Wednesday, January 6, 2010

Mi padre y familia












Mi papá nació en Colotlán en 1898, mi tío Agustín de Ávila era 16 años más grande. Mi papá era su primer sobrino y el primer nieto. Porque mi abuelita era la mayor, mi mamá Ina. Doña Herlinda de Ávila de Moreno, contrajo nupcias joven don con Nicolás de Ávila Caracas, mi papá fue el primogénito, lo querían mucho todos. Mi papá recordaba a su abuelito y en que lugar había muerto de la casa, en la misma recamara donde murió mi tío, pero en el otro extremo de la misma. Mi papá lo recordaba perfectamente, el tenía seis años de edad, mi bisabuelo murió en 1906. Mi papá era muy inteligente, muy competente en todo, el no pudo sacar una carrera profesional porque se vino la guerra de Villa, a ellos les toco la toma de Zacatecas. Ellos salieron de Colotlán durante la revolución y se fueron a vivir a Zacatecas.

La casa de mi abuelito con todo el respeto que me merece todo mundo, y me merecen ellos, sin presunciones malsanas, te digo, ocuparon el primer lugar en al sociedad de Colotlán, eran muy estimados, se comunicaban con ellos todo mundo. Convivían con ellos.

Don Lauro Martínez y las señoritas Zulueta me lo dijeron asi en México: -Que la nuestra era la primera familia socialmente en Colotlán. Donde hoy tienen los Haro su casa y su tienda, esa era la casa y tienda de mi abuelito. Allí nacieron mi papá y mi tío Fito, los mayores, nacieron en total doce hijos, pero muchos de ellos murieron. Mi papá empezó a cursar las primeras letras y en Zacatecas continuaron en el Colegio, que es hoy, Antonio Margil, que era entonces el colegio que tenían a su cargo los padres franceses de las escuelas cristianas. México tenía entonces una grandeza económica y cultural. No había carreteras, no había medios de comunicación y se transportaban a caballo o en carretelas, que era lo más elegante en aquella época, pero era muy pesado viajar por las brechas. Zacatecas era lo más cercano, y allí los internaron a mis tíos. Mi papá fue becado a Francia por aplicación e inteligencia, tenía el primer lugar de su grupo, fue compañero de don Manuel Macías Tello, que fue embajador mexicano en Francia. Mi papá no pudo seguir una carrera profesional, por el estallido de la guerra.

Mis abuelitos se fueron a vivir a Zacatecas. Cuando llegó Villa a Zacatecas comenzaron a violar las puertas de las casas, pero por gracia de Dios, el capitán de la legión que llegó allí era de Colotlán, del rancho de San Nicolás. El caso es que reconoció a mi abuelito y le dijo:

-Don Adolfito, usted vive aquí. Si, aquí vivo le contestó, esta es tu casa. El le ordeno a la gente bajo su mando:

-Esta casa se respeta, ni un paso adentro.

Le dejó dos guardias en la puerta, nada más préstenos una recamara para que en ella metan los muchachos sus cosas(eran una bola de plebes, sin disciplina, nada más obedecían lo que les decía su jefe superior. Eran de la broza del pueblo tu crees que tenían disciplina militar y conocimientos, eran una bola de bárbaros. Atrocidad y media hacían, empezando por Villa que era un peón de hacienda en Coahuila. Nos contaba mi mamá Ina que habían llenado la recamara del piso al techo de máquinas de coser Singer, que estaban de moda, estaban entrando al país. ¿Como ves la revolución que vino a traer a México la paz y la grandeza?

