Sunday, November 18, 2012

Nosotros, los migrantes.


Siempre que hay elecciones y llega un nuevo gobernante a mandar en cualquiera de los niveles de gobierno del país, los ciudadanos estamos siempre a la espera de que suceda algo, de que el estado de cosas comience a cambiar para bien. Desde luego que uno no piensa que de la noche a la mañana sucederán transformaciones radicales, pero si por lo menos que un nuevo estilo de gobernar más plural, abierto y honesto se mostrara desde los primeros días del cambio. Por lo general a la parsimonia y secrecía del primer mes, le siguen otros 35 o 71, según sea el caso. Y el entusiasmo inicial de los ciudadanos por participar, por manifestarse y concretar sus proyectos personales o comunales, se va diluyendo lentamente hasta convertirse en una insatisfacción sorda y visceral que no produce sino animadversión contra todo lo que signifique gobierno.  Y no termina uno jamás de preguntarse ¿Porqué motivo los mexicanos no tenemos buenos gobernantes?

 

Estas reflexiones nacen porque el otro día me hablo mi hermano que vive en el gabacho en la costa oeste y me dice un tanto molesto:

 

-Hace ya tiempo que le mande al nuevo presidente colotlense una propuesta y sabes que ni siquiera me ha contestado.

 

Iguanas ranas carnal- le contesté- Yo también le envié otra y tampoco se dignó responder.

 

Al igual que mi brother y yo, pienso que hay mucha gente verdaderamente interesada por que Colotlán progrese. El interés no es forma alguna gratuito desde luego, pues siempre existen razones personales para querer que nuestra comunidad ofrezca más opciones de desarrollo en todo sentido, para sus ciudadanos, no solo los que actualmente viven en el municipio, sino también todos aquellos otros regados por el mundo.

 

En el caso de mi Carnavale, su interés estriba en el hecho de que su madre y hermanas aun habitan en “El Paraíso”, y que con todo el desgarriate de las balaceras, secuestros y demás desmanes que se han vuelto comunes en nuestra tierra, pues no deja de tener sus preocupaciones y desveladas, y entre rumiar y rumiar, se le ocurrió la brillante idea de  darle una capacitación de esas de película a la policía municipal. Estableciendo un contacto entre el gobierno de Colotlán y un amigo suyo que es un Rambo boina verde cualquiera, solicitado por el ejército de los E.U. para instruir a los soldados aliados en el medio oriente. Desde luego que todo este proyecto siguiendo los correspondientes cauces institucionales y haciendo valer el hecho de que Colotlán y Hood River son ciudades hermanas, que es donde vive el susodicho.

 

Y bueno un colotlense en extranjia no deja nunca de soñar en el regreso triunfante a la tierra prometida, ese pedazo de tierra árida que le vio nacer y donde con toda seguridad quiere vivir la gloria de sus no tan últimos días. Y este simple hecho marca un importante elemento económico que nuestras autoridades no deberían desdeñar, por ignorancia o indiferencia. Baste señalar que la no cuantificada ni reconocida influencia económica de los braceros a la economía local en las cinco últimas décadas ha sido tremendo. Las remesas que los colotlenses en el extranjero han enviado año con año a sus familiares en este medio siglo, han hecho más por la población que todos los programas sociales del gobierno juntos. Y bueno todo ese potencial económico que representan los simpon-rodinos y sus agremiados, puede muy bien ser utilizado como una palanca económica para lograr el desarrollo de ciertos sectores productivos de nuestra comunidad y región. Aun cuando nadie se ha preocupado por investigar cuales son las circunstancias presentes de ese grupo de emigrantes que lograron la legalización a mediados de los años ochenta, con la reforma migratoria de Reagan, pues baste saber que muchos de ellos han alcanzado ya la edad para pensionarse y en los próximos años muchos mas van a seguir ese camino.  Para ellos se les ofrece la posibilidad de quedarse a vivir en los EU., donde están a gusto, pero no como en casa, y en donde además los elevados costos de la vida en el gabacho, van a reducir tremendamente su nivel actual de consumo o desplazarse hacia sus comunidades y darse la gran vida con los ahorros y la mensualidad de su pensión. Inclusive pueden llegar a montar un negocio que les permita invertir productivamente sus ahorros. Sin embargo esta segunda opción tiene las terribles y atemorizantes desventajas siguientes:

