Don Juan Quiñones era el recaudador de rentas de Colotlán en 1900 y en ese tiempo compró la hacienda del Epazote, misma que en 1900 paso a ser de don Eusebio Barragán y para 1919 La hacienda la compraron los hermanos Felipe y Antonia Macías, pero como el capital lo puso Antonia, por una dificultad entre hermanos, Toña se quedó como única dueña de la finca. Don Felipe Macías, molesto se convirtió en el promotor para que se hiciera el ejido del Epazote. Le apoyaron don Benjamín Ávila, Ubaldo Macías Y Benjamín Márquez, que fueron los que formaron una mesa directiva para hacer la solicitud de ejido, de tierras ociosas en el Epazote. En los años 40 el ejido Colotlán, invadió parte de la Hacienda y en 1945 entro el ejido del Epazote, en provisional sobre tierras ociosas. Fue en 1949 que les concedieron el derecho de tierras ociosas. Don Felipe era buena persona, muy querido por sus medieros, de forma muy parecida a don Ramón Ruiz Campos, dueño de la Aguazarca y vecino del Epazote.
Don Ramón Ruiz Campos, era un hombre cabal, muy buena gente. Nosotros llegamos a pedirle maíz cuando se escaseaba. Nos mandaba mi papá cuando estamos chicos, decía mi papa:
-Vayan al Aguazarca y díganle a don Ramón, que a ver si nos fía dos anegas de maíz.
–Sí, lo que quieran. Contestaba siempre don Ramón.
Y no sólo a nosotros ayudaba, a toda la gente. Don Agustín de Ávila, era su cuñado y le trataba de comprar toda la cosecha a don Ramón, pero no se la vendía toda, dejaba una parte para fiársela a la gente.
Le decía – No te la puedo vender toda, porqué después con que le ayudo a mis gentes del alto.
Dejaba una parte de su cosecha para fiársela a la gente. Yo anduve pizcando meses enteros con las cuadrillas en la Aguazarca, y cuando iba a partir don Ramón y en vez de acarrear su maíz acarreaba primero el maíz del mediero, con sus recuas y arrieros hasta su casa y pagando de su propia bolsa. En la Aguazarca trabajaron de medieros don Ramón Montoya, Valeriano Mota, Pancho Calderón y varios hermanos suyos,don Luis Sánchez, Pancho Haro, Ramón Solano, y todos ellos tenían animales, muchos más que el resto de los otros. Nunca pagaban pasto, y además tenían gratis la vacuna, sal y el baño. Don Ramón fue una persona excepcional, ayudaba a todo la gente, si hubiera más gente como él la gente pobre no sufría. Sus hijos fueron más inservibles, ya no le ayudaron a la gente.
En 1970, tuvimos problemas en el ejido, hasta echamos balazos con la judicial; los ejidatarios estábamos buscando una ampliación y fue en esa época que murió doña Antonia Macías, ella estaba enferma y vivía donde es del doctor Aceves. Tuvimos problemas sobre todo por qué entonces el que entró a defender las tierras fue el sobrino, Beto Macías, pero la defendía a lo salvaje… era bueno que hubiera hecho defensa normal, poniendo amparos y cosas de esas;
-No, no! Él a pura ley bruta. Había orden para ejecutar y él se oponía a que la ejecutaran en contra de la resolución presidencial, no quería que tomaran la posesión y por eso fue el problema. Llevó gente armada a Horacio Navarro, a Raúl Débora a unos que había de policía, unos chaparros bigotones los empistolaba a todos. En una ocasión llevó a unas veinte o treinta personas armadas, pero la gente se oponía a balazos y después no conforme con eso mandó a los rurales y le salimos a los rurales y nos quitaron el ganado en el potrero del arroyo.
Pensaban sacar el ganado para traérselo para Colotlán, para entonces nosotros ya habíamos solicitado los arroyos que eran de la hacienda y teníamos ya la orden. En ese rato que nos quitaron el ganado, nosotros andábamos cinco y ellos seis, y les andábamos jugando, pero enseguida llegó más gente empistolada, y a fuerzas nos quitaron los animales y los llevaron a la hacienda, donde los encerraron, para traérselo para el pueblo. Nosotros mandamos unos chiquillos a espiarlos, no nos acercábamos porque los rurales nos querían agarrar los rurales; así fue como nos avisaron que venían cinco rurales con el ganado por el camino. Todos los demás se vinieron en el Jeep y en el arroyo de San Pedro allí les salimos y les quitamos el ganado, éramos cinco nosotros y eran cinco ellos.