Las fronteras estaban abiertos y a nadie le llamaba la atención irse para allá, porque no había necesidad. (Los primeros en irse a Estados Unidos fueron los peones de las haciendas, despues de los repartos agrarios). Un peso costaba dos dólares, era al revés. Teníamos gente con mucha capacidad, intelectual y profesional, la gente se preparaba a fondo y había familias de mucho abolengo, en todas partes, con mucha reciedumbre en cuanto a moral y valores, culturales. Colotlán no era menos, había muchos valores hasta artísticos. Había gente muy respetable, mi madre me contaba de cuando ella llegó allí, ella nació en Aguascalientes y se crió en Guadalajara. Mi abuelitos eran de Guadalajara, del barrio de Analco, de los forjadores de Guadalajara. Ellos tenían tejedoras de ropa, mi abuelito se fue para allá como Juez, después de haber sido Procurador General de Justicia en Guadalajara y cuando entró el gobernador Guadalupe Zuno, con quien discrepaba en ideas religiosas y mi abuelito se dio cuenta que iba a tener problemas con él y dimitió y se fue de Juez de Colotlán, ocupando el juzgado de primer instancia. De 1922 a 1924, hay en los papeles del juzgado mucha caligrafía de mi mamá, que iba a ayudarle a escribir a mano. No porque no hubiera quien, estaba don Luis de la Isla y don Juan Pablo Alejo, papá de Julissa Alejo. Ellos eran los escribanos en el juzgado y mi mamá iba a ayudarles a anotar actas y levantar declaraciones. Mi mamá tenía una letra muy bonita que había aprendido con una de sus maestras preferidas.

Cuando mi mamá Ina llegó en 1922, Colotlán tenía su teatro y una compañía de actores que trabajaban allí. Su hermana María era soprano. Amanda Sánchez tenía una voz preciosa. Amado Pacheco era un buen artista. Tenían las banda de música, en 1922 era una banda superior a la de Zacatecas, estaba uniformada y formaban parte de ella los Sánchez: Liborio, Mariano, Baudelio y sus hijos, Agustín Olague, Silvestre (vivía casi frente a la escuela de niñas, donde esta la preparatoria hoy, donde también estuvo el seminario de Colotlán que contaba con tres patios, y el padre Terán tenía el último patio sembrado de Moreras y parras, para el sostenimiento del seminario, sacaba seda de allí) también estaba allí el pato, que era un panadero de primera (pariente de Huerta), había una repostería de primera, había sastres de primera entre ellos el señor Ruvalcaba, por la calle Hidalgo había una señorita que daba clases de piano, vivía por la calle Hidalgo en la misma calle del seminario. Había una típica de señoritas donde tocaba Esther Rodríguez, ella tocaba la mandolina, tía de la maestra Delia Rodríguez. Antonia Macias estaba en la típica y fue directora de una de las escuelas. Cuando estuvo mi padre de presidente, durante las fiestas patrias hicieron un evento muy importante.

En el rastro se sacrificaba cien cerdos diarios, se consumía mucho. Mi abuelito tenía una fábrica de jabón del corriente y también de tocador, le llamaban jabón de perfume, para la cara, para el baño. El también elaboraba vinos generosos, a ella le encantaba el de zarzamora, era pura crema de zarzamora, también crema de membrillo, de cacao, fresas. Fabricaba cerillos y muchas cosas, eran fuentes de trabajo para muchas personas y las vendían en toda la región norte de Jalisco y los municipios de Zacatecas. Hacía medicinas y elaboraba medicamentos, pomadas y productos químicos. Eso me lo platico un señor ya grande que trabajaba con él y quería un poquito de pomada.

En la tienda de los Martínez estaba la bóveda de la capilla, dedicada a nuestra Señora de los Dolores. En el interior de las catacumbas, había vasos sagrados todo lo necesario para la liturgia de la santa misa. Casi toda la manzana era del convento los sacerdotes inclusive se comunicaban a través de un subterráneo para comunicarse a todos los santuarios, incluyendo el hospital viejo, que actualmente es el Colegio, Jalisco. Por el asedio de los indios. Pasaba también frente a la presidencia municipal, porque había más capillas, hacia el sur de Colotlán.

Mis abuelitos Moreno de Ávila se fueron a Zacatecas por la revolución, allá mi abuelito puso dos negocios: una fábrica de ropa para trabajadores y su tienda, después se mudaron a Aguascalientes y de allí a Guadalajara, mi papá era un adolescente y mi tío Fito aun más joven. Un agente de ventas que iba a Colotlán se los encontró en Guadalajara, los saludo, supo que se había venido por la revolución y como mi abuelito había puesto un negocio en Guadalajara, le manejo los productos en Guadalajara, el señor era el papá de Tito Guízar, y ellos vendían jabones y otros productos. El vendedor le comunicó al dueño de las fábricas de Francia:

-Aquí están los hijos de don Adolfo Moreno Carlos de Colotlán. (les faltaba personal, tenían problemas) el dueño le dijo:

-Llámelos. A mi papá lo hicieron gerente de ventas foráneas y a mi tío Tito lo hicieron gerente de ventas locales, en la tienda. Allí estuvieron trabajando mientras estuvieron viviendo en Guadalajara. Después decidieron regresar a su tierra, el señor les imbuyo en su mente que regresaran a Colotlán, para entonces con la revolución ya habían perdido su casa y el local de la tienda y se regresaron a la casa donde mi papá había tenido sus negocios. En la esquina de independencia y guerrero, era la casa de mis bisabuelos don Marcelo Moreno Macías y Lucita Carlos de Moreno, ella era de Tlaltenango. Mi bisabuelo salió de Lagos de Moreno, cuando la insurgencia de Pedro Moreno, se va para el norte del estado, recorre todo aquello, incluyendo los pueblos ligados con Jalisco. Luego el conoció a mis bisabuelita en Tlaltenango, contrae nupcias con ella y hace su asiento en Colotlán, en esa casa nació ya mi abuelito, fue la primera generación de la familia Moreno que nace en Colotlán. Ya después de mi abuelito que regresan de Guadalajara hacen una fiesta, la otra casa la habían perdido con la revolución ya no era de ellos. Ponen ellos su negocio, casi en mitad de los Portales, don Adolfo Moreno Carlos, cuando el murió lo vendieron en dos mil pesos de aquella época, pero el dinero valía entonces.

A todos ellos les tocaron tiempos muy aciagos, muy difíciles. En 1922, fue presidente municipal, mi padre, por primera vez, tuvieron mucho control político, si salían adelante con la gente, con los grupos. El Lic. Antonio Ramos Aréchiga, de su partido fue otra de las personas importantes, fue juez de allí y vino a morir por Guadalajara. Entre ellos mi compadre Carlos de león, Chito Rosales. Había mucha gente, Colotlán tenía mucha gente de gran valía, pero lo abandonaron políticamente solamente porque don Victoriano nació allí y querían hacer lo mismo que Calles, la revolución que hizo de persecución religiosa, la hizo para quedar bien con los americanos, para que vieran que él no era católico, como allá son protestantes, entonces que volvieran a apoyarlos y entonces hizo atrocidad y media este señor, queriendo quedar bien con los americanos. fue cuando engrandecieron a los agraristas, cuando mataron a don Paco Huízar, a don Segundo Ortega y traían una lista grandísima que Dios no permitió que lo hicieran. Pero sin razón ninguna. Después ya eran figuras allí, tuvimos un presidente municipal que era analfabeta, don Guadalupe Rivera, que no sabía nada de nada. Pero pues era agrarista allí lo acomodaron. Paco Huizar era el inspector de las escuelas, era muy inteligente, era hermano de Diego Huízar Martínez. Al papá de ellos le decían “El delgadito” vivía por Zaragoza y Guerrero. Paquito chico todavía no nacía, ni Chabela, de don Segundo. Fueron los agraristas, hicieron una masacre espantosa. Ellos querían el poder y robar. Agustín Rivera hizo la presidencia municipal, lo mataron, se le escapo un tiro al policía. Lo llevaron a los juzgados que estaban en la parte de arriba de la presidencia. La maestra Hermelinda Huizar le puso un epitafio muy recalcitrante a su tumba. Guadalupe Rivera era totalmente un zote, recuerdo que para una fiesta dijo: -Vamos a encementar con cemento la plaza. Señores jóvenes que resultaron agraciados con las bolitas blancas.

Mi papá subió por segunda vez a la presidencia durante el gobierno de González Gallo, debido a que desaforaron a Carlos de León Ortega, primo hermano de Rosita Ortega Mayorga. Le quitaron el fuero al presidente y el gobernador angustiado llama a las personas principales de Colotlán y los representantes estatales que trabajaban allá, entre ellos el inspector federal Jesús Arreola. Todos le dicen y coinciden en decirle que ahí no hay más que Don José y Jesús Moreno Ávila que no hay nadie más para sacarlos del atolladero, luego le llama a mi papá que si le ayuda y le explica y se ponen de acuerdo y se queda mi papá ahí. Esta es la segunda ocasión. Fue en el cuarenta y siete. Son cosas pesadas, porque se presenta cada situación y hay que abocarla.

Cuando el dedazo fue para don José Ortega del Real, el dijo:

-Si don José de Jesús Moreno Ávila es el secretario del ayuntamiento, yo acepto y si no acepto, yo no puedo con eso, ni se nada. Entonces les dijo:

-Hable usted con él, a ver que le dicen.

