Monday, September 5, 2022
Mi brother Carlos el friend Alvarez.
WHAT ELSE COULD I ASK FOR?
Thank you Texx Spezia-Shwiff for writing such a beautiful review about your friend🙏🏾🥊👊🏾🥊👊🏾🦍
l sure appreciate his kindness to write this!
A Real-Life Superhero!
The first thing someone may notice about Carlos is his build. He is only 5’7” but his shoulders and back make him look like a tank of a human. His boxing is even more impressive. Once, I was holding a bag for him and asked him to hit it as hard as he could. His punch pushed me, a 135 pound MMA fighter, a couple of feet into a wall that actually broke where my foot hit it. I remember my jaw dropping from this movie-like display of strength. When watching Carlos box it can be hard to understand how someone his size can generate the power he does while moving the way he does. He is one of the few people I’ve met who I’m completely confident could destroy me in a fight. The control he has over his fists: everything from the area where they land to the strength with which he lands them, feels like it comes from a ancient tale about a grandmaster of martial arts.
He’s also extremely charismatic. His English is slightly accented, but his jokes are absolutely hilarious and he has a way with words. He can express more in one sentence than many people could with a paragraph.
While these physical abilities and talents are truly remarkable, they are not the reason he is so special, nor are they the only things that draw the superhero comparison.
Carlos is from a rural town in Mexico, 2 hours north of the city of Guadalajara. To call this a rough place would be a bit of an understatement. Since a young age Carlos has had to deal with bullies of all kinds and all ages. In his words, people would always be looking to pick on you, especially if you seemed smaller or more vulnerable, and if you didn’t fight back, you would permanently be a target. I have experienced somewhat similar circumstances, but the environment Carlos was in was much more difficult than the one I experienced.
This is where he developed the boxing skills of a warrior. While he could tell the world to screw off and use his skills for only himself and his family, and while it would sort of make sense for him to do so, he instead uses all of his skills for the help others. First of all, he will literally stop whatever he’s doing whenever he’s doing it to help someone in need. This can mean helping them get a meal to eat if they’re homeless or stand up to bullies if he sees someone being picked on. As he’s told me “I’m not afraid to lose. I don’t lose a lot, but I’m not afraid to lose a fight.” He’s not afraid to show emotion or cry, he’s not afraid to be honest about difficult things he’s been through; through this he shows that strength is not just physical but also in not being scared of people judging you or knowing your vulnerabilities. True internal strength is not only derived from physical strength (which Carlos has in abundance), but also from being unafraid to stand for what you believe in, even if it means being physically or emotionally destroyed. In the words of Dr. King “ 'A man who does not have something for which he is willing to die is not fit to live.” Carlos is not afraid to lose a fight or even to die if it means defending what is right. Probably because of this Carlos has not lost a fight for decades.
It also says something about him that he didn’t start bullying others, or even become indifferent to the mistreatment of others. Being in that kind of environment can make you callous to the world, it can make you lose hope and optimism and start to accept the evil of the world as “just the way it is”. This did not happen with Carlos. He started into the abyss and the abyss is who blinked, figuratively speaking.
“People of character do the right thing even if no one else does, not because they think it will change the world but because they refuse to be changed by the world. -Michael Josephson
The other big way that he helps the world is the way that I met him. Carlos runs a boxing gym out of his house, where he trains people of all kinds of ages, genders, and races to box. He’s trained around 40 people overall, and he’s spent hundreds if not thousands of hours giving expert boxing lesson... for free. The only thing he demands is that his boxers respect others, act like good people, and work to prevent bullying and mistreatment of others. When I knew of a kid in Middle School who was being bullied, Carlos was the first person that I talked to, and he ended up taking in this 8th grader under his wing to train him.
I am blessed to say that I not only have learned how to box from him, and box well, but I have also learned a lot about how to be a better person and a stronger person because of Carlos. This is still a work in progress, I can still afford to improve in not only not doing bad things but in actively adding good to the world.
Wednesday, August 12, 2015
Un Charro Colotlense de 13 Años de Edad Brilla a Nivel Nacional.
Una agradable sorpresa para los colotlenses aficionados al deporte charro, fue el primer lugar en jineteo de toro de la categoría individual juvenil, que obtuvo el jovencito Gustavo Sánchez Vazquez este pasado mes de julio y principios de agosto, en el XXIII Campeonato Nacional Charro Infantil, Juvenil y de Escaramuzas, que tuvo lugar en Durango Dgo. Evento en el que participo el equipo juvenil de la Asociación de Charros de Colotlán logrando un cuarto lugar a nivel nacional.
Gustavo Sánchez Vazquez es un jovencito sencillo de apenas 13 años de edad, de trato agradable, figura delgada y fino bozo. Recién terminó el primer grado de secundaria con excelentes calificaciones y lugar en el cuadro de honor de la escuela. Le gusta el béisbol y juega las posiciones de short-stop y outfielder, pero su pasión es la charrería y es una afición heredada por su padre Gustavo Sánchez Márquez y sus tíos Miguel y Daniel Vazquez, quienes de apenas un año ya lo hacían participar a caballo y vestido de charro en los desfiles y a los cinco o seis años de edad lo subían a fuerzas a jinetear a los becerros. Pero como dicen que el mal trato ingre, pues termino por gustarle el deporte y de motu proprio ingreso a la escuela de charrería cuando esta abrió sus puertas. Su padre Gustavo desde pequeño tuvo la espina de ser charro, pero no se dieron las circunstancias, por lo que disfruto de rodeos y jaripeos. Sus tíos Daniel y Miguel tuvieron la oportunidad de jinetear toros en charreadas y rodeos americanos, con no malos resultados, estos ejemplos y el gusto de su padre por la fiesta charra arraigaron también en él.
Gustavito se montó oficialmente a su primer toro en un evento en el lienzo charro Gabriel Campos de Colotlán.
Y con evidente regocijo Gustavo nos comparte sus emociones al montar un toro:
“Cuando te subes al toro se sienten mariposas en la panza, adrenalina, poquitos nervios, se te reseca la boca, y se siente más eso cuando te están empretalando porque el animal se inquieta y se mueve. Pero cuando te aprietan las manos se te quita y entonces abren la puerta del cajón de empretalamiento y sales.”
Y agrega emocionado:
“Cuando estas arriba del toro, no ves la gente, solo tú y el toro en ese momento, es como una especie de comunión. Y cuando le aguantas muchos reparos seguidos al toro es una sensación muy especial, después me bajo de él y pues a correr, pues hay algunos que se te dejan ir entonces corro a la barda del anillo para tratar de protegerme de una embestida y después recojo mi pretal y verijero y me voy con los del equipo, que siempre me reciben con palabras de aliento.”
Gus, como con cariño le llaman sus padres, tiene predilección por el paso de la muerte, jineteo de toro y colas en las suertes charras, pero está trabajando duro con el floreo y las manganas porque su aspiración es dominarlas todas ellas. Sabe que para triunfar en este deporte se requiere de mucha entrega y por ello es muy disciplinado y responsable con sus prácticas, los martes y los sábados son sagrados, son los días que acude al lienzo charro a practicar, y desde luego a disfrutar de la compañía de sus amigos, los otros integrantes del equipo.
Para Gus participar en “El Nacionalito” de Durango no fue sencillo pues por sus trece años de edad, su categoría natural era la infantil, pero como en Colotlán no había suficientes integrantes para un equipo en esa etapa, así que la invitación a participar con los juveniles le cayó como anillo al dedo. Sin embargo en este nivel los becerros son de arriba de 350 kilos, mucho más pesados que a los estaba acostumbrado a jinetear y los representantes del equipo tenían la preocupación de que pudiera recibir un mal golpe. Le propusieron cambiarle el jineteo de toro por el de la yegua, ya que la yegua la lleva el propio equipo y pueden escoger una a propósito para el jinete, en cambio el toro se adjudica por sorteo. Gustavito se aferró y finalmente aceptaron darle la suerte de jinete de toro.
Gustavo nos confiesa al respecto:
“Me dio tristeza, pensé que no me querían dejar participar. Mi papá hablo con ellos y ya Daniel acepto que jineteara el toro y dijo:
- Como ustedes quieran, uno lo hace por evitarle un golpe, pero si ustedes están de acuerdo, por nosotros no hay problema. Si él quiere adelante.”
Gustavo, padre a su vez nos refiere:
-Gracias a Dios tuvimos suerte. En las charreada presentan tres toros y los sortean entre los equipos, y a Gus le toco el mejor de los tres, le toco el más reparador y el hizo un excelente trabajo alcanzando 25 puntos en el jineteo de toro, en total el equipo logro 237 puntos al final.
Manuel Urista Pacheco, es el instructor de la Escuela de Charrería del Municipio de Colotlán, de familia de charros. Ha estado al frente de la instrucción de los jóvenes estudiantes desde el inicio de actividades de la institución. Originario de Colotlán, se formó con el equipo de charros local y ha participado con otros charros como los de Tlaltenango y actualmente forma parte de un equipo regiomontano, La Hacienda Morgan, aunque domina varias suertes su especialidad es la soga. Ha sido instructor de charrería en diversas comunidades y municipios, pero desde hace más de dos años está al frente de la escuela de Colotlán, con dos grupos: principiantes y avanzados. Y con el gran amor y respeto que tiene por la charrería se ha dado a la tarea de preparar a conciencia sus pupilos en todas las suertes charras, practicando dos veces por semana. Su trabajo ha rendido buenos frutos, con un cuarto lugar general del equipo en la categoría juvenil, un primer lugar individual en jinete de toros asi como un tercer lugar individual en manganas a pie en “El XXIII Campeonato Nacional Charro Infantil, Juvenil y de Escaramuzas”, celebrado el pasado mes de Julio del 2015 en Durango, Dgo.
En el campeonato de Durango participaron con el equipo los jóvenes:
Gustavo Sánchez Vazquez, en jineteo de toro.
Marcos Sánchez Campos, participo en colas y jineteo de yegua.
Enrique Ruvalcaba, terna y colas
José Eduardo Orozco, cala
Chuy Navarro González, colas, paso de la muerte y piales
Daniel Ortega Sánchez, manganas a pie y terna
El equipo alcanzo 237 puntos suficientes para el 4to lugar a nivel nacional. En la ceremonia de premiación estuvieron presentes: Miguel Ángel Pascual Islas, Presidente de la Federación Mexicana de Charrería y Andrés Eduardo Aceves Hernández, Presidente de la Unión de Asociaciones de Jalisco (PUA). Mismos que alentaron a los jóvenes a continuar por este camino de trabajo, disciplina y éxito.
Para finalizar esta entrevista Gustavo externó:
“Doy gracias a mi papá y a mi tío Daniel, pues ellos me fueron inculcando el gusto por la jineteada, ellos también lo hacían y me da mucho gusto que se sienten contentos de mi logro. Hoy no solo tengo la pasión de jinetear sino que también disfruto todas las suertes charras.”
Y no dejo de agradecer de especial manera a su instructor Manuel Urista, que en estos dos últimos años no ha dejado de brindarle todo su apoyo, conocimientos y experiencia y desde luego también el de Aldo Rosales, un amigo de su padre y un gran jinete de toros, quien nunca ha dejado solos ni al padre ni al hijo, cuando de jinetear un toro se trata. Él les ha brindado, no solo su amistad sin condiciones, sino también su infinita experiencia en el arte de jinetear toros y su apoyo en el cajón de empretalamiento. Han sido todos ellos los que lo han preparado para sostenerse sobre el lomo de los animales con tanta pericia.
Y desde luego también a Dios y a su ángel de la guarda, que lo cuidan de todo mal y a los que les dedica una oración, cada vez que termina con bien una suerte charra. Como signo de devoción siempre lleva una crucecita en el moño y una imagen de su ángel de la guarda y otra de la oración del charro, entre los forros de su sombrero, mismas que su mamá la Sra. Chela Vazquez como cariñosamente la menciona Gus en esta entrevista compra por muchas cada vez que visita al Señor de los Rayos en Temastian, y bueno hay que hacer notar que las dos hermanas (Gabriela y Alejandra Sánchez Vazquez) de Gustavo son también escaramuzas y la necesidad de protección celestial mucha, lo mismo que la facilidad con que se extravían las estampitas.
Da gusto saber que talentos infantiles y juveniles comienzan a destacar en nuestra región, Gustavo Sánchez Vazquez es un orgullo y ejemplo a seguir para los jóvenes de nuestra comunidad, sin duda el éxito no solo es de él, el apoyo de los padres es de vital importancia para que esto se pueda dar, pero así como él, estoy seguro que tenemos muchos más. El punto es que las organizaciones gubernamentales, educativas y deportivas patrocinen, fomenten y den continuidad a todo aquello que favorezca este sector de la población.
Monday, April 15, 2013
Evangelicos
De acuerdo con Pew Forum dos terceras partes de los 52 millones de latinos en Estados Unidos son católicos, pero para el 2030 solo el 50% de esta población lo continuara siendo de acuerdo a la tendencias religiosas que se observan actualmente y en donde un creciente número de latinos están emigrando también con sus creencias religiosas hacia otros destinos religiosos, fundamentalmente los jóvenes quienes parecen ser los más ansiosos por encontrar más trascendentes verdades reveladas. En Latinoamérica en 1996 los católicos componían el 81 % de la población general de esta región y para 2010 disminuyeron al 70%, ganando los protestantes un porcentaje de 13%, panorama que refleja el dinamismo del fenómeno que se vive actualmente en nuestros países.
