Ls candidatos
Parecía que la suerte de estas elecciones estaba echada, que los galanes guapos y bien peinados se iban a alzar con el triunfo. El hartazgo de los mexicanos con el cinismo, corrupción e ineptitud de los panuchos parecía que inclinaría irremisiblemente la balanza de nueva cuenta hacia los priistas, que con la sonrisa a flor de labios se complacían relamiéndose anticipadamente los bigotes con por lo menos otros veinte años de ejercicio del poder. En algún punto del camino, sobrevino el error de mayo, y lo que parecía un éxito seguro se trocó en una pesadilla para el candidato oficial y sus huestes prehistóricas. La visita a la Ibero marco el inicio de la debacle del eufemístico nuevo PRI, cuya única novedad transformadora se limito al adjetivo NUEVO, porque los hombres, las ideas, los programas y desplantes antidemocráticos fueron los mismos de siempre. A la burla política le agregaron el escarnio de los medios, y los jóvenes no pudieron sufrirlo más y reventaron su estrategia a través de las redes sociales. La efervescencia juvenil creció como la espuma arrostrando consigo la imagen del delfín priista y de sus más interesados promotores y hoy amenaza con llevarse de refilón también a Josefina. En el medio de esta crisis el único que parece quedar intocado es Andrés Manuel.
Con todo y todo, lo único que parece evidente de todo este zafarrancho, es que ninguno de los presidenciables esta a la altura de los retos que hoy enfrenta México. Los panistas se afanan en las redes sociales por cubrir de lodo a Pena Nieto, como si descalificando a este, su deslucida candidata pudiera ganar luz mas positiva. Tristemente las acusaciones vertidas contra Peña Nieto, son las mismas de las que se le puede acusar a su gallina. En claro, cojean de la misma pata. Y Cuadri, ese basta oírle defender a su patrona, para no querer votar por él. Y si el candidato del PRD parecía ser la salida natural a esta encrucijada, las transformaciones de Andrés Manuel, terminan por confundirlo a uno también. Del visceral y retrogrado empecinamiento mesiánico del 2006, a la republica budista y del amor del 2012, termina uno por dudar de su salud mental.
De los cuatro candidatos en la arena, ni uno solo parece reunir la inteligencia, la fuerza, la serenidad, el patriotismo, la tenacidad y la honradez para sacar a México de la sangrienta inseguridad que vivimos, poner en su lugar a la banda de vivales que se han apoderado de los recursos comunitarios, de darle marcha a tras al despojo cultural y al descarado manoseo de nuestra constitución y estado mexicano. En las presentes condiciones es una lastima que el incomprendido Cuauhtémoc Cárdenas no se halla echo presente en estas elecciones, este era el preciso momento para un hombre de sus características, firme, moderado, democrático, comprometido con su pueblo y responsable.
La molestia que enciende la ira en los jóvenes, comienza a permear a toda nuestra sociedad, y lo lleva a uno a manifestar hartazgo por la sordidez y avaricia de nuestros políticos. El cinismo de que hacen gala y los excesivos lujos en los que viven, mientras la gran mayoría de los mexicanos viven en la miseria. Los excesos de los palacios griegos, forrados de mármol y tapizados de mobiliario afrancesado, con columnas romanas, vestidos con ropa de diseñador de centenares de dólares y joyas de miles y todo a cargo de los tontos mexicanos y sus recursos. También lo lleva a uno a preguntarse si acaso el exgobernador jalisciense y exsecretario de estado, no ha tenido bastante de llenarse los bolsillos de dinero del erario, que todavía quiere seguir sirviendo a la matria jalisciense como alcalde tapatío. No será ya tiempo de que deje el hueso para otro ciudadano más humilde, y el gobierno de nuestro estado en gente más genuina y con verdadera voluntad de cambiar el estado de cosas. Estamos hartos de los panistas lo mismo que de los Salinas y los priistas de viejo cuño que en todo México pretende reverdecer sus laureles y no se diga en Jalisco, en donde los únicos dinosaurios de la vieja guardia priista que no acudieron a pedir sus canonjías, son los que fallecieron en el ínter del dominio los tres gobernadores panistas, de allí en mas se pueden contar todos y cada uno de ellos. Y es un golpe al estomago encontrarse que la campaña del príncipe del priismo jalisciense, se privilegia la belleza sobre las propuestas. Él, otro dandy más que apuesta a la juventud, la belleza y la moda para ganar votos, que a un discurso y un proyecto serio y renovador.
¿ Será acaso que una cara bonita, un cuerpo atlético aderezado de joyas y ropa cara, será suficiente para que soportemos otros seis años de circo, sin pan?
RD
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