, que aun con la incapacidad para transformar materialmente el entorno económico y laboral tampoco hayamos tenido la capacidad para pensar y producir la comprensión de nuestra circunstancia para poder actuar eficientemente sobre ella, debido en gran parte a la inutilidad y disfuncionalidad de las instituciones educativas.

El problema central gira en torno a educación y economía, pero al menos la producción de unos cuantos buenos lideres pudiera ser el inicio de transformaciones positivas y verdaderas, por ello lo que mueve a los estudiantes para mejorar sus espacios educativos, fuera mejor si tuvieran condiciones para un verdadero ejercicio democrático, en el que los beneficios de este aprendizaje alcanzaran tarde que temprano a la sociedad en su conjunto.

Tuesday, December 22, 2009

Los suenos, suenos son...

Cuando por alguna razon, en este pais de norteamerica, la palabra "mexicanos" salta en algun tema de conversacion, la imagen es real; precisa, bien establecida, con contenidos incuestionables. Sin dejar lugar a dudas, las manos de los mexicanos son las que mueven la industria, las que trabajan limpiando, cocinando, las que hacen la mayor parte de la obra en la construccion, las que llevan el mayor peso de los servicios de jardineria, de los cultivos agricolas; en fin de los empleos rudos... sin beneficios. La imagen tiene una connotacion innegable de necesariedad, de indispensabilidad porque los mexicanos estan alli para permitir que los nativos de este pais puedan tener mas aspiraciones, mejores oportunidades, mejores trabajos, mayor independencia de las labores arduas y poco remuneradas. En este panorama laboral, el mexicano es la base en la piramide social.
El mexicano es el ser individual puesto contra la realidad de la migracion que lo rompe y lo crucifica todos los dias en aras de la sobrevivencia, es el ser individual que no ha podido poner en pie la suma de todos los individuos bajo reglas estipuladas y objetivos por alcanzar, es el individuo sin educacion, sin organizacion, sin institucion y por ende se encuentra escindido de su pasado y de su futuro. El presente se vive porque de el no se puede escapar, y se evade a la tierra que dejo atras. En fugaces momentos de recreacion encuentra refugio en la comida, el baile, la fiesta, la bebida, la musica pero sobre todo en la anoranza; por ello, no obstante los salarios de envidia contrastados contra la economia de nuestro pais, no logran hacer impacto alli en donde el cambio se convierte en instrumento de progreso y beneficio social. Los mexicanos de este lado somos golpeados por las circustancias que no hemos podido evitar, por la ignorancia, por el "no poder", por el olvido del otro "poder", por la incapacidad para trascender la costumbre, a la que hemos sido reducidos como la unica oportunidad para recuperar la identidad perdida en un mundo de extranos. Como mitigar la frustracion de no llevar las vidas en el sentido esperado y la incertidumbre que nos provoca el no saber?
Mexicanos organizados y capaces de crear impacto en sus comunidades y sus empresas son mexicanos de excepcion, por ello mientras que alla en donde se germina la semilla de quienes nos seguiran los pasos no se nos dote de educacion, seguiremos aplastados por la ignorancia viendo pasar un mundo de oportunidades que no podemos capitalizar.

Wednesday, December 16, 2009

Molino de Santa Isabel.


El Sr. Ramón Alejo quien naciera en el año de 1916, en este poblado de Colotlàn, y a la edad de 8 años trabajaba ya en el llamada “Molino de Santa Isabel”, su trabajo consistía en ayudar a meter leña para calentar las calderas del molino. En dicho molino se procesaba trigo y salvado para producir harina, buena parte de la materia prima era producida en la región y se almacenaba en tres bodegas con las que contaba el inmueble. Una vez beneficiada se vendía en el mercado local, y la mayor parte era enviada para su comercialización a la ciudad de Zacatecas.

Comenta Don Ramón Alejo que durante el tiempo en que el Molino funcionó normalmente, habìa un silbato que señalaba el inició de la jornada, la hora de descanso, el reinicio del trabajo y el fin de la jornada. Su sonido era tan fuerte que se alcanzaba a escuchar hasta el poblado de Santa Maria de los Ángeles.

En el año de 1916, trabajaban 16 operarios en un total de 4 máquinas, todos ellos bajo la supervisión del dueño de nombre Gerardo, persona que muriera algún tiempo después, pasando el molino a ser propiedad del Sr. Antonio Maldonado, quien continuó por un tiempo con la explotación de la empresa, hasta que dejo de funcionar como molino, y don Antonio Maldonado lo acondicionó para abastecer de luz eléctrica al pueblo, servicio que era proporcionado solo por una hora, de las 8 a las 9 de la noche.

Cuando la Comisión Federal de Electricidad llegó hasta el poblado, el Sr. Maldonado clausuró su servicio, y vendió la propiedad a un hermano suyo, quien desinstaló la maquinaria y la vendió por piezas en la ciudad de Guadalajara. Desde entonces el inmueble ha permanecido vacío, y su construcción se ha deteriorado gravemente, derrumbándose techos, generándose enormes fracturas en la estructura del edificio principal; la estructura de madera que constituía los pisos intermedios del molino, fue quemada en un acto cruel de vandalismo, así mismo las decenas de inscripciones y graffitis que adornan sus muros, son parte de esa actitud irresponsable de la gente hacia ese importante edificio histórico. En alguna ocasión algún gobierno municipal intento reconstruir el inmueble y darle otro uso, pero por distintas razones no fue posible concretar el proyecto.

Actualmente el inmueble y el predio en el que tambièn se encuentran las ruinas de una alberca y una cancha de basketball, pertenecen a la familia Haro.


JAS


Teresita Gaeta



Yo era conocida de Lupe Pérez, nosotras nos conocíamos desde siempre, éramos del Varal, Lupe se caso con Aurelio Huízar, hijo de don Aureliano Huízar y nieto de don Serafín, del mismo apellido. Ellos eran los patrones y mi gente eran los medieros. Ellos enseñaban el catecismo y nosotros acudíamos a donde vivía Lupe que era más poblado, y donde había más gente. Todavía quedan casas completas en el rancho, muchas ya se han caído sus techos. La casa de Don Aureliano era grande, cabían hasta tres familias, dos medieros y el vaquero. (Pedro Ávila era el vaquero, vive enfrente del tropezón). Don Aureliano estaba casado con doña Lupe Sánchez y sus hijos eran: Herminio, Aurelio, Abraham, Adalberto, Angelina y María. Yo conocí a la familia porque cuando Lupe se alivió de Pepito yo me fui a ayudarle. Aurelio su esposo tenía una talabartería en ese tiempo, con el trabajaban el Toto y un señor del Real. Despues se fueron a vivir a Rio Verde, san Luis Potosi. Alla murio Aurelio.

Don Aureliano, el papá de ellos, se dedicaba al campo, en la Toquilla, tenía su rancho y su vaquero, allí era donde iba a ver su rancho, las siembras y los animales. Doña Lupe Sánchez, era bajita un poquito gordita y blanca. Don Aureliano era alto, agüerado y de ojos verdes.

Herminio Huízar también tenía talabartería, allí por la Morelos, en la casa que después fue de don Genaro Robles, allí tenía casa y negocio. En aquella época eran pocas las talabarterías que había en Colotlán. Don Herminio se caso con doña Luz Villareal de Santa María y con ellos vivía doña Doña Rebeca Márquez, madre de ella, que era alta, trigueña y delgada.

Otra familia de la que guardo gratos recuerdos, fueron los Maldonado, los dueños del Molino de Santa Isabel y de los baños. Ellos eran la señora Elia Macias de Maldonado y su esposo Antonio Maldonado de Santa Cruz, ellos se fueron a vivir a México, a una colonia que se llama Paloma Negra. Sus hijos: Antonio, Nacho Marcelino, Felipe, Rosy y Verónica. Ellos siempre fueron muy buenos conmigo, tengo recuerdos muy bonitos.


Subí varias veces al molino, la planta de luz trabajaba dos horas, la luz era solo para el centro. En el molino se molía trigo, a mi ya no me toco verlo en función, era de madera sus pisos, su escalera y pasamanos. Era de 3 pisos. Abajo era en hueco hasta donde llegaba la escalera. Atrás del molino había un baño con su regadera grande en el año de 1956. Atrás del molino estaba la planta de la luz, allí trabajaba Daniel Meza. En seguida de la planta, estaba una pila grande que era la que hacía trabajar la máquina. Enseguida había una noria y había tubería para echar agua a los baños. Había una alberca, para que los muchachos después de hacer su servicio militar fueran a nadar. Allí se realizaban tardeadas, había como un salón grande con vista a la alberca y a la calle, y aquí había música y la gente iba a tardear.

En la plaza eran dos cuadros, primero era el kiosco, y era un cuadro nada mas para el jardín y el kiosco, enseguida era otro cuadro, donde los domingos daban la vuelta las muchachas que tenían un club, como orquídeas o violetas y eso era para la gente más distinguida y el tercero era para la gente que no pertenecía a nada. Cada quien tenia su lugar. Si uno se cruzaba de lado, no pasaba nada, pero se veía feo que uno se igualara con las demás personas. Uno siempre procuro tener su lugar. Como ahorita ya no hay diferencia ¡Verdad¡, antes si había diferencia, había mucha atención para los patrones y para eso, y ahora ya no. Nosotros veíamos que allí andaban las Sánchez, Mayorgas, Huertas, Macias, Ortegas y todo eso que eran las del cuadro del adentro. Afuera era todo el pueblo, donde había mas gente pobre que rica. Los de afuera eran los que teníamos las serpentinas, confeti, ramos y éramos muy felices en el último cuadro.

En aquella época el agua del río llegaba hasta el centro del pueblo por las acequias, pasaba por la Allende, a la Paseo y de allí a la Cuahutemoc y entraba al jardín. La gente tomaba agua de allí, entonces había puros pozos de lazo, esa agua no la utilizaban para lavar ropa, sino para regar plantas, árboles y chinar pisos. Los pisos se chinaban con un peine y una jerga, se chinaban unos ladrillos se recogía el agua y se cambiaba a otro lugar.


En 1943 conocí la hacienda de los Aldana, tenia tres años de edad. El año pasado regrese a verificar si era cierto, o si había soñado. Regresaba la distribución de las piezas, el patio, los accesos. Mi mamá se caso en segundas nupcias con un vaquero de los Aldana. Un día me llevo mi mamá a la hacienda y solo recordaba el río y la hacienda. Se me hizo muy bonita. Por el lado del Varal, esta la hacienda de la Purísima, que era de un señor de Aguascalientes. Actualmente es de don Rafael Haro, pero ya la dejo caer. El predio tiene un toril y un corredero. Una cerca alta con piedras planas, donde había herraderos, y a la que acudían las jóvenes de Colotlán. Frente a la casa esta la primera troca del señor Haro, en ruinas.