 

1)      la escalofriante inseguridad publica

2)      la inexistencia de un sistema de salud de buen nivel y calidad

3)      una oferta muy limitada de servicios, mercaderías y recreación

4)      infraestructura urbana muy inferior a la que están acostumbrados

 

La verdad es que con excepción de las pocas y esporádicas visitas a nuestros paisanos en el norte, de los presidentes Pepe y Enrique, no se ha hecho gran cosa por integrar a ese importante y  pujante sector de la comunidad a participar en la planeación y desarrollo de nuestro municipio. Y en la actualidad están dadas las condiciones para que se tiendan lo lazos y se estrechen las relaciones de carácter cultural, económico y educativo con ellos. Existe en poder del ayuntamiento una importante base de datos de los migrantes colotlenses a la que no se le saca provecho y tampoco se explota en beneficio de la comunidad, como tampoco la riqueza cultural y la experiencia en el trabajo que muchos de ellos tienen. Así como tampoco se ha buscado mantenerlos integrados en una red que fomente los intercambios de carácter cultural e incluso potenciaría el llamado mercado de la nostalgia, ni las posibilidades de aprendizaje para nuestras comunidades que las hermandades de ciudades ofrecen. Esta el caso de Colotlán-Hood River, que desde que se firmo la hermandad nadie se ha preocupado por darle seguimiento y sentido a dicho acto.

 

Y bueno, muchos de los que vivimos lejos, nos quedamos ensimismados con demasiada frecuencia, en todo aquello que se podría hacer, y que por cierto jamás de hará. Y las causas o las excusas seguirán siendo siempre las mismas, comenzando las culpas desde lo alto, hasta lo bajo donde estamos el resto de los ciudadanos.

Thursday, November 1, 2012

Tras las huella de Cuauhtémoc Cárdenas.


De entre los hijos de los revolucionarios mexicanos Cuauhtémoc Cárdenas, es probablemente uno de los más distinguidos, por no decir el que simboliza la crema y nata de la realeza revolucionaria mexicana. A 102 años de la justa revolucionaria, Lázaro Cárdenas, junto con Madero, son de los pocos revolucionarios que ejercieron el poder y que siguen teniendo una aureola de limpieza, honestidad y entrega con el pueblo mexicano.  Y Cuauhtémoc Cárdenas es quizás el único vástago revolucionario que ha intentado hacer su vida pública y política respetando y sin mancillar el prestigio y la reputación de su padre.

 

La sonrisa agria, el gesto adusto, el porte aristocrático y la palabra mesurada, son atributos que nos permiten poner en pie de comparación a Cuauhtémoc con cualquier noble heredero europeo, digamos por caso el príncipe Carlos de Inglaterra, esa es la impresión de nobleza que proyecta nuestro príncipe tarasco.

 