El boom evangélico en Estados Unidos está ligado directamente con el fenómeno migrante y sus componentes se caracterizan por ser socialmente más conservadores que el resto de los hispanos en general, sin embargo tienen la virtud se sumarse más rápido a la pelea por la justicia social que sus contrapartes blancos. También son más proclives a creer en los milagros y a modificar las reglas eclesiásticas para incluir a las mujeres en tareas sustantivas en la iglesia, así como invitar a otros grupos étnicos a integrarse. Pareciera que estos nuevos evangélicos quisieran dejar deliberadamente y de una sola vez los países y la fe que dejaron atrás y renacer de nueva cuenta en la fe de Cristo.
Las razones aducidas por muchos de los conversos religiosos para su migración espiritual se expresan así:
• Principalmente porque quieren tener una relación directa con Dios, no mediatizada por el sacerdote. 9 de cada 10 evangélicos dicen que fue su búsqueda espiritual la que motivo su cambio de religión.
• Ellos también buscan una comunicación directa con Dios a través de una lectura abierta de la biblia.
• Buscan también una adoración de Dios más libre, menos rígida, más adaptable y abierta a la autoexpresión. Así si quieres rezar en voz alta, ponerte de rodillas, cantar en el idioma que quieras y cuando tú gustes lo puedes hacer, incluso cuando el pastor está predicando. Igualmente si para adorar a Dios lo quieres hacer con tu música favorita, bien puedes hacerlo con mariachi, merengue, cumbia o salsa.
• Para muchos el protestantismo es un camino a una vida más genuina y prospera es en cierta forma una vía para el ascenso social.
Y hay que reconocer que son iglesias muy nuevas y que se vienen formando sobre la marcha, así los pastores son en la mayoría de los casos, gente sin una formación académica rigurosa que se apoya más en la experiencia que en el conocimiento formado en aulas y por lo tanto sus sermones son en lo general poco estructurados, pulidos y sin una gran fundamentación teológica, aun cuando dirigidos a la experiencia de los migrantes.
Desde luego que la música y los sermones no son suficientes para cercar a la gente, por lo que hacen de sus ministerios una puntual aplicación de aquellos principios cristianos que dicen: “alimentar al hambriento y vestir al desnudo”, para ello implementan diferentes acciones que tienen como objetivo fundamental paliar las necesidades materiales más acuciantes de sus agremiados, amén de las espirituales. En efecto las iglesias evangélicas son de hecho centros de sanación para una población con un reducido acceso a los beneficios de salud. Sirven como bancos de comida para la gente con los refrigeradores vacíos y se preocupan por recabar ropa que distribuyen generosamente entre sus fieles, amén de otros muchos tipos de apoyos.
Uno de los grandes atractivos que representan estos movimientos religiosos es que son grandemente carismáticos, es decir creen en los milagros, las sanciones, la intervención divina, hablan lenguas y se adhieren a un mundo espiritual activo. Se manifiestan en contra del sexo premarital, las drogas y el alcohol y en lo general no aceptan las relaciones homosexuales. Sin embargo están dispuestos a permitirles a las mujeres oficiar en el pulpito, lo que los hace mucho más avanzados que sus contrapartes blancos.
Generalmente defienden la causa de los inmigrantes y predican contra la deportación porque separa las familias y eso explica por qué muchas iglesias evangélicas blancas urgen calladamente a los legisladores republicanos por una reforma de inmigración comprensiva.
Fuente: Time.
El boom evangélico en Estados Unidos está ligado directamente con el fenómeno migrante y sus componentes se caracterizan por ser socialmente más conservadores que el resto de los hispanos en general, sin embargo tienen la virtud se sumarse más rápido a la pelea por la justicia social que sus contrapartes blancos. También son más proclives a creer en los milagros y a modificar las reglas eclesiásticas para incluir a las mujeres en tareas sustantivas en la iglesia, así como invitar a otros grupos étnicos a integrarse. Pareciera que estos nuevos evangélicos quisieran dejar deliberadamente y de una sola vez los países y la fe que dejaron atrás y renacer de nueva cuenta en la fe de Cristo.
Las razones aducidas por muchos de los conversos religiosos para su migración espiritual se expresan así:
• Principalmente porque quieren tener una relación directa con Dios, no mediatizada por el sacerdote. 9 de cada 10 evangélicos dicen que fue su búsqueda espiritual la que motivo su cambio de religión.
• Ellos también buscan una comunicación directa con Dios a través de una lectura abierta de la biblia.
• Buscan también una adoración de Dios más libre, menos rígida, más adaptable y abierta a la autoexpresión. Así si quieres rezar en voz alta, ponerte de rodillas, cantar en el idioma que quieras y cuando tú gustes lo puedes hacer, incluso cuando el pastor está predicando. Igualmente si para adorar a Dios lo quieres hacer con tu música favorita, bien puedes hacerlo con mariachi, merengue, cumbia o salsa.
• Para muchos el protestantismo es un camino a una vida más genuina y prospera es en cierta forma una vía para el ascenso social.
Y hay que reconocer que son iglesias muy nuevas y que se vienen formando sobre la marcha, así los pastores son en la mayoría de los casos, gente sin una formación académica rigurosa que se apoya más en la experiencia que en el conocimiento formado en aulas y por lo tanto sus sermones son en lo general poco estructurados, pulidos y sin una gran fundamentación teológica, aun cuando dirigidos a la experiencia de los migrantes.
Desde luego que la música y los sermones no son suficientes para cercar a la gente, por lo que hacen de sus ministerios una puntual aplicación de aquellos principios cristianos que dicen: “alimentar al hambriento y vestir al desnudo”, para ello implementan diferentes acciones que tienen como objetivo fundamental paliar las necesidades materiales más acuciantes de sus agremiados, amén de las espirituales. En efecto las iglesias evangélicas son de hecho centros de sanación para una población con un reducido acceso a los beneficios de salud. Sirven como bancos de comida para la gente con los refrigeradores vacíos y se preocupan por recabar ropa que distribuyen generosamente entre sus fieles, amén de otros muchos tipos de apoyos.
Uno de los grandes atractivos que representan estos movimientos religiosos es que son grandemente carismáticos, es decir creen en los milagros, las sanciones, la intervención divina, hablan lenguas y se adhieren a un mundo espiritual activo. Se manifiestan en contra del sexo premarital, las drogas y el alcohol y en lo general no aceptan las relaciones homosexuales. Sin embargo están dispuestos a permitirles a las mujeres oficiar en el pulpito, lo que los hace mucho más avanzados que sus contrapartes blancos.
Generalmente defienden la causa de los inmigrantes y predican contra la deportación porque separa las familias y eso explica por qué muchas iglesias evangélicas blancas urgen calladamente a los legisladores republicanos por una reforma de inmigración comprensiva.
Fuente: Time.
Catolicos
Los católicos estamos de plácemes, no solo porque recién estrenamos nuevo Papa, sino también porque su eminencia es un santo varón latinoamericano; Francisco, es el nombre que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio ha escogido para cumplir su misión apostólica y probablemente inspirado en el modo de vida sencillo y entregado a la causa de los pobres de San Francisco de Asís, buscara fortalecer la fe católica entre los 1.2 millones de fieles que aun habemos en el mundo; así como hacer frente a los tremendos problemas que enfrenta nuestra iglesia actualmente tales como:
El desprestigio y descreimiento que ha generado los abusos sexuales por parte de algunos sacerdotes; el descontrol y opacidad en el manejo de las finanzas del vaticano, así como conciliar con los católicos de Norteamérica y Europa que demandan una interpretación más liberal de la doctrina religiosa, que sea más acorde con los tiempos que se viven y sobre todo una iglesia más activa y carismática, que sea capaz de enfrentar con éxito la competencia que las sectas protestantes y el laicismo están oponiendo a la iglesia católica, arrebatándole por millones sus seguidores, sobre todo en regiones como Latinoamérica en donde se localiza el sector más grande de católicos en el mundo y en donde durante quinientos años la iglesia católica tuvo total monopolio. Pero que en las últimas dos décadas se ha generado una alarmante deserción de fieles hacia religiones más exóticas, comprensivas e incluso alharaquientas.
La meritita verdad es que los católicos nos hemos dormido en nuestros laureles y que nuestros líderes religiosos no han sabido estar a la altura de las demandas de la época, nuestra iglesia se ha hundido en la inmovilidad y el fortalecimiento del cuerpo de nuestra institución se ha quedado en manos de la inercia. Hemos crecido en número de seguidores, pero la fortaleza de nuestra fe y la disciplina religiosa han menguado enormemente, a diferencia de muchas de las sectas protestantes en actual expansión, que han sabido ofertar una propuesta de salvación más personalizada, integral, extensiva y divertida. No es un secreto que los grupos cristianos han brotado por millares en los territorios anteriormente considerados como totalmente católicos y han medrado entre los fieles ofreciendo cada uno de ellos, una comunicación directa con Dios y monopolizando la única y verdadera vía a la redención, de la cual dicen tener ellos la exclusiva, convirtiéndose en los únicos y originales hijos de Dios. No se puede menos que reconocer que detrás del éxito de cada uno de estos grupos hay un trabajo de convencimiento y persuasión encomiable, aderezado por una gama amplísima y permanente de actividades sociales con los integrantes del grupo, lo que genera una poderosa identidad grupal y comunión religiosa y sobre todo social, que la iglesia católica no es capaz de generar con la misma intensidad. Además que estos grupos se caracterizan por ofrecer una amplia serie de apoyos extras como: despensas, apoyos económicos, apoyos morales, formación religiosa y actividades recreativas. Actividades que se materializan en una amplia y profunda campaña de rescate y redención de todos los descarriados de nuestra sociedad: adictos a toda clase de sustancias comenzando por el alcohol; infinidad de cursillo para el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias: educación para padres, manejo seguro de Internet para los hijos, cocina saludable; conferencias de violencia intrafamiliar, cursos de verano para padres e hijos; cursos de ingles para adultos a través de convenios interinstitucionales con colegios y universidades y muchos otros sin valor curricular. Lo mismo que cenas comunitarias y huertos familiares entre decenas de otras actividades implementadas para apoyar a la comunidad en condiciones mas difíciles.
Los católicos esperamos que el Papa Francisco venga a inyectarle ese vigor que nuestra iglesia necesita en este momento para salir de la modorra y el estancamiento y que el catolicismo retome el liderazgo no solo religioso sino también social y cultural que nuestro momento histórico requiere y que el desarrollo de nuestra sociedad reclama, y que en tiempos pasados la iglesia católica cumplió satisfactoriamente.
La refundación de nuestra iglesia debe ser capaz de tomar en cuenta los aciertos y errores que la competencia religiosa ha venido generando en estos años de inactividad y aplicar aquellos rasgos positivos en nuestro beneficio. Es sorprendente el poder que muchos de estos grupos tienen para separar a los descarriados de los vicios y ayudarlos a mantenerse en la senda de la sobriedad, iniciándose en una vida de recogimiento y privación. Por otro lado está también la impresionante labor que grupos como los mormones realizan en la formación de los jóvenes de su comunidad, haciéndolo los motores del desarrollo de muchas de sus principales actividades, especialmente aquellas de diseminación de la fe; con un ejército de jóvenes creativos, entregados, responsables y genuinamente devotos de su fe y del mejoramiento de la vida de los seres humanos a los que visitan en sus hogares y a los que apoyan en múltiples actividades y tareas. En realidad en la diáspora de este renacer religioso, existen muchas lecciones importantes que hay que recoger y aplicar en nuestra propia religión, para hacer de ella un mejor instrumento para alcanzar la salvación celestial y terrena.
El desprestigio y descreimiento que ha generado los abusos sexuales por parte de algunos sacerdotes; el descontrol y opacidad en el manejo de las finanzas del vaticano, así como conciliar con los católicos de Norteamérica y Europa que demandan una interpretación más liberal de la doctrina religiosa, que sea más acorde con los tiempos que se viven y sobre todo una iglesia más activa y carismática, que sea capaz de enfrentar con éxito la competencia que las sectas protestantes y el laicismo están oponiendo a la iglesia católica, arrebatándole por millones sus seguidores, sobre todo en regiones como Latinoamérica en donde se localiza el sector más grande de católicos en el mundo y en donde durante quinientos años la iglesia católica tuvo total monopolio. Pero que en las últimas dos décadas se ha generado una alarmante deserción de fieles hacia religiones más exóticas, comprensivas e incluso alharaquientas.