No tiraron balazos, no llevaban orden, hayan llevado orden si nos friegan. Nosotros sacamos el cuete y le dijimos:
- Aquí sueltan el ganado,
-¡No, pero porque no salieron allá!
-Pues porque eran muchos.
Ya después de los rurales llevaron la judicial y les tapamos un guardaganado y luego las mujeres nos corrieron a nosotros, dizque porque nos iban a matar. Las mujeres hicieron una muralla y con los garrotes en la mano bloquearon un guardaganado, cuando llegó la judicial del estado, el jefe de la judicial se bajó y les dijo:
- ¡Nos dejan pasar señoras porque yo soy el jefe de la judicial del estado!
Y unas señoras, la mujer de mi compadre Juan García y la mujer de mi compadre Juan Mota, las dos traían garrotes en la mano
Y le dijeron:– ¡que no!,
-¡Que háganse viejas cabronas! Les grito él.
Y diciendo viejas cabronas le terciaron un cabronazo al jefe de la judicial y al suelo y se bajaron del vehículo otros judiciales y ahí traían a las mujeres a guantadas, patadas y culatazos.
Esa vez iba el Cuino con un camión para llevarse a todo aquél que agarraran, llevaban orden de llevarse a setenta pero era pura farsa. Nosotros fuimos a Guadalajara esa noche y no tenían ningún documento. Humberto Macías, les había pagado para que vinieran y así gastó cantidad de dinero, con ese dinero hubiera comprado otra hacienda con todo lo que tenía por dentro.
Por esas razones fue que hubo problemas cuando la ampliación, pero en la primera no hubo ningún problema. Ni cuando se hizo la afectación ni cuando se ejecutó Fueron veinticuatro personas las hicieron la primer solicitud y yo tengo parcela por mi mamá. La parcela que yo tengo era del líder que promovió el ejido, después de Don Benjamín Ávila, quien fue el que formó el comité para hacer la solicitud, una vez que ya vino la solicitud el comisariado lo formaron las mismas gente de ahí. Refugio Rivera fue el que sacó todo adelante. Él fue el mero bueno porque todos los demás casi no sabían ni leer. Fueron veinticuatro en la primera dotación de ejido.
Don Refugio Rivera ,don Manuel, don Pedro, Florentino, don Pancho, don Gonzalo, y Pablo todos ellos de apellido Mota. Don Clemente Valenzuela, uno que vive aquí en la Hidalgo número ocho; don Petronilo Jara, el papa del Temachaco, Chon Camacho. José Díaz, mi apa, Rosario Mota, Pedro Contreras, Pablo Contreras, don José María Contreras don Benito García Florencio, don Cecilio don Clemente, don Petronilo Salamanca. La mayoría de ellos habían sido medieros de la hacienda excepto Chon, y Pancho Mota, don Petronilo Salamanca, don Clemente, don Felipe Camacho, esos eran de fuera, llegaron después de que habían hecho la solicitud y los metieron dentro del paquete. Don Petronilo era de por acá del lado de Totatiche, don Clemente de la Mesa de Guadalupe, mi papa de María de la Torre, Salamanca del Carrizal. Había cuatro o cinco gentes que no eran de la comunidad, pero don Cuco Rivera fue el que siempre lideró el ejido, cuando no era comisario era secretario o tesorero, pero nunca estuvo sin cargo.
Don Cuco Rivera, él fue quien me dejo a mí la parcela. Todos los Motas eran sus familiares; cuando se hizo la segunda ampliación yo anduve con el haciendo la solicitud, yo tenía como dieciséis años. Durábamos como veinte días en México, íbamos a la comisión agraria a hacer trámites. Me parece que fue Manuel Ávila Camacho quien firmó el decreto provisional, y Alemán dio la definitiva. Cuando hicimos la solicitud para la ampliación, estaba de presidente Adolfo López Mateos.
En aquella época el líder agrario en Colotlán era Avelino Navarro. Aconsejaba y apoyaba a la gente. También Faustino Hernández auxiliaba mucho. Iba uno a Guadalajara y llegaba con él que tenía las relaciones y nos llevaba a las oficinas y hablaba con los grandes, con los que tenían el paquete y los introducía con los que tomaban las decisiones, el asesoraba a la gente. Avelino fue un gran líder y por eso lo mataron, tenía relaciones en el estado, el municipio y la región con la gente grande, los que tenían cargos en la Central Campesina y la Comisión Agraria, y conocía a la gente de rancho. A todos los campesinos de la zona norte los apoyaba.