Hasta antes de agosto o septiembre de 1986, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, no figuraba sino como uno más de los hijos de presidentes, beneficiados por el PRI. El prestigio de su padre lo había llevado a ocupar diferentes posiciones políticas, incluida la gubernatura de Michoacán. Pero a partir de esas fechas, cercanas a las elecciones presidenciales de 1988, en que comenzó a figurar la Corriente Democratizadora al interior del PRI, y en la que Cuauhtémoc junto con Porfirio Muñoz ledo, fueron las cabezas visibles del movimiento. Fue que la percepción que teníamos de Cárdenas también comenzó a modificarse lentamente. Por aquellas épocas estábamos recién ingresados a la facultad y ya habíamos celebrado nuestra primera huelga estudiantil universitaria, en la que Carlos Imaz e Imanol Ondorica, se habían llevado las palmas como los líderes estudiantiles universitarios más importantes después del movimiento del 68. Y la verdad Cuauhtémoc Cárdenas, no nos merecía mucho respeto, sabíamos que la corriente democratizadora, era otra de las estratagemas políticas del niño berrinchudo para que los líderes del partido lo dejaran llegar a la grande. Les estaba haciendo manita de puerco al sistema para que lo dejaran ser presidente de México, y levantarse a las alturas de su padre. La nobleza de su cuna bastaba y sobraba para ser merecedor de ese honor. Lo que sucedió después, nunca lo imaginamos. Creímos que o bien le cumplían el capricho o se sometía a un acuerdo conveniente para todos. Pero jamás nos imaginamos que Cárdenas y su corriente se iban a escindir del PRI. Cuando esto ultimo sucedió y comenzó a tomar forma el escenario político de 1988, muchos de nosotros los estudiantes comenzamos a tomar contacto con la nueva propuesta. Para nosotros tuvo la forma de una de nuestras profesoras de Seminario de Investigación Económica, Maria Xelhuantzi, que era asesora del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas,  y que durante el transcurso del curso nos fue introduciendo no a las propuestas concretas de Cárdenas, o su plataforma política-filosófica, pero si al entendimiento y significado de las políticas neoliberales, que Salinas de Gortari había comenzado a impulsar en México desde la Secretaria de Programación y Presupuesto y el horizonte económico que nos deparaba la suerte de ganar la presidencia. El despojo y botín que se había hecho de muchas de los centenares de empresas públicas del estado que habían florecido con los gobiernos revolucionarios, ya estaban entonces a la vista, y la propuesta de Carlos Salinas de Gortari, era darle continuidad, en beneficio de los empresarios amigos y de su propio peculio. Tal y como a la postre sucedió.

 

Motivados en un principio más por la posibilidad del cambio democrático que por las sesudas explicaciones económicas y aun menos por los poco emotivos discursos políticos del ingeniero, los estudiantes salimos a las barriadas a conseguir votos para el Frente Democrático Nacional, que era el nombre que había adoptado la alianza de grupos y partidos que apoyaban a Cárdenas. Los chicos banda de los alrededores del Museo del Chopo, se convirtieron en nuestros victimas propiciatorias, sin embargo, eran tan reacios a todo convencimiento político que difícilmente entusiasmamos a alguno a votar y antes que persuadirlos a votar por Cárdenas, su renuencia provoco una fractura entre la cuadrilla de estudiantes promotores del voto. Así que cada quien jalo mejor por su lado.

 

La candidatura del Ingeniero despertó ámpula entre los sectores progresistas de México y mayormente en la ciudad de México, en donde tenia su principal fuerza. Recuerdo las concentraciones multitudinarias para el primer mitin en el zócalo, el 18 de marzo, no cabía una alma mas, la gente del distrito se volcó en apoyo del candidato del frente, lo mismo paso en ciudad universitaria en el mes de mayo y en junio para el cierre de campaña y todavía una vez mas, después del fraude y la caída del sistema el 19 de noviembre de 1988, cuando Cuauhtémoc Cárdenas convoco una vez mas y todos creímos que ese día comenzaba la revolución. Pero ni él, ni nadie dijo nada y todos regresamos vencidos y  desesperanzados a nuestras casas. Desde ese día le perdí la fe y la huella al ingeniero y cualquier referencia al susodicho terminaba con la idea de la claudicación. Sus posteriores postulaciones y repetidos fracasos se constituyeron en pruebas evidentes de que su momento había pasado y le “habían faltado” en el momento preciso.

