Monday, April 15, 2013

Evangelicos

De acuerdo con Pew Forum dos terceras partes de los 52 millones de latinos en Estados Unidos son católicos, pero para el 2030 solo el 50% de esta población lo continuara siendo de acuerdo a la tendencias religiosas que se observan actualmente y en donde un creciente número de latinos están emigrando también con sus creencias religiosas hacia otros destinos religiosos, fundamentalmente los jóvenes quienes parecen ser los más ansiosos por encontrar más trascendentes verdades reveladas. En Latinoamérica en 1996 los católicos componían el 81 % de la población general de esta región y para 2010 disminuyeron al 70%, ganando los protestantes un porcentaje de 13%, panorama que refleja el dinamismo del fenómeno que se vive actualmente en nuestros países.


El boom evangélico en Estados Unidos está ligado directamente con el fenómeno migrante y sus componentes se caracterizan por ser socialmente más conservadores que el resto de los hispanos en general, sin embargo tienen la virtud se sumarse más rápido a la pelea por la justicia social que sus contrapartes blancos. También son más proclives a creer en los milagros y a modificar las reglas eclesiásticas para incluir a las mujeres en tareas sustantivas en la iglesia, así como invitar a otros grupos étnicos a integrarse. Pareciera que estos nuevos evangélicos quisieran dejar deliberadamente y de una sola vez los países y la fe que dejaron atrás y renacer de nueva cuenta en la fe de Cristo.

Las razones aducidas por muchos de los conversos religiosos para su migración espiritual se expresan así:

• Principalmente porque quieren tener una relación directa con Dios, no mediatizada por el sacerdote. 9 de cada 10 evangélicos dicen que fue su búsqueda espiritual la que motivo su cambio de religión.

• Ellos también buscan una comunicación directa con Dios a través de una lectura abierta de la biblia.

• Buscan también una adoración de Dios más libre, menos rígida, más adaptable y abierta a la autoexpresión. Así si quieres rezar en voz alta, ponerte de rodillas, cantar en el idioma que quieras y cuando tú gustes lo puedes hacer, incluso cuando el pastor está predicando. Igualmente si para adorar a Dios lo quieres hacer con tu música favorita, bien puedes hacerlo con mariachi, merengue, cumbia o salsa.

• Para muchos el protestantismo es un camino a una vida más genuina y prospera es en cierta forma una vía para el ascenso social.

Y hay que reconocer que son iglesias muy nuevas y que se vienen formando sobre la marcha, así los pastores son en la mayoría de los casos, gente sin una formación académica rigurosa que se apoya más en la experiencia que en el conocimiento formado en aulas y por lo tanto sus sermones son en lo general poco estructurados, pulidos y sin una gran fundamentación teológica, aun cuando dirigidos a la experiencia de los migrantes.

Desde luego que la música y los sermones no son suficientes para cercar a la gente, por lo que hacen de sus ministerios una puntual aplicación de aquellos principios cristianos que dicen: “alimentar al hambriento y vestir al desnudo”, para ello implementan diferentes acciones que tienen como objetivo fundamental paliar las necesidades materiales más acuciantes de sus agremiados, amén de las espirituales. En efecto las iglesias evangélicas son de hecho centros de sanación para una población con un reducido acceso a los beneficios de salud. Sirven como bancos de comida para la gente con los refrigeradores vacíos y se preocupan por recabar ropa que distribuyen generosamente entre sus fieles, amén de otros muchos tipos de apoyos.

Uno de los grandes atractivos que representan estos movimientos religiosos es que son grandemente carismáticos, es decir creen en los milagros, las sanciones, la intervención divina, hablan lenguas y se adhieren a un mundo espiritual activo. Se manifiestan en contra del sexo premarital, las drogas y el alcohol y en lo general no aceptan las relaciones homosexuales. Sin embargo están dispuestos a permitirles a las mujeres oficiar en el pulpito, lo que los hace mucho más avanzados que sus contrapartes blancos.

Generalmente defienden la causa de los inmigrantes y predican contra la deportación porque separa las familias y eso explica por qué muchas iglesias evangélicas blancas urgen calladamente a los legisladores republicanos por una reforma de inmigración comprensiva.