Doña Mary Ávila


Yo nací en el Plateado, mi papá se llamaba Lucas Ávila y mi mamá Quirina Gallegos fuimos doce de familia. Desde la edad de siete años fue de puro trabajar. Mi abuelo era dueño de Pacheco con mi tío Pedro que se mato en un rodeo, en el primer toro allí quedo. Ellos eran de allí de Pacheco, le vendieron primero la mitad del rancho a don Jesús Aldana, mi mamá todavía no se casaba cuando lo vendieron. Yo trabaje sesenta años con la señorita Lidia Martínez. Estaba chiquilla cuando la guerra cristera. Me acuerdo de cuando quemaron la tienda de don Agustín de Ávila, y otras muchas. Llego mi mamá con la mamá de don Herminio Sánchez, que anduvo de cristero y le dijo:

-Espérese que ya halla comercio. Había una niña de ella casi de mi edad, y nos fuimos con una bolsita a la esquina. Afuera de las tiendas quemadas estaban los alteros de dulces de galletas, azúcar y muchas cosas más. Nos llenaron nuestro rebozo de puros dulces y galletas y llegamos a la casa, y mi mamá nos dijo que traen allí

–Unos dulces y galletas que nos dio un señor allí en la tienda de don Agustín. Dijo mi mamá –No, no no, díganle que se cansaron y no pueden llegar con ellas. Las regresamos y nos dijo el señor échenlas allí y nos dieron un quinto a cada una.

Don Herminio Sánchez era compadre de mi papá, anduvo de vaquero con el en el rancho de las Tarjeas, allí duro mucho, un hermano mío nació allí. Me acuerdo yo como un sueño que llego don Herminio:

-Lucas, Lucas y Quirina me despachó Hermelinda con ustedes dos.

-Vamos a almorzar, le dijo mi mamá. Don Herminio contestó.

–No, gracias, yo ya desayune. -Vengo a que si tienen voluntad, para que nosotros bauticemos a su hijo, para que seamos sus compadres, porque quiere mi mujer que le pongan el nombre de su padre.

Se lo pusieron: Margarito y allá murió la criatura y allá se enterró, al poco tiempo.

Mi papa no se metió en la bola, el trabajaba con los animales, la gente decía que el se había metido de cristero, pero no era cierto, el nunca anduvo en eso.

Un día venimos con un tío, que vivía aquí, todavía era el dueño de todo aquí, y por la parte de atrás nos aventaban los muertos que habían matado en la tarde, los aventaban del mesón.


Don Pachito Fernández, tenía una fábrica de cerillos, yo trabaje allí ensamblando las cajas de cerillos. Era una fábrica mas o menos grande trabajaban 10 personas, entre ellas estaba don Federico Ortega, hermano de don José Ortega. Aquí donde vive Elías Raygoza, había una jabonera que daba hasta la calle Nicolás Bravo mi mamá me despachaba a comprar jabón, unos jabonzotes así grandotes. Había un taller de fideos. En la esquina con las Díaz, había un taller de pantalónes de mezclilla. Cuco Raygoza también tenía uno.

Cristero




Juan Ignacio González se llamaba mi padre, el era cristero. Nosotros vivíamos con mis abuelitos aquí en Colotlán y mi papá andaba en la bola. Después dio por traernos dondequiera, nos llevaba a Bolaños unos días, otros días a Chimaltitan, y así por otros ranchos. Andábamos mi mamá, mi hermana y yo. Yo no se para que hacia eso, si aquí teníamos a nuestros abuelitos que nos podían cuidar. Mi abuelito materno se llamaba Santiago Macias, el curtía vaquetas y mi abuelita, Margarita Collazo. Mi abuelo paterno, se llamaba Juan Ignacio González y era peón en los ranchos, mi abuelita Félix Bugarín.

En una ocasión mi papá nos llevo a un rancho, La Estancia de García, allí estuvimos unos días, y de allí nos llevaron a otro sitio, mi papá andaba con dos compañeros, don Felipe y don Herminio Sánchez. Yo tenía unos siete años de edad. Mi mamá llevaba una niña de quince días de nacida, Conchita. En ese rancho, abrió mi papá una troje grande donde había mucho tazole, entre ellos hicieron a un lado el tazole para abrir campo para dormir. Tendieron cobijas y nos acostamos a dormir, mi papá y los otros dos señores se fueron en la mañana quien sabe para donde. Ese mismo día se murió Conchita, y mi papá se tardo tres días en volver. Esos días comíamos galletas con sardinas. Mi mama lloraba y la niña se puso negra, negra. Cuando llego mi papa, le dije:

-Ándele papá que se murió la niña. Mi papa enredo a la niña en una cobija y la saco para afuera y la sepulto. –Nosotros no supimos donde. A mi hermana y a mi nos llevaron a la única casa que había mas cerca y allí nos encargaron. A media noche regresaron por nosotras. Ya nos venimos unos días con mis abuelitos y luego nos llevaron de nuevo.

Estuvimos unos días en Bolaños y otros en Chimaltitan. Después nos llevaron a Totatiche, vivíamos en la orilla del pueblo, allí rentaba mi papá. En una ocasión llegaron los soldados preguntando por los cristeros, ¿Quién les daba razón? Pues juntaron a muchas mujeres, entre ellas mi mamá y las encerraron en la cárcel. Yo como estaba chiquilla, me subía a unas ventanas y por allí me asomaba. A ellas les preguntaban que donde estaban sus maridos y ellas decían que estaban en Estados Unidos, o que no sabían. El jefe decía que todas las mujeres eran un atajo de mulas, que casualidad que no sabían donde estaban sus maridos.

La señora que nos cuidaba era una señora de nombre Maria, esposa de un cristero muy relacionada con mi papá. Un día la señora me dijo:

-Ándale hija llévale a tu mama estas gorditas. Me subí a los barandales y le gritaba a mi mama: –Mama, mama, venga. Si no aparecía, le hablaban las otras mujeres y yo le decía: -Mama que aquí le manda doña Maria.

Tres días estuvieron las mujeres allí, al segundo día que fui a llevarle las gorditas a mi mama, mando ella un recado en el que nos decía:

-voy a ver si me conceden un permiso, voy a echar la mentira de que una de mis niñas esta muy mala, a ver si me dejan salir. Pues si, así fue. El jefe de los soldados no quería dejarla salir. Y mi mamá de tanto rogarle, pues le decía, que una de nosotros estaba muy grave y luego sola, hasta que el finalmente acepto y le dijo
-Pues que la acompañe un soldado. Y mi mamá le dijo: -No, no necesito que me acompañe, aquí vivo. Usted sabe donde vivo. Entonces mi mamá se fue, recuerdo que era una tarde, y sin más ni más que agarraron los cartones con la poca ropa que seguro teníamos, y nos llevaron brincando bardas hasta la mera orilla. Mi mamá se deserto, como luego dicen. Y con ella, doña Ana María, mi hermana Ángela, y yo.

Nos fuimos caminando, mi mamá sabía donde estaba mi papá. Caminamos toda la noche, con hambre, sueño y sed. Mi mamá a veces cargaba a mi hermana, descansábamos un rato a media noche sin luz ni nada. Sabrá Dios a donde nos llevaría. Estaba empezando querer amanecer, cuando dice mi mamá:

- Hay doña Ana María, vamos descansando un rato, las niñas vienen dormidas y hambrientas. Llegamos a un rancho donde vivían unos señores ya grandes, que no tenía ni que comer. Nosotras queríamos caldo, acá en casa de mi abuelito no nos faltaba nada. En compañía de mi papá sufrimos mucho, y mi mamá sufrió también, mucho. Que queríamos caldo y que queríamos caldo. De donde nos daban caldo, más que puras galletas ya nos tenían aburridas. Mi mamá ya por asilenciarnos puso una olla de agua con sol y a mediodía, nos dio unas sopitas de tortilla mojadas en agua con sal. Porque hasta eso, los señores si tenían maíz, para poner nixtamal. De allí nos regresamos a Totatiche, otra vez. Pero en veces entraban los cristeros, se iban los cristeros y entraban los soldados. Mi papá siempre andaba con sus carrilleras y todo. Un día por hay como a las ocho de la mañana, salí yo a la calle, y estaban dos señoras platicando una de ellas llevaba su ollita de nixtamal e iba al molino. Y le dice la otra:

-¿A donde vas?

–Voy al molino.

Y le dice:- No vayas, regrésese, porque hay vienen los soldados, están allí en el cerro del Calvario. Me regrese a la casa y le dije a mi papá que estaba desayunando y le digo.

–Papá, dicen unas señores que vienen los soldados entrando en el cerro del Calvario. Mi papá agarro su carabina y se subió a una barda a asomarse a ver si veía la polvadera de los caballos.

Entonces le dice mi papá a mi mamá:

-Antonia ya nos fregaron, vienen entrando.

-No voy a dejar al Sr. Cura Magallanes. (el Sr. Cura Magallanes andaba con mi papá, nos conocía muy bien, porque iba a la casa.) -Yo no se que va a pasar, pero yo no voy a dejar al señor Cura.

Le decía mi mamá: -Pero, mira a tus hijas, están chiquitas. Y solo dijo mi papá antes de irse:
-A ver que Dios dice. Llegó mi papá al iglesia saco al Sr. Cura y se fueron por el camino rumbo al panteón. No caminaron mucho cuando, los vieron los soldados y comenzaron hacerles fuego. Mi papá llevaba mucho parque. Ya después que estuvo preso el Sr.Cura, le contaba a mi mamá que le había dicho:

-Vete, Juan huye ahora que puedes, ahora es tiempo, vete escóndete donde puedas..Mira que tu familia que esta muy chiquita. Mi papá le dijo:

-No Sr. Cura no lo dejo, nos vamos a morir los dos, pero yo no dejo. Mi papá no quiso dejar al Sr.Cura, y a mi papá lo mataron en un arroyo que se llama de las Sanguijuelas. Al Sr. Cura lo agarraron preso, y ya tenían preso al otro señor Cura, Caloca o Correa. A ese señor Cura casi no lo conocí. Pero los dos estaban presos. A mi mamá le daban permiso de platicar con los padres, y yo siempre estaba pegada con mi mamá. Ella le decía al Sr. Cura que por que no le había dicho a su marido que huyera. Y el padre Magallanes le dijo:

-Mira Antonia yo le decía a Juan vete huye, tu tienes tu familia chiquita, vete. El no quiso, no quiso y no quiso. El dijo que íbamos a morir los dos. Y así fue.