Fue en el año de 1980 que yo tome las riendas, del sector agrario. Hubo ya en ese tiempo, trabajos a realizar en la Sección campesina y yo era amigo de Ramiro Hernández García, él es de Ayotitlan. Lo conocí en alguna de las muchas vueltas que hacíamos a solicitar la tierra. Él estaba jovencillo y andaba también “buscando”, nos conocimos en la Liga de Comunidades Agrarias. Ya después siendo secretario general de la Liga de Comunidades Agrarias, Rafael González Pimienta, que es de Vallarta, Ramiro me recomendó con Rafael y entonces mando a gentes a Colotlán, fue cuando estaba Fabio de presidente, para ver cómo estaba la cuestión ejidal y agraria por acá. Después mando formar un comité municipal agrario y quien vino a nombrar delegados fue Heraclio Pérez Sánchez, que también era amigo mío. Los delegados del municipio de los diez ejidos, sacaron sus delegados y se hizo una asamblea en el auditorio y allí se nombraron personas para el comité y salí electo yo como el Secretario General del Comité Municipal Agrario. Con ese organismo estuvimos mejor organizados. A los tres años me nombraron Secretario General del Comité Regional y lo fui por vario tiempo. Me toco toda la zona norte hasta Huejuquilla el Alto, yo me encargaba de los comités municipales. Cuando de arriba me pedían que invitara a los comités municipales a participar en algún evento, me llamaban y yo organizaba a la gente para acudir a mítines o actividades. Yo les llamaba a los secretarios municipales como en Huejuquilla, Acevedo Rodríguez Lamas; en Mezquitic, Jesús Escalante Madera, en el Sauz de los Márquez, Pancho.
Cuando Leal Sanabria anduvo de candidato a diputado lo recibí en mi casa, les hice tres comidas, también a Mendoza. Pero los que a mí me apoyaron políticamente fueron Ramiro Hernández, Rafael González Pimienta, Heraclio Pérez Sánchez, Salvador Rizo Ayala (Secretario de la reforma Agraria en el Estado), Efraín Rivera Castañeda (diputado local y federal) y José Luis la Madrid Souza (senador), esos eran mis amigos también Jesús González Cortázar, yo le hice su campaña como precandidato a gobernador, aquí en Colotlán. Él era el presidente de los cañeros y el presidente nacional de la Federación de la Pequeña Propiedad. Francisco Javier Santillán Oceguera, era el presidente del partido y él me dio la representación de la CNC en la zona Norte de Jalisco, eso fue de 1985 a 1988.
En los noventas las cosas a nosotros se nos deterioraron, cuando llego Cosío Vidaurri, aquí había un grupo de personas que nunca dejo llegar nuestras propuestas, sino otros hubieran sido los candidatos a presidente y otra hubiera sido la cosa. Te hablo de un Jesús García, Samuel Fernández Ávila. Abel Delgado Martínez, esos le llenaron de humo la cabeza a Cosío. Nosotros teníamos el control de todo, yo tenía la CNC y el PRI y era representante de los grandes allá arriba, fui representante de un senador de Eliseo Rangel Gaspar, que era el delegado del PRI en Jalisco, en tres ocasiones que vino y mirando la gente que yo juntaba, me dejo como representante y ni siquiera me dijo, lo anuncio en la asamblea. Estas gentes le llenaron de humo la cabeza a Cosío y el gobernador nos comenzó a desbaratar y no nos dejó caminar.
Yo lleve a la presidencia a Ávila Mares, al Lic. Renato Haro y Felipe Valdez. Cuando Renato ganó, el me pidió que me quedara aquí en Colotlán y le dije que no tenía casa y él me prestó casa. Después de Renato volví a ganar la propuesta y fue Felipe Valdez, nomás que Valdez hizo muy mal papel y nos dejó muy mal parados. Además la política de ese grupo que te digo que iba y contaba allá cosas, que nos empezaron a bajar la guardia y dividió el grupo.
Después de Sánchez de León yo encabece el grupo político aquí en Colotlán por doce años. Cuando perdió Ávila Mares, yo hubiera ganado con el candidato que yo propuse, pero me lo desbarato el grupo de Samuel Fernández y Jesús María Carrillo. Ellos pensaban que nomás era sacarnos a nosotros para agarrar puesto, nosotros salíamos y ellos entraban.
