Sunday, January 3, 2010

Las pastorelas












Una de las tradiciones más bonitas y añejas de Colotlán esta en proceso de olvidarse: las pastorelas, las que todavía hace un par de décadas aún se realizaban por distintos barrios de la ciudad, y en donde destacaban entre otros los grupos de los hermanos Cortez y el de don Isidro Arceo. Aun cuando se desconoce la fecha exacta en que se presento la primera pastorela en nuestro pueblo, sus orígenes bien pueden remitirse a la época de la colonia, cuando los franciscanos que cristianizaron a los distintos grupos indígenas asentados en el poblado y atendieron las necesidades espirituales de los españoles aprovecharon la tradición teatral de la culturas prehispánicas para difundir el cristianismo. Las diferentes pastorelas representadas en nuestra comunidad, se apegan a las versiones tradicionales difundidas en todo nuestro país, a saber los derroteros que enfrentan un grupo de pastores para llegar a adorar al Niño Jesús que nace en Belén. Trayecto en el que pelean con Lucifer y los diablos que representan los siete pecados capitales, quienes a toda costa buscan hacerlos desistir de su propósito, sembrando su camino de tentaciones y obstáculos.

Historia en la que finalmente aparece el Arcángel San Miguel para vencer las fuerzas del mal tras de una larga contienda y demostrar como el bien siempre vence sobre el mal. En Colotlán estas representaciones tuvieron un enorme impacto entre el pueblo, que las esperaba con gusto cada año y disfrutaba pacientemente de sus prolongadas escenificaciones. Los lugares favoritos fueron la plaza, los barrios y los atrios de las iglesias, llegando a construir foros especiales para ellas, como es el caso de San Lorenzo.
En las pastorelas de la región son representados fundamentalmente: los pastores Bato, Brasy y Gila, entre otros; los demonios, Lucifer, San Miguel, José, María, el Niño Jesús y un ermitaño, así como un huichol. A éstos se les han agregado una serie de cantos y música tradicionales que le dan un sello particular a las pastorelas de nuestra región, sin olvidar las danzas y otras manifestaciones populares. En ellas, hay cantos, caminatas, diálogos entre diablos y pastores, la lucha entre San Miguel y Lucifer, la adoración de los pastores, el ofrecimiento de regalos y la despedida.
Cabe señalar que la trama de muchas pastorelas ha ido pasando de generación en generación a través de la tradición oral, tal es el probablemente el caso de las pastorelas representadas aquí y donde solo recientemente han sido capturados los diálogos en libretas escolares.

Una de las pastorelas más vistosas y mejor organizadas era la que preparaba Don Isidro Arceo, reconocido comerciante colotlense, que en la esquina de la terminal, durante décadas vendió deliciosos tacos de bistec, carnaza, costilla y sesos.


Don Isidro fue siempre un enamorado de las tradiciones populares de Colotlán, para festejar las fiestas de papaques, se preparaba con un año de anticipación para juntar las cáscaras de huevo para los cascarones rellenos. Más de cuatrocientos cascarones pintados de colores y rellenos de harina y pinole, eran confeccionados por los miembros de su familia para el festejo, los huevos eran una de las armas más solicitadas y peligrosas del enfrentamiento. Hasta dos costales de pinole y muchas colaciones, encargaba don Isidro para ese día tan especial y las invitaciones a amigos y familiares se hacían llegar con mucho tiempo, para que nadie faltase. Pues era necesario juntar un gran contingente de conocidos que ayudaran a defender su partido. La bandera de la familia se colocaba en el sitio más inexpugnable de la casa, para evitar que fuera tomado por los contrincantes con demasiada facilidad.

Los papaques se celebraban en Colotlàn todos los años, desde el día de la Candelaria hasta un día antes del miércoles de ceniza, y los cuales poco a poco se ha dejado de festejar. En la actualidad existen muchas personas que aún recuerdan la tradición, sin embargo es muy raro que la celebren..

El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, era una fecha de crucial importancia para la realización de los papaques, de acuerdo con la tradición, lo que en ese día se pedía prestado ya no se regresaba. Si una persona o familia tenía interés en organizar un papaque, le organizaban una broma a una persona o familia que más o menos creía que tenía solvencia económica para hacer os gastos de dicha fiesta. Ese día le hacían una visita y le pedían una prenda prestada (un chal, una sevillana, un rebozo etc.) y al cabo de unos días regresaban y le decían:

-Blanca palomita que te dejaste engañar. Se reían de la broma y concertaban el compromiso de organizar el papaque entre las dos familias, siendo la casa del engañado el lugar donde se haría la fiesta. Cada familia invitaba a sus amistades y familiares para ayudarse en los gastos y quehaceres del papaque.

