Sunday, January 3, 2010

Los mexicanos de este lado.

Los mexicanos que vivimos de este otro lado, podemos decir que no somos desafortunados del todo, gozamos de los Thanksgivings tanto como el 12 de diciembre, día de la virgen de Guadalupe, festejamos el 4 de julio y el Halloween, tanto como las posaditas, el nacimiento del niño Dios, los santos reyes y las principales fechas cívicas mexicanas, el 5 de mayo y el 16 de septiembre. Y tenemos suerte de festejar no solo al estilo en que fuimos enseñados en nuestros pueblos, sino también al estilo de otros mexicanos de otros lugares de México. Podemos comparar entre las enchiladas potosinas, las mineras y las orgullosamente jaliscienses. Así como degustar de birrias, gorditas, burritos, barbacoas, chiles en nogada, camarones preparados al más puro estilo nayarita en piña, a la diabla, en coctel y decenas de formas más. Acudimos a los restaurantes mexicanos simplemente para confirmarnos que esa es comida para gringos, con sabores y mezclas creados para los que no saben, ni entienden de comida mexicana. Pero en las reuniones con los amigos, compadres y conocidos descubrimos esa gran riqueza gastronomica que cada uno de nosotros traemos con nosotros a este nuestro exilio. Y nos deleitamos en estos convites, añorando el verdadero sabor de la comida mexicana, que solo sabe realmente como es o como recordamos que es, sobre nuestra tierra matria. Pero a estas reuniones no solo venimos a comer, sino también para rememorar colectivamente todo lo que dejamos atrás y lo que construimos aquí. Para narrar nuestras propias historias de cruces, brincos, romance, trabajos, experiencias y tradiciones. Rezamos a la virgen y nos deleitamos con el mariachi, rompemos piñatas y paseamos peregrinos, arrullamos al niño y nos desvelamos a la mesa de nuestras historias, mientras nuestros hijos corretean discurriendo solo en ingles.

No dejamos de preocuparnos ante la tremenda crisis económica que nos afecta sobre todo a las minorías, nosotros los latinos solo poquito después de los morenos. Que nos hemos venido quedando sin empleo o con pocas horas en los últimos dos años. Y vemos aun con esperanza el día que vendrá la reforma migratoria, que nos sacara de la oscuridad ominosa de la ilegalidad, que cada día estrecha mayormente sus tentáculos por sobre la fragilidad de nuestras vidas, sin seguridad medica, sin existencia legal, acceso negado a nuestros hijos a educación superior, sin la posibilidad de una licencia de conducir, de crear un patrimonio, de comprar mas barato en las tiendas, como los gringos con los descuentos de temporada. Vemos como el presidente de la esperanza gringa y el mundo: Obama, queda atrapado entre las marrullerías de los capitalistas, que aprovechan los estímulos económicos para retacarse las faltriqueras de cueros de rana; como con todo y el Nobel de la paz, Obama no puede desembarazarse de una guerra tan irracional como cualquier otra, y que sin embargo el presidente intenta infructuosamente cuadrar en el discurso de lo políticamente correcto y necesario. Obama es ante todo un hombre bueno, con buenas intenciones, metido en un corral de leones y por más que lo queramos, no hay muchas posibilidades de que salga bien librado, con todo y su victoria en la batalla de la salud, que nos ha dejado a más de doce millones de seres humanos, completamente afuera. Pero seguimos soñando que brillara la justicia, para los que trabajamos en el ultimo peldaño de la escala social y vaya que trabajamos y sudamos cada penny que nos pagan.