Cuando estábamos allí llego una muchacha muy jovencita, grande ella muy bonita, con su pelo largo, muy bonito y hablo con el jefe de allí:

-Sr. Que les hacen los padres déjenlos libres y se arrodillo ella, y le dijo el –de una forma los dejo libres, que me entregues a tu padre. La muchacha como iba a entregarles a su padre. Ella le dijo que no sabía donde estaba su padre, que hacia tiempo que las había abandonado. La muchacha le rogaba de rodillas, ellos no han hecho nada y el otro sabe que tanto le decía. Antes de que lo trasladaran para acá, pidieron permiso de que oficiara una misa en el kiosco, y si lo concedieron. En aquel entonces el jardín de Totatiche era todavía milpa, me acuerdo que nos sentábamos en los cañejotes, un montón de gente que fue a la misa. Al día siguiente se los trajeron a Colotlán y aquí en el auditorio los fusilaron. Al padre Caloca se lo llevaron al Teúl y el padre Magallanes aquí lo dejaron. Mi abuelito hizo una lapida donde mataron a mi papá, pero ya lo quitaron. El cuerpo de mi papá quedo en el Panteón de Totatiche.

Mi papá cuando nos traía de un lado para otro, sufriendo con hambre, sin comer más que galletas y sardinas, me acuerdo que una vez escuche a mi mamá llorando en un cuarto oscuro que se quejaba y decía.

–Dios, mejor quítame la vida que ya me canse de andar sufriendo con este hombre. A mi papá que en paz descanse, no le importamos para nada, el se fue y nos recogieron nuestros abuelitos por parte de mi mamá.

Me acuerdo que mi papá andaba con los señores Sánchez y a donde llegaban, les ponían mesa y allí se sentaban ellos, me platicaron que a ellos los atendían muy bien, y los demás allá lejos. Todos andaban en bola, y también esos señores dejaron a sus familias.

Después de que falleció mi papá, se aplaco un poco, duro como unos quince días que no llegaban nadie, ni los cristeros, ni los soldados, ni nadie venía. Y una vez que vinieron los cristeros, y hacían misa en el quiosco. Entonces entraron también los soldados y los cristeros y los agarraron aquí, algunos cristeros se afortinaron en la casa de mi tío Manuel, y mi tío Juan Macías(hijo de mi tío Manuel). Se metieron en San Nicolás, y allí andaba mi tío Juan que era del gobierno. Querían matar los cristeros a mi tío Manuel por causa de su hijo y mi mamá se metió y lo abrazo y le dijo:

-Sr. usted no lo va a matar, porque el no tiene culpa.

El Sr. levantó la pistola y lanzo un tiro al aire. Entonces mi mamá le dijo:

-Yo soy la viuda de Juan Ignacio que anduvo con ustedes, entonces el señor le empezó a preguntar cosas a mi mamá y finalmente aventó a mi tío y le dijo:
-llévate a este hombre antes de que me arrepienta. Por ese motivo no mataron a mi tío. Mi mamá se llevó a mi tío por delante a nuestra casa donde lo escondió junto con nosotras y mis tíos Luis y Manuel que también tenía escondidos allí y nos encerró con llave.

Mi tío Luis en esos días andaba haciendo un pozo para el excusado de los que se usaban antes, y aun señor que se llamaba el Tepame, andaba arriba en la azotea combatiendo contra los de san Nicolás, y lo hirieron, el señor como pudo se bajo y murió en la casa. Lo pusieron en un colchón y en las esquinas sus cuatro velitas, de las que vendía mi tío en su tienda. A ese Sr. Tepame lo metieron en el hoyo del baño, le pusieron poquita tierra y allí quedo. En el patio de donde vive doña Vicenta, mataron a un huicholito, chaparrito que le decían “El Molonco”. Que dizque era muy atrevido y se subía a la azotea a dispararles a los que estaban afortinados en San Nicolás, hasta que en una de esas le atinaron. Cuando los cristeros se fueron entraron los soldados, fue cuando dieron con el muerto y se lo llevaron arrastrando al panteón. En San Nicolás mataron a un vecino de nosotros, un señor Mauricio Rosales. Mi tío Manuel tenía una tienda, en un cuarto de la misma casa donde vendía: manteca, abarrote, fríjol, maíz, ciruela pasa.

Yo tenía quince años cuando me case con don Bartolo Ramos Arechiga, a él lo conocí en la serenata en la plaza. Cuando lo conocí era el secretario de la presidencia, allí duro muchos años. Ellos apellidaban Arechiga, aunque ninguno de ellos eran Arechiga, sino Acevedo, Ramos Acevedo, pero así se pusieron siempre porque el Arechiga era de alcurnia, en aquellos años el gobernador de Zacatecas, un Arechiga era pariente de mi suegro. Hasta mis hijos alcanzaron el Arechiga, hasta el más grande Bartolo, alcanzó el Ramos Arechiga. Ninguno otro. Mi esposo trabajaba siempre en la presidencia, y así le puso. Mi marido tenía un hermano que se llamaba Antonio Ramos Arechiga y era juez de letras, de aquí se fue para Tuxpan, allá se enfermó y cuando lo traían para acá murió en el camino. Era esposo de María Pacheco. Mi suegro también fue juez de letras. Yo tuve siete hijos, Gabriel era el mas grande, fue el quien escribió un historia de Colotlán, el era maestro de escuela, y falleció en Saint, allá falleció, tuvo un accidente.
TGM

Recuento

Ni el tiempo
vago e impreciso
ni las formulas
simples y concretas
ni las estrellas
ni la complicidad
perenne de la fiesta
los artifugios
las predicciones
el semblante
Ni la metafora
ni lo sonoro
ni el encanto
ni lo esoterico
ni lo mundano
lo carnal, lo bestial, lo de dios
y lo del diablo
los asuntos de este mundo
la dualidad de lo corporeo
los suenos siempre presentes
los augurios sin proposito
las dudas los vacios
las preguntas
los designios
las dudas
la soledad
los pedazos de carino
a los extranos amores
con entrega por capitulo
los desencuentros
las citas aplazadas
las lluvias
las tormentas
lo alto de las aguas
el sitios a los lugares
las murallas y ciudades
los libros, las palabras
las ventanas
las casas derribadas
el encono del recuerdo
la tragedia de estar cuerdo
los amigos, los enemigos
los toros desde el ruedo
las batallas
las ruinas olvidadas
los desiertos
los espejismos y los muertos
los siglos, los lustros
los receptaculos del tiempo
el resonar de las memorias
el humo de las historias
el azar, el animo, el aliento...

Monday, December 14, 2009

Solo unos cuantos versos

Al pensar en Colotlan
las palabras toman rumbo
con todos sus personajes
bien se atestigua este mundo
de algunos podemos citar
que el dinero se hizo redondo
para que pueda rodar
y al rodar traernos gozo

Nos consumimos por siglos
en las peleas por la tierra
y ahora ya no entendemos
ni siquiera que es la siembra
cuando hablamos del campo
son muy notorias las perdidas,

Cuando le escarbo al recuerdo
siento que no hay manera
que es muy profundo el aprieto
y que hace falta madera
que las nuevas generaciones
han perdido direccion
que no estamos mejor que antes
y no se ve solucion
que mejore de golpe la vida…
la vida de la region.

En llamas esta Colotlan
Como a Rulfo me gustaria
hacer relatos que hablaran
de esta la tierra mia
como alguna vez lo hiciera
el maestro Agustin Yanez
con estas tierras tan flacas
tan flacas por tantos males
recorriendo como peste
por estos mis andurriales

En mi imaginacion
cabe por entero mi pueblo
solo que cuando despierto
vuelvo a sentir que muero
y me pongo sentimental
porque no hay otra manera
de decirles que en el pecho
nunca muere el arraigo a la tierra
tan desprendidos que estamos
tan huerfanos y dejados
lejos de la mano de dios
y de los ‘’United’’ cercanos
por eso hicimos camino
con lo poco que tenemos
de este lado se vive
se vive con el recuerdo
mascullando todo el tiempo
y queriendo cosas buenas
e imaginando la tierra
que se nos quedo desierta
desierta de nuestros anhelos
para vivir en paz
de ver crecer a los hijos
verlos crecer con bondad…

Alguien por alli escribio
que a las quince mil llegamos
gran merito (sin duda)
y mas por que no cobramos
le robamos tiempo a la fabrica
a veces a la familia
yo se que no perjudica
y agradeceria una mano
y por si no participa
por favor un comentario

algunos se quejan
sin poder esclarecer
que los ricos y patrones
explotan sin ver a quien
siempre he tenido patrones
dondequiera que yo este
si al frente de mi negocio
o un empleo que me de de comer
y si mas yo no tuviera
bastaria con reflexionar
que tengo un patron en el cielo
y es la divinidad
yo creo que eso de los patrones
es un pretexto para no trabajar
dejar los resentimientos
es una forma de liberar
dejar hacer a la gente
cosas sin etiquetar
que si ricos… que si pobres…
todos ricos o pobres al final
nada de lo que poseamos
vamos a poder llevar
para que tantos afanes?
cuando falta la voluntad
la voluntad de ser mejores
mejores y nada mas.

Ahora a la distancia
las palabras siguen llegando
las noticias van de prisa
y nos provocan espanto
de susto en susto nos llevan
sin saber a que atenernos
pues es dificil saber
si nos gobiernan los cuerdos
entre la violencia y el hambre
la mala fe y las envidias
nos revolotean los cuervos
y es mas difil la vida
y es facil imaginar
porque nos hemos salido
todavia y un poco mas
y nos quedamos en cueros
sin embargo es mi esperanza
que la cosas cambien
para bien de lo que aun no han vivido.