La persona que habìa realizado la broma debía preparar una cunita, bien arreglada, donde se colocaba al niño Jesús y la prenda prestada para devolverla a su dueño, el 2 de febrero día de la Candelaria, día del festejo del papaque. Ese día con todos sus invitados y la música de cuerda entonando los cantos especiales para un papaque se dirigen al oscurecer a la casa donde tendrá lugar el festejo, sitio en el que los dueños de la casa ya les esperan también con música y les reciben con gran alegría y cordialidad. Se realizaba la entrega de la cunita cantando los siguientes versos:

Este patio esta medido
con cien varas de listón
en cada esquina una rosa
y en medio mi corazón

Han llegado las señoras
Muy cargadas de razones
Juntando su pinolito
Y quebrando cascarones

Ya con esta me despido
Por las cumbres de un mezquite
Si no tienen colaciones
Tirenme con el esquite

Ya con esta me despido
por las cumbres de una azotea
si no tienen pinolito
Tirenme con la batea


Ya con esta me despido
por las barbas de un rebozo
miren no se vayan riendo
que al cabo el pinole esta rasposo


Me han dejado como un burro
Pero llegando a mi casa
Me hago el pelo
Y me rasuro.

El miércoles de ceniza
Tambièn vienen muy decente
Mandando que oigamos misa
Y que nos marquen la frente
Todos estos versos los canta una persona y luego se repite en coro por todos los presentes.

Ya estando ahí los dos equipos se organizan juegos como las calabazas, las ollitas, la escoba, los listones etc.

Las ollitas. Se mandaban hacer muchas ollitas y se ponían en quiliguas. Es un juego en el que participaban todos los muchachos y muchachas, se hacia un círculo grande y cada hombre debía buscar una pareja y los muchachos compraban las ollitas y se las aventaban a las muchachas y se las seguían pasando hasta que se les rompían y así continuaba hasta que se acababan todas las ollitas. Durante los juegos los músicos tocaban y después se iniciaba el baile obligatoriamente con “La escoba”. Tocaba la música y comenzaban a bailar y un hombre que no tenia pareja pues traía la escoba y se la cambiaba a otro por su pareja y este hacía a su vez lo mismo.

Don Isidro con el mismo fervor con que se abocaba a preparar los festejos de los papaques o la llevada de la virgen también emprendió la organización de las pastorelas. Amigos, hermanos, hijos sobrinos y conocidos no se escapaban de su contagioso entusiasmo. Durante todas las tardes dos o tres meses antes de la realización de la pastorela se daban cita todos los integrantes de la misma, en la casa de don Isidro, o de otro participante para ensayar la obra. Don Isidro jamás necesito del apuntador, era el único que nunca se equivocaba con su guión, más de 10 cuartillas aprendidas de corazón, el incluso ayudaba a los otros cuando olvidaban alguna parte de su papel, porque se sabía de pe a pa, toda la pastorela y ayudaba a todos a recordar sus partes.

En la siguiente entrevista Benito Sánchez nos remonta a vivir de nueva cuenta esta tradición.

La pastorela empezaba como a las ocho de la noche y la gente aguantaba hasta que se acababa, a veces hasta después de la una de la mañana. De las ocho hasta la una ¿imagínate? Las pastorelas son cansadas y costosas pero son muy bonitas. Hace muchos años que aquí no hacen una en forma, a veces presentan alguna aquí en la plaza pero las hacen muy cortitas, muy ligeras. Las pastorelas tradicionales son muy largas, simplemente con los puros cantos y las diferentes fases que llevan.

En una pastorela es mucho lo que se habla y lo que se canta…y luego las caminatas, porque van los pastores caminando y cantando. Sobre el tapanco van dando vueltas, así como los danzantes dan vueltas. En aquel entonces no había cámaras de video, quizás comenzaron a haber ya en las últimas presentaciones que tuvimos. Yo recuerdo que alguien grabo alguna vez, pero he preguntado y nadie me ha dado razón, por lo que no hay testimonio de aquellas pastorelas.

Cuando Adolfo Martínez fue presidente en 1998, le propusimos que nos ayudara con los gastos para la representación de la pastorela, y al principio dijo que si, que nos ayudaba con la pólvora, la mitad de los trajes y las mascaras, pero ya cuando supo cuanto costaba ya no quiso y nosotros solos no pudimos hacerla, así que no hubo pastorela. La última vez que nos presentamos debió de haber sido unos tres años antes de esa fecha. Las mascaras de las pastorelas eran muy llamativas hechas de madera.