Ávila Mares fue el candidato que perdió y la cosa estuvo de la siguiente manera:
Éramos tres grupos fuertes al interior del PRI, el magisterio que encabezaban entre el Profesor Pinto y Jesús Gándara; el grupo de Ávila Mares, que estaba con Jesús García Carrillo y nosotros los campesinos, los pobres. Nos llamaron a las oficinas del PRI en Guadalajara, para sacar candidato de unidad. Entre el grupo de Ávila Mares y el magisterio, presentaron seis o siete candidatos, entre ellos: Jesús María García Carrillo, Manuel Pérez Carrillo, José Navarro, el piloto, Ávila Mares, Manuel Olague y no recuerdo los otros.
Nosotros solo uno, nuestro candidato era Daniel Ortega, tu sabes cómo es. Es muy especial, no a cualquiera le saluda, no tiene mucho roce social con toda la gente. A cierta gente le saluda y a los demás ni los conoce. Así será su modo, como sea. Nosotros mirando que el gobernador no estaba de nuestro lado, pensamos que el único que podía ganar la presidencia era Daniel Ortega. No estaba mal ni con ellos ni con nosotros y podíamos mediar las cosas y lograr una candidatura de unidad, sin rompimientos.
Por dos razones, porque no estaba mal con ellos, ni con nosotros y podíamos mediar las cosas. Fuimos Jaime Haro un servidor a platicar con él. Después fue también el Lic. Renato y otros cuatro o cinco. En la casa de Renato Haro platicamos de nuevo con él y medio se animaba, Daniel quedo de resolvernos. Y después Renato termino de convencerlo. Lo pusimos como el candidato de nuestro grupo, del sector campesino. De los otros grupos hubo siete candidatos, el delegado del PRI, que era Lorenzo Quiñones Ruiz. Nos preguntó que por cual votábamos, querían sacar candidato de unidad y que estuvieran los grupos de acuerdo. Yo les dije que era difícil votar por siete, que dejaran solo dos, para poder votar. Nos dieron una hora de receso, para dar tiempo de ponernos de acuerdo. Yo les dije a mis compañeros:
-Es muy posible que se quede Javier Ávila Mares y lo peor va ser que se quede con Chepito Navarro o con Pérez Carrillo. Chepito es compadre de Ávila Mares y ambos iban a estar a lo que dijera Ávila Mares. Para nosotros era más duro políticamente, Javier sin cargo que con cargo. Yo conocía su política y sabía que cuando fue presidente tenía de contra a los se León y como era presidente no podía abrir mucho el pico porque era el responsable. Pero de otra manera, no tiene cargo y al que está de responsable le avienta fregadazos para que entre en contra de los otros, al cabo él está limpio.
Les dije: - Lo que vamos a hacer si Ávila Mares queda con alguno de esos dos, él es el enemigo político más fuerte que tenemos y hay que votar por él. Y quedaron Ávila Mares con Pérez Carrillo. Este último ya se sentía presidente en ese rato. Sabía que nosotros estábamos en contra de Ávila Mares y que íbamos a votar en contra de él. Nunca creyó que íbamos a votar por Ávila Mares, venía muy sonriente casi nos hablaba con los ojos. Iba a ser uno de ellos y uno de nosotros los precandidatos, los íbamos a poner a disposición del comité central del partido y este iba a decidir el candidato, para sacar una planilla de unidad. Si salía Daniel nosotros íbamos a tener cuatro regidores y el presidente y ellos cuatro regidores, y si Ávila Mares a la inversa.
Dijo Lorenzo Quiñones Ruiz -Parece que se pusieron de acuerdo este grupo solo tiene uno es el que va quedar y del otro van a tener que elegir entre Ávila Mares y Pérez Carrillo. Yo tome la palabra y les dije:
-Nosotros ya estamos de acuerdo y como dice un dicho muy vulgar “más vale malo por conocido que bueno por conocer” Nuestro voto es para Ávila Mares. Quedaron Ávila Mares y Daniel Ortega. El comité quedo de avisarnos. Iba a ver una junta de consejeros políticos.
Me mandaron el oficio del partido para que presentara un lunes a las diez de la mañana a mi candidato que había salido elegido. El oficio me llego el día viernes y le dije a Golo, quien era el tesorero del partido, que le entregara el oficio a Daniel, y que estuviera de acuerdo para ir el lunes a la reunión. Pero el sábado llego a Colotlán, el diputado federal Samuel Fernández Ávila y llego directo con Daniel. Esto me lo platico Daniel como tres meses después de que había ganado Jesús Alejo, allí en la refaccionaria, le dije:
-Debías de ser tú.
