Thursday, November 1, 2012

General Francisco de Santiago Villegas


Se dice que el General Francisco de Santiago nació en Santa Inés, municipio de Huejúcar, Jalisco,  siendo hijo del Sr. Ignacio de Santiago quien radicaba en la Mesa de María de León, del mismo municipio, y que por  allá por los años de 1885, obtuvo trabajo como mayordomo en la Mesa de Guadalupe del municipio de Colotlán; pero atento a la educación de su hijo, lo dejó en Colotlán, con el propósito de que asistiera a la escuela del lugar en donde el joven Francisco cursó su educación básica.  Fue en esta población que el niño Francisco alcanzo plenamente la adolescencia y se relaciono con la gente de la comunidad, llegando a tener fuerte amistad con algunas de las familias mas influyentes en el poblado, y sobre todo estrecho lazos con los jóvenes de su edad, e incluido Herminio Sánchez Sánchez, que era varios anos menor que el. En ausencia de sus padres se forjo también ese carácter decidido, responsable y estricto que le caracterizo toda su vida y que pese a enfrentar grandes pruebas jamás se arrendó, regresando siempre con gran empecinamiento hasta conseguir sus objetivos.

 

Los padres de aquella época eran en extremo exigentes y duros con sus hijos, y don Ignacio de Santiago, no lo era menos, así que por una desobediencia de Francisco que no agradó a su padre, éste lo azotó duramente, lo que motivó que abandonara el hogar paterno y se diera de alta en el ejército, alcanzando el grado de Capitán en solo cinco años. Al cabo de ese tiempo, pidió y obtuvo su baja, trasladándose a Norteamérica, yendo a radicarse al Rey, California; donde encontró trabajo sin dificultades.

 

Pero a raíz de la Revolución y durante el triunfo de las huestes Maderistas, se le vuelve a ver, ya con el grado de Coronel, a las órdenes del Gral. Manuel M. Diéguez. Es entonces cuando se le comisiona por primera vez en Guadalajara, para que viniera a pacificar nuestra región, pero de éste lado de Tequila en una barranca bastante profunda y por cuyo fondo venia de Santiago con más de 1000 soldados, los villistas les tendieron una emboscada e hicieron tal matazón, que el suelo desde lo alto de la barranca daba la impresión de un gran maizal por la gran cantidad de cadáveres que quedaron en el fondo de dicha barranca. Actualmente dicha barranca se llama de Las Cruces, por el gran número de cruces que hay ahí. El coronel de Santiago y algunos de sus soldados lograron salvarse y poco después vuelve a nuestra región por el mismo camino en que lo emboscaron, pero ahora con toda clase de precauciones: manda un regimiento por la parte izquierda de la barranca y otro por la parte derecha arriba de la barranca y de Santiago con otro regimiento, avanza por el fondo de la barranca, atravesando el mismo lugar en que lo emboscaron. Esta vez los regimientos que avanzaban por la parte superior de la barranca, sorprenden a los villistas que se aprestaban a emboscar nuevamente al Coronel de Santiago, batiéndolos y dispersándolos por completo por la sierra.

 

Es entonces cuando el Coronel de Santiago con sólo 700 soldados de línea, perfectamente municionados, derroto en Santa Teresa, municipio de Monte Escobedo, Zac., a los Bañuelos, Justo Ávila y Néstor Ulloa, quienes con tres mil hombres le oponen tenaz resistencia sin resultados favorables. Este sonado triunfo le abrió las puertas de la fama, siendo ascendido inmediatamente a General.

 

Mil novecientos dieciséis, es año de pesadumbre y horror. Fue llamado el año del hambre, por que la gente moría por falta de alimento. El maíz no se conocía ni aún en las bodegas de las personas económicamente más pudientes. Hubo casos en que a manera de trueque, una medida de maíz de cinco litros, se daba por otra llena de monedas entre pesos fuertes y otras de menor valor. El bandolerismo y el pillaje azolaban la región y tal vez debido a tan tremendas circunstancias, el Gral. De Santiago se volvió sanguinario. Se desató una ola de terror, que ponía los pelos de punta a la mayoría de los ciudadanos. Muchas personas fueron ahorcadas en las afueras de la población. En el camino que conduce a Acaponeta, los mezquites son mudos testigos de tan abominable proceder, ya que, según se ha comprobado, muchas personas murieron ahorcadas, existió en dicho lugar un mezquite tan grande, que llegaron a dejar hasta 40 personas colgadas del mismo, semejando racimos de uvas. Cuentan los que vivieron en dicha época que el citado mezquite se secó y la misma gente de por aquí lo cortó desde abajo. Se olvidó el imperio de la ley y la compasión humanitaria. Bastaba con que alguien de negras entrañas denunciara a otro como autor de cierta y cuales desacatadas actividades, para que sin causa ni proceso se le ahorcara sin piedad.    

 

El Sr. Lic. Bartolo Ramos Aréchiga, juez de Primera Instancia de éste lugar y originario de Colotlán, intercedió en varias ocasiones ante el Gral. de Santiago, salvando a muchas personas de ser ahorcadas. En cierta ocasión el Sr. Refugio Camacho, ahijado del Lic. Ramos Aréchiga, junto con otras personas del pueblo, fueron hasta la Hacienda de Encarnación, perteneciente a Villanueva, Zac., e impelidos por el hambre, se robaron gran cantidad de cargas de maíz, con lo que mitigaron el hambre de muchas gentes de Colotlán. Enterado le Gral. de Santiago, mandó detener a todos los que habían ido a robarse el maíz y los sentenció a la horca. Enterado el Lic. Bartolo Ramos Aréchiga, de tal actitud, fue con el Gral. De Santiago a interceder por los condenados a muerte, logrando únicamente salvar al Sr. J. Refugio Camacho, quien fue desterrado. 