Mi papá también era aficionado a las pastorelas, el representaba al ermitaño y se arreglaba su disfraz muy bien, para confeccionarse lo que era la barba, la ceja y el bigote de la mascara, los hacia de cerdas de vaca y buscaba vacas que tuvieran ya el color de las canas viejas, negras amarillentas para fabricárselas. Hasta eso le buscaba bien el color para dar el aspecto de desaliño del ermitaño, metido en las montañas y que nunca se baña ni nada, y que nomás se la pasa orando por decirlo así, llevaba además un chaquetón hasta el suelo.

Lucifer iba siempre de negro y la mascara con capas de papel de colores amarillos y rojos. Los diablos de los siete pecados también de negro y con mascaras, nada mas, cada una diferente porque cada quien la hacia a su gusto, Mi papá conseguía el colorín, lo mandaba pedir y también los pedazos de madera del tamaño de una mascara, los trazaban y lo partían por mitad y yo les ayudaba a hacerlas, cada quien las tallaban a su gusto y les daban la forma que quería. Algunos le ponían cuernos chicos de vaca algunos grandes. Otros les ponían cuernos de chivo, y así cada quien lo que cada uno buscara.


Cuando le he preguntado a mi papá si participaría en otra pastorela, me dice que no, que ya se cansa mucho, porque es mucho rato, muchas horas de pie, caminando y cantando, pero de acordarse si se acuerda de todo, una repasada y listo. El antes decía que lo de la pastorela lo hacia por desquitarse de mi abuelito. Jajajajaja. El ermitaño cargaba un crucifijo, que le llegaba del pescuezo hasta el suelo; una cruz en una mano y en la otra un látigo, que utilizaba para golpear al diablo cada vez que este se volteaba en los momentos que el diablo camina y habla en una especie de soliloquio. Eso era lo que le gustaba a mi papá darle sus chingazos a mi abuelito Isidro que llevaba siempre el papel del diablo.

Decía mi papá: -No, ahí le meto sus chingazos y no tiene que decir nada, se tiene que aguantar.

Si querían hacer la presentación por decirlo así, algo especial, el que lo hacia era mi tio Víctor. Salía primero el Ermitaño, y luego los pastores y ya después salia el Diablo hablando con el Ermitaño y todos los pastores con todos los diablos, las caminatas y ya después de que el Angel vence al Diablo todavía tiene que hacer ofrecimiento todos los pastores cada uno al niño Jesús., y es mucho y es largo!!!

Mi abuelito era el que sabia toda la obra, en los ensayos si algo se le olvidaba a alguien y se atoraba, él le decía lo que seguía, todos los papeles se los sabia. Lo ensayos los haciamos en la casa donde ahora vive Don Pancho Lozano, por la calle Guerrero entre Cinco de Mayo y Josefa Ortiz, justo a mitad. Allí se ensayaba porque era un patio muy grande. La Dueña se llama Natividad, la hija de ella Rosa, era la que la hacia de Gila.


El que siempre estuvo en todas también fue Guadalupe Espinoza, que vive por la calle Paseo, enseguida de con Román Sánchez. El era uno de los pastores.
Mi tío Juan también siempre fue el huichol, y uno de los Ibáñez era uno de los diablos, y ya los demàs si cambiaban unos u otros porque no estaban y ya se metian otros. Mi papá era el ermitaño siempre, ellos se lo sabian de memoria no mas que decian que lo hiban ha hacer y ellos una semana repasando y ellos se acordaban de todo., asi fueran dos tres años y ellos se acordaban. Los que entraban nuevos eran los que tenian que aprenderse todo el papel. Mucha gente asistía a las pastorelas. Para la escenificación se ponía un tapanco de madera y se colocaban más focos, para tener mejor iluminación. En la capilla de arriba de plano se construyo uno de material para las representaciones. En aquel entonces no había micrófonos, así que se tenía que hacer a pura voz. La primera vez que se usaron micrófonos fue acá en san Lorenzo. En esa ocasión le gusto mucho a la gente, porque además todos los actores y se sabían muy bien su papel de memoria y no batallaban nada.


Una vez fuimos a ver una pastorela en el Epazote y no, no era igual. A muchos al estarla actuando se les olvidaba y el apuntador se oía cuando les decia y a cada rato se equivocaban y en cosas si era lo mismo y en cosas era diferente de la de nosotros; le cambiaban o le omitian partes.