Fue con él y hablaron largo y aceptó por fin mi papá y don José fue el presidente. Decía mi papá que era un hombre muy conciente, don José. Mi papá conocía muy bien la ley, fue agente del ministerio público. Fue inspector de agricultura y ganadería, evitó muchos abigeatos que entonces estaban de moda. Había veces que había muchos caciques por allí, en toda la zona norte de Jalisco, no sólo en Colotlán y le aventaban el petardo a otros pobres infelices, verdad, querían hacer maldades:

Don Refugio Raygoza hizo un gran trabajo en su primer gestion de gobierno, pero no hay que olvidar, que tuvo por secretario a José de Jesús Moreno Ávila, que lo dirigió por ordenes superiores de Guadalajara, porque él era muy joven. Desde luego que hizo un papelazo, maravilloso. Le dijeron usted esta muy joven y ocupa una persona que conozca de la administración municipal y que lo pueda guiar con criterio firme. Entonces le pidieron a mi papá que les hiciera el favor. Y desde luego lo hizo y Cuco y hizo un papel muy bonito. Echo cimientos allí, aunque luego después en las otras dos administraciones, la gente decía que porqué a él, y ya no lo querían igual. Que ya no era igual que qué le paso a Cuco. ¿Qué qué cambio hubo allí? Yo sabía porqué, pero yo nunca dije nada. Me calle la boca.

Ya te digo mi papá por esa razón no pudo formarse como profesionista. Pero sus acervos culturales eran amplios en una ocasión hubo allí en colotlán, una revisión de aquí de Guadalajara, de hacienda, del estado. Estaba don Pancho Ortega, el papá de Chelo Ortega. Quien tenía la tesorería donde estuvo muchos años hasta que no le hicieron política, que cambiaron y todas esas cosas. Recuerdo que una vez le dijo a mi papá –¿No han quitado de la tesorería a don Pancho, verdad papá? El me respondió –Porque se la quitan es muy pesada su oficina y la hace bien. Porqué se la van a quitar a Pancho. Pues porque, ¿Por muchas cosas que hacen? ¡Verdad¡ y la a supervisión de entonces era algo muy serio y le pidió a mi papá que si le ayudaba. Era un inventario de todo, y la hizo entonces el inspector que iba de aquí. La realizó y dijo: -Lo felicitó, esto esta muy bien echo, mejor que lo de la oficina de Guadalajara. Y la había echo mi señor padre. Todo llega y pasa en esta vida, tenemos que hacer una tarea, nos manda papa Dios.

Mi padre no era amante de platicarnos las cosas, muchas de ellas los supimos cuando él murió, que iban a darnos el pésame. Cuando platicaban la gratitud que sentían por lo que el les había ayudado. Allí nos dimos cuenta de todas las obras que mi padre hizo, muchas obras buenas. Que yo creo que le valieron cuando llego allá.

Mira tenía un compadre, le había bautizado mi papa un hijo, estaba mi papá trabajando en agricultura y ganadería, y entonces el compadre por robar a un muchacho, le roba su ganado, pero lo asesina, cerca del rancho del compadre y lo tiran en una tapia.

Pensó: -Al cabo mi compadre es el que tiene el cargo.

Ya que se hacen investigación, primero del asesinato, empiezan a salir las declaraciones y luego la familia del occiso señalan el abigeato de que fue objeto, le robaron todo su ganado. En fin esas cosas. Se hacen las investigaciones y se sabe quién. Entonces mi papá lo remite por la vía penal, como abigeato y le hacen los cargos pertinentes. Todo lo que te estoy diciendo esta asentado en documentos y se viene a purgar su mala acción, era asesinato y abigeato, y estaban de acuerdo había testigos.

En una ocasión que fue uno de mis hermanos, Rodolfo, íbamos de paseo para allá con los tíos Mayorga a Momax, y de regreso, fallo el escape del auto, al chocar con una piedra, y empezó a querer llover y entonces mi hermana le dijo a mi papá:

-Mira, allí esta una casa.

El le contestó: -Si, pero es de mi compadre fulano de tal y no me habla, esta enojado conmigo.

-¿Pues que le hiciste papá?

El dijo –Lo mandé a la penal por asesino.