Y me contesto Daniel: -Si, pero ya ves tú, se cree uno de las gentes?
-Tú nos destanteaste, primero nos dijiste que si y al último que no y ya no pudimos hacer nada.
-El que me desanimo fue Samuel Fernández.
Como que te desanimo?
-Tú me enviaste el oficio el viernes y el sábado llego Samuel Fernández y me dijo que lo invitara a cenar a mi casa y allí me dijo:
-Oye, se que tú eres el candidato electo por el partido, pero vengo a abrirte los ojos, y a decirte que no te conviene. Tú eres una persona con mucha personalidad y presencia en Colotlán y no te conviene irte con los pobres. Que te ofrecen esa bola de campesinos sin huaraches. Allí lo desanimo. El domingo lo andábamos buscando para irnos a Guadalajara, y no lo hallábamos, se nos escondía. Lo encontramos a las doce de la noche, pero por teléfono. Jaime Haro le hablo por teléfono:
-Oye compadre te andan buscando, fulano y zutano para irse a Guadalajara, que si pasan por ti o que si te vas tú o que.
-Diles que allá nos vemos.
-Nos presentamos en Guadalajara, con el delegado del partido a la hora que nos citaron y Daniel nunca llego. Estos si llegaron con su candidato. Ya estando allí nos dijo:
-Señores ya es la hora y falta un candidato.
Que paso, nos preguntó Quiñones Ruiz?
-Quedamos de vernos aquí y no ha llegado.
Oiga no traen teléfono de su casa. Permítamelo, marque a Colotlán.
Marco y le contestó Daniel, y nosotros oíamos lo que le decía Quiñones Ruiz.
-No, si no puede venir hora, pues no le hace, usted nomas díganos que día viene, usted es el candidato. Ya cuando colgó nos dijo, no este no quiso. Una vez que nuestro candidato no quiso, yo ya tenía a Alfredo Meza listo para presentarlo, para que el fuera, pero entonces entro Samuel y le da una tarjeta a Quiñones Ruiz, la leyó y dijo:
-Tiene razón, ese ya se rajo, ahora que salga del otro grupo y así salió Ávila Mares. Ya no nos dieron opción de que otra persona participara, pero yo había propuesto a Alfredo. Nosotros ya para que no hubiera desgarres en el partido apoyamos al candidato de ellos y nos admitieron 4 regidores. Y Se viene la convención para dar a conocer al candidato a la presidencia municipal. Un domingo llenamos el auditorio de gente y lo malo, lo feo se lo quitamos a Ávila Mares, le quitamos la máscara que nosotros le veíamos y le decíamos a la gente:
-este era feo, pero ahora es bonito
-Este era malo pero ahora es bueno.
Pasa la convención y siendo ya el candidato oficial, Ávila Mares se va a Guadalajara y allá no se qué tranza hizo o como le hizo. Pero allá con los grandes del partido, nos sacó de la lista de regidores a la maestro Rosa Amelia, la desconoció. Porque sabía que a la maestra no iba a manipularla. Nos dimos cuenta y fuimos con Ávila Mares, todavía no sabíamos que había sido él.
Sabemos que allá están desconociendo a Rosa Amelia. En Guadalajara con los grandes del partido saco de nuestra lista de regidores a la maestra Rosa Amelia, la desconoció, porque pensó sabía que a los demás a lo mejor los podía manipular, pero no a la maestro. Eso entendemos nosotros, la saco y la desconocieron. Aquí nos dimos cuenta y fuimos a hablar, Alfredo fue conmigo y otras cuatro o cinco gentes fuimos a hablar con Ávila Mares.
-Oye, sabemos que haya están desconociendo a Rosa Amelia (pero no sabíamos que el era el mero mero) y el acuerdo fue una planilla de unidad, que no hubiera desgarres y si sacan a Rosa Amelia del lugar que le habían dado, nosotros no estamos de acuerdo contigo. Nosotros queremos apoyarte, queremos que ganes. Pero queremos que nos acompañes, que vayas con nosotros, para que digas el acuerdo que tenemos. Porque no firmamos tú ni yo. Firmaron todos los sectores, todas las organizaciones de Colotlán. La unión ganadera, el sector campesino, el sector popular. Todas las Corrientes políticas y allá de testigo está el delegado del PRI y avalado por el presidente del partido. Así cínicamente nos dijo Ávila Mares, si quieran vayan, pero esto está arreglado, ella no vuelve, ella no puede ser regidora.