La meritita verdad es que los católicos nos hemos dormido en nuestros laureles y que nuestros líderes religiosos no han sabido estar a la altura de las demandas de la época, nuestra iglesia se ha hundido en la inmovilidad y el fortalecimiento del cuerpo de nuestra institución se ha quedado en manos de la inercia. Hemos crecido en número de seguidores, pero la fortaleza de nuestra fe y la disciplina religiosa han menguado enormemente, a diferencia de muchas de las sectas protestantes en actual expansión, que han sabido ofertar una propuesta de salvación más personalizada, integral, extensiva y divertida. No es un secreto que los grupos cristianos han brotado por millares en los territorios anteriormente considerados como totalmente católicos y han medrado entre los fieles ofreciendo cada uno de ellos, una comunicación directa con Dios y monopolizando la única y verdadera vía a la redención, de la cual dicen tener ellos la exclusiva, convirtiéndose en los únicos y originales hijos de Dios. No se puede menos que reconocer que detrás del éxito de cada uno de estos grupos hay un trabajo de convencimiento y persuasión encomiable, aderezado por una gama amplísima y permanente de actividades sociales con los integrantes del grupo, lo que genera una poderosa identidad grupal y comunión religiosa y sobre todo social, que la iglesia católica no es capaz de generar con la misma intensidad. Además que estos grupos se caracterizan por ofrecer una amplia serie de apoyos extras como: despensas, apoyos económicos, apoyos morales, formación religiosa y actividades recreativas. Actividades que se materializan en una amplia y profunda campaña de rescate y redención de todos los descarriados de nuestra sociedad: adictos a toda clase de sustancias comenzando por el alcohol; infinidad de cursillo para el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias: educación para padres, manejo seguro de Internet para los hijos, cocina saludable; conferencias de violencia intrafamiliar, cursos de verano para padres e hijos; cursos de ingles para adultos a través de convenios interinstitucionales con colegios y universidades y muchos otros sin valor curricular. Lo mismo que cenas comunitarias y huertos familiares entre decenas de otras actividades implementadas para apoyar a la comunidad en condiciones mas difíciles.
Los católicos esperamos que el Papa Francisco venga a inyectarle ese vigor que nuestra iglesia necesita en este momento para salir de la modorra y el estancamiento y que el catolicismo retome el liderazgo no solo religioso sino también social y cultural que nuestro momento histórico requiere y que el desarrollo de nuestra sociedad reclama, y que en tiempos pasados la iglesia católica cumplió satisfactoriamente.
La refundación de nuestra iglesia debe ser capaz de tomar en cuenta los aciertos y errores que la competencia religiosa ha venido generando en estos años de inactividad y aplicar aquellos rasgos positivos en nuestro beneficio. Es sorprendente el poder que muchos de estos grupos tienen para separar a los descarriados de los vicios y ayudarlos a mantenerse en la senda de la sobriedad, iniciándose en una vida de recogimiento y privación. Por otro lado está también la impresionante labor que grupos como los mormones realizan en la formación de los jóvenes de su comunidad, haciéndolo los motores del desarrollo de muchas de sus principales actividades, especialmente aquellas de diseminación de la fe; con un ejército de jóvenes creativos, entregados, responsables y genuinamente devotos de su fe y del mejoramiento de la vida de los seres humanos a los que visitan en sus hogares y a los que apoyan en múltiples actividades y tareas. En realidad en la diáspora de este renacer religioso, existen muchas lecciones importantes que hay que recoger y aplicar en nuestra propia religión, para hacer de ella un mejor instrumento para alcanzar la salvación celestial y terrena.
Ortografia
La buena noticia para todos los internautas con mala ortografía y con todo y pese a su alto riesgo de “transmisión textual” es que no es de necesidad mortal. Hasta el momento no se sabe del caso de persona alguna que haya muerto por sus terribles faltas de ortografía.
Sin embargo y no por ello debemos de echar las campanas al vuelo y dejar de reconocer que la mala ortografía es uno de los atributos más democrática y equitativamente repartidos entre los mexicanos, de todos los niveles y estratos sociales. Si en algún momento nos ruborizamos por la falta de lecturas del susodicho; no me atrevo ni tan siquiera a imaginar el revuelo que causaría, si llegara al dominio público un texto de doscientas palabras, redactado a mano y sin acudir al diccionario, de este mismo personaje. Y si con esa misma regla midiéramos a los principales políticos, gobernadores, funcionarios públicos y personajes relevantes de nuestras comunidades, creo que nos llevaríamos muchas sorpresas. Afortunadamente para la estructura socio-política de México, una buena ortografía no es un requisito para triunfar socialmente y desde luego una mala ortografía jamás ha sido un impedimento para que los favoritos del sistema lleguen a ocupar su sitial.
Tristemente la pésima ortografía que aqueja a altos porcentajes de mexicanos es una pandemia que se genera, se reproduce y se perpetúa entre los pilares básicos de nuestra sociedad: principalmente la familia, la escuela y el gobierno, con la bendita ayuda de los medios de descomunicación.
Pese a la naturaleza de su encargo y el celo y la responsabilidad que deberían de poner en cumplir con su compromiso social; ni los maestros, ni las autoridades educativas y gubernamentales han tenido la voluntad de paliar esa terrible vergüenza nacional que es el analfabetismo funcional y en donde la mala ortografía es solo una de sus manifestaciones. Los políticos preocupados por encontrar la forma de hinchar los bolsillos con los recursos del país (petróleo entre otros), han hecho hasta lo imposible por mantener a la población mexicana en un grado cercano a la idiotez, auspiciándoles con generosidad de una educación chatarra y reforzada con un sistema de entretenimiento altamente enajenante. La dupla televisa y tvazteca, han sido la principal influencia intelectual del pueblo mexicano las últimas tres décadas. El futbol, las telenovelas, los programas seudo cómicos y las series gringas han formado culturalmente a cuatro o cinco generaciones de mexicanos y el resultado es que la mala ortografía es casi consustancial al mexicano, lo mismo que el borreguismo.
La base de una buena ortografía esta fincada en una práctica constante de lectura y escritura, dos actividades fundamentales para la formación intelectual de los estudiantes mexicanos, y que están desterradas de nuestras aulas de clases. Parece increíble, pero el sistema educativo mexicano inocula el virus de la resistencia a la lectura entre sus educandos, una vez que un estudiante ha pasado aun mínimamente por este sistema, automáticamente rechazara la lectura para toda su vida. La lectura que en sí misma es un portentoso medio de diversión, entretenimiento y formación. Un buen libro genera un disfrute estético tan placentero como el de una buena melodía o una buena película. Digamos que si los mexicanos somos tan apasionados del cine y la televisión, como ha llegado a ser posible que la lectura nos cauce solo bostezos. Y bueno como podemos llegar a ser buenos lectores y escritores en un país en donde no existen los libros o sus precios son prohibitivos. En un país en donde el gobierno no tiene una política de producción de libros a precios accesibles y de apoyo para la formación de bibliotecas escolares y comunitarias. En un país en donde los profesores son tan ignorantes como el que más y tan poco disfrutan de la lectura de un buen libro. En una sociedad en donde los padres de familia no les interesa que sus hijos aprendan a leer y hagan de esta actividad un habito y un disfrute.
Y bueno tarde o temprano en nuestra vida siempre llega el momento en que con un profundo suspiro nos preguntamos:
¿Por qué no tengo una buena ortografía?
Y es que una buena ortografía, igual que una distinguida figura o una buena educación y modales hablan del refinamiento de una persona y de un trabajo arduo de preparación y siempre es triste encontrar que pese a nuestros esfuerzos la buena ortografía es algo que se escapa a nuestras capacidades, no obstante todos nuestros deseos.
Pensar que un curso al vapor de ortografía bastara para solucionar el problema es pensar demasiado positivamente, una buena ortografía es el resultado de un largo y arduo proceso de formación académico que involucra muchas páginas de lectura y ejercicios de escritura. Muy probablemente esos nueve o doce años de trabajo serio que deberíamos de haber realizado a conciencia cuando cursamos de la primaria a la preparatoria bastarían. Siempre y cuando nuestros profesores hubieran sido gente seria, comprometida y con conocimientos mínimos de español y probablemente que disfrutara también de la lectura y de enseñar.
Sin embargo nuestro momento histórico nos dota de la oportunidad de encontrarle sentido a tener una buena ortografía, hoy gracias al internet y al desarrollo de la telefonía muchos de los asiduos a estos medios, han encontrado utilidad en escribir con propiedad el español, situación que hace algunos años no era ni siquiera relevante. Y bueno donde hay voluntad hay forma, así que a tratar de escribir mejor cada día. Que los horrores ortográficos que cometiste hoy no los repitas mañana y si de pasada le das la oportunidad de que algún libro atrape tu atención, ya vas de gane.
Dile Si a un libro y No a las faltas de ortografía de un mal partido de futbol.
Sin embargo y no por ello debemos de echar las campanas al vuelo y dejar de reconocer que la mala ortografía es uno de los atributos más democrática y equitativamente repartidos entre los mexicanos, de todos los niveles y estratos sociales. Si en algún momento nos ruborizamos por la falta de lecturas del susodicho; no me atrevo ni tan siquiera a imaginar el revuelo que causaría, si llegara al dominio público un texto de doscientas palabras, redactado a mano y sin acudir al diccionario, de este mismo personaje. Y si con esa misma regla midiéramos a los principales políticos, gobernadores, funcionarios públicos y personajes relevantes de nuestras comunidades, creo que nos llevaríamos muchas sorpresas. Afortunadamente para la estructura socio-política de México, una buena ortografía no es un requisito para triunfar socialmente y desde luego una mala ortografía jamás ha sido un impedimento para que los favoritos del sistema lleguen a ocupar su sitial.
Tristemente la pésima ortografía que aqueja a altos porcentajes de mexicanos es una pandemia que se genera, se reproduce y se perpetúa entre los pilares básicos de nuestra sociedad: principalmente la familia, la escuela y el gobierno, con la bendita ayuda de los medios de descomunicación.
Pese a la naturaleza de su encargo y el celo y la responsabilidad que deberían de poner en cumplir con su compromiso social; ni los maestros, ni las autoridades educativas y gubernamentales han tenido la voluntad de paliar esa terrible vergüenza nacional que es el analfabetismo funcional y en donde la mala ortografía es solo una de sus manifestaciones. Los políticos preocupados por encontrar la forma de hinchar los bolsillos con los recursos del país (petróleo entre otros), han hecho hasta lo imposible por mantener a la población mexicana en un grado cercano a la idiotez, auspiciándoles con generosidad de una educación chatarra y reforzada con un sistema de entretenimiento altamente enajenante. La dupla televisa y tvazteca, han sido la principal influencia intelectual del pueblo mexicano las últimas tres décadas. El futbol, las telenovelas, los programas seudo cómicos y las series gringas han formado culturalmente a cuatro o cinco generaciones de mexicanos y el resultado es que la mala ortografía es casi consustancial al mexicano, lo mismo que el borreguismo.
La base de una buena ortografía esta fincada en una práctica constante de lectura y escritura, dos actividades fundamentales para la formación intelectual de los estudiantes mexicanos, y que están desterradas de nuestras aulas de clases. Parece increíble, pero el sistema educativo mexicano inocula el virus de la resistencia a la lectura entre sus educandos, una vez que un estudiante ha pasado aun mínimamente por este sistema, automáticamente rechazara la lectura para toda su vida. La lectura que en sí misma es un portentoso medio de diversión, entretenimiento y formación. Un buen libro genera un disfrute estético tan placentero como el de una buena melodía o una buena película. Digamos que si los mexicanos somos tan apasionados del cine y la televisión, como ha llegado a ser posible que la lectura nos cauce solo bostezos. Y bueno como podemos llegar a ser buenos lectores y escritores en un país en donde no existen los libros o sus precios son prohibitivos. En un país en donde el gobierno no tiene una política de producción de libros a precios accesibles y de apoyo para la formación de bibliotecas escolares y comunitarias. En un país en donde los profesores son tan ignorantes como el que más y tan poco disfrutan de la lectura de un buen libro. En una sociedad en donde los padres de familia no les interesa que sus hijos aprendan a leer y hagan de esta actividad un habito y un disfrute.
Y bueno tarde o temprano en nuestra vida siempre llega el momento en que con un profundo suspiro nos preguntamos:
¿Por qué no tengo una buena ortografía?
Y es que una buena ortografía, igual que una distinguida figura o una buena educación y modales hablan del refinamiento de una persona y de un trabajo arduo de preparación y siempre es triste encontrar que pese a nuestros esfuerzos la buena ortografía es algo que se escapa a nuestras capacidades, no obstante todos nuestros deseos.
Pensar que un curso al vapor de ortografía bastara para solucionar el problema es pensar demasiado positivamente, una buena ortografía es el resultado de un largo y arduo proceso de formación académico que involucra muchas páginas de lectura y ejercicios de escritura. Muy probablemente esos nueve o doce años de trabajo serio que deberíamos de haber realizado a conciencia cuando cursamos de la primaria a la preparatoria bastarían. Siempre y cuando nuestros profesores hubieran sido gente seria, comprometida y con conocimientos mínimos de español y probablemente que disfrutara también de la lectura y de enseñar.
Sin embargo nuestro momento histórico nos dota de la oportunidad de encontrarle sentido a tener una buena ortografía, hoy gracias al internet y al desarrollo de la telefonía muchos de los asiduos a estos medios, han encontrado utilidad en escribir con propiedad el español, situación que hace algunos años no era ni siquiera relevante. Y bueno donde hay voluntad hay forma, así que a tratar de escribir mejor cada día. Que los horrores ortográficos que cometiste hoy no los repitas mañana y si de pasada le das la oportunidad de que algún libro atrape tu atención, ya vas de gane.