Fuente: Time.



Catolicos

Los católicos estamos de plácemes, no solo porque recién estrenamos nuevo Papa, sino también porque su eminencia es un santo varón latinoamericano; Francisco, es el nombre que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio ha escogido para cumplir su misión apostólica y probablemente inspirado en el modo de vida sencillo y entregado a la causa de los pobres de San Francisco de Asís, buscara fortalecer la fe católica entre los 1.2 millones de fieles que aun habemos en el mundo; así como hacer frente a los tremendos problemas que enfrenta nuestra iglesia actualmente tales como:


El desprestigio y descreimiento que ha generado los abusos sexuales por parte de algunos sacerdotes; el descontrol y opacidad en el manejo de las finanzas del vaticano, así como conciliar con los católicos de Norteamérica y Europa que demandan una interpretación más liberal de la doctrina religiosa, que sea más acorde con los tiempos que se viven y sobre todo una iglesia más activa y carismática, que sea capaz de enfrentar con éxito la competencia que las sectas protestantes y el laicismo están oponiendo a la iglesia católica, arrebatándole por millones sus seguidores, sobre todo en regiones como Latinoamérica en donde se localiza el sector más grande de católicos en el mundo y en donde durante quinientos años la iglesia católica tuvo total monopolio. Pero que en las últimas dos décadas se ha generado una alarmante deserción de fieles hacia religiones más exóticas, comprensivas e incluso alharaquientas.

La meritita verdad es que los católicos nos hemos dormido en nuestros laureles y que nuestros líderes religiosos no han sabido estar a la altura de las demandas de la época, nuestra iglesia se ha hundido en la inmovilidad y el fortalecimiento del cuerpo de nuestra institución se ha quedado en manos de la inercia. Hemos crecido en número de seguidores, pero la fortaleza de nuestra fe y la disciplina religiosa han menguado enormemente, a diferencia de muchas de las sectas protestantes en actual expansión, que han sabido ofertar una propuesta de salvación más personalizada, integral, extensiva y divertida. No es un secreto que los grupos cristianos han brotado por millares en los territorios anteriormente considerados como totalmente católicos y han medrado entre los fieles ofreciendo cada uno de ellos, una comunicación directa con Dios y monopolizando la única y verdadera vía a la redención, de la cual dicen tener ellos la exclusiva, convirtiéndose en los únicos y originales hijos de Dios. No se puede menos que reconocer que detrás del éxito de cada uno de estos grupos hay un trabajo de convencimiento y persuasión encomiable, aderezado por una gama amplísima y permanente de actividades sociales con los integrantes del grupo, lo que genera una poderosa identidad grupal y comunión religiosa y sobre todo social, que la iglesia católica no es capaz de generar con la misma intensidad. Además que estos grupos se caracterizan por ofrecer una amplia serie de apoyos extras como: despensas, apoyos económicos, apoyos morales, formación religiosa y actividades recreativas. Actividades que se materializan en una amplia y profunda campaña de rescate y redención de todos los descarriados de nuestra sociedad: adictos a toda clase de sustancias comenzando por el alcohol; infinidad de cursillo para el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias: educación para padres, manejo seguro de Internet para los hijos, cocina saludable; conferencias de violencia intrafamiliar, cursos de verano para padres e hijos; cursos de ingles para adultos a través de convenios interinstitucionales con colegios y universidades y muchos otros sin valor curricular. Lo mismo que cenas comunitarias y huertos familiares entre decenas de otras actividades implementadas para apoyar a la comunidad en condiciones mas difíciles.

Los católicos esperamos que el Papa Francisco venga a inyectarle ese vigor que nuestra iglesia necesita en este momento para salir de la modorra y el estancamiento y que el catolicismo retome el liderazgo no solo religioso sino también social y cultural que nuestro momento histórico requiere y que el desarrollo de nuestra sociedad reclama, y que en tiempos pasados la iglesia católica cumplió satisfactoriamente.