Friday, December 11, 2009

Elogio de la Amada

Duermes,tu respiracion apenas quiere moverse,teme despertarte,la luna te vigila y las estrellas se confabulan para bañarte con su luz celestial,yo,aquí observando,buscando algún indicio que me diga que eres una mortal como yo,que eres parte de este mundo que se cae a pedazos,¡eres tan bella amor!,tu serenidad alimenta mi alma y la hace querer estar viva solo para abrazarte,solo para escuchar los te amo que tienes para mi,hay veces que me pareces tan irreal que tengo miedo de cerrar los ojos,miedo de quedarme dormido y al despertar darme cuenta que solo fuiste un anhelo,miedo a mirar el cielo y encontrarte tomada de la mano con las demás estrellas como antes de que decidieras bajar y hacerme el honor de conocerte,hacerme el honor de enamorarte de mi,y sobre todo,dejar que te ame de esta forma que parece de locos,de esta manera tan impulsiva y sin embargo tan inteligente y centrada, si pudieras escuchar los latidos que mi corazón te brinda y así enterarte un poquito de lo que quiero expresarte,de lo que intento dejar aquí entre el teclado y esta pantalla que de repente me mira como si fuera imposible expresarlo por medio de letras,me mira enternecida y entonces quiero voltearla para que te mire a ti y se de cuenta de lo que es la verdadera ternura,tu lo eres,esa ternura que me prepara el desayuno para que mi precario estilo de vida no sea tan precario,esa que me perdona todas las limitaciones que llevo en la espalda y que de vez en cuando te lastiman aunque sea lo ultimo que desean,esa ternura que me toma de la mano y me hace sentir tan vulnerable y al mismo tiempo tan invencible,eres la dueña de todas mis facetas,la señora de mis cambios de humor y de los ánimos que cada vez se animan mas,la arquitecta de un futuro que promete ser promisorio,tanto que vivir en una mansión o en la banca de un parque no tendría diferencia porque tu ya eres la diferencia,esa diferencia que hace que los días valgan tanto la pena,y las noches me asusten,porque temo dormir y al despertar darme cuenta de que tengo que mirar al cielo...para encontrarte.


Anónimo dijo...

A destiempo
y furibundo
errando...
como todo lo singular
y con espanto
me doy cuenta
que a estos dos tortolos
sin mando
les hace falta lo que la vida
te va dando y te va quitando
es increible que el tiempo
les de tan poco criterio
para ir desparramando
algo que huele a miel...
sin embargo no es ni miel ni es otra cosa
ni al caso
lo que estos enamorados tienen
es un severo retraso
la conjuncion de sus vidas a sido
algo que sale al paso
que papeles quedaran navegando en internet
y consideraciones del trazo
que loco en sus devaneos
se sumara sin esfuerzo a uno mas de los fracasos.


Micael arellano dijo...
El fracaso tiene tantas caras
como la verdad y la mentira
hay ocasiones,muy raras
en que el amor las retira
yo se bien que estoy expuesto
a sufrir en el intento
sin embargo yo le apuesto
a que es grande lo que siento
la vida con sus lecciones
llego y nos golpeo
con todoy ella con sus acciones
lo soluciono a su modo
nunca dijimmos que es miel
ni cometere el error
pero aunque fuera hiel
sigo gritando mi amor
y con todo y sus deseos
esperamos lo contrario
y aunque resultaron feos
agradezco el comentario

Anónimo dijo...

Un amor tan impensable
como el que nos acomete a diario
dia con dia dia se va contruyendo
y tambien deteriorando
lo veo pasar a mi lado
y aunque en casa alguien le espera
el alimento que tengo
me tiene con poco cuidado
una sonrisa aqui
otra ventana alla, sin embargo
los hay ojos que destellan rayos
y el embrujo es especial
como especiales los amos
que rigen a nuestras vidas
sin apenas sospecharlo
hay una carga maldita
que a todos nos atosiga
y en el encuentro, el que busca
se llena de trabucos la vida
yo no busco aunque encontrara
pero eso me facilita
tener abiertas ventanas
con solo una miradita
mi amigo dele cordura
y sensatez a su vuelo
que la escopeta le apunta
y lo puede traer al suelo
mi amigo yo no lo dudo
que le parezca perfecto
pero la divinidad es algo
que me causa nervio
si de algo yo supiera
y esto apenas lo entiendo
que hablando de amores
ha sido muy dura la cuesta
sin embargo me arrepiento
de no repetir experiencia.

Micael arellano dijo...


soy sensato le aseguro,
se que la vida es traviesa
y aunque ha resultado duro
lo compensa su belleza
se que usted no la conoce
asi que no puede ver
que en mi vida solo hay goce
aunque no quiera creer
sabemos que dia con dia
se tiene que ir cosechando
el amor y la alegria
si no se nos va acabando
las ventanas que mencionan
hirieron mi corazon
pero solo lo emocionan
lo lastiman sin razon
las puertas tambien existen
yo encontre la mas hermosa
y aunque hay miradas que insisten
son de ella mi rima y mi prosa
de nuevo le doy las gracias
por estar en esta entrada
esperando que estos dias
por fin encuentre a su amadale
reconozco el respeto
y su forma original
de escribir en este cuento
su poesia sin igual

Anónimo dijo...

No le culpo
no le envidio
la juventud es a veces
una causa de fastidio
como a momentos creer
que se tiene total dominio
del arte de la voluntad
y hasta del propio juicio
una cosa que nos lleva
(como la forzosa leva)
al borde del precipicio
y creemos que tocamos cielo
y somos el altisimo redivivo
en singular conjuncion
le ha tocado a usted en suerte
enraizarse sin remedio
y se aferra sin desprenderse
al ideal que no da nada
y que tan solo parece
un trabajo mas mental
(y mas cercano)
a lo que el cuerpo apetece
mi companera me dice
que no debo ser tan cruel
que debo darle cuartel
y dejarle navegar
si aguas calmas o bravas
las que pretende apurar
sin embargo y a despecho
quererlo darlo por hecho
es una barbaridad
me pone los pelos de punta
el trato con liviandad
de tan medular materia
tan manoseada que esta
por favor ya no pretendan
que creamos su fantasia
podrian incurrir en pecado
y tambien en felonia
dejen vivir a los mas
en error y en la mentira
con tanta telenovela
una mas ya es demasia
aunque esta tiene
tintes de mistico y poesia
sigue siendo bagatela
y si no no afirmaria
que el tiempo corre de prisa
que es un suspiro el amor
y otro suspiro la vida...


Micael arellano dijo...


De mi voluntad soy dueño
y del dominio tambien
yo se muy bien lo que sueño
y siempre me sale bien
ser joven no significa
el no saber decidir
pues tambien se sacrifica
para aprender a vivr
si cree que esto es un engaño
tendra señor sus razones
hay gente que hace daño
y rompe los corazones
si la vida es tan fugaz
como el amor y esas cosas
porque ser hombre mordaz
en estas letras y prosas
pues prefiero irme al infierno
por pecar y ser amado
que seguir aqui insistiendo
y volverme un amargado
de hecho no es mi intencion
engañar a las personas
yo escribo con pasion
y no por las feromonas
hagale caso a su dama
y no se enoje mi amigo
tomeselo con mas calma
yo se bien lo que le digo
gracias por comentar
aunque de nuevo fue feo
no es mi intencion molestar
buena noche le deseo.


Anónimo dijo...


Le agradezco, don Micael,
la decencia al contestar
versos me brotan
casi sin poderlo evitar
solo algunas precisiones
y es que mi vida
la vino a golpear
ha puesto sobre la mesa
uno de los temas
mas dificiles de tratar
amor para jesucristo?
o amor a la carnalidad?
a quien ha puesto en el nicho
para mejor adorar?
creo que a la mujer la invento
y para poder cortejar
no me detengo en palabras
para su resistencia diezmar
al final divinidad,
carnalidad?
quien nos podria asegurar
que su invencion tiene
mas de divina
que ella misma
de terrenal.
solo le pido un poco de mesura
que no de objetividad
si habla de cualquier tema
hagalo con responsabilidad
piense como alguien dijo
que a el su dama,
ni fu ni fa
es en este tenor
que me atrevo a preguntar
si la susodicha es tan perfecta
porque no se digna contestar
o es que solo contesta
los escritos para adular?
En fin mil disculpas de antemano
esta sera mi despedida
se la digo rimando
porque no queda otra salida
desde que esto empezo
mi mente no obedece
la brida y tengo que escribir en verso
por razon no conocida.

P.D.

Te has quedado sin dios
si se lee tu proclama
aunque la letra es pequena
sigue siendo clara

Te has quedado sin dios
pero has llenado la cama...

Asi empieza una letra
a la que si el tiempo
y el humor me lo permite
le pondre musica y la cantare para mi,
en estos espacio de vida circular
y pequena solo para recordar
que se puede amar y adorar
y ponerle una docena de clavos
a la cruz del deseo,
o una venda igual de pesada
a los maderos de cristo para no ver.
Amor, dios, sensualidad, adoracion,
hermosos temas no lo cree?

Micael arellano dijo...


no de las gracias amigo
esto es mejor de esta forma
si es respetuoso conmigo
yo lo tomo como norma
ademas de hermosos temas
suelen ser muy debatidos
pues las ideas de los demas
tambien tienen sus sentidos
sin embargo le menciono
que de dios y jesucristo
por su amor no me emociono
como usted ya lo habra visto
perdone si mis ideas
le resultan tenebrosas
se que unas parecen feas
y tambien escandalosas
pero en dios nunca he creido
y lo puse en mi perfil
aunque ya usted ha leido
procuro ser muy sutil
aqui tambien me despido
hay un entrada en mi mente
aunque tambien yo le pido
que el dia que quiera comen

Wednesday, December 9, 2009

Infraestructura turistica


Monday, December 7, 2009

Sr. Rafael Haro Márquez.







Mi padre nació en San Lorenzo, y se llamaba Juan francisco Haro, y mi madre Emilia Márquez, pariente de los Márquez de Tenasco, pero más de los del Refugio. En el Refugio estudie hasta el tercer año y fui compañero de escuela de Herminio Huízar Sánchez y algunos de sus hermanos, hijos ellos de don Aureliano. Nuestras familias se dedicaban a las labores del campo, tenían huertas. Allí en el Refugio vivió toda la familia hasta la revolución cristera que nos hizo venirnos a Colotlán. Salimos de allí por el año de 1927, en el mes de febrero, yo tenía catorce años, me toco conocer a Don Agustín Rivera, era un hombre listo y muy activo, tenía propiedades en el Carrizal, el quería que me fuera a estudiar el colegio en Guadalajara. Pero no había ninguna posibilidad en aquella época, nada más hasta allá se hacían tres días, de aquí a Zacatecas, de allí a Irapuato y de Irapuato a Guadalajara. Algunas otras personas también me animaban. Seguramente me veían posibilidades de destacar. Pocas personas eran las que se iban a estudiar.

