General Francisco de Santiago Villegas
Se dice que el General Francisco de Santiago
nació en Santa Inés, municipio de Huejúcar, Jalisco, siendo hijo del Sr. Ignacio de Santiago quien
radicaba en la Mesa
de María de León, del mismo municipio, y que por allá por los años de 1885, obtuvo trabajo
como mayordomo en la Mesa
de Guadalupe del municipio de Colotlán; pero atento a la educación de su hijo,
lo dejó en Colotlán, con el propósito de que asistiera a la escuela del lugar en
donde el joven Francisco cursó su educación básica. Fue en esta población que el niño Francisco
alcanzo plenamente la adolescencia y se relaciono con la gente de la comunidad,
llegando a tener fuerte amistad con algunas de las familias mas influyentes en
el poblado, y sobre todo estrecho lazos con los jóvenes de su edad, e incluido
Herminio Sánchez Sánchez, que era varios anos menor que el. En ausencia de sus
padres se forjo también ese carácter decidido, responsable y estricto que le
caracterizo toda su vida y que pese a enfrentar grandes pruebas jamás se
arrendó, regresando siempre con gran empecinamiento hasta conseguir sus
objetivos.
Los padres de aquella época eran en extremo
exigentes y duros con sus hijos, y don Ignacio de Santiago, no lo era menos,
así que por una desobediencia de Francisco que no agradó a su padre, éste lo
azotó duramente, lo que motivó que abandonara el hogar paterno y se diera de
alta en el ejército, alcanzando el grado de Capitán en solo cinco años. Al cabo
de ese tiempo, pidió y obtuvo su baja, trasladándose a Norteamérica, yendo a
radicarse al Rey, California; donde encontró trabajo sin dificultades.
Pero a raíz de la Revolución y durante el
triunfo de las huestes Maderistas, se le vuelve a ver, ya con el grado de
Coronel, a las órdenes del Gral. Manuel M. Diéguez. Es entonces cuando se le
comisiona por primera vez en Guadalajara, para que viniera a pacificar nuestra
región, pero de éste lado de Tequila en una barranca bastante profunda y por
cuyo fondo venia de Santiago con más de 1000 soldados, los villistas les
tendieron una emboscada e hicieron tal matazón, que el suelo desde lo alto de
la barranca daba la impresión de un gran maizal por la gran cantidad de
cadáveres que quedaron en el fondo de dicha barranca. Actualmente dicha
barranca se llama de Las Cruces, por el gran número de cruces que hay ahí. El
coronel de Santiago y algunos de sus soldados lograron salvarse y poco después
vuelve a nuestra región por el mismo camino en que lo emboscaron, pero ahora
con toda clase de precauciones: manda un regimiento por la parte izquierda de
la barranca y otro por la parte derecha arriba de la barranca y de Santiago con
otro regimiento, avanza por el fondo de la barranca, atravesando el mismo lugar
en que lo emboscaron. Esta vez los regimientos que avanzaban por la parte
superior de la barranca, sorprenden a los villistas que se aprestaban a
emboscar nuevamente al Coronel de Santiago, batiéndolos y dispersándolos por
completo por la sierra.
Es entonces cuando el Coronel de Santiago con
sólo 700 soldados de línea, perfectamente municionados, derroto en Santa
Teresa, municipio de Monte Escobedo, Zac., a los Bañuelos, Justo Ávila y Néstor
Ulloa, quienes con tres mil hombres le oponen tenaz resistencia sin resultados
favorables. Este sonado triunfo le abrió las puertas de la fama, siendo
ascendido inmediatamente a General.
