Sunday, November 25, 2007

VISION EMPRESARIAL



Antecedentes

Durante el porfiriato, el municipio de Colotlán registró una importante producción de ganado, trigo y algunos artículos manufacturados, como rebozos, zapatos, sombreros, cerillos y frazadas de lana. Casi a finales del mismo, los capitales acumulados comenzaron a invertirse en medios de producción para la fabricación de bebidas gaseosas, pastas y molinos de trigo, para la fabricación de harinas. La revolución mexicana detuvo este importante proceso de reinversión de capitales y lo congelo durante casi dos décadas, cuando al final de la guerra cristera, los empresarios colotlenses quisieron recuperar sus ventajas comerciales y productivas, era demasiado tarde. Las pequeñas empresas que se instalaron languidecieron lentamente ante la feroz embestida de las compañías de nivel nacional e internacional. No había forma de competir con Coca-cola, ni con los productores nacionales de harina, de vestidos, cobijas, zapatos o sombreros. La economía involuciono durante algunas décadas y desincentivo a los empresarios locales para invertir en sus comunidad, forzando a los que no se habían ido de Colotlán durante la revolución a hacerlo en esta oportunidad. Hubo una serie importante de arriesgados y visionarios empresarios que siguieron intentando hacer negocios en el municipio, pero sin grandes beneficios, lo más seguro lo era la usura. Los hermanos Moreno Huerta, don Jesús de Santiago, Francisco Ortega fueron algunos de esos aferrados comerciantes y empresarios que le siguieron haciendo la lucha. El señor Alberto Macias, de cuyo origen de su fortuna se cuentan tantas increíbles historias, fue uno de los principales inversionistas en esta época, invirtió en ganado, teniendo llenos sus propiedades, pero también incursiono en curiosos proyectos como la construcción de un elefante blanco en san Pascual, del cual se cuenta que estaba destinado para albergar un seminario, pero que la insuficiencia de cimientos lo hacen peligro para ser habitado; así como una presa en terrenos de la Toquilla, que al ser construida inadecuadamente, una crecida del arroyo le abrió tremendo boquete, llevando con ella buena parte de los animales, casas y personas que encontró a su paso, desde las Golondrinas hasta Acaponeta. Sobre decir que resarcir los gastos de tremendo desastre debió ser aniquilador para el capital económico y moral de la familia Macias. Desde luego que estas enormes e improductivas inversiones, marcaron de por vida a los hijos de semejante empresario, quienes dedicaron sus energías a negocios mas seguros como la usura, que siempre paga bien y a veces mejor.


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