Dile Si a un libro y No a las faltas de ortografía de un mal partido de futbol.
Tuesday, April 9, 2013
Nosotros los catolicos
Los que saben aconsejan: no hablar ni de política, ni de religión y para mi poca fortuna, ambos están entre los temas que mas me apasionan. Desde luego que no voy a hablar del rancio enfrentamiento entre moros y cristianos, que todavía mantiene conflictuado a oriente con occidente, muchos siglos después de las cruzadas y de la expulsión de los moros, sarracenos o mudéjares de la España católica de Isabel y Fernando, y con la reedición de ese capitulo ahora caracterizado por gringos y talibanes. En donde un video infiel ha puesto en pie de guerra a la mitad de los países árabes, que ahora la han emprendido contra el metichismo e intromisión de los gringos en el mundo, con culpa o sin ella sobre el particular. Pero no, la lucha por la fe, que tengo en mente, es una más cercana, más cotidiana, de todos los días y de la que muy apenas nos damos cuenta. Es una lucha entre cristianos: católicos versus las multicolores formas del cristianismo de nuestros días: evangelistas, pentecostales, bautistas, calvinistas, anabaptistas, luteranos, metodistas, mormones etc.
En realidad no se busca hablar de las instituciones, ni tan siquiera de Dios o sus designios, sino mas concretamente de algunos de los hombres y mujeres que le dan forma a dichas filosofías y que con su actuar muchas veces desfiguran o corrompen buena parte de esos principios por los que se guían y que dicen respetar
Los católicos nos conocemos muy bien, acudimos a misa y celosamente nos declaramos fervorosos creyentes, pero en el fondo simplemente damos bola. Acudimos a misa, pero ni por error ponemos en práctica todos los buenos consejos y mandamientos de la ley de Dios. Somos comodinos y muy acomodaticios, y nunca esperamos transformaciones milagrosas, ni cambios de conducta fulminantes. Hipócritamente nos aceptamos en dos niveles de comportamiento, uno, como católicos que asistimos a misa, comulgamos y ponemos cara de santidad y el otro, como ciudadanos del mundo, abiertos a toda clase de experiencia y disfrutes. En México, las conquistas liberales de la reforma y la revolución, nos han liberado del gravoso pago del diezmo y a duras penas contribuimos a la subsistencia de nuestro culto, con una limosnita o ya cuando estamos dadivosos, con una ofrenda. Nos hemos acostumbrado a contribuir sin sacrificios y a festejar a todo lujo los sagrados sacramentos: una boda, un bautismo o una primera comunión en que no se derrame generoso el vino, el tequila o el ponche, no es fiesta. Acá en gabachilandia el compromiso de los fieles con sus iglesias es mas firme, ya de fuerza o de ganas, se han acostumbrado a testimoniar a Dios con su diezmo, y bueno tienen dos muy buenas razones para hacerlo. La primera es que cumplen a cabalidad con la ley de Dios, y no le escamotean ni un centavo a Dios, para regocijo de sus pastores y profetas y la segunda es que todo aquello que ellos graciosamente le entregan a los representantes de Dios en la tierra, se les regresa multiplicado por diez, ya en bienes o sino por lo menos en bendiciones, que de estas últimas, todo buen cristiano, esta positivamente persuadido a darlas sin limitaciones, a diestro y siniestro.
Los sagrados y milenarios preceptos que Jesucristo nos trajo hace poco más de dos mil anos, no han ayudado a que nuestra piedad sacrificio o buena fe se incrementen siquiera un poquito. Eso si las madres, abuelas y no pocos padres, son celosísimos guardianes del acudir a misa y de hacerlo guardando las formas de vestir y de conducta. Pero ni los mas encendidos sermones y mensajes de los padres, hacen mella en nuestra coraza de impiedad. Así que nos basta y sobra con ir a misa, aquello de poner la otra mejilla y los mandamientos y sacramentos, los ponemos en el saco del olvido.
Pero eso si, los católicos no andamos incomodando a nadie para que se convierta a nuestra fe; ni presumimos de haber dejado el mundo, ni tampoco pasamos todos los días de la semana, reunidos en las iglesias. No por lo menos, el común de los católicos, que con los tres cuartos de hora de misa del domingo, nos basta de santidad para toda la semana. Y quizás con razón nuestros hermanos cristianos nos tildan de creyentes de papel, de ocasión o de fin semana. Y cada vez que llegan a nuestra casa con la ropita dominguera es una echarse la bolita:
-Ábreles tú.
-No yo les abrí la semana pasada, te toca a ti.
-No tú ábreles y dile que vamos a salir, que vengan otro día. Además tú sabes lidiarlos mejor y te defiendes más.
Porque hasta eso la educación cortesía tradicional de nuestros pueblos nos impiden no abrir la puerta, dejar a la gente que viene a visitarnos afuera o ser de alguna manera groseros con ellos; pese a la molesta impertinencia y fanatismo que muchas veces demuestran los misioneros empecinados en denostar nuestras creencias o evidenciar nuestra ignorancia en materia de fe. Porque eso si, somos muy católicos, pero también completamente ignorantes de nuestra religión lo que nos convierte, sino en presa fácil de los nuevos conquistadores espirituales, por lo menos si en objetivos fácilmente aplastables bajo la andanada de citas bíblicas y filosofías cristianas. Así que nos mandan regañados y con el rabo entre las patas a reflechir, sobre las fortalezas y defensa de nuestra fe. No pocos se ven avasallados y terminan por doblar la cerviz y convertirse a alguna de las religiones exóticas que ahora pululan por doquier, y que sin excepción cada una de ellas es el camino verdaderamente verdadero para alcanzar el paraíso, y la expresión única y perfecta de la palabra de Dios. Que curiosamente les han sido reveladas por Dios de forma exclusiva y secreta a los nuevos profetas de esas sectas, a través de sueños, revelaciones o tablas de oro.
En realidad no se busca hablar de las instituciones, ni tan siquiera de Dios o sus designios, sino mas concretamente de algunos de los hombres y mujeres que le dan forma a dichas filosofías y que con su actuar muchas veces desfiguran o corrompen buena parte de esos principios por los que se guían y que dicen respetar
Los católicos nos conocemos muy bien, acudimos a misa y celosamente nos declaramos fervorosos creyentes, pero en el fondo simplemente damos bola. Acudimos a misa, pero ni por error ponemos en práctica todos los buenos consejos y mandamientos de la ley de Dios. Somos comodinos y muy acomodaticios, y nunca esperamos transformaciones milagrosas, ni cambios de conducta fulminantes. Hipócritamente nos aceptamos en dos niveles de comportamiento, uno, como católicos que asistimos a misa, comulgamos y ponemos cara de santidad y el otro, como ciudadanos del mundo, abiertos a toda clase de experiencia y disfrutes. En México, las conquistas liberales de la reforma y la revolución, nos han liberado del gravoso pago del diezmo y a duras penas contribuimos a la subsistencia de nuestro culto, con una limosnita o ya cuando estamos dadivosos, con una ofrenda. Nos hemos acostumbrado a contribuir sin sacrificios y a festejar a todo lujo los sagrados sacramentos: una boda, un bautismo o una primera comunión en que no se derrame generoso el vino, el tequila o el ponche, no es fiesta. Acá en gabachilandia el compromiso de los fieles con sus iglesias es mas firme, ya de fuerza o de ganas, se han acostumbrado a testimoniar a Dios con su diezmo, y bueno tienen dos muy buenas razones para hacerlo. La primera es que cumplen a cabalidad con la ley de Dios, y no le escamotean ni un centavo a Dios, para regocijo de sus pastores y profetas y la segunda es que todo aquello que ellos graciosamente le entregan a los representantes de Dios en la tierra, se les regresa multiplicado por diez, ya en bienes o sino por lo menos en bendiciones, que de estas últimas, todo buen cristiano, esta positivamente persuadido a darlas sin limitaciones, a diestro y siniestro.
Los sagrados y milenarios preceptos que Jesucristo nos trajo hace poco más de dos mil anos, no han ayudado a que nuestra piedad sacrificio o buena fe se incrementen siquiera un poquito. Eso si las madres, abuelas y no pocos padres, son celosísimos guardianes del acudir a misa y de hacerlo guardando las formas de vestir y de conducta. Pero ni los mas encendidos sermones y mensajes de los padres, hacen mella en nuestra coraza de impiedad. Así que nos basta y sobra con ir a misa, aquello de poner la otra mejilla y los mandamientos y sacramentos, los ponemos en el saco del olvido.
Pero eso si, los católicos no andamos incomodando a nadie para que se convierta a nuestra fe; ni presumimos de haber dejado el mundo, ni tampoco pasamos todos los días de la semana, reunidos en las iglesias. No por lo menos, el común de los católicos, que con los tres cuartos de hora de misa del domingo, nos basta de santidad para toda la semana. Y quizás con razón nuestros hermanos cristianos nos tildan de creyentes de papel, de ocasión o de fin semana. Y cada vez que llegan a nuestra casa con la ropita dominguera es una echarse la bolita:
-Ábreles tú.
-No yo les abrí la semana pasada, te toca a ti.
-No tú ábreles y dile que vamos a salir, que vengan otro día. Además tú sabes lidiarlos mejor y te defiendes más.
Porque hasta eso la educación cortesía tradicional de nuestros pueblos nos impiden no abrir la puerta, dejar a la gente que viene a visitarnos afuera o ser de alguna manera groseros con ellos; pese a la molesta impertinencia y fanatismo que muchas veces demuestran los misioneros empecinados en denostar nuestras creencias o evidenciar nuestra ignorancia en materia de fe. Porque eso si, somos muy católicos, pero también completamente ignorantes de nuestra religión lo que nos convierte, sino en presa fácil de los nuevos conquistadores espirituales, por lo menos si en objetivos fácilmente aplastables bajo la andanada de citas bíblicas y filosofías cristianas. Así que nos mandan regañados y con el rabo entre las patas a reflechir, sobre las fortalezas y defensa de nuestra fe. No pocos se ven avasallados y terminan por doblar la cerviz y convertirse a alguna de las religiones exóticas que ahora pululan por doquier, y que sin excepción cada una de ellas es el camino verdaderamente verdadero para alcanzar el paraíso, y la expresión única y perfecta de la palabra de Dios. Que curiosamente les han sido reveladas por Dios de forma exclusiva y secreta a los nuevos profetas de esas sectas, a través de sueños, revelaciones o tablas de oro.
Tuesday, March 26, 2013
La experiencia política del latino en Norte América.
La importancia política de los latinos en Norte América hasta las dos últimas elecciones había sido anodina, en realidad el voto latino antes de Barack Obama no había sido trascendente en la democracia gringa. Es cierto que la presencia latina, sobre todo de mexicanos ha sido importante en números relativos desde las primeras décadas del siglo pasado, y sobre todo con las contrataciones masivas de braceros durante la segunda guerra mundial. Pero la mayoría de estos trabajadores temporales regresaban tarde que temprano a sus pueblos y ciudades en México sin dejar mayor impacto en la vida de de los estadounidenses y aquellos que se quedaban en la mayoría de los casos no aspiraban a lograr la ciudadanía de este país, muchos de ellos tenían un arraigado sentimiento nacionalista y se obstinaban en morir orgullosamente mexicanos. Sin embargo es a partir del endurecimiento de la política migratoria y las crisis capitalistas recurrentes en Latinoamérica de los años setenta y ochenta, que el American Dream se convirtió en un tremendo imán para las poblaciones latinas y permanecer en el país fue una necesidad dictada por las tremendas dificultades para volver a ingresar; condición impuesta por una crecida y eficiente patrulla fronteriza, que funcionaba como válvula de acceso de acuerdo con los ciclos económicos del país, fundamentalmente del campo estadounidense.
La reforma migratoria de Reagan, conocida como la Simpson-Rodino fue la que permitió que decenas de miles de indocumentados adquirieran estatus legal en los Estados Unidos y se asentaran aquí trayendo a sus familias a vivir con ellos y gradualmente incrementando el número de latinos con ciudadanía norteamericana y capacidad de voto. La legalización migratoria de los Simpson-Rodinos fue un parteaguas en muchos aspectos para el desenvolvimiento de los latinos en los Estados Unidos. Su importancia económica y empresarial creció como nunca antes, la influencia artística y cultural detono tremendamente y el posicionamiento en general en de los latinos las áreas productivas fue remarcable. En números absolutos y relativos los latinos crecimos en estas ultimas dos décadas hasta llegar a posicionarnos como la primer minoría y el grupo étnico con mayor crecimiento poblacional en el país y últimamente una importante fuerza política.