La refundación de nuestra iglesia debe ser capaz de tomar en cuenta los aciertos y errores que la competencia religiosa ha venido generando en estos años de inactividad y aplicar aquellos rasgos positivos en nuestro beneficio. Es sorprendente el poder que muchos de estos grupos tienen para separar a los descarriados de los vicios y ayudarlos a mantenerse en la senda de la sobriedad, iniciándose en una vida de recogimiento y privación. Por otro lado está también la impresionante labor que grupos como los mormones realizan en la formación de los jóvenes de su comunidad, haciéndolo los motores del desarrollo de muchas de sus principales actividades, especialmente aquellas de diseminación de la fe; con un ejército de jóvenes creativos, entregados, responsables y genuinamente devotos de su fe y del mejoramiento de la vida de los seres humanos a los que visitan en sus hogares y a los que apoyan en múltiples actividades y tareas. En realidad en la diáspora de este renacer religioso, existen muchas lecciones importantes que hay que recoger y aplicar en nuestra propia religión, para hacer de ella un mejor instrumento para alcanzar la salvación celestial y terrena.




Ortografia

La buena noticia para todos los internautas con mala ortografía y con todo y pese a su alto riesgo de “transmisión textual” es que no es de necesidad mortal. Hasta el momento no se sabe del caso de persona alguna que haya muerto por sus terribles faltas de ortografía.


Sin embargo y no por ello debemos de echar las campanas al vuelo y dejar de reconocer que la mala ortografía es uno de los atributos más democrática y equitativamente repartidos entre los mexicanos, de todos los niveles y estratos sociales. Si en algún momento nos ruborizamos por la falta de lecturas del susodicho; no me atrevo ni tan siquiera a imaginar el revuelo que causaría, si llegara al dominio público un texto de doscientas palabras, redactado a mano y sin acudir al diccionario, de este mismo personaje. Y si con esa misma regla midiéramos a los principales políticos, gobernadores, funcionarios públicos y personajes relevantes de nuestras comunidades, creo que nos llevaríamos muchas sorpresas. Afortunadamente para la estructura socio-política de México, una buena ortografía no es un requisito para triunfar socialmente y desde luego una mala ortografía jamás ha sido un impedimento para que los favoritos del sistema lleguen a ocupar su sitial.

Tristemente la pésima ortografía que aqueja a altos porcentajes de mexicanos es una pandemia que se genera, se reproduce y se perpetúa entre los pilares básicos de nuestra sociedad: principalmente la familia, la escuela y el gobierno, con la bendita ayuda de los medios de descomunicación.

Pese a la naturaleza de su encargo y el celo y la responsabilidad que deberían de poner en cumplir con su compromiso social; ni los maestros, ni las autoridades educativas y gubernamentales han tenido la voluntad de paliar esa terrible vergüenza nacional que es el analfabetismo funcional y en donde la mala ortografía es solo una de sus manifestaciones. Los políticos preocupados por encontrar la forma de hinchar los bolsillos con los recursos del país (petróleo entre otros), han hecho hasta lo imposible por mantener a la población mexicana en un grado cercano a la idiotez, auspiciándoles con generosidad de una educación chatarra y reforzada con un sistema de entretenimiento altamente enajenante. La dupla televisa y tvazteca, han sido la principal influencia intelectual del pueblo mexicano las últimas tres décadas. El futbol, las telenovelas, los programas seudo cómicos y las series gringas han formado culturalmente a cuatro o cinco generaciones de mexicanos y el resultado es que la mala ortografía es casi consustancial al mexicano, lo mismo que el borreguismo.

