El Santísimo Fraude Trinitario
o
Los Desencuentros del Poder
No es casualidad que la mitad y más de la población mexicana, se encuentre renuente a aceptar las medidas políticas, económicas y sociales de los nuevos regimenes panistas. En Jalisco, la población se aglutina ante un mismo grito de enojo y batalla: ¡No, al placazo! Cada sexenio, el gobernador entrante introduce un nuevo blasón y escudo de armas para enaltecer su reinado y sus serviles ciudadanos, a monsergas y regañadientes no les queda otra, que aceptar la medida. Pagar los honorosos impuestos por el cambio de placas y el monarca en funciones obtiene recursos frescos para la real pompa de su corte, o por lo menos para pagar los cuantiosos gastos de la campaña que lo llevaron al poder. Como dice el dicho: “Las correas tienen que salir del mismo cuero” O que pensaban ilusos ciudadanos, que los gastos y derroches de la campaña, los iban a pagar los innombrables, la iglesia, los candidatos o la divina providencia. No señores, el circo fue para el pueblo y el pueblo lo paga con los mismos o nuevos impuestos.
La verdad es que a todo lo largo y ancho del país crece y se fortalece un tremendo fantasma, el fantasma del descontento y la insatisfacción. Los mexicanos solo en tres circunstancias nos habíamos regodeado en gozar la plena y verdadera democracia: durante la republica restaurada, con Juárez. Después de la revolución con Francisco I Madero y muy recientemente con Vicente Fox. Cuando en el año 2000, finalmente se respeto la voluntad popular y el presidente Zadillo cedió el poder a la oposición leal. Todos imaginamos que a partir de ese momento histórico, se abriría una época única en la vida de los mexicanos, que finalmente la voluntad popular, bien o mal, decidiría su futuro. Tremenda equivocación, jamás imaginamos que después de mas de sesenta años de fraudes, el primer presidente democrático de nuestro país, se convertiría en el peor traidor a la democracia. Manipulado por un grupo de arribistas, aprisionado en las garras de su mujer y corrupta parentela, presionado por su partido, dejo ver el más corriente y despreciable cobre. No estaba construido con el material de los héroes, sino con el más burdo desperdicio chino. Fox, sus amigos y su partido, habían asimilado demasiado bien y demasiado rápido las lecciones de su hermano mayor, el PRI y muy pronto superaron sus enseñanzas y se convirtieron en increíbles presdigitadores y maquillistas de la realidad. Fox no fue capaz de imponer su divino dedo sobre su partido y el chaparrito Calderón saliéndose del huacal desde muy temprano, se convirtió en el preciso. Bajo esas circunstancias se preparo el fraude más aparatoso del siglo XXI mexicano, los amigos de Calderón se apoderaron del IFE, su cuñado diseño el novísimo SOFTWARE que haría posible el fraude. Acuerdos y compromisos se firmaron bajo las mesa y a ojos vistos, con los factores reales del poder, la iglesia, los medios de comunicación, los empresarios, los burócratas de todas las latitudes del país y desde luego los innombrables. Las traiciones al interior de los mismos partidos fue otra herramienta sabiamente utilizada y los máximos tribunales de la nación, encargados de ratificar la elección no fueron parte ajena de este complot.