Mi tío Juan tiene su propio traje de huichol, como él era quien representaba el huichol en la pastorela, se lo mando a hacer, bien bordado: calzón, camisa y sombrero. También se compró el arco y las flechas. El ajuar le costo caro, sobre todo porque el traje lo mando hacer bordado con puro punto de cruz.


No se de donde vendría la tradición de las pastorelas, pero tienen mucho lenguaje español antiguo. Por lo menos la que se hace para la Santa Cruz, esa sí tiene un lenguaje poco usual y desde luego era el más difícil para aprenderse, muchas palabras las oye uno y se pregunta:

-¿Esto que querrá decir? ¿Qué será?

Y han de tener el mismo significado de muchas de las que sabemos y hablamos hoy, pero eran dichas antes de otra manera y para aprendérselas y decirlas de corrido, en un dialogo largo, naturalmente que se traba uno. De los papeles que me tocaban a mi no tenían mucho dialogo, unas dos hojas y ya. Los más cortos de todos son los diablos, de ahí vienen los de los pastores, los que van cantando son los que hablan más. Son 19 personajes en esa pastorela, Luzbel y el Ermitaño, son los que participan más.

La fiesta de la Santa Cruz era el día 3 de Mayo, fecha que en que la festejaban aquí en el Barrio del Cerrito. Se bajaba la Santa Cruz que esta acá arriba en el cerro del mismo nombre, a una casa que esta por la calle Guerrero, antes de llegar a la escuela, y se le hacia la fiesta y otro día la volvían a subir a su lugar allá arriba. Esa tradición ya no la siguen, debido a que muchos de los que estaban a cargo del festejo de la Cruz, ya no querían ayudar. Siempre es trabajo eso de andar buscando la gente, haber quien les ayuda a hacer cosas y a veces la gente no ayuda. Mi abuelito era siempre el que decía que si se hacia y ya empezaba a decirles a todos y si todos estaban de acuerdo se hacia y se empezaban a ensayar otra vez, pero alguno que no pudiera se buscaba sustituto. Primero se veía que se juntara la gente de nuevo y bueno sin recibir ningún sueldo al contrario ellos ponían su vestimenta, hacían sus mascaras y destinaban tiempo a ir a ensayar. A todos les gustaba eso, y era lo que más costaba, que se juntaran todos de nuevo. Unos hijos de Pascual Rubalcaba: Manuel y Javier ellos también formaron parte del grupo, varios de ellos fueron de los diablos, por lo menos quienes más veces salieron de diablos. Una vez mi hermano Humberto la hizo de Ángel, y otra vez un muchacho llamado Miguel, que trabaja en la prepa y vende revistas en una moto. Él también fue una vez el Ángel, su familia vivió muchos años enfrente de la casa de mi papá.





Recientemente la destacada investigadora colotlense Verónica Quintanilla Álvarez ha puesto en escena, en esta temporada decembrina, una pastorela escolar, con gran éxito, por lo que la felicitamos por ese tesón en defender nuestras valiosas tradiciones populares. Y no olvidamos tampoco la representación que realizara hace algunos años el taller de la preparatoria de Colotlán, con el apoyo de Cunorte y otras instituciones culturales del municipio y sobre todo con el invaluable apoyo de la gente de la comunidad de Huacasco, entre ellos don Martín y don Juan Márquez, que auxiliaron desinteresadamente al grupo de teatro y apoyaron con talento artístico dicha presentación. Cubriendo sus gastos de alimentos y gasolinas durante el largo tiempo de los ensayos, además del tiempo destinado a dicha empresa, con la única y valiosa recompensa de ver representada una vez más una pastorela. Para gente como don Juan y de don Martín, un fraterno abrazo de agradecimiento y admiración, porque gente como ellos hacen vivir nuestras tradiciones.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Fotografias:
Grupo de teatro de la preparatoria y don Juan y don Martin de Huacasco.

04 January, 2010 20:27  
Anonymous Anonymous said...

Permitanme platicar que en esta pastorela las mascaras son diseno exclusivo de el artista RICARDO URISTA ALVARADO, el las tallo en madera.

07 January, 2010 17:30  
Anonymous Anonymous said...

Me regresan gratos recuerdos al leer este articulo y efectivamente el SR. MARTIN MARQUEZ fue uno de los mas brillantes en los ensayos y siempre muy puntual.
Saludos a su Familia y a los estudisntes que participaron en esta PASTORELA.
Don Juan fue el Director y facilitador del libreto de esta pastorela.

07 January, 2010 17:34  

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