Pese a todo esto, los latinos somos un grupo sin una definición política clara. Los latinos por nuestro origen y cultura no somos una población altamente politizada. En realidad en el concierto electoral de demócratas y republicanos los latinos no jugamos sino el papel de comparsas. Después de que Reagan hizo posible la reforma migratoria, por lealtad o gratitud nos quedamos casados con ese partido, definiéndonos asimismos como republicanos y tratando de contemporizar sus principios políticos con nuestra herencia hispánica. Así pretendimos comulgar con sus principios conservadores y religiosos. Fueron sin embargo las tremendas jornadas en pro de la legalización de los millones de nuestros hermanos indocumentados, las que pusieron en entredicho esa identidad republicana de los latinos en América. Después de aquellas tremendas movilizaciones de millones personas que pusieron en vilo a este formidable país, a los conservadores republicanos y también demócratas les quedo muy claro que no apoyarían este movimiento que a sus ojos se antojaba irreverente y altanero. Los mexicanos éramos suficientemente buenos para ser sus criados, para trabajarles los campos, construirles sus casas, prepararles la comida en los restaurantes, limpiarles las casas y cuidarles los niños, amen de un sinfín mas de tareas sencillas, apenas acorde con nuestra escasa cultura y nivel intelectual. Porque a pesar de todos esos afanes de igualdad, ellos siempre tuvieron muy clara la superioridad racial, cultural e intelectual del hombre blanco, por sobre los otros hombres coloridos. Así que como iba ser posible que con desplantes de fuerza como aquellos les impusiéramos condiciones en su propia casa y cada embate multitudinario por lograr la legalización fue frenado en el congreso por las fuerzas supremacistas blancas. Inclusive el Dream Act, destinado a potencializar a los jóvenes estudiantes latinos, fue frenado una y otra vez por las mismas fuerzas conservadores, con el objetivo de detener el avance de nuestra gente en este país.
Barack Obama se comprometió a apoyar esta noble y humana causa de los millones de gente que vive y sufre bajo el ominoso peso de ser indocumentado en este país de cristianos y sin embargo en su primer encargo no cumplió a cabalidad su palabra y muy por el contrario se convirtió en el símbolo de la persecución mas atroz de los ilegales, con sus programas de comunidades seguras y las deportaciones masivas de indocumentados. Sin embargo ante las perspectiva aun mas tenebrosa del candidato republicano promotor de la autodeportacion de los indocumentados y las políticas francamente antihispanas en algunos estados sureños los latinos volvieron a confiar su voto en Obama, quizás guiándose mas que por las palabras y promesas del presidente, por aquel dicho que dice: “Mas vale malo por conocido que bueno por conocer”.
Después de las ultimas dos elecciones los latinos han descubierto que su voto cuenta y curiosamente tanto demócratas como republicanos, han venido a entender que a partir de ahora los latinos son un factor a tomarse en cuenta en el ajedrez político. Probablemente a los republicanos aun les cueste un poco de tiempo aceptar que los mugrosos, ignorantes y analfabetos latinos hay que tomarlos en cuenta para elegir al presidente. Y que cada vez mas los candidatos republicanos deberán ofrecer cuando menos un poco de comedimiento a los latinos si quieren ver elegidos a sus candidatos a los puestos de gobierno.
Dentro de todo este barullo los latinos se pierden, en realidad apoyan candidatos y políticas que no tienen el rostro de sus orígenes, de su cultura, de sus valores, de sus experiencias. Se funden en el Meelting Pot, pero sin verdaderamente asumirse y sin ser genuinamente aceptados. A diferencia de la migración europea, donde comparten rasgos físicos semejantes y que una vez asimilada la lengua, se convierten en casi lo mismo, los latinos, los chinos, los afros, los árabes, seguimos siendo nuestra raíz seguido del americano. Y bueno en esta sociedad, pese a todo lo que de dientes para afuera se dice, contando entre ellas las leyes. Un moreno sigue siendo un moreno hasta que se muere, lo mismo que un latino, o un chino.
En realidad las propuestas que los latinos apoyan en el concierto electoral, se parecen en mucho a la comida “mexicana” que se compra en las cadenas de comida rápida gringas. Y que a todo se parecen menos a la comida auténticamente mexicana. Platillos ahogados en queso y crema que esconde sabores artificiales y productos enlatados, totalmente ajenos a la verdadera comida mexicana, que se caracteriza por su frescura, su originalidad, sus sabores siempre diferentes y explosivos. Y bueno como diría un viejo amigo la comida americana tiene la virtud, efectivamente, de ser mala; pero siempre y en todo lugar, igual de mala, así que no hay sorpresas con ella. Pero con todo y todo la oferta republicana y demócrata, no satisface a plenitud el paladar latino, sin embargo de esto apenas nos estamos dando cuenta. Aun hay mucho camino por recorrer y por crecer como hermanos latinos que somos.
Sunday, November 18, 2012
Nosotros, los migrantes.
Siempre que hay elecciones y llega un nuevo
gobernante a mandar en cualquiera de los niveles de gobierno del país, los
ciudadanos estamos siempre a la espera de que suceda algo, de que el estado de
cosas comience a cambiar para bien. Desde luego que uno no piensa que de la
noche a la mañana sucederán transformaciones radicales, pero si por lo menos
que un nuevo estilo de gobernar más plural, abierto y honesto se mostrara desde
los primeros días del cambio. Por lo general a la parsimonia y secrecía del primer
mes, le siguen otros 35 o 71, según sea el caso. Y el entusiasmo inicial de los
ciudadanos por participar, por manifestarse y concretar sus proyectos
personales o comunales, se va diluyendo lentamente hasta convertirse en una
insatisfacción sorda y visceral que no produce sino animadversión contra todo
lo que signifique gobierno. Y no termina
uno jamás de preguntarse ¿Porqué motivo los mexicanos no tenemos buenos
gobernantes?
Estas reflexiones nacen porque el otro día me
hablo mi hermano que vive en el gabacho en la costa oeste y me dice un tanto
molesto:
-Hace ya tiempo que le mande al nuevo
presidente colotlense una propuesta y sabes que ni siquiera me ha contestado.
Iguanas ranas carnal- le contesté- Yo también le
envié otra y tampoco se dignó responder.
Al igual que mi brother y yo, pienso que hay
mucha gente verdaderamente interesada por que Colotlán progrese. El interés no
es forma alguna gratuito desde luego, pues siempre existen razones personales
para querer que nuestra comunidad ofrezca más opciones de desarrollo en todo
sentido, para sus ciudadanos, no solo los que actualmente viven en el
municipio, sino también todos aquellos otros regados por el mundo.
En el caso de mi Carnavale, su interés estriba
en el hecho de que su madre y hermanas aun habitan en “El Paraíso”, y que con
todo el desgarriate de las balaceras, secuestros y demás desmanes que se han
vuelto comunes en nuestra tierra, pues no deja de tener sus preocupaciones y
desveladas, y entre rumiar y rumiar, se le ocurrió la brillante idea de darle una capacitación de esas de película a
la policía municipal. Estableciendo un contacto entre el gobierno de Colotlán y
un amigo suyo que es un Rambo boina verde cualquiera, solicitado por el
ejército de los E.U. para instruir a los soldados aliados en el medio oriente.
Desde luego que todo este proyecto siguiendo los correspondientes cauces
institucionales y haciendo valer el hecho de que Colotlán y Hood River son
ciudades hermanas, que es donde vive el susodicho.
Y bueno un colotlense en extranjia no deja
nunca de soñar en el regreso triunfante a la tierra prometida, ese pedazo de
tierra árida que le vio nacer y donde con toda seguridad quiere vivir la gloria
de sus no tan últimos días. Y este simple hecho marca un importante elemento
económico que nuestras autoridades no deberían desdeñar, por ignorancia o
indiferencia. Baste señalar que la no cuantificada ni reconocida influencia
económica de los braceros a la economía local en las cinco últimas décadas ha
sido tremendo. Las remesas que los colotlenses en el extranjero han enviado año
con año a sus familiares en este medio siglo, han hecho más por la población
que todos los programas sociales del gobierno juntos. Y bueno todo ese
potencial económico que representan los simpon-rodinos y sus agremiados, puede
muy bien ser utilizado como una palanca económica para lograr el desarrollo de
ciertos sectores productivos de nuestra comunidad y región. Aun cuando nadie se
ha preocupado por investigar cuales son las circunstancias presentes de ese grupo
de emigrantes que lograron la legalización a mediados de los años ochenta, con
la reforma migratoria de Reagan, pues baste saber que muchos de ellos han
alcanzado ya la edad para pensionarse y en los próximos años muchos mas van a
seguir ese camino. Para ellos se les
ofrece la posibilidad de quedarse a vivir en los EU., donde están a gusto, pero
no como en casa, y en donde además los elevados costos de la vida en el
gabacho, van a reducir tremendamente su nivel actual de consumo o desplazarse
hacia sus comunidades y darse la gran vida con los ahorros y la mensualidad de
su pensión. Inclusive pueden llegar a montar un negocio que les permita
invertir productivamente sus ahorros. Sin embargo esta segunda opción tiene las
terribles y atemorizantes desventajas siguientes:
1) la escalofriante inseguridad publica
2) la inexistencia de un sistema de
salud de buen nivel y calidad
3) una oferta muy limitada de
servicios, mercaderías y recreación
4) infraestructura urbana muy inferior
a la que están acostumbrados
La verdad es que con excepción de las pocas y
esporádicas visitas a nuestros paisanos en el norte, de los presidentes Pepe y
Enrique, no se ha hecho gran cosa por integrar a ese importante y pujante sector de la comunidad a participar
en la planeación y desarrollo de nuestro municipio. Y en la actualidad están
dadas las condiciones para que se tiendan lo lazos y se estrechen las
relaciones de carácter cultural, económico y educativo con ellos. Existe en
poder del ayuntamiento una importante base de datos de los migrantes
colotlenses a la que no se le saca provecho y tampoco se explota en beneficio
de la comunidad, como tampoco la riqueza cultural y la experiencia en el
trabajo que muchos de ellos tienen. Así como tampoco se ha buscado mantenerlos
integrados en una red que fomente los intercambios de carácter cultural e
incluso potenciaría el llamado mercado de la nostalgia, ni las posibilidades de
aprendizaje para nuestras comunidades que las hermandades de ciudades ofrecen.
Esta el caso de Colotlán-Hood River, que desde que se firmo la hermandad nadie
se ha preocupado por darle seguimiento y sentido a dicho acto.
Y bueno, muchos de los que vivimos lejos, nos
quedamos ensimismados con demasiada frecuencia, en todo aquello que se podría
hacer, y que por cierto jamás de hará. Y las causas o las excusas seguirán
siendo siempre las mismas, comenzando las culpas desde lo alto, hasta lo bajo
donde estamos el resto de los ciudadanos.
Thursday, November 1, 2012
Tras las huella de Cuauhtémoc Cárdenas.
De entre los hijos de los revolucionarios mexicanos Cuauhtémoc Cárdenas, es
probablemente uno de los más distinguidos, por no decir el que simboliza la
crema y nata de la realeza revolucionaria mexicana. A 102 años de la justa
revolucionaria, Lázaro Cárdenas, junto con Madero, son de los pocos
revolucionarios que ejercieron el poder y que siguen teniendo una aureola de
limpieza, honestidad y entrega con el pueblo mexicano. Y Cuauhtémoc Cárdenas es quizás el único
vástago revolucionario que ha intentado hacer su vida pública y política
respetando y sin mancillar el prestigio y la reputación de su padre.
La sonrisa agria, el gesto adusto, el porte aristocrático y la palabra
mesurada, son atributos que nos permiten poner en pie de comparación a
Cuauhtémoc con cualquier noble heredero europeo, digamos por caso el príncipe
Carlos de Inglaterra, esa es la impresión de nobleza que proyecta nuestro
príncipe tarasco.
Hasta antes de agosto o septiembre de 1986, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas
Solórzano, no figuraba sino como uno más de los hijos de presidentes,
beneficiados por el PRI. El prestigio de su padre lo había llevado a ocupar
diferentes posiciones políticas, incluida la gubernatura de Michoacán. Pero a
partir de esas fechas, cercanas a las elecciones presidenciales de 1988, en que
comenzó a figurar la Corriente
Democratizadora al interior del PRI, y en la que Cuauhtémoc
junto con Porfirio Muñoz ledo, fueron las cabezas visibles del movimiento. Fue
que la percepción que teníamos de Cárdenas también comenzó a modificarse
lentamente. Por aquellas épocas estábamos recién ingresados a la facultad y ya
habíamos celebrado nuestra primera huelga estudiantil universitaria, en la que
Carlos Imaz e Imanol Ondorica, se habían llevado las palmas como los líderes
estudiantiles universitarios más importantes después del movimiento del 68. Y
la verdad Cuauhtémoc Cárdenas, no nos merecía mucho respeto, sabíamos que la
corriente democratizadora, era otra de las estratagemas políticas del niño
berrinchudo para que los líderes del partido lo dejaran llegar a la grande. Les
estaba haciendo manita de puerco al sistema para que lo dejaran ser presidente
de México, y levantarse a las alturas de su padre. La nobleza de su cuna bastaba
y sobraba para ser merecedor de ese honor. Lo que sucedió después, nunca lo
imaginamos. Creímos que o bien le cumplían el capricho o se sometía a un
acuerdo conveniente para todos. Pero jamás nos imaginamos que Cárdenas y su
corriente se iban a escindir del PRI. Cuando esto ultimo sucedió y comenzó a
tomar forma el escenario político de 1988, muchos de nosotros los estudiantes
comenzamos a tomar contacto con la nueva propuesta. Para nosotros tuvo la forma
de una de nuestras profesoras de Seminario de Investigación Económica, Maria
Xelhuantzi, que era asesora del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, y que durante el transcurso del curso nos fue
introduciendo no a las propuestas concretas de Cárdenas, o su plataforma
política-filosófica, pero si al entendimiento y significado de las políticas
neoliberales, que Salinas de Gortari había comenzado a impulsar en México desde
la Secretaria
de Programación y Presupuesto y el horizonte económico que nos deparaba la
suerte de ganar la presidencia. El despojo y botín que se había hecho de muchas
de los centenares de empresas públicas del estado que habían florecido con los
gobiernos revolucionarios, ya estaban entonces a la vista, y la propuesta de
Carlos Salinas de Gortari, era darle continuidad, en beneficio de los empresarios
amigos y de su propio peculio. Tal y como a la postre sucedió.