Los capitales fuertes de aquella época eran: Agustín de Ávila, Pascual Rodríguez, Santiago Alejo, los Aldana, tenían mucho terreno, dueño de Santa Teresa y Pacheco.

Santiago Alejo (el grande), era un señor serio, decente, siempre bien trajeado, fue de los primeros que tuvo carro aquí en Colotlán, y don Pascual Rodríguez, al poquito don Agustín de Ávila. Santiago Alejo Campos ( el chico) era más liberal, más alegre, y nunca se caso, era más humilde, por allí por las huertas tenia mucho ascendiente entre la gente, lo veía comer allí en los agachados, que le decían. Se vestía con overol y huaraches, era buena persona y muy sencillo y era muy adorado allí por las mujeres. Era muy bien administrado y económico, no gastaba nada, su mismo carácter sencillo no le exigía gastar mucho. Cuando murió Santiago chico dicen que fue un mundo de gente a su sepelio, la gente lo quería mucho. A su madre no la conocí. Platicaba mucho con don Santiago Grande, que iba mucho al negocio de don Alberto Macías.

Don Pascual Rodríguez tenía muy buenos terrenos en el Carrizal, en aquella época no había bancos en Colotlán, la revolución los había destruido, hasta 1964, volvió haber banco. Mi papá y mi tío iban en aquel entonces a Aguascalientes, con ganado y aquí los comerciantes les prestaban el dinero, y allá ellos dejaban el dinero en las fábricas de Francia. De esa manera se movian las mercancias, sin necesidad de cargar efectivo.

Durante mucho tiempo comercialice en México huevo y gallina, y hacia lo mismo que mi papá y mi tío, los comerciantes me prestaban dinero aquí, y yo les daba letras o cheques cuando tuve cuenta en el banco. De esta forma me beneficiaba yo y se beneficiaban ellos. Yo no tenía que traer el dinero en el camión que llevaba la carga, y ellos no tenía que viajar con dinero en sus manos para traer mercancía. Viajaban solamente mercancías.Yo transportaba mis productos en camión, de huevo llevaba un camión cada semana, y de marzo a junio que había más producción de huevo, a veces hasta dos camiones por semana. De manteca dos camiones por semana, a veces un poquito más. Yo compraba la mayor parte del producto aquí y en toda la región. En ocasiones llegue a ir a el Teúl a por marranos, a Tepechitlán por huevos e incluso llegamos a traer marranos de Tepetongo y Huejúcar. Comencé a comprar un poco antes de 1940, “Nunca dije que no compraba y nunca dije que no vendía”. Relacionaba yo la oferta y la demanda del producto. Era buen negocio llevar el producto, yo tenía la información diaria del precio del huevo, una persona en Zacatecas, por dos centavos que valía la tarjeta postal en aquella época, me ponía los precios en la tarde y yo la recibía en la mañana. El precio del huevo oscilaba en aquel entonces entre los tres centavos, En ese tiempo el servicio postal mexicano estaba en los primeros lugares a nivel mundial. En la actualidad ni en ocho días puede ser que yo reciba una carta. La responsabilidad ha disminuido, ahorita no les da vergüenza que vaya uno a reclamarles. En una ocasión, no hace mucho fui a felicitarlos a los del servicio postal en México, porque recibí exactamente al mes una carta. Yo creo que las transportaban en burro, porque se tardaban un mes para entregar una carta. Yo recibo poca correspondencia, pero me da tristeza que en vez de que este mejor ahora el servicio esta peor. En aquella época yo llegue hacer una semana a Zacatecas; salí de aquí el lunes y llegue el sábado a Zacatecas, por el río que no dejaba pasar. Yo llegue a recibir telegramas de Torreón aquí, en ocho minutos, cosa que ahorita no, ni peligro.

Otras de las personas que comercializaban productos fuera de Colotlán, eran mi compadre don Trinidad del Real, que llevaba manteca a Zacatecas; Rodrigo Ortega, llevaba muchas carnitas a México. Entonces había mucha producción de maíz y se engordaban los puercos para consumir el maíz y de allí venía la manteca y las carnitas. Ahorita esta al revés la cosa, se trae todo de Zacatecas, Guadalajara, Aguascalientes, ya no hay producción ni de leche. Había muchas vacas para ordeñar en las casas. Todas las gentes tenían en sus casas gallinas, y había personas que juntaban el huevo por las casas y los ranchos, les decían “los hueretes” Yo llegue a recibir treinta y cinco cargas de Totatiche, una vez que se juntaron varios hueveros. Había muchos mesones, pero en el caso nuestro los arrieros llegaban a la casa de Paseo, el corral era muy grande y allá se quedaban, el huevo lo traían a la tienda.

Dejo de ser negocio la venta de manteca cuando nos retiramos de aquí, y comenzó a escasearse, fue en el año de 1975 que se dejo de comprar la manteca, el huevo lo empecé a comprar desde 1935, y la manteca en 1939.

De las primeras veces que les dijimos a los hueveros que les íbamos a pagar su producto con el precio de Zacatecas, no lo creyeron y entonces se fueron a vender y lo vendieron más barato y ya entonces si regresaron conmigo.

Esta finca se la compre a doña Delfina de Santiago, la viuda de don José Flores, un empresario prominente que murió hacia 1926 o 1927, el tenía fábrica de soda, fideo, y velas; era un hombre muy activo, tenía mucho movimiento y todas las fábricas la tenía aquí en la casa. A la muerte de don José se acabo todo el movimiento, la familia ya no continuó. Yo compre la casa en 1943, en principio me vine de inquilino al local, después me rentaron la casa y finalmente la compre. Toda esa gente emprendedora se acabo, nos vamos todos a lo más fácil, hay esta precisamente lo del molino, el molino cuando se construyo tenía la misma maquinaria que la de San Luis Potosí. Con la revolución se acabo ese negocio El papá de Toño Maldonado le hizo la lucha y le emprendió allí al molino a hacer harina, pero no pudo prosperar porque la harina no encontró la demanda necesaria. No pudo prosperar porque no le echaba mucha química, no la química que era necesario. Yo compre el molino por 1963 o 64. El edificio estaba en buen estado, sin maquinaria. Los muros siguen todavía bien. Nada más que tiene un gasto muy fuerte para restaurarlo. No hay quien pueda ponerlo de nuevo a trabajar, técnicamente es muy difícil, además no hay producción de trigo, en el Refugio había mucho trigo, desde aquí hasta a Santa María había trigo. No era suficiente todo ese trigo para mantener trabajando el molino, desde Canadá traían trigo y se molía aquí en este molino.

De los ricos del Porfiriato que conocí a Los Zulueta que eran socios del molino, el Sr. Juan Martínez y otro que no recuerdo. Don Agustín de Ávila comentaba que su papá vería con agrado lo que había conservado e incrementado el capital que le heredo. Yo si tuve mucho contacto con la familia de don Agustín. El tenía tienda, pero no le hacía mucho caso, la tenía nada más como entretención su fuerte era el rancho. Producía mucho ganado, a mi papá le llegó a vender mucho ganado. Mi papá por esas fechas que nos venimos a Colotlán, llevó una partida grande a Aguascalientes, en ella iba un ganado de con don Agustín, como una 60 reses. Yo tenía catorce años, Llegábamos al Refugio, de allí salíamos al Plateado y hasta Aguascalientes. Se llevaba uno el ganado a pie y tardaba como una semana en llevarlos. El ganado lo juntaban aquí en la región, en Cartagena, San Lorenzo, Momax, Los Reales, allí de todo eso y se vendía en Aguascalientes.

Primero se murió don Agustín y luego se vino el día que mataron aquí enfrente a don Paco Huízar Martínez y a don Segundo Ortega. Ese día mi mamá andaba en misa, yo tenía el cochecito enfrente de la parroquia, dormimos nosotros en la casa, y no nos dejo dormir el ruido. Don Paco Huízar fue uno de los que me decía que me fuera a estudiar, se veía que me apreciaba mucho era muy joven, posiblemente de mi edad, el se veía muy joven poquito alto, delgado, era muy buena persona. De cuestiones políticas nunca platicábamos, cuando en el año 27, llegue y me admitieron en la escuela donde es hoy la terminal, fue el quien me dio un libro para que lo leyera. Era un corredor largo, y allí estaban estudiando los de quinto, y el me dio un libro, lo estaba leyendo, y en una pasada que dio le dije, oiga este libro ya lo leí yo y me dijo: si. Ven para acá, y me puso a leerlo delante de los alumnos y se quedaron sorprendidos todos los alumnos, lo leí yo creo que bien (yo venía del rancho). Me hacían travesuras, algunos de ellos, alguna manchada de mis libretas, una vez precisamente nos vio Paco Huízar, cuando andaba yo persiguiendo a Aurelio Huízar, que le decían “el Rábano” y nos llevó a los dos a la inspección y nos preguntó que pasaba, y le dio su cachetadas a Aurelio y le dijo váyase, y yo me pregunte ¿A mi cuantas me tocan? Y me dijo –Usted váyase.

Yo tuve mucha amistad con Agustín y don Lupe Rivera y don Paco Huízar, ellos tres se juntaban mucho. Cuando fue presidente don Lupe, el vino a ofrecerse aquí conmigo. Esa familia siempre ha vivido en el Carrizal, yo creo que solo vivió aquí cuando fue presidente. Venía don Lupe a la tienda y hacía algunas compras, no nos visitábamos en nuestras casas, pero si teníamos amistad. Cuando llegamos aquí tuvimos que conseguir tierras para sembrar, lo que es ahora de Cuco Raygoza, en aquel entonces eran de Cuco Campos. Como termine yo aquí la labor, se viene más pronto para despuntarse, mi hermano y yo, y mi tío don Apolonio sembró en la Purísima, y me dijo: -No quieres ir ayudarle a Lencho a despuntar (un hijo de el) Nos llevábamos un caballo de la casa, y lo vieron los ejidatarios del Carrizal, que eran gobierno, en aquel entonces si veían un caballo que les sirviera, se lo llevaban. Andamos despuntando cuando llegó don Lupe y otra persona por el caballo, y nos preguntó que de quien éramos, ya le dijimos de quienes éramos y nos dijo el: -Ya no saquen el caballo, nosotros venimos por el, pero se los vamos a dejar. Y así le hicimos, ya después nos íbamos a pie. En aquel entonces los peones ganaban cuarenta centavos, mi tío nos dio a nosotros cincuenta centavos. Íbamos a pie, regresábamos, andábamos todo el día despuntando. En aquel entonces había muchas diferencias entre las gentes, pero también el precio de los productos era mucho más barato. El fríjol lo ofrecían a centavo el kilo, el maíz lo pagaban a tres centavos el kilo. En Mezquitic compre un torete en nueve pesos. Entonces los precios de los productos estaba peor que ahora.

