El sindrome del Tlacuache o de muertito es mejor.

Hace ya décadas que me toco ver por primera vez un tlacuache, me pareció impactante, tenía el hocico de zorro, la cola y los pies de mono, las orejas de murciélago y las manos de hombre; Fue en la casa de mis primos, quienes debajo de los arcos del patio, tenían unas pilas de tablas, allí hizo el tlacuache su madriguera. Una noche salió a buscar comida y nos encontramos de frente a mitad del patio, buen susto nos llevamos los dos. El se metió entre las tablas y yo salí despavorido hasta mi casa.

Tiempo después en uno de los callejones que lleva al río, junto a San Nicolás, un par de muchachos traían a patadas a otro tlacuache, tenía la lengua de fuera, los ojos en blanco y completamente desvanecido como si estuviera muerto, por lo menos eso creímos los tres, hasta que en un momento de descuido, el canijo tlacuache se echo a correr, allí aprendí de su tremenda habilidad para fingirse muertos, en circunstancias de peligro.

Pos ni más ni menos esa virtud de hacerse el muertito, es la que cobija a una gran cantidad de las instituciones de todos los niveles que laboran en el municipio. Mantener un perfil bajo, sin crear ni grandes ni medianas expectativas, como quien dice nomas dando bola, eso es lo deseable. Nadie se decepciona, nadie exige más, y nadie sale lastimado, se hace lo que bien se puede, hasta donde se puede y siempre un poco menos y no hay dolientes ni reclamos. La presidencia, el Cunorte, la prepa, la Normal, la Unirse, la Derse, la ETA, la Foránea, la Jurisdicción sanitaria, El modulo del Congreso, la oficina de los Derechos humanos, las primarias, los jardines de niños y muchas otras instituciones más se adhieren calladamente al principio de que DE MUERTITO ES MEJOR.


Por años me pregunté que funciones trascendentales realizaba la oficina ubicada en el centro, arriba de los portales, local de Cuculelo Ortega.


SECRETARIA DE LA REFORMA AGRARIA,


Anunciaba el rotulo encima de la puerta de entrada, y una vez dentro, desde la escalera hasta el ultimo rincón, campeaba el polvo, sobre muebles, archiveros, libros y demás objetos. Incluidos los dos tres ingenieros que despepitaban largas y tediosas horas entre tanto manuscrito. Jamás me toco ver ni un solo usuario, si acaso alguno que otro niño u adolescente sin quehacer, que se colaban en busca de diversion, sobresaltando a los durmientes. Y sigo sin saberlo.


Los colotlenses maduritos, podemos recordar un tiempo en que la presencia de la SAHOP fue verdaderamente importante en la comunidad, sobre todo cuando estaban los trabajos de construcción de la carretera federal y en ese entonces en la esquina de Juarez e Hidalgo se encontraban las oficinas de este organismo; muchos camiones, trabajadores venidos de lugares remotos y mucha gente trabajando en oficinas. Incluso llegaron a realizar trabajo comunitario, recuerdo unas clases de dibujo, de las que salieron algunos buenos dibujantes, entre ellos el excelso Urista. Poco a poco el trajín se fue disolviendo hasta llegar a la época actual, en que una que otra camioneta vieja y despintada con los logos desvanecidos, nos recuerda que alguna vez existió. Y pensamos que dicha institución desapareció y la camioneta pertenece a algún particular que simplemente compro los despojos. Tan discreto es el accionar de este organismo que ni siquiera sabemos que sigue en activo, y que debería de estar arreglando brechas y limpiando caminos rurales, trabajo que nunca se ve, porque sencillamente, los titulares han encontrado la forma de hacer evanescentes los recursos, adecuándose a la evolución de los tiempos y los cambios de nombres, pero efectuando esa práctica inmemorial, de quedarse con la tajada del liòn.


Su sagacidad los llevo por lo menos en dos ocasiones, a cometerse auto robo con la nomina de los trabajadores, otras muchas veces utilizaban las veinte huellas digitales de pies y manos para firmar las nominas y rentaban otras más para ajustar el número de trabajadores ficticios (campesinos) que supuestamente no sabían firmar, ahora que el proceso se hace a través de consejos y mesas directivas, utilizan a las empleadas domesticas y su progenie para constituir los organismo comunitarios, responsables de la obra, y mes con mes la chacha les entrega sus sesenta o setenta mil pesos, libres de polvo y paja y con premio de consolación les regalan su celular.


Y es que de muertito es mejor...