Motivados en un principio más por la posibilidad del cambio democrático que
por las sesudas explicaciones económicas y aun menos por los poco emotivos
discursos políticos del ingeniero, los estudiantes salimos a las barriadas a
conseguir votos para el Frente Democrático Nacional, que era el nombre que había
adoptado la alianza de grupos y partidos que apoyaban a Cárdenas. Los chicos
banda de los alrededores del Museo del Chopo, se convirtieron en nuestros
victimas propiciatorias, sin embargo, eran tan reacios a todo convencimiento
político que difícilmente entusiasmamos a alguno a votar y antes que
persuadirlos a votar por Cárdenas, su renuencia provoco una fractura entre la
cuadrilla de estudiantes promotores del voto. Así que cada quien jalo mejor por
su lado.
La candidatura del Ingeniero despertó ámpula entre los sectores
progresistas de México y mayormente en la ciudad de México, en donde tenia su
principal fuerza. Recuerdo las concentraciones multitudinarias para el primer
mitin en el zócalo, el 18 de marzo, no cabía una alma mas, la gente del
distrito se volcó en apoyo del candidato del frente, lo mismo paso en ciudad
universitaria en el mes de mayo y en junio para el cierre de campaña y todavía
una vez mas, después del fraude y la caída del sistema el 19 de noviembre de
1988, cuando Cuauhtémoc Cárdenas convoco una vez mas y todos creímos que ese
día comenzaba la revolución. Pero ni él, ni nadie dijo nada y todos regresamos
vencidos y desesperanzados a nuestras
casas. Desde ese día le perdí la fe y la huella al ingeniero y cualquier
referencia al susodicho terminaba con la idea de la claudicación. Sus
posteriores postulaciones y repetidos fracasos se constituyeron en pruebas
evidentes de que su momento había pasado y le “habían faltado” en el momento
preciso.
No fue sino hasta que en la biblioteca municipal vine a encontrarme con una
autobiografía del ingeniero: “Sobre mis pasos” de editorial Aguilar, y que la
tome del estante nomás con la intención de sacarme la duda de cual era su
explicación a la no acción después del fraude del 88 y de pasada saber donde
había estado durante el 68. Esto último no queda muy claro en el libro, pero la
obra mencionada con todo y tener un lenguaje poco emotivo y tan frugal, como el
ingeniero, termina a uno por convencerlo de la pertinencia de sus juicios y
acciones. Creo que después de la lectura de este libro vine a quedar en buenos
términos con el ingeniero después de más de 20 años de reproches y acusaciones.
Es una lastima la total falta de democracia en este país, que nos han privado
del gobierno de un hombre que pudo haber traído sino grandes logros económicos,
por lo menos las perspectivas de mayor civilidad, tranquilidad y respeto por
las leyes.
Sobre mis pasos, es una obra que vale la pena de ser leída, para entender
los derroteros de la izquierda mexicana en los últimos treinta años, y los
jalonazos que la derecha ha tenido que instrumentar para evitar que aquellos se
instalen en el poder.
General Francisco de Santiago Villegas
Se dice que el General Francisco de Santiago
nació en Santa Inés, municipio de Huejúcar, Jalisco, siendo hijo del Sr. Ignacio de Santiago quien
radicaba en la Mesa
de María de León, del mismo municipio, y que por allá por los años de 1885, obtuvo trabajo
como mayordomo en la Mesa
de Guadalupe del municipio de Colotlán; pero atento a la educación de su hijo,
lo dejó en Colotlán, con el propósito de que asistiera a la escuela del lugar en
donde el joven Francisco cursó su educación básica. Fue en esta población que el niño Francisco
alcanzo plenamente la adolescencia y se relaciono con la gente de la comunidad,
llegando a tener fuerte amistad con algunas de las familias mas influyentes en
el poblado, y sobre todo estrecho lazos con los jóvenes de su edad, e incluido
Herminio Sánchez Sánchez, que era varios anos menor que el. En ausencia de sus
padres se forjo también ese carácter decidido, responsable y estricto que le
caracterizo toda su vida y que pese a enfrentar grandes pruebas jamás se
arrendó, regresando siempre con gran empecinamiento hasta conseguir sus
objetivos.
Los padres de aquella época eran en extremo
exigentes y duros con sus hijos, y don Ignacio de Santiago, no lo era menos,
así que por una desobediencia de Francisco que no agradó a su padre, éste lo
azotó duramente, lo que motivó que abandonara el hogar paterno y se diera de
alta en el ejército, alcanzando el grado de Capitán en solo cinco años. Al cabo
de ese tiempo, pidió y obtuvo su baja, trasladándose a Norteamérica, yendo a
radicarse al Rey, California; donde encontró trabajo sin dificultades.
Pero a raíz de la Revolución y durante el
triunfo de las huestes Maderistas, se le vuelve a ver, ya con el grado de
Coronel, a las órdenes del Gral. Manuel M. Diéguez. Es entonces cuando se le
comisiona por primera vez en Guadalajara, para que viniera a pacificar nuestra
región, pero de éste lado de Tequila en una barranca bastante profunda y por
cuyo fondo venia de Santiago con más de 1000 soldados, los villistas les
tendieron una emboscada e hicieron tal matazón, que el suelo desde lo alto de
la barranca daba la impresión de un gran maizal por la gran cantidad de
cadáveres que quedaron en el fondo de dicha barranca. Actualmente dicha
barranca se llama de Las Cruces, por el gran número de cruces que hay ahí. El
coronel de Santiago y algunos de sus soldados lograron salvarse y poco después
vuelve a nuestra región por el mismo camino en que lo emboscaron, pero ahora
con toda clase de precauciones: manda un regimiento por la parte izquierda de
la barranca y otro por la parte derecha arriba de la barranca y de Santiago con
otro regimiento, avanza por el fondo de la barranca, atravesando el mismo lugar
en que lo emboscaron. Esta vez los regimientos que avanzaban por la parte
superior de la barranca, sorprenden a los villistas que se aprestaban a
emboscar nuevamente al Coronel de Santiago, batiéndolos y dispersándolos por
completo por la sierra.
Es entonces cuando el Coronel de Santiago con
sólo 700 soldados de línea, perfectamente municionados, derroto en Santa
Teresa, municipio de Monte Escobedo, Zac., a los Bañuelos, Justo Ávila y Néstor
Ulloa, quienes con tres mil hombres le oponen tenaz resistencia sin resultados
favorables. Este sonado triunfo le abrió las puertas de la fama, siendo
ascendido inmediatamente a General.
Mil novecientos dieciséis, es año de pesadumbre
y horror. Fue llamado el año del hambre, por que la gente moría por falta de
alimento. El maíz no se conocía ni aún en las bodegas de las personas
económicamente más pudientes. Hubo casos en que a manera de trueque, una medida
de maíz de cinco litros, se daba por otra llena de monedas entre pesos fuertes
y otras de menor valor. El bandolerismo y el pillaje azolaban la región y tal
vez debido a tan tremendas circunstancias, el Gral. De Santiago se volvió
sanguinario. Se desató una ola de terror, que ponía los pelos de punta a la
mayoría de los ciudadanos. Muchas personas fueron ahorcadas en las afueras de
la población. En el camino que conduce a Acaponeta, los mezquites son mudos
testigos de tan abominable proceder, ya que, según se ha comprobado, muchas
personas murieron ahorcadas, existió en dicho lugar un mezquite tan grande, que
llegaron a dejar hasta 40 personas colgadas del mismo, semejando racimos de
uvas. Cuentan los que vivieron en dicha época que el citado mezquite se secó y
la misma gente de por aquí lo cortó desde abajo. Se olvidó el imperio de la ley
y la compasión humanitaria. Bastaba con que alguien de negras entrañas
denunciara a otro como autor de cierta y cuales desacatadas actividades, para
que sin causa ni proceso se le ahorcara sin piedad.
El Sr. Lic. Bartolo Ramos Aréchiga, juez de
Primera Instancia de éste lugar y originario de Colotlán, intercedió en varias
ocasiones ante el Gral. de Santiago, salvando a muchas personas de ser
ahorcadas. En cierta ocasión el Sr. Refugio Camacho, ahijado del Lic. Ramos
Aréchiga, junto con otras personas del pueblo, fueron hasta la Hacienda de Encarnación,
perteneciente a Villanueva, Zac., e impelidos por el hambre, se robaron gran
cantidad de cargas de maíz, con lo que mitigaron el hambre de muchas gentes de
Colotlán. Enterado le Gral. de Santiago, mandó detener a todos los que habían
ido a robarse el maíz y los sentenció a la horca. Enterado el Lic. Bartolo
Ramos Aréchiga, de tal actitud, fue con el Gral. De Santiago a interceder por
los condenados a muerte, logrando únicamente salvar al Sr. J. Refugio Camacho,
quien fue desterrado.
El Sr. Pablo Campos, Presidente Municipal del
25 de mayo al 2 de octubre de ese año de 1916, gran amigo del General desde su
tierna infancia, salvó a muchos inocentes sin previo aviso a de Santiago, el
cual le perdonaba su intromisión, con motivo de su crecido afecto y a su
carácter de funcionario público. Finalmente a fines de 1916, el General se
retira de la región que dejó pacifica (Por no decir aterrorizada con su mal
proceder).
Un movimiento rebelde aparentemente de
importancia, se suscitó en Guadalajara, con el pronunciamiento del Gral.
Enrique Estrada, el 6 de diciembre de 1923, con el objeto de derrocar al
Presidente de la
República Gral. Álvaro Obregón, pretextando que éste
pretendía imponer la candidatura del C. Gral. Plutarco Elías Calles, a la Primera Magistratura
de la Nación. No
obstante, a los pocos días se supo que los sublevados pretendían sostener con
las armas en la mano, la candidatura del C. Adolfo de la Huerta. El
pronunciamiento fue secundado por el Gral. Guadalupe Sánchez, en Veracruz, y
con él el General Francisco de Santiago Villegas, quien formaba parte de su
estado mayor.
En Colotlán el Sr. Herminio Sánchez y Sánchez,
en acuerdo con el General de Santiago, que operaba en Veracruz, secundó el
movimiento y dado su carácter de organizador, pronto logró reunir más de mil
hombres con los que amenazó Zacatecas a fines de enero de 1924. Ya había puesto
sitio a la ciudad, cuando supo que Adolfo de la Huerta , Jefe supremo del
movimiento, había huido al extranjero y que sus partidarios habían sido
vencidos en Ocotlán, Jal., y en la
Esperanza , Veracruz, donde perdió la vida también el General
de Santiago.
Después de la derrota que les infligieron a los
rebeldes Delahuertistas en Puebla, el 23 de diciembre de 1923, fueron obligados a abandonar esta ciudad y se
concentraron en el frente oriental con los restos de sus tropas. Allí se
encontraba el grueso de las fuerzas mandadas por el General Guadalupe Sánchez,
quien se posesionó en la estación de la Esperanza , Veracruz logrando fortificarla en una
extensión de más de diez kilómetros, para decidir la suerte de su partido.
Desde el día 25 de Enero de 1924, había
empezado el General obregonista Eugenio Martínez a preparar el avance de sus
tropas sobre los rebeldes posicionados en la estación de trenes de la Esperanza y defendidas
por el General Guadalupe Sánchez, quien tenía a sus órdenes a los Generales Fortunato Mayacotte, José
Villanueva Garza, Cesáreo Castro, Pedro González, Fernando Reyes, Lechuga,
General Francisco de Santiago y otros más, con un gran efectivo de tropa. El
General Martínez, por su parte, avanzaba por las vías de los ferrocarriles llevando
a sus órdenes a los generales Andrew Almazán, Urbalejo, Figueroa, Lucas
González, Benigno Serratos, Heriberto Jara, Anacleto López, Quevedo y varios
mas.