 

No fue sino hasta que en la biblioteca municipal vine a encontrarme con una autobiografía del ingeniero: “Sobre mis pasos” de editorial Aguilar, y que la tome del estante nomás con la intención de sacarme la duda de cual era su explicación a la no acción después del fraude del 88 y de pasada saber donde había estado durante el 68. Esto último no queda muy claro en el libro, pero la obra mencionada con todo y tener un lenguaje poco emotivo y tan frugal, como el ingeniero, termina a uno por convencerlo de la pertinencia de sus juicios y acciones. Creo que después de la lectura de este libro vine a quedar en buenos términos con el ingeniero después de más de 20 años de reproches y acusaciones. Es una lastima la total falta de democracia en este país, que nos han privado del gobierno de un hombre que pudo haber traído sino grandes logros económicos, por lo menos las perspectivas de mayor civilidad, tranquilidad y respeto por las leyes.

 

Sobre mis pasos, es una obra que vale la pena de ser leída, para entender los derroteros de la izquierda mexicana en los últimos treinta años, y los jalonazos que la derecha ha tenido que instrumentar para evitar que aquellos se instalen en el poder.

General Francisco de Santiago Villegas


Se dice que el General Francisco de Santiago nació en Santa Inés, municipio de Huejúcar, Jalisco,  siendo hijo del Sr. Ignacio de Santiago quien radicaba en la Mesa de María de León, del mismo municipio, y que por  allá por los años de 1885, obtuvo trabajo como mayordomo en la Mesa de Guadalupe del municipio de Colotlán; pero atento a la educación de su hijo, lo dejó en Colotlán, con el propósito de que asistiera a la escuela del lugar en donde el joven Francisco cursó su educación básica.  Fue en esta población que el niño Francisco alcanzo plenamente la adolescencia y se relaciono con la gente de la comunidad, llegando a tener fuerte amistad con algunas de las familias mas influyentes en el poblado, y sobre todo estrecho lazos con los jóvenes de su edad, e incluido Herminio Sánchez Sánchez, que era varios anos menor que el. En ausencia de sus padres se forjo también ese carácter decidido, responsable y estricto que le caracterizo toda su vida y que pese a enfrentar grandes pruebas jamás se arrendó, regresando siempre con gran empecinamiento hasta conseguir sus objetivos.

 

Los padres de aquella época eran en extremo exigentes y duros con sus hijos, y don Ignacio de Santiago, no lo era menos, así que por una desobediencia de Francisco que no agradó a su padre, éste lo azotó duramente, lo que motivó que abandonara el hogar paterno y se diera de alta en el ejército, alcanzando el grado de Capitán en solo cinco años. Al cabo de ese tiempo, pidió y obtuvo su baja, trasladándose a Norteamérica, yendo a radicarse al Rey, California; donde encontró trabajo sin dificultades.

 

Pero a raíz de la Revolución y durante el triunfo de las huestes Maderistas, se le vuelve a ver, ya con el grado de Coronel, a las órdenes del Gral. Manuel M. Diéguez. Es entonces cuando se le comisiona por primera vez en Guadalajara, para que viniera a pacificar nuestra región, pero de éste lado de Tequila en una barranca bastante profunda y por cuyo fondo venia de Santiago con más de 1000 soldados, los villistas les tendieron una emboscada e hicieron tal matazón, que el suelo desde lo alto de la barranca daba la impresión de un gran maizal por la gran cantidad de cadáveres que quedaron en el fondo de dicha barranca. Actualmente dicha barranca se llama de Las Cruces, por el gran número de cruces que hay ahí. El coronel de Santiago y algunos de sus soldados lograron salvarse y poco después vuelve a nuestra región por el mismo camino en que lo emboscaron, pero ahora con toda clase de precauciones: manda un regimiento por la parte izquierda de la barranca y otro por la parte derecha arriba de la barranca y de Santiago con otro regimiento, avanza por el fondo de la barranca, atravesando el mismo lugar en que lo emboscaron. Esta vez los regimientos que avanzaban por la parte superior de la barranca, sorprenden a los villistas que se aprestaban a emboscar nuevamente al Coronel de Santiago, batiéndolos y dispersándolos por completo por la sierra.

