Sunday, November 25, 2007

Cursos de Vision Empresarial


La falta de visión empresarial, debe ser el síndrome de los colotlenses del siglo XXI, ¿Por qué los colotlenses carecemos de ese importante talento económico? ¿Habremos pecado de soberbia contra Dios en algún momento de nuestra historia? ¿Será acaso un marca del pecado original?

Poner un negocio exitoso no es “enchilame otra” Establecer un empresa que tenga éxito, depende de múltiples factores, no solo de la agudeza de una persona para detectar una buena oportunidad de hacer dinero. Entre esos factores influye la disponibilidad de recursos financieros, técnicos y administrativos. Además de las relaciones, las influencias, la voluntad y la suerte.
Al parecer uno de los primeros lideres sociales que descubrió esa insuficiencia crónica de falta de visión empresarial, fue el carismático, Guadalupe Flores, un innovador empresario social que durante algún tiempo se convirtió en uno de los principales promotores del desarrollo de nuestra comunidad. Originario de alguna comunidad indígena en el sur del país, con marcados rasgos indígenas, explotó inteligentemente sus características físicas para colarse al Instituto Nacional Indigenista, donde construyó una importante red de relaciones públicas, que lo catapultaron como promotor de diferentes instituciones y empresas en el municipio de Colotlán y la región. Presidente de la Unión de Cooperativas SIFRA, presidente de la Cooperativa SIFRA de Colotlán, Presidente del Sitial (empresa cooperativa del piteado), socio fundador y principal promotor de ALDENIS ( empresa cooperativa productora de piñatas). Hizo mancuerna con el güero Miramontes, presidente de la Cooperativa Popular, 21 de Marzo, responsable del proyecto de vivienda popular “Las Golondrinas”, con la sinergia y tremenda visión empresarial, que lograron estos dos personajes acabaron en tres años con el capital semilla de la Sociedad cooperativa SIFRA, y como recompensa el Ing. Flores fue convertido en el representante de los indígenas del estado de Jalisco. Una de los paliativos instrumentados por estos personajes para mejorar la Visión Empresarial de los colotlenses, fueron los cursos desarrollados por Roberto X, un alemán que era checo; un millonario, que no era rico; un empresario, que daba cursos para sobrevivir y cobraba muy caro. Los cursos de Roberto X sacudieron las vibras mas profundas de la visión empresarial de lo colotlenses, no por la calidad o las novedades de los mismos, sino por los tremendos gritos que pegaba y con los que intimidaba al auditorio. Los centenares de datos económicos que manejaba el alemán apabullaban a su auditorio y lo denso del material que manejaba en sus cursos lo convertían en casi indescifrable, además el mundo empresarial que pintaba el alemán en nada se parecía al ideal que teníamos los colotlenses. Ser empresario para los colotlenses significaba ser jefe, ordenar, disfrutar de lujos, delegar obligaciones, en pocas palabras llevarse la gran vida. El mundo empresarial de Roberto, era tétricamente conventual. Dormir cuatro horas, trabajar incansablemente veinte; comer puras cosas nutritivas, verduras y cosas parecidas. Leer y estudiar mucho, ser muy observadores. Jamás tocar bebidas alcohólicas, cigarros, ni droga. Entre otras cosas. Evitar las carnes rojas, evitar al máximo el sexo; y ahorrar, ahorrar y ahorrar.

Pese a todo algunos colotlenses se vieron atraídos a esta nueva concepción del mundo y comenzaron a planear sus empresas, buscaron apoyo técnicos, económicos y desarrollaron sus empresas cooperativas. Creo que a la vuelta de cuatro años, no quedan muchas en pie, o en todo caso están en plena decadencia. Quizás a los cursos empresariales les faltó continuidad.

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