Le dije: -Oye ingeniero pos que no quieres ganar, si la sacan tu vas perder.
Me palmeo en la espalda y me dijo: -Hay nos vamos Arturo, hay nos vamos.
-A esta bueno.
Fuimos a reclamar a Guadalajara y no nos dieron ninguna respuesta, miramos la cosa tensa y nos fuimos a México con Colosio, que era el presidente del partido. Yo tenía amistad mucha con el senador José Luis la Madrid Souza (que hace poquillo murió). Pensé en llegar con él al senado. Íbamos a pelear el caso de Colotlán y de Santa María, en donde el candidato electo para la presidencia por mayoría de votos y de acuerdos era Manuel Gálvez Aguayo, ya siendo el electo por los sectores y con los apoyos de la gente, se vino un licenciado de Guadalajara, un Félix Robles y desbarato la cosa, de un día para otro. Me acompañaron el presidente de la unión de ejidos y don Benjamín de Ávila.
Nos fuimos al senado directo a la oficina del senador de Jalisco, que estaba pegada a la de Zacatecas. Me pare en el muro que divide las dos oficinas y me miro el senador de Zacatecas, que era también conocido mío, el Lic. Salinas Iñiguez. En ese tiempo la Madrid Souza, era el presidente de la cámara de senadores e Iñiguez era el suplente. Ya nos dijo que estaba en una junta, pero que lo esperáramos y ya le platicamos a que íbamos. Y nos dijo, espérense ahorita se arregla esto. Casi enfrentito estaba la oficina de Silverio Esparza, senador por Durango. Era el secretario de comunidades agrarias a nivel nacional y el nos apoyó hablando a Guadalajara y diciéndoles el asunto que llevábamos. Luego la Madrid le hablo a Colosio, de allí del Senado nos fuimos a ver Colosio y éste les hablo al partido y dijeron que no había problema, que las cosas tenían que ser como se acordaron. Vénganse para acá. Nos venimos en la noche a Guadalajara y en la mañana nos presentamos en el partido y no nos recibieron. Se hicieron locos, después de tenernos tres horas allí nos mandaron al barrendero para que nos recibiera. Cuando llego el presidente del partido, como a las nueve de la mañana, lo aborde y nos dijo que en un rato nos recibía. Se dieron la doce y mandaron a recibirnos uno que yo había visto que andaba barriendo.
-Ustedes son los que vienen de Colotlán, pos que me digan su asunto.
Le dije yo: -tú nos vas recibir.
-Sí, ellos mandan que me digan su asunto.
-No el asunto ya los saben-le dije- Y si quieres que te lo diga, necesito que tu lo resuelvas. Sino a ti no te tengo que decir nada. Dile al presidente que queremos hablar con él, si nos quiere recibir, sino que nos diga para irnos.
-Bueno, pero me mandan.
-Pero tú no vas a resolver nada, tu nomas estas para que digan que ya nos recibieron.
Ya fue allá y regreso: –que hoy no tiene tiempo, que vengan mañana.
-Dile que mañana vaya allá a Chihuahua a un baile.
Le dijimos al delegado: -sabe que delegado, Colotlán y Santa María están en manos del Pan de aquí en adelante, no va a ganar Colotlán, ni Santa María. Entonces nomas nos dimos el sentón sin hacer campaña, ni darles el voto.
A Ávila Mares yo le dije todavía dos, tres veces: –Vas a perder.
- No, no.
-Vas a ver.
-Como se quedó, perdió.
Así se acabó la política, pero hicieron su capricho. Así se deterioró. Tienes que estar consciente de que vas perder, antes de pensar que vas a ganar, porque andas en la jugada. Pero cuando pierdas jugando, pero cuando pierdas por caprichos de arriba, nomás porque arriba están impuestos, todavía hacen esto. Lo que ellos digan es ley y caiga quien caiga, y les vale. Eso fue lo que deterioro y a deteriorado al partido no solo a nivel estatal, sino nacional, todos los caprichos de arriba.
