Ortografia
La buena noticia para todos los internautas con mala ortografía y con todo y pese a su alto riesgo de “transmisión textual” es que no es de necesidad mortal. Hasta el momento no se sabe del caso de persona alguna que haya muerto por sus terribles faltas de ortografía.
Sin embargo y no por ello debemos de echar las campanas al vuelo y dejar de reconocer que la mala ortografía es uno de los atributos más democrática y equitativamente repartidos entre los mexicanos, de todos los niveles y estratos sociales. Si en algún momento nos ruborizamos por la falta de lecturas del susodicho; no me atrevo ni tan siquiera a imaginar el revuelo que causaría, si llegara al dominio público un texto de doscientas palabras, redactado a mano y sin acudir al diccionario, de este mismo personaje. Y si con esa misma regla midiéramos a los principales políticos, gobernadores, funcionarios públicos y personajes relevantes de nuestras comunidades, creo que nos llevaríamos muchas sorpresas. Afortunadamente para la estructura socio-política de México, una buena ortografía no es un requisito para triunfar socialmente y desde luego una mala ortografía jamás ha sido un impedimento para que los favoritos del sistema lleguen a ocupar su sitial.
Tristemente la pésima ortografía que aqueja a altos porcentajes de mexicanos es una pandemia que se genera, se reproduce y se perpetúa entre los pilares básicos de nuestra sociedad: principalmente la familia, la escuela y el gobierno, con la bendita ayuda de los medios de descomunicación.
Pese a la naturaleza de su encargo y el celo y la responsabilidad que deberían de poner en cumplir con su compromiso social; ni los maestros, ni las autoridades educativas y gubernamentales han tenido la voluntad de paliar esa terrible vergüenza nacional que es el analfabetismo funcional y en donde la mala ortografía es solo una de sus manifestaciones. Los políticos preocupados por encontrar la forma de hinchar los bolsillos con los recursos del país (petróleo entre otros), han hecho hasta lo imposible por mantener a la población mexicana en un grado cercano a la idiotez, auspiciándoles con generosidad de una educación chatarra y reforzada con un sistema de entretenimiento altamente enajenante. La dupla televisa y tvazteca, han sido la principal influencia intelectual del pueblo mexicano las últimas tres décadas. El futbol, las telenovelas, los programas seudo cómicos y las series gringas han formado culturalmente a cuatro o cinco generaciones de mexicanos y el resultado es que la mala ortografía es casi consustancial al mexicano, lo mismo que el borreguismo.
La base de una buena ortografía esta fincada en una práctica constante de lectura y escritura, dos actividades fundamentales para la formación intelectual de los estudiantes mexicanos, y que están desterradas de nuestras aulas de clases. Parece increíble, pero el sistema educativo mexicano inocula el virus de la resistencia a la lectura entre sus educandos, una vez que un estudiante ha pasado aun mínimamente por este sistema, automáticamente rechazara la lectura para toda su vida. La lectura que en sí misma es un portentoso medio de diversión, entretenimiento y formación. Un buen libro genera un disfrute estético tan placentero como el de una buena melodía o una buena película. Digamos que si los mexicanos somos tan apasionados del cine y la televisión, como ha llegado a ser posible que la lectura nos cauce solo bostezos. Y bueno como podemos llegar a ser buenos lectores y escritores en un país en donde no existen los libros o sus precios son prohibitivos. En un país en donde el gobierno no tiene una política de producción de libros a precios accesibles y de apoyo para la formación de bibliotecas escolares y comunitarias. En un país en donde los profesores son tan ignorantes como el que más y tan poco disfrutan de la lectura de un buen libro. En una sociedad en donde los padres de familia no les interesa que sus hijos aprendan a leer y hagan de esta actividad un habito y un disfrute.
Y bueno tarde o temprano en nuestra vida siempre llega el momento en que con un profundo suspiro nos preguntamos:
¿Por qué no tengo una buena ortografía?
Y es que una buena ortografía, igual que una distinguida figura o una buena educación y modales hablan del refinamiento de una persona y de un trabajo arduo de preparación y siempre es triste encontrar que pese a nuestros esfuerzos la buena ortografía es algo que se escapa a nuestras capacidades, no obstante todos nuestros deseos.
Pensar que un curso al vapor de ortografía bastara para solucionar el problema es pensar demasiado positivamente, una buena ortografía es el resultado de un largo y arduo proceso de formación académico que involucra muchas páginas de lectura y ejercicios de escritura. Muy probablemente esos nueve o doce años de trabajo serio que deberíamos de haber realizado a conciencia cuando cursamos de la primaria a la preparatoria bastarían. Siempre y cuando nuestros profesores hubieran sido gente seria, comprometida y con conocimientos mínimos de español y probablemente que disfrutara también de la lectura y de enseñar.