Ya entonces nos platico con detalle. Mi hermana le dijo: -No le hace, hay que arriesgarnos.

Nos atendieron muy bien, todavía vivía la comadre y el compadre, este último muy serio, pero muy amable. Allí nos guarecimos de la lluvia en lo que paso una camioneta, con un hijo de ese señor de la Rosa, que vivía por Cuahutemoc. Y la señora es hermana de la sirvienta que ha tenido por muchos años Conchita Ortega. Lucia. Se trajo a uno de mis hermanos y regreso con un mecánico que arreglo el auto y ya nos venimos. Muchas odiseas y cosas que hizo mi papá, sin importarle que fueran señorones. Él también lo era porque Dios quiso que el perteneciera al municipio. Yo llegue a ver muchos señores, que estuvieron en la presidencia municipal y que no podían con el paquete, buscaban algún puente humano que fuera con mi papá a preguntar como resolver los problemas. Recuerdo que una vez que íbamos mi papá y yo a mi tienda y nos saludo el Dr. Sinensio que estaba allí, y le dijo a mi papá (recuerdo que estaba el señor Otoniel Navarro, andaba con problemas de adoquín o drenaje):

-Don Pepe por favor discúlpeme tantito le quiero hacer una pregunta. Mi papá le escucho atentamente y al terminar se sonrió y le dijo:

-Dígale a Otoniel que consulte la ley fulana y zutana que le dicen esto y esto, se puede hacer esto y esto o aquello, porque si hace esto comete infracciones. Lo orientó muchísimo y le dijo como, al doctor le dio mucha vergüenza, que mi papá hubiese deducido que lo mandaba el presidente municipal, que no podía con el paquete y que se valía del doctor para que lo sacara del bache. Yo recuerdo a mi papá en muchas ocasiones en que con mucha generosidad, apertura y mucha buena voluntad ayudaba a la gente.

Una vez llegó un señor que trabajaba con don Manuelito de León, y le contó que estaba su hijo en la penal acusado de abigeato y le dijo:

-El abogado me cobra $20,000 pesos, y tenemos todos los documentos y las pruebas pero yo no tengo dinero para pagarlos. Mi papá le dijo tráeme esto, tráeme lo otro, tráeme aquello. Cuando regreso el señor mi papá saco una máquina Olivetti de las primeras que salieron al mercado, él tenía una rapidez admirable para manejar la máquina y le preguntó varios datos que escribió en su máquina y después le pidió los documentos y le dijo regresa en tanto tiempo. Para no hacértela larga, lo saco de la cárcel y me decía la señora no teníamos más que eso y mi marido le regalo una sandía a mi papá. Yo le dije a la señora que bueno, tenga la plena seguridad de que mi padre Dios le multiplicara las sandías. De esos casos mi padre tuvo muchos.


En otra ocasión cuando estaba en la inspección de agricultura y ganadería llegó un señor, y le dijo:

-Tengo una vaquita, que recien pario su primer becerro y se metió a la propiedad de la señorita Toña Macias, allá en la hacienda del Hepazote, y no me la quieren entregar ya le dije al vaquero y me dice que no, que dice la señorita que hizo daño. Que se comió el maíz, que ya estaba grande la mata. Le dije que yo le pago pero que me deje mis animales es lo único que tengo, tengo una niña chiquita que se está alimentando con leche y otras mas y no tenemos con que alimentar a la familia Entonces le ofició mi papa y dijo que no la entregaba. Fue de nuevo el señor y volvió a decir que no la entregaba. Entonces mi papa le notificó que si no entregaba ese animal el procedía por la vía penal, que le entregara la vaca al señor y que el estaba dispuesto a pagar doscientos pesos de los daños. Pagó el señor y le entregaron la vaca pero se enojó la señorita y no le hablaba a mi papá. Imagínate era la señorita Antonia Macías. Pero mi papá aplicó la ley. Era la ley. Sin embargo, al pasar de los años llega Don Protacio papá de Beto Macias con un montón de papeles preguntando por Don José pero. Estaba mi papá escribiendo y me dijo pásalo, ya pasó. Mandó reimprimir unos programas de las fiestas cuando mi papá estaba en la presidencia municipal y ella era directora de una escuela por ese motivo era la reconciliación que pedía la señorita. Mi papá no era problemático pero sí aplicó la ley y como con la señorita Toña con muchos señores de por allá personalidades. Tenía que hacerlo y lo hizo tenía que hacerlo. Era la Ley. Era muy complicado tener un cargo, eran lugares un poquito complicados. Defendiendo los derechos de la gente.