A las siete horas del día 29 de enero del 1924
se inicio el ataque a Esperanza; Por el flanco izquierdo avanzaba con fuerte
contingente el General Almazán con objetó de cortar al enemigo, que al mando de
Pedro González se encontraba en San Pedro con instrucciones de detener el
avancé del General Anacleto López que avanzaba por la vía del Mexicano. Por el
flanco derecho avanzaba otro fuerte contingente al mando del General Quevedo, a
fin de evitar que el enemigo pudiera sacar su material rodante. La artillería
mas a la derecha al mando de Urbalejo para proteger el avancé del General
Topete. A las ocho del mismo día se inicio el combate que fue aumentando de
intensidad a medida que trascurría el tiempo, a las nueve treinta horas el tren
del General Pedro González retrocedía protegido por las caballerías, con
intención de llegar a la Esperanza ,
pero el General Almazán ya se había colocado en la estación, registrándose un
reñidísimo combate cuerpo a cuerpo, en que el enemigo pugnaba por defender el
tren y el General Almazán, por recuperarlo, lo que consiguió después de media
hora de encarnizada lucha; habiendo escapado milagrosamente el General Pedro
González y otros jefes. En los instantes en que el general Almazán capturaba el
tren de González, salía de la estación, el tren del general Guadalupe Sánchez, el que
después de una terrible resistencia fue capturado por los Generales Topete,
Lucas González y Quevedo. En la defensa de este tren, Murió el general
Francisco de Santiago y el coronel Rafael Sánchez de la Vega jefes de Estado Mayor
del General Guadalupe Sánchez, y un crecido numero de jefes y oficiales que
formaban el cuartel general del mismo. Suceso este que ocurrió entre las 10:00
y las 11:00 horas del día 29 de Enero de 1924.
Al saberse la noticia de la derrota de los
Delahuertistas, el Sr. Herminio Sánchez Sánchez se volvió a Colotlán, la mayor
parte de sus subordinados volvió a sus hogares, algunos hasta sin amnistiarse.
Él y otros rebeldes distinguidos como Justo de Ávila, que más tarde había de
tomar parte en la
Rebelión Cristera , así como Pedro Quintanar, se amnistiaron
oportunamente.
Fuentes:
Historia de Colotlán. Gabriel Ramos González.
Pagina de Internet”: La mesa de Maria de León”
Saturday, October 27, 2012
Aquel famoso Herminio...
Yo creo que nuestra región amaneció ya al siglo veinte con la novedad de “irse pal norte”, aun no había llegado la revolufia cuando unos tíos abuelos míos ya habían cruzado la frontera buscando las minas de carbón de Arizona. Dicen que el juego a la larga es malo y debe serlo porque de ser dueños de tierras y haciendas en el Sauz de los Márquez, se quedaron hasta sin camisa y no les quedo de otra que tratar de comenzar en cualquier otro lado; buscar fortuna donde desde luego no los conocieran y tampoco les diera vergüenza comenzar vida de peones, después de haber sido señores. Encontraron destino, acabándose los pulmones a fuerza extraer el carbón, en los socavones de Morency. Y pos bueno con la revolufia de Madero pos allá los alcanzaron otros conmatriotas más. Y cuando de una causa se paso a otra, y aparecieron, huertistas, carrancistas obregonistas, agraristas y cristeros, el número de paisanos ya alcanzaba multitud. Por allí cuando la gran depresión mando mexicanos al por mayor de regreso a México, a contracorriente se fue casi completita la rama Villareal de la familia, a probar suerte en las huertas de California, terminaron avecindados en Ridley, alli cerquita de Fresno. Pero fue para la segunda guerra mundial, que las contrataciones de braceros para los campos norteamericanos le abrieron tremendo boqueta a nuestra pirámide de población, pero sobre todo los ojos a decenas de miles de campesinos de nuestros terruños que se dieron el gusto de ampliar perspectivas, pasear por tierras gringas, juntar muchos cueros de rana y vivir la buena vida del americano. Una buena parte de esos braceros les gusto el modito y mantuvieron vínculo con los Estados Unidos, estableciendo las redes que en los años ochenta hicieron estallar nuestras comunidades, al expulsar segmentos completos de la población masculina en edad productiva hacia el norte. Las décadas de los ochenta y los noventa, fueron aquellas en que nuestra gente sintió mas la urgencia de irse al norte para mejorar sus condiciones de vida, dejando atrás poblados y comunidades semidesiertas. Ancianos, mujeres y niños se quedaron al frente de los animales y las parcelas, y tarde que temprano la mayoría inicio un éxodo hacia los pueblos y ciudades cercanos, en donde las posibilidades de educación, servicios y salud eran menos precarios que en sus comunidades, allá en los ranchos no fue quedando mas que ruinas de fincas, animales desperdigados y parcelas sin cultivar. La derrama creciente de dólares que entraban a nuestras poblaciones hacía posible que los familiares de los que habían partido, disfrutaran un poco también del éxito económico de sus parientes en los Estates Unites, y que avecindados en los pueblos se dedicaran a estudiar o a oficios menos demandantes que el campo, o simplemente a arreglárselas de envío a envío.
Por aquellos años siendo todavía adolescente, estudiante y sin aspiración alguna de convertirme en bracero fue que tuve oportunidad de conocer a Herminio “El coyote” y sus parvadas de pollos. Debo confesar que a treinta años de aquello todavía recuerdo con claridad la imagen y actitud del primer coyote de carne y hueso que me toco conocer en vida. Ya para entonces Herminio era una leyenda en la región, centenares de señores y jóvenes habían degustado las delicias de viajar en su compañía y su aspecto físico e indumentaria había encontrado eco entre los jóvenes sobre todo de las rancherías. En el Epazote era amo y señor y el terror de los pollitas, y a decir verdad uno no sabia a que atenerse con esa clase de individuos, pues las películas los personificaban como problemáticos, buscabullas, ventajosos, desleales y sobre todo peligrosos. Pero con todo y todo Herminio “el Coyote” era todo un personaje, ni un ápice menos que el mejor de los Almada en película de acción. Alto, delgado y atlético, ropa entallada, jeans, botas y camisa vaquera, arremangada y abierta hasta el tercer botón, dejando entrever rubio pelambre y robusta cruz de madera, metal y cuero. Sombrero de fieltro encima de los rizos castaños claros, ojos verdes enmarcados por profunda ojeras y un aire místico emparentado con el Jesús martirizado.
Herminio “El coyote” era todo imagen, como sacado directamente de una película y su voz suave, bajita, sugería mas que ordenaba a su parvada de jóvenes, que apenas en el jardín de Colotlán, ya habían depositado su soberanía en él. Herminio condescendiente y obsequioso les regalaba con prolijidad de su vocabulario de frases y giros de las gentes de la frontera, aderezada con los usos y la jerga de cholos, guías y demás especimenes que habitan en tan abigarrada zona de nuestro mundo de inmigrantes, nomás como para que se fueran curtiendo y se avivaran un poquito. Su destino era la frontera de Laredo y para ello el autobús que salía a las siete de la noche, cada tercer día de la Terminal de Colotlán. Si alguien quería arrepentirse esa era el momento, parecía sugerir la mirada inquisitiva del coyote, que iba de uno a otro, mientras se comía unos tacos de carne de con Martín el taquero, cuyo signo distintivo de calidad, era el innegable llamado que sus mercadería ejercía sobre los canes callejeros; perros que pese a las constantes patadas y amenazas, se mostraban reacios a dejar el sitio y que los hambrientos viajeros, veían con suspicacia, mientras devoraban los deliciosos y humeantes tacos, procurando evitar la molesta posibilidad de estarse comiendo uno de aquellos.
En un cierto momento de la noche, el autobús finalmente arribaba y el chofer con una cartera en mano bajaba a la oficina a recibir instrucciones, boletaje y entregar y recibir equipaje. Después entraba al restaurante, se tomaba su café, iba al baño y con la exactitud de un reloj suizo, indicaba la salida, justo cuando se le antojaba, ni antes ni después. Era entonces que Herminio les daba la orden de abordar y atropellándose unos a otros los aspirantes a braceros subían al autobús, ya con la garganta echa nudo y ganas de chillar. El autobús retrocedía con lentitud, para después avanzar por toda la calle Hidalgo y con un paulatino incremento de velocidad perderse en la noche, dejando una pesada cortina de humo negro, que espantaba a los perros y aderezaba la carne de los tacos.
Por aquellos años siendo todavía adolescente, estudiante y sin aspiración alguna de convertirme en bracero fue que tuve oportunidad de conocer a Herminio “El coyote” y sus parvadas de pollos. Debo confesar que a treinta años de aquello todavía recuerdo con claridad la imagen y actitud del primer coyote de carne y hueso que me toco conocer en vida. Ya para entonces Herminio era una leyenda en la región, centenares de señores y jóvenes habían degustado las delicias de viajar en su compañía y su aspecto físico e indumentaria había encontrado eco entre los jóvenes sobre todo de las rancherías. En el Epazote era amo y señor y el terror de los pollitas, y a decir verdad uno no sabia a que atenerse con esa clase de individuos, pues las películas los personificaban como problemáticos, buscabullas, ventajosos, desleales y sobre todo peligrosos. Pero con todo y todo Herminio “el Coyote” era todo un personaje, ni un ápice menos que el mejor de los Almada en película de acción. Alto, delgado y atlético, ropa entallada, jeans, botas y camisa vaquera, arremangada y abierta hasta el tercer botón, dejando entrever rubio pelambre y robusta cruz de madera, metal y cuero. Sombrero de fieltro encima de los rizos castaños claros, ojos verdes enmarcados por profunda ojeras y un aire místico emparentado con el Jesús martirizado.
Herminio “El coyote” era todo imagen, como sacado directamente de una película y su voz suave, bajita, sugería mas que ordenaba a su parvada de jóvenes, que apenas en el jardín de Colotlán, ya habían depositado su soberanía en él. Herminio condescendiente y obsequioso les regalaba con prolijidad de su vocabulario de frases y giros de las gentes de la frontera, aderezada con los usos y la jerga de cholos, guías y demás especimenes que habitan en tan abigarrada zona de nuestro mundo de inmigrantes, nomás como para que se fueran curtiendo y se avivaran un poquito. Su destino era la frontera de Laredo y para ello el autobús que salía a las siete de la noche, cada tercer día de la Terminal de Colotlán. Si alguien quería arrepentirse esa era el momento, parecía sugerir la mirada inquisitiva del coyote, que iba de uno a otro, mientras se comía unos tacos de carne de con Martín el taquero, cuyo signo distintivo de calidad, era el innegable llamado que sus mercadería ejercía sobre los canes callejeros; perros que pese a las constantes patadas y amenazas, se mostraban reacios a dejar el sitio y que los hambrientos viajeros, veían con suspicacia, mientras devoraban los deliciosos y humeantes tacos, procurando evitar la molesta posibilidad de estarse comiendo uno de aquellos.
En un cierto momento de la noche, el autobús finalmente arribaba y el chofer con una cartera en mano bajaba a la oficina a recibir instrucciones, boletaje y entregar y recibir equipaje. Después entraba al restaurante, se tomaba su café, iba al baño y con la exactitud de un reloj suizo, indicaba la salida, justo cuando se le antojaba, ni antes ni después. Era entonces que Herminio les daba la orden de abordar y atropellándose unos a otros los aspirantes a braceros subían al autobús, ya con la garganta echa nudo y ganas de chillar. El autobús retrocedía con lentitud, para después avanzar por toda la calle Hidalgo y con un paulatino incremento de velocidad perderse en la noche, dejando una pesada cortina de humo negro, que espantaba a los perros y aderezaba la carne de los tacos.
Sunday, October 14, 2012
Saturday, October 6, 2012
Sunday, September 16, 2012
“La suerte es de quien la trabaja”
La posición que toma uno respecto de la suerte o fortuna, trasciende en lo general en la actitud de gravedad o ligereza con que marchamos por la vida. Así aquellos cuyas vidas se sienten iluminadas por la diosa “Fortuna”, arriesgan mas en todas las encrucijadas que se atraviesan en sus existencias, en tanto que aquellos otros desconfiados de su buena estrella, son mas cautos, temerosos y poco amigos de arriesgar. Aquellos individuos que confían totalmente en su suerte, son aventureros y arrojados, en tanto que los otros son timoratos y recelosos
Yo en lo personal, pertenezco al segundo grupo, aquellos que en su vida no se han ganado ni la rifa de una paleta y que por ende, no le tienen ni tantita confianza a todo aquello que se relacione con la buena fortuna, y ni por error se acercan a los casinos, gallos, carreras de caballos o cualesquier otro juego de azar. Y que por sistema rechazan que cualesquier asunto se someta al veredicto de la suerte o un volado, pues se saben de antemano irremisiblemente perdidos.
Pero no llega uno de gratis a ser escéptico de la suerte, sino más bien por una reiterada ausencia de los dones de la fortuna en nuestra vida, y no se puede gozar de ella, sin creer y sugestionarse por ser uno de sus muchos favoritos, porque siendo tan volátil y casquivana, no puede menor que ser inconstante e incapaz de mantener lealtad alguna. Un día te favorece y al siguiente te vuelve la espalda, dejándote a merced de la desesperación y la ruina. Y así los despegados de ella, no podemos pagarle mas que con la misma moneda de curso con que nos trata ella, con la mas glacial y total indiferencia. Pero los hay otros devotos y afortunados de ella, que hasta han entendido que gozar de sus favores, no es cuestión precisamente de suerte, sino de ciencia y han hecho de sus vidas, una constante búsqueda de los ajustes necesarios para tenerla la mayor parte del tiempo de su lado.