La base de una buena ortografía esta fincada en una práctica constante de lectura y escritura, dos actividades fundamentales para la formación intelectual de los estudiantes mexicanos, y que están desterradas de nuestras aulas de clases. Parece increíble, pero el sistema educativo mexicano inocula el virus de la resistencia a la lectura entre sus educandos, una vez que un estudiante ha pasado aun mínimamente por este sistema, automáticamente rechazara la lectura para toda su vida. La lectura que en sí misma es un portentoso medio de diversión, entretenimiento y formación. Un buen libro genera un disfrute estético tan placentero como el de una buena melodía o una buena película. Digamos que si los mexicanos somos tan apasionados del cine y la televisión, como ha llegado a ser posible que la lectura nos cauce solo bostezos. Y bueno como podemos llegar a ser buenos lectores y escritores en un país en donde no existen los libros o sus precios son prohibitivos. En un país en donde el gobierno no tiene una política de producción de libros a precios accesibles y de apoyo para la formación de bibliotecas escolares y comunitarias. En un país en donde los profesores son tan ignorantes como el que más y tan poco disfrutan de la lectura de un buen libro. En una sociedad en donde los padres de familia no les interesa que sus hijos aprendan a leer y hagan de esta actividad un habito y un disfrute.

Y bueno tarde o temprano en nuestra vida siempre llega el momento en que con un profundo suspiro nos preguntamos:

¿Por qué no tengo una buena ortografía?

Y es que una buena ortografía, igual que una distinguida figura o una buena educación y modales hablan del refinamiento de una persona y de un trabajo arduo de preparación y siempre es triste encontrar que pese a nuestros esfuerzos la buena ortografía es algo que se escapa a nuestras capacidades, no obstante todos nuestros deseos.

Pensar que un curso al vapor de ortografía bastara para solucionar el problema es pensar demasiado positivamente, una buena ortografía es el resultado de un largo y arduo proceso de formación académico que involucra muchas páginas de lectura y ejercicios de escritura. Muy probablemente esos nueve o doce años de trabajo serio que deberíamos de haber realizado a conciencia cuando cursamos de la primaria a la preparatoria bastarían. Siempre y cuando nuestros profesores hubieran sido gente seria, comprometida y con conocimientos mínimos de español y probablemente que disfrutara también de la lectura y de enseñar.

Sin embargo nuestro momento histórico nos dota de la oportunidad de encontrarle sentido a tener una buena ortografía, hoy gracias al internet y al desarrollo de la telefonía muchos de los asiduos a estos medios, han encontrado utilidad en escribir con propiedad el español, situación que hace algunos años no era ni siquiera relevante. Y bueno donde hay voluntad hay forma, así que a tratar de escribir mejor cada día. Que los horrores ortográficos que cometiste hoy no los repitas mañana y si de pasada le das la oportunidad de que algún libro atrape tu atención, ya vas de gane.



Dile Si a un libro y No a las faltas de ortografía de un mal partido de futbol.



Tuesday, April 9, 2013

Nosotros los catolicos

Los que saben aconsejan: no hablar ni de política, ni de religión y para mi poca fortuna, ambos están entre los temas que mas me apasionan. Desde luego que no voy a hablar del rancio enfrentamiento entre moros y cristianos, que todavía mantiene conflictuado a oriente con occidente, muchos siglos después de las cruzadas y de la expulsión de los moros, sarracenos o mudéjares de la España católica de Isabel y Fernando, y con la reedición de ese capitulo ahora caracterizado por gringos y talibanes. En donde un video infiel ha puesto en pie de guerra a la mitad de los países árabes, que ahora la han emprendido contra el metichismo e intromisión de los gringos en el mundo, con culpa o sin ella sobre el particular. Pero no, la lucha por la fe, que tengo en mente, es una más cercana, más cotidiana, de todos los días y de la que muy apenas nos damos cuenta. Es una lucha entre cristianos: católicos versus las multicolores formas del cristianismo de nuestros días: evangelistas, pentecostales, bautistas, calvinistas, anabaptistas, luteranos, metodistas, mormones etc.


En realidad no se busca hablar de las instituciones, ni tan siquiera de Dios o sus designios, sino mas concretamente de algunos de los hombres y mujeres que le dan forma a dichas filosofías y que con su actuar muchas veces desfiguran o corrompen buena parte de esos principios por los que se guían y que dicen respetar

