De historias y tragicomedias

La realidad, ¡siempre la realidad!, a veces sombria, a veces a claroscuros, sin embargo nosotros los mexicanos (de este y de aquel lado) los que seguimos creyendo en el pais y los que no lo entendemos; seguimos anorando buenos propositos para el terruno.

Ahora que el estupor y el asombro de la violencia cotidiana ya paso a incorporarse al paisaje de lo normal, solo nos queda por determinar como le vamos a hacer para librarnos de toda la ralea de rufianes que nos han empobrecido y saqueado porque el mal no es de ahorita ni unos cuantos anos o decadas y se remonta a cientos de anos atras, por ello la comprension del entonces nos permite rectificar el ahora, pero esto solo ocurre en un escenario en el que se da oportunidad a la reflexion y al pensamiento, es decir a la educacion integral y solida y solo acontece cuando existen condiciones que en nuestro pais cada dia son mas escasas. No es suficiente decir que los politicos y su partido son los responsables, porque seria faltar a la verdad, es el sistema que genera las condiciones para que exista la inequidad y la injusticia y no importa demasiado cual partido o que persona, todos al final son la suma de lo mismo. No podemos hablar seriamente de la politica en mexico, tampoco en Colotlan solos los que se benefician de ella pueden hacerlo, para los demas es una tragicomedia en la que uno ya no sabe si reir o llorar. Pero la historia, la nuestra, la de nuestra comunidad sigue ahi, para reencontrarla, para aprender de ella, para abrevar las lecciones que nos favorezcan como individuos y como pueblo, para aprender, para hermanarnos y cerrar filas. Es imposible ante la brutalidad y lo irracional de nuestro acontecer que se intenten vias objetivas para comprender lo que sucede, porque lo que sucede no basta entenderlo, no basta hacerlo materia de dogma o de catedra, lo que sucede ha estado presente desde hace centurias y no hemos sido capaces de verlo. Los discursos grandielocuentes y triunfalistas solo causan impotencia y rabia, porque la no-razon ha rebasado los espacios que contenian nuestra realidad, y ahora solo queda el ultimo recurso que es burlarnos de nosotros mismos para no caer en la tentacion de erigirnos como dioses o vacas sagradas de un rebano que inexorablemente y mansamente se enfila al matadero...