 

El Sr. Pablo Campos, Presidente Municipal del 25 de mayo al 2 de octubre de ese año de 1916, gran amigo del General desde su tierna infancia, salvó a muchos inocentes sin previo aviso a de Santiago, el cual le perdonaba su intromisión, con motivo de su crecido afecto y a su carácter de funcionario público. Finalmente a fines de 1916, el General se retira de la región que dejó pacifica (Por no decir aterrorizada con su mal proceder).

 

Un movimiento rebelde aparentemente de importancia, se suscitó en Guadalajara, con el pronunciamiento del Gral. Enrique Estrada, el 6 de diciembre de 1923, con el objeto de derrocar al Presidente de la República Gral. Álvaro Obregón, pretextando que éste pretendía imponer la candidatura del C. Gral. Plutarco Elías Calles, a la Primera Magistratura de la Nación. No obstante, a los pocos días se supo que los sublevados pretendían sostener con las armas en la mano, la candidatura del C. Adolfo de la Huerta. El pronunciamiento fue secundado por el Gral. Guadalupe Sánchez, en Veracruz, y con él el General Francisco de Santiago Villegas, quien formaba parte de su estado mayor.

 

En Colotlán el Sr. Herminio Sánchez y Sánchez, en acuerdo con el General de Santiago, que operaba en Veracruz, secundó el movimiento y dado su carácter de organizador, pronto logró reunir más de mil hombres con los que amenazó Zacatecas a fines de enero de 1924. Ya había puesto sitio a la ciudad, cuando supo que Adolfo de la Huerta, Jefe supremo del movimiento, había huido al extranjero y que sus partidarios habían sido vencidos en Ocotlán, Jal., y en la Esperanza, Veracruz, donde perdió la vida también el General de Santiago.

 

Después de la derrota que les infligieron a los rebeldes Delahuertistas en Puebla, el 23 de diciembre de 1923,  fueron obligados a abandonar esta ciudad y se concentraron en el frente oriental con los restos de sus tropas. Allí se encontraba el grueso de las fuerzas mandadas por el General Guadalupe Sánchez, quien se posesionó en la estación de la Esperanza, Veracruz logrando fortificarla en una extensión de más de diez kilómetros, para decidir la suerte de su partido.

 

Desde el día 25 de Enero de 1924, había empezado el General obregonista Eugenio Martínez a preparar el avance de sus tropas sobre los rebeldes posicionados en la estación de trenes de la Esperanza y defendidas por el General Guadalupe Sánchez, quien tenía a sus órdenes  a los Generales Fortunato Mayacotte, José Villanueva Garza, Cesáreo Castro, Pedro González, Fernando Reyes, Lechuga, General Francisco de Santiago y otros más, con un gran efectivo de tropa. El General Martínez, por su parte, avanzaba por las vías de los ferrocarriles llevando a sus órdenes a los generales Andrew Almazán, Urbalejo, Figueroa, Lucas González, Benigno Serratos, Heriberto Jara, Anacleto López, Quevedo y varios mas.

 

A las siete horas del día 29 de enero del 1924 se inicio el ataque a Esperanza; Por el flanco izquierdo avanzaba con fuerte contingente el General Almazán con objetó de cortar al enemigo, que al mando de Pedro González se encontraba en San Pedro con instrucciones de detener el avancé del General Anacleto López que avanzaba por la vía del Mexicano. Por el flanco derecho avanzaba otro fuerte contingente al mando del General Quevedo, a fin de evitar que el enemigo pudiera sacar su material rodante. La artillería mas a la derecha al mando de Urbalejo para proteger el avancé del General Topete. A las ocho del mismo día se inicio el combate que fue aumentando de intensidad a medida que trascurría el tiempo, a las nueve treinta horas el tren del General Pedro González retrocedía protegido por las caballerías, con intención de llegar a la Esperanza, pero el General Almazán ya se había colocado en la estación, registrándose un reñidísimo combate cuerpo a cuerpo, en que el enemigo pugnaba por defender el tren y el General Almazán, por recuperarlo, lo que consiguió después de media hora de encarnizada lucha; habiendo escapado milagrosamente el General Pedro González y otros jefes. En los instantes en que el general Almazán capturaba el tren de González, salía de la estación,  el tren del general Guadalupe Sánchez, el que después de una terrible resistencia fue capturado por los Generales Topete, Lucas González y Quevedo. En la defensa de este tren, Murió el general Francisco de Santiago y el coronel Rafael Sánchez de la Vega jefes de Estado Mayor del General Guadalupe Sánchez, y un crecido numero de jefes y oficiales que formaban el cuartel general del mismo. Suceso este que ocurrió entre las 10:00 y las 11:00 horas del día 29 de Enero de 1924.

 

Al saberse la noticia de la derrota de los Delahuertistas, el Sr. Herminio Sánchez Sánchez se volvió a Colotlán, la mayor parte de sus subordinados volvió a sus hogares, algunos hasta sin amnistiarse. Él y otros rebeldes distinguidos como Justo de Ávila, que más tarde había de tomar parte en la Rebelión Cristera, así como Pedro Quintanar, se amnistiaron oportunamente.

Fuentes:

Historia de Colotlán.  Gabriel Ramos González.

Pagina de Internet”: La mesa de Maria de León”

1 Comments:

Blogger alinussp said...

Hola. Soy bisnieta del General Francisco de Santiago. Me encantaría saber más sobre su historia. Tengo fotos y cartas, su historia algo diferente según mi bisabuela Delfina. Mi correo es alinussp@gmail.com gracias

30 August, 2020 20:08  

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