Para muchos de nosotros los migrantes, nuestra familia se construye con los amigos, aquellos con los que generamos lazos de amistad tan fuertes y sólidos, que desembocan necesariamente en compadrazgos. Angélica y Pedro y Raquel y Enrique, son esa clase de compadres, unidos en la nostalgia de los buenos recuerdos del bajío mexicano. Todos ellos guanajuatenses, han profundizado su relación en los Estados Unidos, y nos han hecho huéspedes a muchos más de sus generosas buenas voluntades, con ellos hemos venido a reencontrarnos con las tradiciones mexicanas y a disfrutar de la riqueza de nuestra comida, nuestros relatos y los muy buenos ratos de conversación y sobremesa que crecen a la sombra de una deliciosa taza de café, de donde surgen muchos de los relatos e historias que continuación relato.


Los que no llegaron a la raya.

No soy supersticioso ni mucho menos, pero hay muchas cosas que no me explico y prefiero no pensar demasiado en ellas, por ejemplo de vez en vez, cuando estoy casi por despertarme, en ese momento en el que tengo plena lucidez mental, pero en cierta forma continuo dormido (creo que esa experiencia que les ha pasado a muchos alguna vez en su vida) he sentido un algo encima de mi cuerpo (una especie de bulto o presencia) que no me permite levantarme, y pese a que me siento ya completamente despierto no me deja moverme y pienso:

-Otra vez este pinche bulto.

Y bueno muchas veces comienzo a tratar de moverme o por lo menos hablar, cosa que tampoco me deja, pero mi forcejeo finalmente despierta a mi esposa, que me da un empujón y se rompe el acecho. Otras veces hago como dijera mi abuelita y que siempre resulta exitoso:

-Rezarles o de plano miéntales la madre.

A mi esposa siempre le he contado de esas molestas presencias, así que ella ya sabe que en cuento comienzo a manifestar inquietud en mi sueño, se hace necesario un empujoncito para romper el cerco de la “presencia” que me tiene sujeto con su cuerpo. Ella misma dice que sola en una ocasión, cuando vivíamos en otro departamento, ha sentido esa desagradable sensación, pero en su caso digamos que no solo se trato una paralización ella dice, que ella sintió la cercanía de la presencia, sintió su respiración en su cara y como intentaba besarla, pero logró ladear su cara y evitar el intento. Después sentía como trataba de hacerla caer hacia el suelo, en donde la presencia se encontraba, ella logró escapar y corrió asustada hasta la otra habitación donde dormía yo y me despertó apretándose asustada contra mí.

Pero bueno en realidad lo que deseaba platicarles fue una de las primeras veces que cruce la frontera para venir a los Estados Unidos, ya estaba casado, y mi esposa se quedo allá con mi madre en México. Éramos un grupo de 17 y cruzamos por el desierto de Arizona y después de mucho caminar bajo el sol ardiente, sin comer y casi sin tomar agua, el sol estaba ocultándose en el horizonte y entonces se me acerco en pleno desierto un niño de unos seis años de edad, sucio, de ojos llorosos y ropas rasgadas, me pidió ayuda y pensé que se había extraviado de algún otro grupo que había pasado por allí antes que nosotros. La verdad la caravana viajaba muy rápido y estaba muy cansado, para preguntarle mucho, así que le agarre por la mano y lo lleve jalando durante toda la noche, el niño a veces lloraba o me pedía ayuda y yo simplemente no le soltaba la mano y casi materialmente lo arrastraba conmigo. Casi en la madrugada, finalmente llegamos hasta el punto en que el coyote nos hizo detenernos y nos permitió acurrucarnos para dormir y descansar unas horas. Me acuerdo que abrace al niño entre mis brazos para cobijarle con el calor de mi cuerpo y así me quede dormido. Cuando me despertaron para reanudar la marcha, me desperté solo y comencé a preguntar por el niño, nadie lo había visto, algunos pensaron que el cansancio y el calor me habían provocado alucinaciones, no es verdad, realmente ese niño viajo conmigo. Uno de los miles de seres humanos que han perdido la vida en ese desierto y que desesperados aun buscan la forma de llegar a su destino.