Mil novecientos dieciséis, es año de pesadumbre
y horror. Fue llamado el año del hambre, por que la gente moría por falta de
alimento. El maíz no se conocía ni aún en las bodegas de las personas
económicamente más pudientes. Hubo casos en que a manera de trueque, una medida
de maíz de cinco litros, se daba por otra llena de monedas entre pesos fuertes
y otras de menor valor. El bandolerismo y el pillaje azolaban la región y tal
vez debido a tan tremendas circunstancias, el Gral. De Santiago se volvió
sanguinario. Se desató una ola de terror, que ponía los pelos de punta a la
mayoría de los ciudadanos. Muchas personas fueron ahorcadas en las afueras de
la población. En el camino que conduce a Acaponeta, los mezquites son mudos
testigos de tan abominable proceder, ya que, según se ha comprobado, muchas
personas murieron ahorcadas, existió en dicho lugar un mezquite tan grande, que
llegaron a dejar hasta 40 personas colgadas del mismo, semejando racimos de
uvas. Cuentan los que vivieron en dicha época que el citado mezquite se secó y
la misma gente de por aquí lo cortó desde abajo. Se olvidó el imperio de la ley
y la compasión humanitaria. Bastaba con que alguien de negras entrañas
denunciara a otro como autor de cierta y cuales desacatadas actividades, para
que sin causa ni proceso se le ahorcara sin piedad.
El Sr. Lic. Bartolo Ramos Aréchiga, juez de
Primera Instancia de éste lugar y originario de Colotlán, intercedió en varias
ocasiones ante el Gral. de Santiago, salvando a muchas personas de ser
ahorcadas. En cierta ocasión el Sr. Refugio Camacho, ahijado del Lic. Ramos
Aréchiga, junto con otras personas del pueblo, fueron hasta la Hacienda de Encarnación,
perteneciente a Villanueva, Zac., e impelidos por el hambre, se robaron gran
cantidad de cargas de maíz, con lo que mitigaron el hambre de muchas gentes de
Colotlán. Enterado le Gral. de Santiago, mandó detener a todos los que habían
ido a robarse el maíz y los sentenció a la horca. Enterado el Lic. Bartolo
Ramos Aréchiga, de tal actitud, fue con el Gral. De Santiago a interceder por
los condenados a muerte, logrando únicamente salvar al Sr. J. Refugio Camacho,
quien fue desterrado.
El Sr. Pablo Campos, Presidente Municipal del
25 de mayo al 2 de octubre de ese año de 1916, gran amigo del General desde su
tierna infancia, salvó a muchos inocentes sin previo aviso a de Santiago, el
cual le perdonaba su intromisión, con motivo de su crecido afecto y a su
carácter de funcionario público. Finalmente a fines de 1916, el General se
retira de la región que dejó pacifica (Por no decir aterrorizada con su mal
proceder).
Un movimiento rebelde aparentemente de
importancia, se suscitó en Guadalajara, con el pronunciamiento del Gral.
Enrique Estrada, el 6 de diciembre de 1923, con el objeto de derrocar al
Presidente de la
República Gral. Álvaro Obregón, pretextando que éste
pretendía imponer la candidatura del C. Gral. Plutarco Elías Calles, a la Primera Magistratura
de la Nación. No
obstante, a los pocos días se supo que los sublevados pretendían sostener con
las armas en la mano, la candidatura del C. Adolfo de la Huerta. El
pronunciamiento fue secundado por el Gral. Guadalupe Sánchez, en Veracruz, y
con él el General Francisco de Santiago Villegas, quien formaba parte de su
estado mayor.
En Colotlán el Sr. Herminio Sánchez y Sánchez,
en acuerdo con el General de Santiago, que operaba en Veracruz, secundó el
movimiento y dado su carácter de organizador, pronto logró reunir más de mil
hombres con los que amenazó Zacatecas a fines de enero de 1924. Ya había puesto
sitio a la ciudad, cuando supo que Adolfo de la Huerta , Jefe supremo del
movimiento, había huido al extranjero y que sus partidarios habían sido
vencidos en Ocotlán, Jal., y en la
Esperanza , Veracruz, donde perdió la vida también el General
de Santiago.