Mi éxito se debe primeramente a Dios que me ha favorecido, yo me establecí en una tiendita donde ahora esta Elvira Frausto, es un local muy pequeño, me paraba en el centro y de allí alcanzaba todos los productos y hasta daba el cambio sin moverme. Como al año estaba haciendo balance y don Rubén Velasco, un curtidor que llegaba hacernos la visita, me viendo haciendo balance, y me pregunto ¿Cuánto quieres por el negocio? Yo le pedí setecientos pesos. Pero no me agarro se animo. Cuándo termine el balance me salieron mil cuatrocientos pesos. Si hubiera agarrado la palabra, allí habría terminado con el negocio, habría perdido el capital y la amistad. Los zapatos que se doblaban los vendía yo a aquí a seis pesos, que le decía “cosidos”, y los compraba a cuatro cincuenta, era zapato muy bueno de piel fina, alemana. Por cierto que tría nomás los que me encargaban fulanito, zutanito. El zapato especial para el campo así de tacón de hule, de buena baqueta y suela, los vendía yo en dos cincuenta.

En aquel entonces había muchos curtidores y zapateros. Del piteado me acuerdo, de un José que estaba aquí por el club de leones, y que fue presidente municipal, por allá por el 29. Me acuerdo que era talabartero y que me dio cuarenta centavos por un chiquigüite a la mitad de limones grandes. El piteado era en forma hilada, no como ahorita. Don Francisco del Real, también lo hacía, el tenía empleados. En aquel entonces era el caballo y el burro, el medio de transporte,.

Don Primitivo Huízar vivía por la calle Paseo, entre independencia y Juárez. Su papa, don Pilar Huízar vivía por la Guerrero. Rubén, un hermano de el era cartero y después se fue a Huejúcar como administrador de correos. María Levy era una de las hermanas. Pancho era profesor, se fue del aquel lado de Guadalajara, a Zacoalco de Torres, ellos eran protestantes. Había también otro profesor, ya no me acuerdo de su nombre, el se caso con una hija del papá Antonio Sánchez.

La Purísima la compre en 1947, don Aureliano Huízar era dueño de la Toquilla, don Alberto Huízar construyó allí una presa, que se reventó por que no le puso cimientos. Se desprendió el piso de piedra y se llevó la presa. Ya había como treinta familias que aprovechaban el agua, aún antes de terminarse. Pudo haber beneficiado a unas 300 familias una vez terminada. Me la ofreció don Pancho Aldana y se la compré.

Conocí a casi todos los Aldana a don Salvador, a don Eliseo, que fue mi compadre, le bautice un hijo, a don Tereso y a Jesús María. Como todas las familias se acabaron poco a poco. Parece que donde tuvieron mal rato fue que murió el papá de ellos, don Jesús y que no se repartieron pronto porque no querían darle a una hermana y se entretuvieron años peleando y mientras les llegó el reparto. Si se hubieran dividido pronto, no les habrían afectado. Así es el comentario de la gente. A don Agustín de Ávila si le afectaron en el rancho, “La Estancia” y el potrero de Lomas de la Cruz.






Rafael Haro Márquez, nació en el Refugio en 1912.

Sr. Enrique Garcia.







Hay una cosa muy conocida, las mujeres no tenían las mismas aventuras que los hombres, cuando la guerra no se daban cuenta bien de todo lo que pasaba, no salían, encerradas en su casa, desde don Porfirio Díaz, pura friega y friega.

A Agustín Rivera lo mataron en la presidencia, así como mataron también a los sacerdotes, él fue el que desbarato el panteón allá arriba en el Seguro para hacer la presidencia. Eran puras estatuas de cantera las que tenían los viejos aquellos ricos. En cuanto acabo la presidencia ahí lo mataron. De la familia Ortega, a don Ramiro Ortega, que fue comandante lo mataron allí en la esquina y a don Prisciliano Ortega lo mataron allá para el río. A don Segundo Ortega lo mataron allí debajo del árbol, en la plaza, a Don Alejandro Argüelles lo mataron en el Portal, al mero grande de los Aldanas, don Salvador, hermano de don Eliseo, de don Tereso y de don Ramiro, también lo mataron, allí donde estaba el arco oriente del mercado.


Del diez para acá, desde que estallo la revolución había cambiado el pueblo, todo el mal estuvo en esto: El general Herminio Sánchez, general de colegio, de estudio de carrera de salio general cuando la revolución de villa el gobierno le dio elementos para que viniera a combatir con villa y vino y se metió de villista contra el gobierno Entonces estaba el general de Santiago en el hotel Hidalgo y el era general villista.


En el lugar donde tiraron a los padres ahí también tiraron a don Agustín y ese día que lo mataron a don Paco y a don Segundo, el comandante don Luís Pinedo los vio salir de la presidencia y les gritó que no salieran. No hicieron caso y dijo Paco al pasar junto a las manchas de sangre:

-Mire que sangre tan negra ¿así la tendremos nosotros? Se fueron al árbol y allí los mataron a los dos.

El líder agrario Avelino Navarro dijo que habían sido ciento cuarenta ejidatarios. Fue por el año cincuenta cuando les entregaron los títulos a la mayoría de ellos. Para entonces ya no quedaba nadie, ya nomás unos pocos, todos se habían muerto.

Tocante a Huerta, el no era de aquí, era un huichol por ahí lo levantaron tirado y lo recogieron un general Donato Guerra, y lo registraron aquí nada mas para desgraciar a un pueblo, que no hubo otro mas nombrado en la revolución. Y todas las guerras nomás de Huerta se tratan, ni el general López era de aquí, era judío.


El dueño de la Hacienda de la Encarnación, invadió hasta San Nicolás donde están los linderos y de allí hasta Cerro Prieto y toda la gente que no quiso convivir con el se fue. El general López invadió la hacienda de Huacasco, y ahí le dijeron que se fuera para víboras que se acababa de morir un general que se llamaba Anacleto López, y que se pusiera el nombre de él. Ahí en cerro prieto tenía tres minas.


Don Herminio Sánchez estallando la cristiada lo mataron. En los primeros balazos lo mataron. De aquí de Colotlán salieron muchos generales, Victoriano Huerta, La Carra.

Trayendo la lista de 50 sacerdotes del municipio de Colotlán, no agarraron aquí a ni uno, los mártires no eran de aquí: Caloca era de allá del Teúl, Correa de Tepechitlán, Magallanes de Totatiche. En ranchos tan chiquitos de un solo apelativo como la Ciénega de Alejo había cinco sacerdotes: el padre Cortes hijo de don Diego Cortes que vive en Zacoalco,, el padre Navarro hijo de don Prudenciano Navarro, de allí mismo, el padre Montano de ahí de la Ciénega, el padre Pérez hijo don Pánfilo Pérez y el padre Félix. Cinco sacerdotes de ahí de ese rancho, de esos cincuenta veinticinco eran del Refugio, porque allí había delegación, en vez de registrar familia en Momax, los registraban en el Refugio. Los otros quince sacerdotes eran hijos de ricos de Colotlán En el Capulín y todo esa parte de Colotlán, allí estaban los meros protestantes, por allí por esos rumbos no producían ni un solo sacerdote.

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Los señores ricos tenían dinero para meterles a los cristeros. Los cristeros quemaban las escuelas y mataban a los maestros.. Antonio Aguilar estaba aquí educándose porque había escuelas. Mataron a la maestra Curiel por ahí por el 28 en las canoas. Al líder agrario Avelino Navarro a fin de que lo mataran andaban mas de 50 detrás de él. Y no sabe nadie nada, en otra parte usted sabe bien no tiene peligro de decir verdad. Cuando mataron a don Segundo Ortega, así estaba el bolón de gente por dondequiera, estaba oscureciendo y nadie los conocía, ¿No los conocerían? A todos. Pero que iban a decir. ¿Usted cree que no los iban a conocer? Si hasta de muertos. Se iban muriendo y decían

-Ese andaba y ese era.

Unos levantan su historia a su modo a su ideal, otros levantan otra igual. La división del pueblo ha sido muy grande. Los que mataron a Avelino todavía viven, estaban muy nuevos por ahí andan y ni quien diga nada. Ahí en la mesa del parían en Momax el jefe López mando juntar trece familias con todo y criaturas,, los del gobierno y les dio certificados para que fueran a sembrar, y se fueron a sembrar y no se dio cuenta el viejo. El señor de Santiago se voltio y mato a toda su gente don Herminio igual, causaron muchas victimas, ellos mismos y de aquí de su pueblo y su misma gente hay para abajo dondequiera encontraban gente que era villista y los mataban a todos. Una vez subieron unos villistas a llevar maíz de la hacienda de Guadalupe y en la subida los esperaron y no dejaron ni uno les quitaron todo el maíz y allí quedo el tiradero. Al otro día le dijo un señor que venia a ver a sus hijos que estaban de villistas en Santa Teresa y el hombre ese vino a buscar a sus hijos y le dijo el compadre, que no los buscara porque eran villistas .

-Ya llegó la orden del general Santiago que todo el que huela a villista lo maten.

Toda la gente que moría no la enterraban, se la llevaban a tirar al río, y algunos se quedaban en las casas y los metían en donde hacían el servicio. Las tilicas, las Espinozas del hotel, ahí se agregaban los señores grandes y ahí criaron a un carajal de muchachos, y ellas sabían quienes eran sus tatas, como Fernando, la nanota, Amozorrutia, o Raúl Débora, Mucha gente crió criaturas ajenas. Primero la epidemia y luego dos guerras. Hubo tanta sangre aquí que no se imagina. Los cristeros no tenían hambre porque los estaban sosteniendo. Los cristeros peleando contra el gobierno y que culpa tenia los profesores porque pertenecían al gobierno. Los papas de Andrés Torres quedaron pobres. Lo metieron todo para librar a sus hijos padres y hijas profesoras. En Acaponeta se libraron y al profesor se escondió allí y se escapó.