Nosotros estábamos bien organizados, en una ocasión te puedo platicar que a Felipe Valdez, yo lo puse de presidente y eso todo mundo sabe y que estando de presidente municipal me quiso sacar de la presidencia del partido, hizo tres intentos y no pudo. En una ocasión iba yo al congreso nacional de la CNC (durante diez años fui invitado y asistí), antes ya me habían hecho la lucha de sacarme y habían quitado ya un delegado del distrito porque había venido a decirme que me iban a mover del partido y yo les dije que estaba de acuerdo, a la hora que quieran, nomás que abrieran la puerta, que se haga una elección y que gane el que sacara más votos. Yo sabía que el que ganaba era el que yo pusiera, yo tenía los votos. Pero nunca quisieron abrirla. Se fue el delegado a dar la razón que no había podido quitarme o hacerme entender que yo hiciera una asamblea y entregara el partido. Yo les dije, yo si lo entrego pero que hagan una elección abierta. Cuando se dieron cuenta que me iba a ir al congreso, ocho días, se pusieron de acuerdo con un delegado que estaba aquí, Valdez y un Toño Rivera que había sido presidente de Chápala y lo habían mandado de Delegado. Ya para cuando regresara ya habían hecho su cambio. Pero yo la alcance a maliciar. Me mando hablar Felipe Valdez:
-Oiga que no va a ir al congreso. Cuando se va a ir. Oiga si quiere gasto.
-No, pos si.
Esa vez me ofreció gastos, si nunca me habían dado ni para un litro de gasolina y esa vez me ofrecía gastos y pensé: -Este algo trae.
Yo les dije que me iba a México y para irme a Guadalajara, fui y le dije a Valdez:
-oiga ya me voy, aquí abajo esta un carro que me está esperando. Salió todavía a encaminarme y miro que me subí al carro. Antes de irme había visto que aquí andaba el delegado Tono Rivera y le pregunte:
-Oye que trabajo para Colotlán. Siempre que venían de Guadalajara del partido me mandaban información, instrucciones.
-No nada, voy para Mezquitic, ningún trabajo para Colotlán.
Me voy a Guadalajara y llego por la tarde al partido y me encuentro con Guisar, que era el presidente de la juvenil.
Me dijo: -que andas haciendo?
-Vamos al congreso.
-No, no-me dijo, regrésate, mañana van a hacer el cambio, allá contigo en Colotlán, que no sabes?
-Le dije-No.
-Si mañana van a cambiar el comité.
Me dio risa:- Ya supe.
Le dije: -Sabes que Guizar, si me voy a regresar y no va a ver cambio.
Llevaba a Alfonso mi hijo.-Oye Guizar, yo tengo un boleto para el congreso y quiero encargarte a mi hijo, que va en mi lugar. Te lo encargo y yo me regreso y a esas horas me vine.
En la mañana me levanto a abrir la tienda y lo primero que veo fue al delegado Toño, comiendo allí con Cuca, desayunando sólo. Y me le paro en la puerta del restaurante:
-Quihubo mi Toño, pos que no andaba en Mezquitic. Se sorprendió el viejo.
-Pues que no ibas al congreso.
-Llego allá y me dicen que va hacer usted el cambio de partido.
-No fíjate que…
-No, Toño andamos mal. Yo ayer le pregunte que trabajos había para Colotlán, y usted me negó y ahora vengo a decirle que no va hacer el cambio y junte la gente que quiera, porque yo también voy a juntar la mía. Si quiere salir como cuete hay malíciela.
Yo me fui y en la noche anduvo Chepito Navarro anunciando que al otro día había cambio de partido y se comieron el boleto porque no hubo cambio, yo no los deje que hicieran el cambio. Yo hable a Guadalajara, hable a la liga, al secretario general y les dije hay esto y esto; a esas horas busco a Chaveros Campos, que era el presidente del partido en el estado y pararon la asamblea. Pero ya era un complot que traían de sacarme a fuerzas. Y por eso se desbarato, por las ordenes de arriba, así tuvieras el lugar y los votos, no valía. Entonces que andabas haciendo. Yo esa vez nada más les demostré que si podía hacerlo, pero ni modo que fuera a pelearles toda la vida. Yo les demostré que si tenía votos, que su había gente que me apoyara. Así se fue desgranando la política. El profesor después de que lo llevamos a ser presidente municipal y en vez de ser solidario con el grupo que lo llevo al poder, nos aventó patadas. Por allí tengo periódicos que me aventaba periodicazos que yo le quería quitar el puesto.