Las armas de la reacción se apuntaron despiadadamente sobre el único candidato que podía representar peligro, el peje, individuo carismático, testarudo, anticuado, controvertido, pero multitudinariamente aceptado. El virtual presidente de México por meses e incluso años consecutivos. Su soberbia y falta de humildad lo llevaron a cometer errores que bien capitalizados por la derecha retrograda, hicieron dudar de su éxito, de la pertinencia de su gobierno e incluso de su salud mental. Los medios de comunicación volcados en una feroz campaña de defenestración desdibujaron aún más su anticuada plataforma política. Bajo esas circunstancias, fue posible creer en un empate o incluso en la derrota del partido de los pobres, de los desamparados, de los miserables, de los justos y los anacrónicos. Después de la desafortunada participación del presidente del consejo electoral (que declaro formal presidente de México a su amigo Calderón) y de un prudente tiempo de esperara para dejar que se asentaran los ánimos, la puntilla corrió a cargo del máximo tribunal judicial de la republica, y el primer presidente espurio del siglo XXI, fue ungido con la aprobación unánime de todos los factores del poder, pero con la sensible ausencia del pueblo, del verdadero pueblo de México, los pobres
Para las elecciones de julio de 2006, el aparato estatal panista se movió con la velocidad de la cobra para asegurar su victoria. Los viejos y los nuevos métodos de fraude electoral fueron puestos en marcha y el pobre peje y su partido, no supieron ni de donde les cayó el chuahuistle. A mi me toco ver desfilar la caravana de autobuses panistas que votaron en Colotlán, apoyando a los candidatos de su partido en los distintos niveles de gobierno. Nunca habíamos tenido tantos turistas en Colotlán de la ciudad de Guadalajara, como ese día de las elecciones y fueron muy pocos los cinturones que se vendieron y la derrama económica que dejaron. Me supongo que eso que me toco ver en Colotlán, sucedió en todo el estado de Jalisco y probablemente en muchos estados de la republica. Pude ver también como el candidato del PAN en el municipio, obsequiaba aparatos electrodomésticos en los barrios de Colotlán. Vi las fotografías de los tinacos que estaba regalando en la UNIRSE, supe de los muchos ofrecimientos de trabajo y de favores que hizo como candidato a los indecisos, que finalmente si votaron por él. Escuche muchos rumores de tres millones de pesos, utilizados en la compra de los votos que le hacían falta para remontar el empate técnico con el candidato del PRI. Supe que el día del cierre de campaña hubo una o varias tiendas donde se podía consumir bebidas de todo tipo a y a discreción, todo bajo la generosa cuenta del partido. Todos los burócratas panistas llenaron sus quinielas de votantes, comprándolos con favores, servicios, dineros, suplicas, chantajes e incluso mentiras. Fue evidente la participación del papá del candidato acarreando votantes de diferentes comunidades el día de la elección, así como fui testigo del conspicuo papel que jugaron algunos de los miembros más recalcitrantes del bolillo, apostados en las esquinas de algunas de las casillas, girando instrucciones o ayudando a verificar que los electores comprados, hicieran honor a su palabra.
Y que decir del flamante Secretario de Gobernación del actual régimen Calderonista, fiel a su firme vocación autoritaria ,apaleador de los globalifóbicos y como no lo dice con mucha claridad el gobernador de Coahuila, firme y preclaro concertador de voluntades extraviadas; los innombrables y el gobierno. Fue precisamente el, el genial artífice de la brillante campaña que termino con las ingenuas esperanzas de los priistas jaliscienses de hacerse de nuevo del poder. Apoyó con todo su poder económico y sin condiciones al candidato priista en las campañas internas, para sacarlo candidato y cuando éste había ganado la voluntad de su electorado, dejo caer como un balde de agua fría sus previas y oscuras relaciones con los oscuros dueños de Guadalajara, Jalisco y probablemente de todo el país. El candidato panista, ni siquiera se tomo la atención de ganar el apoyo de los jaliscienses, públicamente declaro: Voten por quien quieran, de todas formas voy a ganar yo. Efectivamente a pocos días de las elecciones pusieron en jaque al candidato priista, con la espada de Damocles pendiendo amenazante en el aire, para cortar su cabeza. Así que el día que ganó la elección y que se la robaron con una cifra escandalosa, no dijo ni pío. Y bueno, yo lo entiendo como iba a hacer para gobernar desde el frescotambo, se mudaría el gobierno a la cárcel, y todo mundo tendría que venir a hacer antesala a Puente Grande. Además lo bonito de ser gobernador, es gastar los millones de pesos en suntuosos viajes al extranjero y este gobernador no podría salir tan fácilmente y se vería mal que se escapara como un reconocido huésped de este penal. Hizo de tripas corazón y se apresuro a levantar el brazo triunfador de su sonriente contrincante. Con la mafia no se puede, dicen que rumio entre dientes el perdedor.
Tres gobernantes panistas, y tres razones más para no creer en la democracia, lo peor de todo, es que vienen para quedarse. Así lo han dicho “Estaremos aquí por los próximos veinte o treinta años” quizás pensando con nostalgia en el fecundo gobierno porfirista, y previendo un futuro más acorde con sus deseos. Sin Juárez y sus leyes de reforma, sin revolución y sus reparto de tierras, sin separación de poderes y la plenitud del poder temporal de la iglesia católica. Sin huelgas obreras, libros de texto, conflictos electorales, costumbres licenciosas, comunistas, anarquistas y pobres que protesten.
Pero eso si, días plenos de televisa y fútbol, ceremonias religiosas, y cada vez más gordos ricos mexicanos, adornando las revistas de Forbes y acaparando los primeros peldaños de escandalosa riqueza. Nuestro futuro y nuestra cruz.
P.D. Peje desde el día de la elección se decreto tu inexistencia, porque te empeñas en seguir respirando.