 

Es entonces cuando el Coronel de Santiago con sólo 700 soldados de línea, perfectamente municionados, derroto en Santa Teresa, municipio de Monte Escobedo, Zac., a los Bañuelos, Justo Ávila y Néstor Ulloa, quienes con tres mil hombres le oponen tenaz resistencia sin resultados favorables. Este sonado triunfo le abrió las puertas de la fama, siendo ascendido inmediatamente a General.

 

Mil novecientos dieciséis, es año de pesadumbre y horror. Fue llamado el año del hambre, por que la gente moría por falta de alimento. El maíz no se conocía ni aún en las bodegas de las personas económicamente más pudientes. Hubo casos en que a manera de trueque, una medida de maíz de cinco litros, se daba por otra llena de monedas entre pesos fuertes y otras de menor valor. El bandolerismo y el pillaje azolaban la región y tal vez debido a tan tremendas circunstancias, el Gral. De Santiago se volvió sanguinario. Se desató una ola de terror, que ponía los pelos de punta a la mayoría de los ciudadanos. Muchas personas fueron ahorcadas en las afueras de la población. En el camino que conduce a Acaponeta, los mezquites son mudos testigos de tan abominable proceder, ya que, según se ha comprobado, muchas personas murieron ahorcadas, existió en dicho lugar un mezquite tan grande, que llegaron a dejar hasta 40 personas colgadas del mismo, semejando racimos de uvas. Cuentan los que vivieron en dicha época que el citado mezquite se secó y la misma gente de por aquí lo cortó desde abajo. Se olvidó el imperio de la ley y la compasión humanitaria. Bastaba con que alguien de negras entrañas denunciara a otro como autor de cierta y cuales desacatadas actividades, para que sin causa ni proceso se le ahorcara sin piedad.    

 

El Sr. Lic. Bartolo Ramos Aréchiga, juez de Primera Instancia de éste lugar y originario de Colotlán, intercedió en varias ocasiones ante el Gral. de Santiago, salvando a muchas personas de ser ahorcadas. En cierta ocasión el Sr. Refugio Camacho, ahijado del Lic. Ramos Aréchiga, junto con otras personas del pueblo, fueron hasta la Hacienda de Encarnación, perteneciente a Villanueva, Zac., e impelidos por el hambre, se robaron gran cantidad de cargas de maíz, con lo que mitigaron el hambre de muchas gentes de Colotlán. Enterado le Gral. de Santiago, mandó detener a todos los que habían ido a robarse el maíz y los sentenció a la horca. Enterado el Lic. Bartolo Ramos Aréchiga, de tal actitud, fue con el Gral. De Santiago a interceder por los condenados a muerte, logrando únicamente salvar al Sr. J. Refugio Camacho, quien fue desterrado. 

 

El Sr. Pablo Campos, Presidente Municipal del 25 de mayo al 2 de octubre de ese año de 1916, gran amigo del General desde su tierna infancia, salvó a muchos inocentes sin previo aviso a de Santiago, el cual le perdonaba su intromisión, con motivo de su crecido afecto y a su carácter de funcionario público. Finalmente a fines de 1916, el General se retira de la región que dejó pacifica (Por no decir aterrorizada con su mal proceder).

 

Un movimiento rebelde aparentemente de importancia, se suscitó en Guadalajara, con el pronunciamiento del Gral. Enrique Estrada, el 6 de diciembre de 1923, con el objeto de derrocar al Presidente de la República Gral. Álvaro Obregón, pretextando que éste pretendía imponer la candidatura del C. Gral. Plutarco Elías Calles, a la Primera Magistratura de la Nación. No obstante, a los pocos días se supo que los sublevados pretendían sostener con las armas en la mano, la candidatura del C. Adolfo de la Huerta. El pronunciamiento fue secundado por el Gral. Guadalupe Sánchez, en Veracruz, y con él el General Francisco de Santiago Villegas, quien formaba parte de su estado mayor.