Creo que Gagustiano, redomado vaquetón de mi juventud, fue la primera persona que me puso en contacto con la noción de que la suerte no es tan solo una bendición de los dioses, un precioso gesto de la divinidad en favor de uno, al cual se accede de forma fortuita e inescrutable, sino también un beneficio que se puede buscar proactivamente y al cual hay que darle una ayudadita para permitirle con mayor facilidad regalarnos con sus preciados dones. La esencia del principio creo que la entendí intuitivamente y a continuación pretendo ejemplificarla por simples motivos de claridad.
Fue por allá a principios de los ochenta, a finales de abril en que la feria agrícola de Colotlán estaba ya a todo vapor y que como era natural en una familia extensa y de reducido peculio, mi asignación financiera para toda la feria ya había llegado casi a su fin y deambulaba entre los puestos, literalmente deslumbrado por las fuertes luces de las decenas de juegos mecánicos que giraban incansables con sus cuotas completas de niños, risas, jóvenes y gritos. Alegría y diversión que ya para ese momento se me antojaba ofensiva, ante la tristeza propia de la falta de centavos. Y parece hecho adrede esa morbosa relación que establece que cuanto menos traes, mas te antojan las cosas, principalmente la comida. Los inflados y dulces hot cakes, en que se desparramaba la mermelada, la cajeta y la lechera. El olor insufrible de los tacos, elotes, gorditas, algodones, fruta. Después de varias vueltas termine como siempre, frente a los carritos chocones, mi juego favorito. Estando allí fue una sorpresa encontrar a uno de mis hermanos menores impactándose con toda desaprensión contra todos los otros carritos en la pista. Máxime que para ese momento su mesada teóricamente ya no debería de alcanzar no para los tres ciclos de carritos que estaba yo presenciando, sino que ni siquiera para uno de ellos. Así que me quede allí mirándolo, a medias entre la envidia y el azoro.
Una vez que se bajo de su carrito y se hundió entre la multitud de la feria, le seguí sigiloso apercibiéndome de esa transformación que acusaban sus gestos, su mirada y esa actitud extrovertida, temeraria, como quien dice sintiéndose el nuevo dueño del mundo. No era el hermano habitual que sentaba a comer a mi lado, dormía en la cama de junto y hacia todas las travesuras y excentricidades del mundo. Este era un hermano diferente que termino acodado entre las decenas de apostadores del juego de la “Ruleta”, que como todos los domingos y todos los días de la feria, estaba ubicada en mitad de los Portales.
No era una novedad que uno o varios de nosotros termináramos jugándonos y perdiendo un veinte a la ruleta. Eso era cosa de casi cada semana. Lo insondable de los juegos de azar, atraía nuestra curiosidad infantil como la miel a la mosca, como el misterio de la multiplicación de los panes, esa increíble sensación de ganar 10 por cada uno que apostaba sobre los números, rojos, negros y verdes. Sin embargo esa noche había algo distinto, que no entendía, pero que tampoco correspondía a lo habitual de nuestras escapadas al juego de la ruleta, para perder un diez o un veinte de nuestro domingo. Y la muy esporádica sensación de ganar, de sentirse “escogido” de la fortuna.
Esa noche me quede allí expectante del girar de las pirinolas, como toda la numerosa clientela apretujada contra la mesa, mientras que del otro lado de ella, estaba todo el elenco completo de los de León, el abuelo de todos ellos con su aspecto campesino, su sombrero de palma, huaraches y esa fina capa de polvo y barro de la parcela que parecía acompañarle siempre. Don Rodolfo, alto, delgado como garrocha, el bigote negro bien recortado, su sombrero de taco y su camisa blanca arremangada, descansando todo su peso con sus dos manos sobre la mesa, mientras se llegaba el momento de que la pirinola detuviera su marcha, recojiera las apuestas, pagara a los afortunados y volviera a poner en marcha la siguiente ronda. Allí estaba desde luego Pompino, un Pompino delgado en camiseta, aun adolescente, de bigotes cantinflescos y mirada precoz, de quien se aviva ante la vida y ha aprendido a hacer trabajar la suerte en su favor. Y desde luego que también Amado, chaparro, casi enano, con manchas de jijiotes en la cara, pero parte integral de la distinguida comitiva de croupiers.
-Hagan sus apuestas.
-No va nadie más.
-derechitos, no se recarguen en la mesa.
Esas eran las tres frases que más se repetían allí junto con el cantado del número ganador.
Esa noche estuve mirando como giraba la suerte de los presentes y de reojo observando a mi hermano, que atento miraba el ir y venir de los números. Había pasado una media hora cuando finalmente mi carnal saco un peso, de aquellos de Morelos y lo coloco sobre el tapete en el numero cuatro. Pero solo después de que don Rodolfo había puesto en marcha la pirinola con tres vigorosos impulsos. Para mi sorpresa esta vino a detenerse precisamente en el numero cuatro. Le pagaron sus diez pesotes y después de algunos ciclos, coloco otro peso, ahora sobre el dos y se volvió a repetir la situación, solo que entonces cuando le pagaron sus siguientes diez pesos, don Rodolfo le dijo:
-Ya estuvo bueno, güero, ya váyase pa su casa.
Obediente junto sus ganancias la puso en el bolsillo y abandono la jugada, allí fue donde lo alcance yo.
-A ver explícame que paso allá atrás, dime como adivinaste los números, sino quieres que le diga a mi papa (nos tenia estrictamente prohibido acercarnos a la ruleta).
Abrió tamaños ojotes y no le que de de otro que explicarme el secreto de la ruleta.
Con mucha paciencia y capacidad de observación había llegado a entender que las pirinolas estaban cargadas, por eso tenían varias de ellas y las estaban cambiando constantemente y que dependiendo de la cantidad de impulsos que le daban a cada una de ellas, era el número que probablemente iba a caer. El aprendió el sistema por lo menos para un par de ellas y solo esperaba el momento que las ponía en juego para apostar y bueno a ellos no les quedaba otra que dejarlo jugar y ganar de vez en vez.
Esa noche de feria cenamos a placer y nos subimos a los juegos, a costillas de la suerte de mi hermano y de los de la ruleta.
Yo en lo personal, pertenezco al segundo grupo, aquellos que en su vida no se han ganado ni la rifa de una paleta y que por ende, no le tienen ni tantita confianza a todo aquello que se relacione con la buena fortuna, y ni por error se acercan a los casinos, gallos, carreras de caballos o cualesquier otro juego de azar. Y que por sistema rechazan que cualesquier asunto se someta al veredicto de la suerte o un volado, pues se saben de antemano irremisiblemente perdidos.
Pero no llega uno de gratis a ser escéptico de la suerte, sino más bien por una reiterada ausencia de los dones de la fortuna en nuestra vida, y no se puede gozar de ella, sin creer y sugestionarse por ser uno de sus muchos favoritos, porque siendo tan volátil y casquivana, no puede menor que ser inconstante e incapaz de mantener lealtad alguna. Un día te favorece y al siguiente te vuelve la espalda, dejándote a merced de la desesperación y la ruina. Y así los despegados de ella, no podemos pagarle mas que con la misma moneda de curso con que nos trata ella, con la mas glacial y total indiferencia. Pero los hay otros devotos y afortunados de ella, que hasta han entendido que gozar de sus favores, no es cuestión precisamente de suerte, sino de ciencia y han hecho de sus vidas, una constante búsqueda de los ajustes necesarios para tenerla la mayor parte del tiempo de su lado.
Creo que Gagustiano, redomado vaquetón de mi juventud, fue la primera persona que me puso en contacto con la noción de que la suerte no es tan solo una bendición de los dioses, un precioso gesto de la divinidad en favor de uno, al cual se accede de forma fortuita e inescrutable, sino también un beneficio que se puede buscar proactivamente y al cual hay que darle una ayudadita para permitirle con mayor facilidad regalarnos con sus preciados dones. La esencia del principio creo que la entendí intuitivamente y a continuación pretendo ejemplificarla por simples motivos de claridad.
Fue por allá a principios de los ochenta, a finales de abril en que la feria agrícola de Colotlán estaba ya a todo vapor y que como era natural en una familia extensa y de reducido peculio, mi asignación financiera para toda la feria ya había llegado casi a su fin y deambulaba entre los puestos, literalmente deslumbrado por las fuertes luces de las decenas de juegos mecánicos que giraban incansables con sus cuotas completas de niños, risas, jóvenes y gritos. Alegría y diversión que ya para ese momento se me antojaba ofensiva, ante la tristeza propia de la falta de centavos. Y parece hecho adrede esa morbosa relación que establece que cuanto menos traes, mas te antojan las cosas, principalmente la comida. Los inflados y dulces hot cakes, en que se desparramaba la mermelada, la cajeta y la lechera. El olor insufrible de los tacos, elotes, gorditas, algodones, fruta. Después de varias vueltas termine como siempre, frente a los carritos chocones, mi juego favorito. Estando allí fue una sorpresa encontrar a uno de mis hermanos menores impactándose con toda desaprensión contra todos los otros carritos en la pista. Máxime que para ese momento su mesada teóricamente ya no debería de alcanzar no para los tres ciclos de carritos que estaba yo presenciando, sino que ni siquiera para uno de ellos. Así que me quede allí mirándolo, a medias entre la envidia y el azoro.
Una vez que se bajo de su carrito y se hundió entre la multitud de la feria, le seguí sigiloso apercibiéndome de esa transformación que acusaban sus gestos, su mirada y esa actitud extrovertida, temeraria, como quien dice sintiéndose el nuevo dueño del mundo. No era el hermano habitual que sentaba a comer a mi lado, dormía en la cama de junto y hacia todas las travesuras y excentricidades del mundo. Este era un hermano diferente que termino acodado entre las decenas de apostadores del juego de la “Ruleta”, que como todos los domingos y todos los días de la feria, estaba ubicada en mitad de los Portales.
No era una novedad que uno o varios de nosotros termináramos jugándonos y perdiendo un veinte a la ruleta. Eso era cosa de casi cada semana. Lo insondable de los juegos de azar, atraía nuestra curiosidad infantil como la miel a la mosca, como el misterio de la multiplicación de los panes, esa increíble sensación de ganar 10 por cada uno que apostaba sobre los números, rojos, negros y verdes. Sin embargo esa noche había algo distinto, que no entendía, pero que tampoco correspondía a lo habitual de nuestras escapadas al juego de la ruleta, para perder un diez o un veinte de nuestro domingo. Y la muy esporádica sensación de ganar, de sentirse “escogido” de la fortuna.
Esa noche me quede allí expectante del girar de las pirinolas, como toda la numerosa clientela apretujada contra la mesa, mientras que del otro lado de ella, estaba todo el elenco completo de los de León, el abuelo de todos ellos con su aspecto campesino, su sombrero de palma, huaraches y esa fina capa de polvo y barro de la parcela que parecía acompañarle siempre. Don Rodolfo, alto, delgado como garrocha, el bigote negro bien recortado, su sombrero de taco y su camisa blanca arremangada, descansando todo su peso con sus dos manos sobre la mesa, mientras se llegaba el momento de que la pirinola detuviera su marcha, recojiera las apuestas, pagara a los afortunados y volviera a poner en marcha la siguiente ronda. Allí estaba desde luego Pompino, un Pompino delgado en camiseta, aun adolescente, de bigotes cantinflescos y mirada precoz, de quien se aviva ante la vida y ha aprendido a hacer trabajar la suerte en su favor. Y desde luego que también Amado, chaparro, casi enano, con manchas de jijiotes en la cara, pero parte integral de la distinguida comitiva de croupiers.
-Hagan sus apuestas.
-No va nadie más.
-derechitos, no se recarguen en la mesa.
Esas eran las tres frases que más se repetían allí junto con el cantado del número ganador.
Esa noche estuve mirando como giraba la suerte de los presentes y de reojo observando a mi hermano, que atento miraba el ir y venir de los números. Había pasado una media hora cuando finalmente mi carnal saco un peso, de aquellos de Morelos y lo coloco sobre el tapete en el numero cuatro. Pero solo después de que don Rodolfo había puesto en marcha la pirinola con tres vigorosos impulsos. Para mi sorpresa esta vino a detenerse precisamente en el numero cuatro. Le pagaron sus diez pesotes y después de algunos ciclos, coloco otro peso, ahora sobre el dos y se volvió a repetir la situación, solo que entonces cuando le pagaron sus siguientes diez pesos, don Rodolfo le dijo:
-Ya estuvo bueno, güero, ya váyase pa su casa.
Obediente junto sus ganancias la puso en el bolsillo y abandono la jugada, allí fue donde lo alcance yo.
-A ver explícame que paso allá atrás, dime como adivinaste los números, sino quieres que le diga a mi papa (nos tenia estrictamente prohibido acercarnos a la ruleta).
Abrió tamaños ojotes y no le que de de otro que explicarme el secreto de la ruleta.
Con mucha paciencia y capacidad de observación había llegado a entender que las pirinolas estaban cargadas, por eso tenían varias de ellas y las estaban cambiando constantemente y que dependiendo de la cantidad de impulsos que le daban a cada una de ellas, era el número que probablemente iba a caer. El aprendió el sistema por lo menos para un par de ellas y solo esperaba el momento que las ponía en juego para apostar y bueno a ellos no les quedaba otra que dejarlo jugar y ganar de vez en vez.
Esa noche de feria cenamos a placer y nos subimos a los juegos, a costillas de la suerte de mi hermano y de los de la ruleta.