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Los Desencuentros del Poder
No es casualidad que la mitad y más de la población mexicana, se encuentre renuente a aceptar las medidas políticas, económicas y sociales de los nuevos regimenes panistas. En Jalisco, la población se aglutina ante un mismo grito de enojo y batalla: ¡No, al placazo! Cada sexenio, el gobernador entrante introduce un nuevo blasón y escudo de armas para enaltecer su reinado y sus serviles ciudadanos, a monsergas y regañadientes no les queda otra, que aceptar la medida. Pagar los honorosos impuestos por el cambio de placas y el monarca en funciones obtiene recursos frescos para la real pompa de su corte, o por lo menos para pagar los cuantiosos gastos de la campaña que lo llevaron al poder. Como dice el dicho: “Las correas tienen que salir del mismo cuero” O que pensaban ilusos ciudadanos, que los gastos y derroches de la campaña, los iban a pagar los innombrables, la iglesia, los candidatos o la divina providencia. No señores, el circo fue para el pueblo y el pueblo lo paga con los mismos o nuevos impuestos.
La verdad es que a todo lo largo y ancho del país crece y se fortalece un tremendo fantasma, el fantasma del descontento y la insatisfacción. Los mexicanos solo en tres circunstancias nos habíamos regodeado en gozar la plena y verdadera democracia: durante la republica restaurada, con Juárez. Después de la revolución con Francisco I Madero y muy recientemente con Vicente Fox. Cuando en el año 2000, finalmente se respeto la voluntad popular y el presidente Zadillo cedió el poder a la oposición leal. Todos imaginamos que a partir de ese momento histórico, se abriría una época única en la vida de los mexicanos, que finalmente la voluntad popular, bien o mal, decidiría su futuro. Tremenda equivocación, jamás imaginamos que después de mas de sesenta años de fraudes, el primer presidente democrático de nuestro país, se convertiría en el peor traidor a la democracia. Manipulado por un grupo de arribistas, aprisionado en las garras de su mujer y corrupta parentela, presionado por su partido, dejo ver el más corriente y despreciable cobre. No estaba construido con el material de los héroes, sino con el más burdo desperdicio chino. Fox, sus amigos y su partido, habían asimilado demasiado bien y demasiado rápido las lecciones de su hermano mayor, el PRI y muy pronto superaron sus enseñanzas y se convirtieron en increíbles presdigitadores y maquillistas de la realidad. Fox no fue capaz de imponer su divino dedo sobre su partido y el chaparrito Calderón saliéndose del huacal desde muy temprano, se convirtió en el preciso. Bajo esas circunstancias se preparo el fraude más aparatoso del siglo XXI mexicano, los amigos de Calderón se apoderaron del IFE, su cuñado diseño el novísimo SOFTWARE que haría posible el fraude. Acuerdos y compromisos se firmaron bajo las mesa y a ojos vistos, con los factores reales del poder, la iglesia, los medios de comunicación, los empresarios, los burócratas de todas las latitudes del país y desde luego los innombrables. Las traiciones al interior de los mismos partidos fue otra herramienta sabiamente utilizada y los máximos tribunales de la nación, encargados de ratificar la elección no fueron parte ajena de este complot.