Sin embargo nuestro momento histórico nos dota de la oportunidad de encontrarle sentido a tener una buena ortografía, hoy gracias al internet y al desarrollo de la telefonía muchos de los asiduos a estos medios, han encontrado utilidad en escribir con propiedad el español, situación que hace algunos años no era ni siquiera relevante. Y bueno donde hay voluntad hay forma, así que a tratar de escribir mejor cada día. Que los horrores ortográficos que cometiste hoy no los repitas mañana y si de pasada le das la oportunidad de que algún libro atrape tu atención, ya vas de gane.
Dile Si a un libro y No a las faltas de ortografía de un mal partido de futbol.
Sin embargo y no por ello debemos de echar las campanas al vuelo y dejar de reconocer que la mala ortografía es uno de los atributos más democrática y equitativamente repartidos entre los mexicanos, de todos los niveles y estratos sociales. Si en algún momento nos ruborizamos por la falta de lecturas del susodicho; no me atrevo ni tan siquiera a imaginar el revuelo que causaría, si llegara al dominio público un texto de doscientas palabras, redactado a mano y sin acudir al diccionario, de este mismo personaje. Y si con esa misma regla midiéramos a los principales políticos, gobernadores, funcionarios públicos y personajes relevantes de nuestras comunidades, creo que nos llevaríamos muchas sorpresas. Afortunadamente para la estructura socio-política de México, una buena ortografía no es un requisito para triunfar socialmente y desde luego una mala ortografía jamás ha sido un impedimento para que los favoritos del sistema lleguen a ocupar su sitial.
Tristemente la pésima ortografía que aqueja a altos porcentajes de mexicanos es una pandemia que se genera, se reproduce y se perpetúa entre los pilares básicos de nuestra sociedad: principalmente la familia, la escuela y el gobierno, con la bendita ayuda de los medios de descomunicación.
Pese a la naturaleza de su encargo y el celo y la responsabilidad que deberían de poner en cumplir con su compromiso social; ni los maestros, ni las autoridades educativas y gubernamentales han tenido la voluntad de paliar esa terrible vergüenza nacional que es el analfabetismo funcional y en donde la mala ortografía es solo una de sus manifestaciones. Los políticos preocupados por encontrar la forma de hinchar los bolsillos con los recursos del país (petróleo entre otros), han hecho hasta lo imposible por mantener a la población mexicana en un grado cercano a la idiotez, auspiciándoles con generosidad de una educación chatarra y reforzada con un sistema de entretenimiento altamente enajenante. La dupla televisa y tvazteca, han sido la principal influencia intelectual del pueblo mexicano las últimas tres décadas. El futbol, las telenovelas, los programas seudo cómicos y las series gringas han formado culturalmente a cuatro o cinco generaciones de mexicanos y el resultado es que la mala ortografía es casi consustancial al mexicano, lo mismo que el borreguismo.
La base de una buena ortografía esta fincada en una práctica constante de lectura y escritura, dos actividades fundamentales para la formación intelectual de los estudiantes mexicanos, y que están desterradas de nuestras aulas de clases. Parece increíble, pero el sistema educativo mexicano inocula el virus de la resistencia a la lectura entre sus educandos, una vez que un estudiante ha pasado aun mínimamente por este sistema, automáticamente rechazara la lectura para toda su vida. La lectura que en sí misma es un portentoso medio de diversión, entretenimiento y formación. Un buen libro genera un disfrute estético tan placentero como el de una buena melodía o una buena película. Digamos que si los mexicanos somos tan apasionados del cine y la televisión, como ha llegado a ser posible que la lectura nos cauce solo bostezos. Y bueno como podemos llegar a ser buenos lectores y escritores en un país en donde no existen los libros o sus precios son prohibitivos. En un país en donde el gobierno no tiene una política de producción de libros a precios accesibles y de apoyo para la formación de bibliotecas escolares y comunitarias. En un país en donde los profesores son tan ignorantes como el que más y tan poco disfrutan de la lectura de un buen libro. En una sociedad en donde los padres de familia no les interesa que sus hijos aprendan a leer y hagan de esta actividad un habito y un disfrute.
Y bueno tarde o temprano en nuestra vida siempre llega el momento en que con un profundo suspiro nos preguntamos:
¿Por qué no tengo una buena ortografía?
Y es que una buena ortografía, igual que una distinguida figura o una buena educación y modales hablan del refinamiento de una persona y de un trabajo arduo de preparación y siempre es triste encontrar que pese a nuestros esfuerzos la buena ortografía es algo que se escapa a nuestras capacidades, no obstante todos nuestros deseos.