Los católicos nos conocemos muy bien, acudimos a misa y celosamente nos declaramos fervorosos creyentes, pero en el fondo simplemente damos bola. Acudimos a misa, pero ni por error ponemos en práctica todos los buenos consejos y mandamientos de la ley de Dios. Somos comodinos y muy acomodaticios, y nunca esperamos transformaciones milagrosas, ni cambios de conducta fulminantes. Hipócritamente nos aceptamos en dos niveles de comportamiento, uno, como católicos que asistimos a misa, comulgamos y ponemos cara de santidad y el otro, como ciudadanos del mundo, abiertos a toda clase de experiencia y disfrutes. En México, las conquistas liberales de la reforma y la revolución, nos han liberado del gravoso pago del diezmo y a duras penas contribuimos a la subsistencia de nuestro culto, con una limosnita o ya cuando estamos dadivosos, con una ofrenda. Nos hemos acostumbrado a contribuir sin sacrificios y a festejar a todo lujo los sagrados sacramentos: una boda, un bautismo o una primera comunión en que no se derrame generoso el vino, el tequila o el ponche, no es fiesta. Acá en gabachilandia el compromiso de los fieles con sus iglesias es mas firme, ya de fuerza o de ganas, se han acostumbrado a testimoniar a Dios con su diezmo, y bueno tienen dos muy buenas razones para hacerlo. La primera es que cumplen a cabalidad con la ley de Dios, y no le escamotean ni un centavo a Dios, para regocijo de sus pastores y profetas y la segunda es que todo aquello que ellos graciosamente le entregan a los representantes de Dios en la tierra, se les regresa multiplicado por diez, ya en bienes o sino por lo menos en bendiciones, que de estas últimas, todo buen cristiano, esta positivamente persuadido a darlas sin limitaciones, a diestro y siniestro.

Los sagrados y milenarios preceptos que Jesucristo nos trajo hace poco más de dos mil anos, no han ayudado a que nuestra piedad sacrificio o buena fe se incrementen siquiera un poquito. Eso si las madres, abuelas y no pocos padres, son celosísimos guardianes del acudir a misa y de hacerlo guardando las formas de vestir y de conducta. Pero ni los mas encendidos sermones y mensajes de los padres, hacen mella en nuestra coraza de impiedad. Así que nos basta y sobra con ir a misa, aquello de poner la otra mejilla y los mandamientos y sacramentos, los ponemos en el saco del olvido.


Pero eso si, los católicos no andamos incomodando a nadie para que se convierta a nuestra fe; ni presumimos de haber dejado el mundo, ni tampoco pasamos todos los días de la semana, reunidos en las iglesias. No por lo menos, el común de los católicos, que con los tres cuartos de hora de misa del domingo, nos basta de santidad para toda la semana. Y quizás con razón nuestros hermanos cristianos nos tildan de creyentes de papel, de ocasión o de fin semana. Y cada vez que llegan a nuestra casa con la ropita dominguera es una echarse la bolita:


-Ábreles tú.

-No yo les abrí la semana pasada, te toca a ti.

-No tú ábreles y dile que vamos a salir, que vengan otro día. Además tú sabes lidiarlos mejor y te defiendes más.

Porque hasta eso la educación cortesía tradicional de nuestros pueblos nos impiden no abrir la puerta, dejar a la gente que viene a visitarnos afuera o ser de alguna manera groseros con ellos; pese a la molesta impertinencia y fanatismo que muchas veces demuestran los misioneros empecinados en denostar nuestras creencias o evidenciar nuestra ignorancia en materia de fe. Porque eso si, somos muy católicos, pero también completamente ignorantes de nuestra religión lo que nos convierte, sino en presa fácil de los nuevos conquistadores espirituales, por lo menos si en objetivos fácilmente aplastables bajo la andanada de citas bíblicas y filosofías cristianas. Así que nos mandan regañados y con el rabo entre las patas a reflechir, sobre las fortalezas y defensa de nuestra fe. No pocos se ven avasallados y terminan por doblar la cerviz y convertirse a alguna de las religiones exóticas que ahora pululan por doquier, y que sin excepción cada una de ellas es el camino verdaderamente verdadero para alcanzar el paraíso, y la expresión única y perfecta de la palabra de Dios. Que curiosamente les han sido reveladas por Dios de forma exclusiva y secreta a los nuevos profetas de esas sectas, a través de sueños, revelaciones o tablas de oro.