Las armas de la reacción se apuntaron despiadadamente sobre el único candidato que podía representar peligro, el peje, individuo carismático, testarudo, anticuado, controvertido, pero multitudinariamente aceptado. El virtual presidente de México por meses e incluso años consecutivos. Su soberbia y falta de humildad lo llevaron a cometer errores que bien capitalizados por la derecha retrograda, hicieron dudar de su éxito, de la pertinencia de su gobierno e incluso de su salud mental. Los medios de comunicación volcados en una feroz campaña de defenestración desdibujaron aún más su anticuada plataforma política. Bajo esas circunstancias, fue posible creer en un empate o incluso en la derrota del partido de los pobres, de los desamparados, de los miserables, de los justos y los anacrónicos. Después de la desafortunada participación del presidente del consejo electoral (que declaro formal presidente de México a su amigo Calderón) y de un prudente tiempo de esperara para dejar que se asentaran los ánimos, la puntilla corrió a cargo del máximo tribunal judicial de la republica, y el primer presidente espurio del siglo XXI, fue ungido con la aprobación unánime de todos los factores del poder, pero con la sensible ausencia del pueblo, del verdadero pueblo de México, los pobres
Para las elecciones de julio de 2006, el aparato estatal panista se movió con la velocidad de la cobra para asegurar su victoria. Los viejos y los nuevos métodos de fraude electoral fueron puestos en marcha y el pobre peje y su partido, no supieron ni de donde les cayó el chuahuistle. A mi me toco ver desfilar la caravana de autobuses panistas que votaron en Colotlán, apoyando a los candidatos de su partido en los distintos niveles de gobierno. Nunca habíamos tenido tantos turistas en Colotlán de la ciudad de Guadalajara, como ese día de las elecciones y fueron muy pocos los cinturones que se vendieron y la derrama económica que dejaron. Me supongo que eso que me toco ver en Colotlán, sucedió en todo el estado de Jalisco y probablemente en muchos estados de la republica. Pude ver también como el candidato del PAN en el municipio, obsequiaba aparatos electrodomésticos en los barrios de Colotlán. Vi las fotografías de los tinacos que estaba regalando en la UNIRSE, supe de los muchos ofrecimientos de trabajo y de favores que hizo como candidato a los indecisos, que finalmente si votaron por él. Escuche muchos rumores de tres millones de pesos, utilizados en la compra de los votos que le hacían falta para remontar el empate técnico con el candidato del PRI. Supe que el día del cierre de campaña hubo una o varias tiendas donde se podía consumir bebidas de todo tipo a y a discreción, todo bajo la generosa cuenta del partido. Todos los burócratas panistas llenaron sus quinielas de votantes, comprándolos con favores, servicios, dineros, suplicas, chantajes e incluso mentiras. Fue evidente la participación del papá del candidato acarreando votantes de diferentes comunidades el día de la elección, así como fui testigo del conspicuo papel que jugaron algunos de los miembros más recalcitrantes del bolillo, apostados en las esquinas de algunas de las casillas, girando instrucciones o ayudando a verificar que los electores comprados, hicieran honor a su palabra.
Y que decir del flamante Secretario de Gobernación del actual régimen Calderonista, fiel a su firme vocación autoritaria ,apaleador de los globalifóbicos y como no lo dice con mucha claridad el gobernador de Coahuila, firme y preclaro concertador de voluntades extraviadas; los innombrables y el gobierno. Fue precisamente el, el genial artífice de la brillante campaña que termino con las ingenuas esperanzas de los priistas jaliscienses de hacerse de nuevo del poder. Apoyó con todo su poder económico y sin condiciones al candidato priista en las campañas internas, para sacarlo candidato y cuando éste había ganado la voluntad de su electorado, dejo caer como un balde de agua fría sus previas y oscuras relaciones con los oscuros dueños de Guadalajara, Jalisco y probablemente de todo el país. El candidato panista, ni siquiera se tomo la atención de ganar el apoyo de los jaliscienses, públicamente declaro: Voten por quien quieran, de todas formas voy a ganar yo. Efectivamente a pocos días de las elecciones pusieron en jaque al candidato priista, con la espada de Damocles pendiendo amenazante en el aire, para cortar su cabeza. Así que el día que ganó la elección y que se la robaron con una cifra escandalosa, no dijo ni pío. Y bueno, yo lo entiendo como iba a hacer para gobernar desde el frescotambo, se mudaría el gobierno a la cárcel, y todo mundo tendría que venir a hacer antesala a Puente Grande. Además lo bonito de ser gobernador, es gastar los millones de pesos en suntuosos viajes al extranjero y este gobernador no podría salir tan fácilmente y se vería mal que se escapara como un reconocido huésped de este penal. Hizo de tripas corazón y se apresuro a levantar el brazo triunfador de su sonriente contrincante. Con la mafia no se puede, dicen que rumio entre dientes el perdedor.
Tres gobernantes panistas, y tres razones más para no creer en la democracia, lo peor de todo, es que vienen para quedarse. Así lo han dicho “Estaremos aquí por los próximos veinte o treinta años” quizás pensando con nostalgia en el fecundo gobierno porfirista, y previendo un futuro más acorde con sus deseos. Sin Juárez y sus leyes de reforma, sin revolución y sus reparto de tierras, sin separación de poderes y la plenitud del poder temporal de la iglesia católica. Sin huelgas obreras, libros de texto, conflictos electorales, costumbres licenciosas, comunistas, anarquistas y pobres que protesten.
Pero eso si, días plenos de televisa y fútbol, ceremonias religiosas, y cada vez más gordos ricos mexicanos, adornando las revistas de Forbes y acaparando los primeros peldaños de escandalosa riqueza. Nuestro futuro y nuestra cruz.
P.D. Peje desde el día de la elección se decreto tu inexistencia, porque te empeñas en seguir respirando.