Pensar que un curso al vapor de ortografía bastara para solucionar el problema es pensar demasiado positivamente, una buena ortografía es el resultado de un largo y arduo proceso de formación académico que involucra muchas páginas de lectura y ejercicios de escritura. Muy probablemente esos nueve o doce años de trabajo serio que deberíamos de haber realizado a conciencia cuando cursamos de la primaria a la preparatoria bastarían. Siempre y cuando nuestros profesores hubieran sido gente seria, comprometida y con conocimientos mínimos de español y probablemente que disfrutara también de la lectura y de enseñar.
Sin embargo nuestro momento histórico nos dota de la oportunidad de encontrarle sentido a tener una buena ortografía, hoy gracias al internet y al desarrollo de la telefonía muchos de los asiduos a estos medios, han encontrado utilidad en escribir con propiedad el español, situación que hace algunos años no era ni siquiera relevante. Y bueno donde hay voluntad hay forma, así que a tratar de escribir mejor cada día. Que los horrores ortográficos que cometiste hoy no los repitas mañana y si de pasada le das la oportunidad de que algún libro atrape tu atención, ya vas de gane.
Dile Si a un libro y No a las faltas de ortografía de un mal partido de futbol.
1 Comments:
De acuerdo con tu reflexión René Dávila, son muchos factores los que tienen a México en la mediocridad, la ortografía es un reflejo de la preparación que tenemos, parte de los que leemos y vemos, también yo comparto esta reflexión de lo que pienso de nuestra falta de competitividad e inseguridad galopante y lo que creo que debemos hacer para mejorar.
Medios de comunicación con contenidos chatarra, que sólo buscan el lucro, sin consideran el daño masivo a la formación de los niños, (televisión, radio, periódicos, revistas). En mi opinión la televisión es el factor que más ha contribuido a difundir la deformación del lenguaje, la apología del tener dinero y con ello han contribuido a que los jóvenes entren a la delincuencia para obtener dinero fácil y rápido.
Políticos deshonestos qué sólo buscan el lucro, otros con buenas intenciones pero sin preparación (casi da el mismo resultado).
La clase política ha caído mucho de nivel, acuerdense de los Fox (aquí empezó la caída libre) que han surgido por todos lados, los preciosos, los Etilios, los politicos actores de cine, los Moreira y los Granier ratoncitos, un nieto de la maestra diputado y una hija Senadora y un largo etcétera que no cabe en esta página.
Los grupos de poder, que no quieren ver afectados sus intereses y hacen cualquier barbaridad aunque dañe al país siempre y cuando ellos no salgan perjudicados: Empresarios, líderes sindicales, clero, medios de comunicación, poder legislativo, poder judicial (el más corrupto, impreparado y nefasto, tiene las cárceles llenas de pobres, los que tienen dinero salen siempre). Debo decir que he conocido o he sabido de excepciones en cada grupo, perdón del Judicial pensaba que Gongora, pero ya no, corrijo; del judicial no he sabido de ninguno.
La desigualdad: No es justificable la delincuencia, pero ésta se ve incrementada por la falta de oportunidades que no se les dan, si los jóvenes no tienen trabajo, ni estudian y la delincuencia sí les ofrece trabajo y paga bien. Saquemos conclusiones.
Por supuesto el otro factor de la mediocridad, tengo que decirlo, creo que somos nosotros: nuestra falta de hambre por aprender, nuestra pasividad, nuestra permisividad a que se roben todo (recuerden la venta de Teléfonos de México, la televisora oficial, los Ferrocarriles, los Bancos, las minas, las industrias paraestatales y los Ingenios), nos prometieron que era para mejorar y darle eficiencia y servicio a México, ¿dónde están los que vendieron para reclamarles?. Ahí van ahora con Pemex y CFE con el mismo argumento de que van a bajar los precios al público. No digo que hagamos otra revolución, pero si que protestemos masivamente para que entren en razón.
Nuestra preferencia programas televisivos, reality shows que muestras nuestras peores miserias, programas cómicos con el albur chafa como argumento para hacer reír, etc. Así somos, así nos han hecho, pero si queremos que cambie el país, tenemos que cambiar nosotros, ¿cómo?
- Apagemos la televisión
- Difundamos y apliquemos los valores personales
- Leamos buenos libros
- Creemos oportunidades de empleo aquí, para que nuestros hermanos no se tenga que ir los USA.
- Educamos bien a nuestros hijos
- Privilegiemos la unión familiar
- No le demos reconocimiento a los que tienen dinero obtenido ilícitamente.
- Reconozcamos a los que sobresalen con su esfuerzo
- Respetemos a nuestros mayores
- Inculquemos a nuestros hijos: el civismo, el interés colectivo y el amor a México.
- Votemos por el mejor preparado, si ninguno nos convence, no votemos.
- Trabajemos con dedicación y esmero y organizados.
- Si no ayudamos a la comunidad a obras de interés público, cuando menos no nos opongamos.
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