En Potreros había unos señores llamados Pedro y Juanito apellidados Villegas. Juanito fue a darme el pésame a la tienda y dijo:
-Mire señorita yo les digo en mi casa yo a don José si le lloro como mi padre había perdido yo todo mi capital con un hato de ganado que llevaba a monterrey a vender y se detuvo en Huejucar y lo vio un señorón yerno del general López y entonces le dijo:

-Yo te lo compro todo Juan, déjamelo pero no tengo ahorita dinero te pago después.

De buena gana se lo deja así nomás no pide un documento, ni siquiera un vale. Si tu no eres tonto porque consentiste. Y pasaba el tiempo y no le pagaba y fue a decirle que si le ayudaba. Lo pasó y lo sentó junto al escritorio, a ver le dijo, me vas a dar datos. Ya le hizo un carta y le pidió que se la firmara y a la carrera le pagó. Eran en aquel entonces veinte mil pesos. Mi papá le entregó su dinero y le pidió que no volviera hacer eso, que si no tenían dinero y el quería dejar su ganado que hiciera un pagaré, que hiciera las cosas como debía, pero que no volviera ha hacer eso.

Otoniel Navarro quiso incautarse un pozo de agua público de donde se surtía la gente de aquellos rumbos del otro lado del río, de allá de Tochopa, y donde algunos aguadores llevaban agua para vender, él quiso incautárselo y mi papa no se lo permitió, aplicó la ley y defendió a la gente. Mi papá era responsable de agricultura y ganadería. Imagínate la mala voluntad que le tomo Otoniel a mi papá. Al poco tiempo Otoniel tuvo un problema grande en la Calera, cerca de su rancho. Entonces fue don Eliseo con mi papá para que les ayudara y mi papá los saco adelante.

A mi padre lo lloró mucho la gente, por las buenas obras que hizo. En una ocasión lo mandaron matar, porque el también tenía su negocio y estaba en el ministerio público y solicitó que las tardes de jueves y domingos, se instituyeran de descanso obligatorio, a través de una ley. Le aprobaron la solicitud y se enojaron los otros comerciantes y el matón que contrataron ya lo llevaba para la Alameda, y supo mi compadre Carlos de León y fue por él y se lo trajo, y le dijo:

-No usted no va para allá, con ese bribón.

En nuestra casa de Morelos había una puerta de madera de mezquite, y una noche le dispararon porque allí dormía el. La bala se quedo en la puerta. Muchos de los empleados llegaban a las cinco de la mañana y se regresaban ya en la noche. Mi papá luchaba por el bien de la gente, les ayudaba mucho.

Mi papá caminaba con tranquilidad con la vida y siempre nos enseño que los problemas más grandes se los dejáramos a Dios, porque las cosas dejadas a Dios eran buenas. Él nos va llevando por donde el quiere. Mi papá padecía de diabetes, pero no murió de ella. Sino que hubo una epidemia en Colotlán, ya vez lo extremoso del clima, no había una familia sin enfermo, y mi papá murió de una bronconeumonía el 22 de febrero de 1972.








Malaco Moreno

5 Comments:

Blogger Sergio Avila said...

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25 January, 2010 11:37  
Blogger Sergio Avila said...

Sn temor a equivocarme, la ultima foto es del Profesor Victor Manuel Marquez y su hermano Benjamin Marquez. Muy respetados por todos los de su epoca.

25 January, 2010 11:37  
Blogger Sergio Avila said...

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25 January, 2010 11:37  
Anonymous Anonymous said...

En la ultima foto efectivamente encontramos al Profr. Victor Manuel Marquez Huizar, pero con el no se encuentra su hermano Benjamin, sino su primo Otoniel Navarro. En otra de las fotos se encuentra con Refugio Raygoza y Felipe Sillas.

28 January, 2010 17:59  
Blogger Unknown said...

Sergio,
Please send me an email (holajms@gmail.com). My name is Juan Manuel Sanchez Jr. My father was a son of Don Agustin De Avila whom I met back in the mid sixties. I am interested in Don Agusin's family, etc.

02 May, 2010 16:38  

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