Wednesday, December 2, 2009

Don Rodolfo Avila


Cuando yo me crié estaba muy difícil la vida, tenía once años de edad cuando comenzó la revolución cristera y fue el presidente Plutarco Elías Calles el que armo todo ese alboroto. En el año de 1928, el mismo Calles dio la orden de que se reconcentrara la gente de los ranchos en los pueblos para que no le dieran comida a los cristeros; algunas gentes se fueron para Jerez, las de centavos, como don Pancho Mayorga, se fueron a Aguascalientes y algunos del Refugio se fueron a Jerez, o se reconcentraron aquí en Colotlán. Para el 29 de abril de ese año todavía estábamos en el rancho. Mucha gente tuvo que agarrar partido, o los cristeros o los agraristas, y muchos del Saucillo se fueron con los agraristas, nada menos cuatro hermanos de mi madre y dos hermanos de mi papá: mi tío Benjamín y mi tío Adolfo, de apellidos Ávila Pinedo. Y bueno también agarraron unas parcelitas, cuando se vino el reparto.

Mi madre me platicaba que mi abuelito por parte de ella venia de San José de los Márquez y que era Ávila Mayorga, primo hermano de don Luís, el papa de Ramón Mayorga, Mi abuelo murió en 1926 si lo conocí; a mis abuelos maternos no los conocí, murieron en la epidemia del 16. Yo nací en el 18.

Claro que conocí a Agustín Rivera, era un ranchero con poca escuela pero de cabeza, lo que supe no me consta. El difunto Paco Huízar era director de las escuelas del estado. A él si lo conocí muy bien, es más, era pariente de un cuñado mío. No sé que se llamarían, el cuñado mío era hermano de Primitivo Huízar, se llamaba Levi Huízar, era su hermano. Fueron muy amigos Paco Huízar y Agustín Rivera. Yo no sé las dificultades, pero el caso es que se dividieron y esa división le costó la vida a Rivera y también a Paco. A Rivera lo mataron subiendo al juzgado y fue un policía, se llamaba Trinidad, le decían mano negra, era un peladillo alto y delgado. Lo mato a puñaladas, con un puñal lo mató. No se Rivera que haría, pero corrió de aquí y de Zacatecas se lo trajeron, entonces lo metieron a la cárcel y lo sacaron a declaración al juzgado, y cuando iba subiendo fue que lo asesinaron. Estaba planeada la cosa, aquellas gentes se vengaron de todas las que les hizo Rivera. Estaban también detenidos, un individuo que se llamaba Pedro Rivera que le decían Pedro rata, del Carrizal y uno del Teúl que se apellidaba Murillo, muy peligrosos los dos. Ambos estaban presos cuando mataron a Agustín Rivera. Cuando estos salieron de la cárcel, se fueron para el cerro y se juntaron con los del Carrizal y entrellos planearon venir a matar a Paco, dizque no iban a matar a don Segundo nomás a Paco y a don Pancho Mayorga, pero que don Segundo cuando le pegaron a Paco quiso meter mano a la pistola, y también le toco, así platican. Estaba planeado, aquí había ejército al mando de un teniente coronel, por la Hidalgo estaba la comandancia, pero a la hora de los balazos, ni un solo soldado se arrimo.

A mi me gusto desde siempre la política, desde los quince años participe en ella. Se vino la política cuando sacaron a Agustín Rivera. Nos toco ir a Totatiche nos agarraron a pedradas. Unos plebiscitos muy feos. Fui presidente de la unión de ejidos de aquí. El primero fue Pancho Gándara, después Martín Pérez, de mi rancho, y le sucedió Nicolás Martínez de Santiago y luego Manuel Vega. Manuel Vega me entregó a mí. Tenía una parcela la vendí. Estaba en el Saucillo, ejido el Saucillo y Boquilla de Pérez mi parcela estaba cerca de la propiedad lindando con don Pancho Mayorga, era un potrero de un Urbano Rodríguez a don Pancho Mayorga no se le quito nada. A don Urbano lo mataron en la cristeada, quedo en la batalla de Cartagena y se lo comieron los animales, la esposa, se llamaba Simona, no sabia leer nada, don Pancho le llevaba la botellita de cacao y astutamente le quitó el potrero que llegaba hasta el Huizachal, la media luna y allí se afectó, lo mismo que en el Varal pero de ese no hubo nada. En ese tiempo tenía yo catorce años, cuando afectaron allí. A ese señor nomás lo asustaron que lo iban a meter a la cárcel, y dejó. No se pudo recuperar.

Yo me escapé el 77 de que me mataran en el restaurante que esta en la esquina al parejo de la zapatería, cuando estaba Ramón de presidente. Me entendí de regidor con aguas y caminos. Ramón cuando yo entré me dijo así: vamos ha hacer las cosas derechas, si una persona pobre tiene la razón se la das, si una persona rica tiene la razón se la das y te encargo que tu también hagas lo mismo. Me mando a Tulimic a arreglar un camino, me mandó el oficio y el ingeniero que iba en una camionetita, te llevas un hilo y mides el anchor del camino y le das la razón a quien la tenga, y no fue así, Ramón se portó mal, me fui yo y el señor afectado, una persona de ahí de Tulimic y llegando al sitio me dijo:

-Venga yo di esto para el camino, un tramo como de... oiga no será suficiente pal camino.

-Si como no, le dije : -es muy amplio.

El pleito era con unos cieguitos de por allá, y apenas nos vieron echando medidas en el terrero en cuestión, rapidito se vinieron los cieguitos para Colotlán, muy delante de nosotros, hasta la presidencia, y no se que hablaron con el presidente. Así que cuando llegué yo a la presidencia y pregunte a la secretaria por don Ramón, ya para entonces había quitado de secretario al licenciado Gómez Quezada, y metió a la hija en su lugar. Fue precisamente a ella que le pregunte:

- ¿Oiga su Papa?

Y me dijo: -pos se fue pal rancho.

-Traía un asunto con él, pero no está le dije yo. - hay lo veré después.

Me salí yo de la presidencia y me encuentro a los cieguitos muy contentos, me dijo uno:
-Vengase a tomar un refresquito, y nos fuimos a ese restaurante que le digo y entonces tenia yo la silla para el lado de la puerta, dándole la espalda entonces estaba un cieguito a un costado y le habló a un amigo.

-Oye fulano vente a tomar una con nosotros. Estábamos tomando cerveza. El amigo se sentó con nosotros y le sirvieron su bebida. Estando así en la platica, con el rabo del ojo vi el amigo que invito el cieguito, saco una pistola, una 25, y sin pensarlo le agarré las manos, unas canillonas que tenía y me soltó el revolver, y me lo llevé pal rancho, y se lo enseñe a Martín, él era el comisariado y le dije:

-Esto y esto pasó,

El dijo: -ya nos traen, ahí conmigo se mete diario conmigo la huella de uno con tenis y dejaron la caja vacía de cigarros fiesta, fue por causa del terreno del varal. Entre los mismos compañeros hay quien lo traicione a uno.

Un día tuvimos una discusión ahí en la presidencia con don Rafael Haro y Pablo Herrera, nomás que el ingeniero que estaba en la promotoria nos ayudó, pero uno de los compañeros de nosotros estaba de acuerdo con Juan Pablo. En esa reunión averiguamos, discutimos acaloradamente y nos disgustamos. Total que dijimos:

-Mejor vámonos pal rancho, éramos: Blas, Martín, Isauro Camacho, que ya murió Manuel y yo, cinco en total. Y nos fuimos a agarrar el camión ahí en la terminal y Manuel y la señora los vi que iban pal lado de con los gueros, y les dijimos que no se van, y ellos que si que horita, que horita. Esperamos el camión que llegara y nos fuimos, cuando llegamos al rancho ya estaba Manuel allá. Le dijo Martín, que es su compadre:

-Quihubo compadre, ¿Cómo que nos ganó?

-Si respondió, me trajo Juan Pablo. Nos acabábamos de pelear con él. Fíjese como andarán las cosas.

Cuando fui presidente de la Unión de Ejidos, me tocó ir a México al Departamento Agrario, en ese tiempo tuve mucha relación con Avelino Navarro, fue buena persona conmigo, fuimos buenos amigos, pero se metió a lo gordo y ya ve lo que paso. Por él está la casilla que está en el Saucillo, él me ayudó a gestionarla. Avelino se puso mal con los señores Ortega, con Rafael Haro, entonces le echan al general López en el periódico diciendo que es un bandido. Ellos planearon todo, yo me di cuenta.

Todo se arreglo en una comida. Yo Tenía amistad con mucha gente, con todos ellos y una vez que vine yo del rancho y pase por ahí donde esta el club de Leones, y allí estaban Samuel Márquez y el difunto Rufino Murillo cargando cosas en una camioneta, y justo que me habla uno de ellos:

-Oiga Rodolfo venga para acá. -Nos hace el favor de ayudarles a estos muchachos a echar unas sillas, el general López ya estaba por allí por la Hidalgo, y me presento con el general:

-Uno de mis compañeros, de mis amigos, y ya me fui a cargar las sillas en la camioneta. La comida fue en San Pascual. Creo que en esa comida se pusieron de acuerdo. Después supe que habían matado a Avelino. Lo balacearon al otro lado del río y se lo llevaron a Zacatecas malherido. La señora Esperanza, dizque platica que estando ya convaleciente Avelino en el hospital, llegó un amigo y pregunto:

- ¿Cómo esta don Avelino?

-Pos ya esta mejorcito, le contestaron.

Y que de poquito llega un doctor y dice:

-No está muy bien hay que ponerle una inyección.

-No yo me siento bien, dijo Avelino.

-No, no. ¿Cómo? Y le puso la inyección.

Se murió al poco rato.



De la gentes que conozco Fabio Ruiz se portó muy bien no tuvo rencillas, bonita la amistad. Unos llegan al poder y ahí se va la vida, por experiencia, he platicado con muchos amigos allá en la liga. Yo tengo amistad con el presidente del partido Con Ramiro ¿pregúntele? Ahorita el presidente del partido es este Guerrero un muchacho Moreno.

Gente que se portaron bien: don Fabio Ruiz, Don Felipe Macias, Don José Ortega fue presidente y no se portó muy bien, Don Secundino Márquez se portó muy bien. Me platicó Cuco Raygoza que don Secundino estuvo tres veces de presidente. Dice Cuco que don Pascual tenia una casa por la independencia, ahí vivía Don secundino, que cuando salió de presidente de poquito vendió un buey para venir a pagar la renta. .