Yo creo que el puesto de presidente marea, a Osbaldo no le pude ayudar como yo hubiera querido, porque en esos días que el empezaba su campana, murió mi mama. Osbaldo no puedo, porque no tenía ánimos. Pero yo le ayude económicamente, tengo los talones de cheques. Ayúdate, para gasolina o dale a alguien. De todos modos en el paso que daba, la gente que yo me encontraba: -Vamos apoyando a este hombre. No le di todo el apoyo que yo quisiera, le ayudamos a organizar un rodeo, sacaron unos centavitos, y cuando estuvo en el poder no nos conoció. Eso es cierto, fui a sacar una constancia de residencia para un sobrino que había votado por el pan. Le pedí y no me ayudo y no era ilegal. Yo hasta le dije:
-Oye Osbaldo, que pasó, es tu obligación, aquí está la credencial de elector y aquí está el muchacho, no vengo a pedirte nada que no es. Sencillísimo
Me dijo: -No, no puedo.
Así como eso hay muchísima gente que se queja. Antes de que se empezara la campaña, yo mirando tanto detallito, tú de fuera ves mejor que de adentro y que la gente estaba inconforme. Un día aquí llego Armando mi yerno y platicando me dijo que iba a una comida.
Y le pregunte: ¿Con quién vas a comer?
Con Daniel Ortega y Chavo Gándara y sabe quién más.
Y le dije: - Hazme un favor. A mí me cae bien Chavo Gándara y me saluda re bien. No es que tenga una amistad crecida con él, pero me cae bien Chavo. Tú vas a platicar con él y dile que me haga un favor, si él quiere. Dile que a según yo veo el panorama, posiblemente él va ser uno de los selectos para ser candidato a la presidencia, peor va a ser candidato por el grupo de Osbaldo. Dile que si le llegan a proponer que no acepte, que se espere tres años.
Y dijo Armando: Porque si tú dices que te cae bien.
-El que vaya por ese grupo va a perder. Así sea el señor Obispo. Yo se lo dije con buena intención y Armando fue y se lo dijo y Chavo fue candidato y pasó su campaña y nunca me hablo, ya ni siquiera me saludaba. Ya hasta que termino la campana me volvió saludar. Se enojó dónde iba pensar yo, yo se lo decía por su bien, porque de cualquier forma fue una buena chamuscada la que se dio. Del otro modo hubiera estado limpiecito para haberla jugado. Cualquiera que hubiera ido por ese grupo había perdido.
Un saludo y un profundo agradecimiento al Sr. Arturo Álvarez, quien nos regalo esta importante entrevista en la que nos narra los derroteros que siguió la política municipal en la década de los años ochenta, periodo en el que el Sr. Álvarez fungió como una importante elemento del sector agrario y el partido oficial. Así con una gran precisión nos narra en forma sucinta su vida política, desde sus inicios, de compañero del líder agrario del ejido del Epazote, su ascenso y hasta la debacle del partido en la administración de Guillermo Cosío Vidaurri. De igual forma señala los nombres de importantes personajes políticos de nivel nacional y estatal, muchas de cuyas carreras política siguen vigentes hasta el día de hoy.
Tal es el caso de Ramiro Hernández García, quien ha sido diputado federal y senador por Jalisco, y que hace apenas unas pocas semanas, era considerado uno de los candidatos fuertes a la candidatura a gobernador en Jalisco.
Rafael González Pimienta, es otro de los políticos priistas cuya carrera sigue en ascenso, actualmente se desempeña como presidente del PRI en Jalisco.
José Luis Leal Sanabria, ha tenido una larga y fructífera carrera política, actualmente es el presidente del Colegio de Jalisco.
Salvador Rizo Ayala fue llamado por el gobernador panista Emilio González Márquez en octubre del 2007 como titular de la Comisión Especial para el Análisis y Adopción del Capítulo Agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Samuel Fernández Ávila, ha sido Diputado al Congreso del Estado de Jalisco en la LII Legislatura, fue el primer Procurador del Estado para Asuntos Indígenas, Diputado al Congreso de la Unión en la LV Legislatura, en la actualidad desempeña el cargo de Director de la División de Estudios Jurídicos, antigua Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara.
Y bueno Javier Guizar que en las elecciones pasadas fue presidente de PRI Jalisco y estando en funciones le otorgó La Medalla al Mérito del Dirigente Estatal, al ex presidente del PRI Jalisco, Enrique Chavero Ocampo.
Algunos otros personajes mencionados por el Sr. Álvarez han fallecido o no figuran notablemente en las filas del partido o la sociedad, sin embargo no deja de ser interesante señalar que después de tres sexenios, en que los priistas han estado fuera de la gubernatura, muchos de los personajes importantes de aquella época del descalabro político, siguen estando en los primeros lugares del escaparate político. Situación que nos confirma la gran longevidad de las camarillas y grupos políticos en el sistema político priista jalisciense, quienes no dejan la política a menos que sea con los pies por delante.
RD