Celia es una especie de adivinadora, de esas que leen las cartas y predicen el futuro de las personas, yo la conozco y se que las más de las veces solo dice sinsentidos o lo que la gente quiere escuchar, pero también me consta que cuando quiere o los asuntos son realmente trascendentes, ella hace uso en verdad de sus poderes adivinatorios. En una ocasión me toco acompañar a un señor de mi rancho vino a visitarla. Uno de sus hijos se había venido para los Estados Unidos muchos años atrás y jamás se había vuelto a saber nada de él. Cada año para la fecha del cumpleaños del hijo, su esposa, se sumía en una penosa depresión por el recuerdo de él, que hacía sufrir lo indecible al señor y a toda la familia. Habían intentado por todos lo medios encontrarle: vivo o muerto, pero todo había resultado infructuoso, de tal forma que en su desesperación habían llegado al punto de consultar a cuanto brujo o adivinador encontraban en su camino. Esa tarde toco el turno de ventilar el asunto a mi amiga. Celia miro directamente a los ojos al anciano y encontró en ellos la profunda desesperación y cansancio del sencillo campesino y le dijo:

-¿En verdad quiere escuchar la verdad? ¿Esta preparado para oír algo poco agradable?

Al campesino se le arrasaron sus ojos de lágrimas y no pudo emitir un solo sonido, pero su cabeza asintió con gran pesadez.

Celia guardo silencio por largos instantes, sopesando la angustiosa situación y finalmente comenzó a hablar con extrema suavidad, procurando quitarle todo filo al sonido de su voz:

-Su hijo no alcanzo a llegar a este lado, murió en el desierto, su cuerpo quedo boca abajo y probablemente debido al viento esta sepultado entre la arena y debajo de muchos matorrales y plantas. Probablemente es por eso que aún no le han encontrado. Era un joven de unos veinte años, moreno, delgado, ojos grandes y bigote ralo. Tiene una mancha o lunar en el hombre izquierdo. Su espíritu aún no encuentra reposo, deberá mandarle decir unas misas, pero no debe aún decírselo a su esposa, ella aún no esta lista para aceptarlo así que deberá prepararla, pero entretanto puede decirle que las misas son para poder encontrarlo.

El anciano se fue hundiendo poco a poco en la silla, a medida que ella hablaba y finalmente acerco ambas manos a su rostro, llorando inconsolable por interminables minutos. Yo también llore y Celia, con nosotros.


Como esa hay muchas historias para las cuales uno a veces no tiene explicaciones y desde luego que tampoco me gusta tratar de encontrárselas, pero que suceden.



2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

De este articulo es digno resaltar las grandes amistades con las que se puede uno encontrar cuando estas fuera de tu paatria chica.
Lo importante es: que se aprende de geografia, gastronomia,bibliotecas(muy buenas...muy buenas. peliculas al por mayor para toda la familia y sin limite de numero) sociologia, lenguas, psicologia, internete gratyis por doquier y nada de arte.(bueno a menos de que vayas a sus museos y te des cuenta de que los de Mexico son mejores arquitectonicamente hablando.)

07 January, 2010 17:43  
Blogger Sergio Avila said...

No se da uno cuenta de lo mucho que se puede aprender hasta que sale uno del circulo ambiental que por muchas generaciones ha influenciado nuestra forma de pensar y de actuar.
Solo cuando se ven personalmente otras costumbres, otras ideologias, otras tragedias se forja uno una mas amplia idiosincracia.
A cualquier Colotlense radicado fuera de nuestro pueblo se le viene en mente un sinumero de nuevas ideas para aplicarlas en nuestra tierra natal cada vez que se ve una maquina nueva trabajando, un aditamiento util, una idea para mejorar la casa, el trabajo, el jardin etc,.
Lo malo es que a muy pocos de nosotros se nos viene la oportunidad de llevar a cabo esas nuevas ideas ya que cae uno en la rutina de la cotidiana vida diaria y se dejan pasar los años como si fuera aire entre los dedos.

18 January, 2010 12:23  

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