Tuesday, December 1, 2009

Alfredo Sánchez







Yo nací en el año de 1925, mi padre fue Antonio Sánchez Macias, comerciante y ganadero, dueño del rancho “San Bartolo”; desde que tuve conciencia en mi casa constantemente se hablaba de la repartición de tierras, que estaban afectando este rancho o aquel. El rancho de mi papá también era grande, pero mi papá desde que lo compro hizo divisiones para cada uno de sus hijos. Los problemas fuertes fueron antes de la Cristeada, cuando estaba reciente el agrarismo. Ya después la gente estaba más calmada y resignada a aceptar el reparto de tierra. Agarraban las cosas con más tranquilidad. A la hora de repartir el rancho fulano, ya nomás llorar y ya. Entiendo que la guerra cristera fue completamente diferente a la cuestión agraria, el presidente Calles quiso cerrar los templos y se echo la gente encima.


Recuerdo que el colegio donde estudie se llamaba Basilio Terán, era muy bonito, tenía unos baños en el segundo patio muy arreglados. Había muchos grupos, las maestras no eran profesionistas, pero muy buenas todas, la señorita Herlinda Sánchez, Carmen Huízar, Aurora, que fue directora muchos años hasta que llego la señorita Nicolasa Ramos, ella era profesionista también de Colotlán, de los Ramos Arechiga. Cointa Ramos Arechiga, casada con don Manuel Sánchez Caballero, ella era maestra. (Pachita) Bonifacia Campa, Hermelinda Huízar, todas eran muy listas. Las Huízar todas estaban relacionadas con los agraristas. Paco muy jovencito fue inspector de escuelas. Diego y Paco Huízar eran hermanos. La familia de Paco Huízar vivía en Guadalajara, don Inés Huízar, el papá de ellos, vivía en Colotlán era el único que vivía acá. Todos los de esa familia fueron profesores, José de Jesús, Inés, Diego, ellos eran los maestros que nos educaron. Tenían también un hermano en la Barca, Guadalupe. De Paco no tengo muchos recuerdos, se casaron muy jóvenes él y Carmelita Ortega. Tendrían dos o tres años de casados cuando lo mataron, lo mataron junto con un tío de nosotros, don Segundo Ortega, primo hermano de mi mamá. Hermano de Cuculelo Ortega y de Antonio Ortega que vivía en Zacatecas.

Entonces Colotlán se distinguía por las familias que existían allí, pero la mayoría salió fuera. La juventud se destacaba por practicar deportes, se formaban equipos de básquetbol, también los bailes eran de mucha resonancia, así como la elección de reinas, con mucha suntuosidad. Las damas iban de traje largo y los hombres de traje negro. En el pueblo se formaron dos equipos rivales los Tigres y las Águilas, competían con entereza entre ellos, pero también con caballerosidad. Mi hermano Adulfo jugaba en el equipo de las Águilas y creo que también, Carlos Bracho, el actor, quien vivió varios años entre nosotros.

Nos fuimos toda la familia de Colotlán a vivir a Guadalajara en el año 1942, yo tenía 19 años de edad y deje de venir durante 27 años, regrese hasta las bodas de oro de Ramón Ruiz y Rosita Ortega, ya para ese entonces, Colotlán era muy distinto. Mi generación se desperdigo toda, la mayoría salieron muy jóvenes de Colotlán: Manuel Valdez, Jesús de León “La charrita”, Juan Macias, José Ruvalcaba, Felipe Torres y Víctor Torres. Ramosuris, Ramón Ruiz, era de la generación de Agustinillo de Avila.




Mi cuñado Faustino era de Colotlán, y fue presidente municipal, cuando tendría unos 25 años de edad, yo era mucho mas chico que él. Me llevaría unos diez años de edad. Faustino y mi hermana se casaron por allí por el año de 1946, ellos se conocieron en Colotlán y en Guadalajara se hicieron novios, ellos tuvieron 3 hijos. El padrino de Faustino Hernández era Gil Preciado y el de Adalberto Ortega, era el general La Carra. Faustino Hernández se caso con mi hermana por allí por 1946, fue diputado en el tiempo de Gil Preciado. Era de su gente de confianza. Cuando Gil Preciado empezó su campaña política para gobernador y fue a Colotlán, Faustino lo recibió con un discurso muy florido y un evento muy bien organizado, el pertenecía al grupo del Carrizal, ya después anduvo con Gil preciado por dondequiera. En la campaña de la fiesta aftosa, Faustino era ya de su gente de confianza. Faustino Hernández murió en 1980, siempre trabajo en el gobierno

En el grupo del Carrizal había un Secundino Márquez que fue por varios años el líder agrario, junto con Rafail Raygoza y don Pascual Rodríguez, comerciante rico, que ya muy grande se caso con Elena Ruiz (hija de don Blas Ruiz), ellos dominaron al pueblo, hasta que Adalberto Ortega se lanzo como diputado y termino con su supremacía, en ese tiempo puso a mi papá como presidente y conformó su grupo político, don Filiberto Mayorga (comerciante), fue parte del mismo, era muy amigo de mi papá, él era dueño de la tienda de la esquina del portal, ellos le vendieron a Ramonsuris.


Don Eliseo Navarro, fue también de los del Carrizal, era un señor alto, un poco obeso, y muy respetable. Pero él era completamente diferente de los otros. Congeniaba con la gente del pueblo, era muy amigo de Don Fernando Ortega, administrado de la hacienda de Huacasco y padre de los Ortega: José, Fernando, Rodrigo y Armando. El Carrizal era un triste rancho ubicado en lo alto del cerro de san Nicolás, pero por un tiempo tuvieron mucha ingerencia en el pueblo. Fue muy sonado un asalto que hicieron al poblado en 1933, cuando mataron a Paco Huízar. Él era de los que llevaba el mando en la política del municipio, no se supo de bien a bien como fue, pero una noche llegaron todos los del Carrizal y tomaron el pueblo a balazos y mataron a Paco y don Segundo Ortega, junto al kiosco. La intención era matar a Paco, pero también le toco a don Segundo. Don Carlos de León salió a darles pelea sin saber lo que pasaba de bien a bien. El se enfrento a los del Carrizal. Después de esa muerte los del Carrizal se posesionaron del pueblo. La gente no los aceptaba de buen grado. Se daba el caso de que en un periodo de gobierno, uno de ellos era el comandante de la policía y otro el presidente, y al siguiente el que había sido comandante, se convertía en presidente. Eran gente sin cultura, mal escribían su nombre.

Adalberto Ortega llegó a Capitán del ejercito mexicano, y después se postulo como candidato a diputado por el distrito de Colotlán, una vez en campaña dijo que lo primero que iba a hacer en funciones, era borrar a los del Carrizal, toda la gente voto por él. El General La Carra fue el que hizo fuerte a Adalberto, La Carra fue un general de la revolución, de los grandes, muy amigo del presidente de la republica, con un poder tremendo. El general Manuel Ávila Camacho apadrino el matrimonio de una de sus hijas: Elena Ortega, se llamaba ella, igual que su madre. Su esposo era el Che Méndez, hijo adoptivo del general Ávila Camacho. Adalberto y don Fernando Ortega eran hermanos.

El capitán Adalberto Ortega murió hace unos ocho años, el estuvo muy ligado a la Asociación de Charros de Jalisco. Benjamín Ortega fue otro de los que se formaron con el apoyo de Lacarra, pero él si llego a general, primo hermano mío, aquí en Guadalajara viven sus hijos. El estudio en el colegio militar, junto con Herminio Sánchez hijo y Eli Pinedo, que llego a Capitán. Herminio Sánchez llego a Coronel, falleció del corazón, de aproximadamente unos cincuenta años. Guadalupe Olguín también llego a general, se formo en el colegio militar. Guadalupe, Adalberto y Benjamín se fueron los tres juntos a hacer trámites al colegio militar. Anduvieron como dos años haciendo su servicio en el ejército, antes de ser admitidos en el colegio militar. A Benjamín y a Herminio, les toco estar en el ejército del general La Carra. Ellos fueron muy apreciados del general. Les toco combatir contra el General Saturnino Cedillo, Benjamín lo traía el general José La Carra Rico a un lado, porque era muy bueno para la trompeta. El general La Carra es muy recordado porque era muy aguerrido y bastante duro. Conoció a Elena y se caso con ella. La Carra quería mucho a su cuñado Fernando, yo llegue a conocer a Pepe uno de los hijos del general. El Che Méndez era un gran caballista, ingeniero y militar. En esa época destaco mucho México en caballería, el general Mariles gano premios. La Carra fue muy amigo de Ávila Camacho, murió muy joven. Yo la vi a Elena su esposa en Colotlán, cuando murió Rodrigo Ortega.

Entre los amigos que fueron de mi papá también se contaba Santiago Alejo grande y el hijo estimaba mucho también a mi papá. Santiago hijo llevaba una vida de trabajador cualquier, a pesar de tener mucho dinero, el vestía de pantalón de perchera. Su papá vestía elegante. El hijo se relacionaba con los empelados y se vestía como ellos.

Flavio Alejo era de mi edad, el fue compañero mío. Era serio, no le gustaban los borlotes. El se caso con Conchita Lozano, hija de don Demetrio Lozano, uno de los ricos del pueblo. Tenia buena tienda, al morir él, a la viuda la engañaron y le robaron el dinero. Flavio llevaba una vida bastante dura, su papa no le saltaba dinero, y cuando murió su padre se dio la gran vida, anduvo por todos lados, hasta en Cuba, se compro buenos carros. Se junto con un medio hermano que era artista, cantaba por radio y tenia muchos contactos con los artistas y {el lo introdujo en el ambiente, y para pronto se acabo el dinero. Se codeo con las estrellas de la época. Don Felipe Muro, le compro muchas finca, el estaba al pendiente de cuando ocupaba dinero para proveerlo. La hermana de Felipe doña Lola Muro era millonaria, su esposo puso una carnicería que llego a ser muy importante, la Apache Packing Company. Yo llegue a conocerlas por el año 38, era muy sonado cuando llegaban las millonarias al pueblo. A todo el mundo le regalaban dinero o regalos, a mi me daban un peso, que era mucho dinero en aquella época. Ellas repartían mucho dinero. Tenían dos hijas, Licha y Rosa. Todos los jóvenes del pueblo pretendíamos a las millonarias, a ninguno se nos hizo. Ellas eran muy amables y allí anduvo Rodrigo Ortega, mi hermano Antonio. Ellas llamaban la atención, tenían un carro único en el pueblo.