Después de la derrota que les infligieron a los
rebeldes Delahuertistas en Puebla, el 23 de diciembre de 1923, fueron obligados a abandonar esta ciudad y se
concentraron en el frente oriental con los restos de sus tropas. Allí se
encontraba el grueso de las fuerzas mandadas por el General Guadalupe Sánchez,
quien se posesionó en la estación de la Esperanza , Veracruz logrando fortificarla en una
extensión de más de diez kilómetros, para decidir la suerte de su partido.
Desde el día 25 de Enero de 1924, había
empezado el General obregonista Eugenio Martínez a preparar el avance de sus
tropas sobre los rebeldes posicionados en la estación de trenes de la Esperanza y defendidas
por el General Guadalupe Sánchez, quien tenía a sus órdenes a los Generales Fortunato Mayacotte, José
Villanueva Garza, Cesáreo Castro, Pedro González, Fernando Reyes, Lechuga,
General Francisco de Santiago y otros más, con un gran efectivo de tropa. El
General Martínez, por su parte, avanzaba por las vías de los ferrocarriles llevando
a sus órdenes a los generales Andrew Almazán, Urbalejo, Figueroa, Lucas
González, Benigno Serratos, Heriberto Jara, Anacleto López, Quevedo y varios
mas.
A las siete horas del día 29 de enero del 1924
se inicio el ataque a Esperanza; Por el flanco izquierdo avanzaba con fuerte
contingente el General Almazán con objetó de cortar al enemigo, que al mando de
Pedro González se encontraba en San Pedro con instrucciones de detener el
avancé del General Anacleto López que avanzaba por la vía del Mexicano. Por el
flanco derecho avanzaba otro fuerte contingente al mando del General Quevedo, a
fin de evitar que el enemigo pudiera sacar su material rodante. La artillería
mas a la derecha al mando de Urbalejo para proteger el avancé del General
Topete. A las ocho del mismo día se inicio el combate que fue aumentando de
intensidad a medida que trascurría el tiempo, a las nueve treinta horas el tren
del General Pedro González retrocedía protegido por las caballerías, con
intención de llegar a la Esperanza ,
pero el General Almazán ya se había colocado en la estación, registrándose un
reñidísimo combate cuerpo a cuerpo, en que el enemigo pugnaba por defender el
tren y el General Almazán, por recuperarlo, lo que consiguió después de media
hora de encarnizada lucha; habiendo escapado milagrosamente el General Pedro
González y otros jefes. En los instantes en que el general Almazán capturaba el
tren de González, salía de la estación, el tren del general Guadalupe Sánchez, el que
después de una terrible resistencia fue capturado por los Generales Topete,
Lucas González y Quevedo. En la defensa de este tren, Murió el general
Francisco de Santiago y el coronel Rafael Sánchez de la Vega jefes de Estado Mayor
del General Guadalupe Sánchez, y un crecido numero de jefes y oficiales que
formaban el cuartel general del mismo. Suceso este que ocurrió entre las 10:00
y las 11:00 horas del día 29 de Enero de 1924.
Al saberse la noticia de la derrota de los
Delahuertistas, el Sr. Herminio Sánchez Sánchez se volvió a Colotlán, la mayor
parte de sus subordinados volvió a sus hogares, algunos hasta sin amnistiarse.
Él y otros rebeldes distinguidos como Justo de Ávila, que más tarde había de
tomar parte en la
Rebelión Cristera , así como Pedro Quintanar, se amnistiaron
oportunamente.
Fuentes:
Historia de Colotlán. Gabriel Ramos González.
Pagina de Internet”: La mesa de Maria de León”
1 Comments:
Hola. Soy bisnieta del General Francisco de Santiago. Me encantaría saber más sobre su historia. Tengo fotos y cartas, su historia algo diferente según mi bisabuela Delfina. Mi correo es alinussp@gmail.com gracias
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