 

En Colotlán el Sr. Herminio Sánchez y Sánchez, en acuerdo con el General de Santiago, que operaba en Veracruz, secundó el movimiento y dado su carácter de organizador, pronto logró reunir más de mil hombres con los que amenazó Zacatecas a fines de enero de 1924. Ya había puesto sitio a la ciudad, cuando supo que Adolfo de la Huerta, Jefe supremo del movimiento, había huido al extranjero y que sus partidarios habían sido vencidos en Ocotlán, Jal., y en la Esperanza, Veracruz, donde perdió la vida también el General de Santiago.

 

Después de la derrota que les infligieron a los rebeldes Delahuertistas en Puebla, el 23 de diciembre de 1923,  fueron obligados a abandonar esta ciudad y se concentraron en el frente oriental con los restos de sus tropas. Allí se encontraba el grueso de las fuerzas mandadas por el General Guadalupe Sánchez, quien se posesionó en la estación de la Esperanza, Veracruz logrando fortificarla en una extensión de más de diez kilómetros, para decidir la suerte de su partido.

 

Desde el día 25 de Enero de 1924, había empezado el General obregonista Eugenio Martínez a preparar el avance de sus tropas sobre los rebeldes posicionados en la estación de trenes de la Esperanza y defendidas por el General Guadalupe Sánchez, quien tenía a sus órdenes  a los Generales Fortunato Mayacotte, José Villanueva Garza, Cesáreo Castro, Pedro González, Fernando Reyes, Lechuga, General Francisco de Santiago y otros más, con un gran efectivo de tropa. El General Martínez, por su parte, avanzaba por las vías de los ferrocarriles llevando a sus órdenes a los generales Andrew Almazán, Urbalejo, Figueroa, Lucas González, Benigno Serratos, Heriberto Jara, Anacleto López, Quevedo y varios mas.

 

A las siete horas del día 29 de enero del 1924 se inicio el ataque a Esperanza; Por el flanco izquierdo avanzaba con fuerte contingente el General Almazán con objetó de cortar al enemigo, que al mando de Pedro González se encontraba en San Pedro con instrucciones de detener el avancé del General Anacleto López que avanzaba por la vía del Mexicano. Por el flanco derecho avanzaba otro fuerte contingente al mando del General Quevedo, a fin de evitar que el enemigo pudiera sacar su material rodante. La artillería mas a la derecha al mando de Urbalejo para proteger el avancé del General Topete. A las ocho del mismo día se inicio el combate que fue aumentando de intensidad a medida que trascurría el tiempo, a las nueve treinta horas el tren del General Pedro González retrocedía protegido por las caballerías, con intención de llegar a la Esperanza, pero el General Almazán ya se había colocado en la estación, registrándose un reñidísimo combate cuerpo a cuerpo, en que el enemigo pugnaba por defender el tren y el General Almazán, por recuperarlo, lo que consiguió después de media hora de encarnizada lucha; habiendo escapado milagrosamente el General Pedro González y otros jefes. En los instantes en que el general Almazán capturaba el tren de González, salía de la estación,  el tren del general Guadalupe Sánchez, el que después de una terrible resistencia fue capturado por los Generales Topete, Lucas González y Quevedo. En la defensa de este tren, Murió el general Francisco de Santiago y el coronel Rafael Sánchez de la Vega jefes de Estado Mayor del General Guadalupe Sánchez, y un crecido numero de jefes y oficiales que formaban el cuartel general del mismo. Suceso este que ocurrió entre las 10:00 y las 11:00 horas del día 29 de Enero de 1924.

 

Al saberse la noticia de la derrota de los Delahuertistas, el Sr. Herminio Sánchez Sánchez se volvió a Colotlán, la mayor parte de sus subordinados volvió a sus hogares, algunos hasta sin amnistiarse. Él y otros rebeldes distinguidos como Justo de Ávila, que más tarde había de tomar parte en la Rebelión Cristera, así como Pedro Quintanar, se amnistiaron oportunamente.

Fuentes:

Historia de Colotlán.  Gabriel Ramos González.

Pagina de Internet”: La mesa de Maria de León”