Thursday, October 22, 2009

Molinos y Recuerdos







Don Luis Solano puso el primer molino, funcionaba con carbón, allí donde están los Salazar. Ese molino funciono mucho años con carbón y después de fue modernizando con molinos de petróleo, de gasoil y de electricidad. El primer molino lo vendió en Momax, era un molino grande, daba miedo arrimarse al volante. Yo atizaba la caldera desde los nueve años. Por allí por 1940. Yo nací en el año de 1931, y ese molino ya tenia tiempo trabajando. Ya después hubo mas molinos, don Jesús de Santiago puso el suyo.

Yo en ese molino fui trabajador desde chiquillo, la caldera media como tres metros, yo ponía una escalerita para atizarla con carbón. Se trabajaba de seis de la mañana a nueve y de diez a dos de la tarde. En ese entonces no había tortillerías, todo era puro molido. Todas las familia llevaba su maíz a moler. Yo trabaje mucho años con los Solano. El molino estaba en una pieza especial, en la parte de atrás del inmueble, abierto, libre. De la caldera pendía un tubo abajo que iba a dar al motor, a donde iba a dar el gas.

La primer tortilladora la trajo don Antonio Flores, y la puso en la plaza. Durante muchos años trabaje en eso y después me metí a agricultor. Con los motores de gasolina, había que darle cran y en el tiempo del frío hasta sudaba para echarlo andar. Después entraron los motores diesel, bien buenos, y cuando entro la luz se apagaron los motores de combustible. Entonces en el molino habia mucho trabajo, se molía el nixtamal, el maíz, el olote y los granos. Pero entraron los tractores con sus molinos en los ranchos y se acabo buena parte de ese trabajo. Ahorita el fuerte de los molinos que aun quedan son: los maíces secos y allá con Lupe Solano y Rubén se muele todavía el nixtamal. El grano lo utilizan para las engordas y los pinoles. Antes se cobraba a dos centavos la bolita, la gente se imponía a pagar con blanquillos, con moneda de cobre, centavitos, era mucho movimiento en aquellos años en los molinos, ahora que entraron las tortillerías se acabo el oficio de molinero. Hoy se cobra a dos pesos los remolido, y cincuenta centavos lo entero. Ya de nuevo están trayendo sus pinoles, muchos traen su maíz colorado, su garbanzo, arroz, haba y cacao. La gente esta regresando a sus tradiciones, y están regresando a darle vida al molino con sus pinoles que hasta son afrodisíaco y muy energeticos, sino lo seran :

-Hasta eran el fuerte de la alimentacion de los indios.

Yo cuando estaba chiquillo me toco ir a muchos papaques, en aquel entonces se usaban mucho, era su mero fuerte de uno, iba a las colaciones, aventaban puños de colaciones grandototas y andaba uno junte y junte. Tambien se daba uno su enpinolada. Ya después cambio la tradición y se convirtió en venganza, y ya no nos gustaba. Llenaban los blanquillos de harina, de cal. Los rivales llegaban y pontelas y entraban las señoras a desgreñarse, eso ya era feo. Por allí de los años ochenta para acá se acabo eso. Ya no se usa, ya no se oye eso. Era la tradición de los inocentes, se hacían mucho gastos, se llenaban las quilihuonas de maíz, para los pinoles, de cascarones para los enfrentamientos. Eran dos músicas, una de cada partido.

Yo me críe en el barrio de Chihuahua, había muchas naranjeras, aguacateras, lima, cacahuate criollo, perón, durazno, haba, garbanzo, trigo, lechuga, rábano. Todo se fue acabando porque los patrones se fueron acabando y a los medieros no les convenía reponer nada, porque no era de el la huerta. Se secaba un árbol y nunca lo reponían. Se fue acabando todo, y ya no queda casi ninguna huerta como las de antes, ya son puros barbechitos, esta todo pelón. Durante un tiempo se escaseo mucho el agua y la gente que sabia trabajar las huertas se fueron acabando, y no hubo jóvenes interesados en aprender el oficio. La juventud ya no aspira al campo. Entonces se regaba todo a sacrificio, se regaba a bimbalete. Se ponía un palo macizo, arriba colgado en lo alto, y luego una cadena sujetado al extremo del frente y de allí pendía una lata de cuatro hojas, en el extremo de atrás de amarraba una piedra, y una vez que se llenaba el bote se levantaba ayudándose con la piedra. Se echaba el agua al surco y de allí corría hasta la milpa. Yo trabaje mucho con el bimbalete, entonces había muchísima caña.

En aquel entonces el agua entraba hasta el jardín de la plaza, y la represa en el río la hacían donde esta el plan de los de León. Allí estaba la presita que usaban para regar. La quitaron cuando don Refugio Raygoza. La acequia pasaba por allí por con los de León, donde tienen la ferretería, por arriba de la banqueta entraba por el mercadito y salía en el jardín de la iglesia y de allí a la plaza de armas. El río se vino secando hora últimamente que hicieron las presas.

Cuando yo estuve en la escuela, la escuela estuvo donde era el curato, que hoy es el mercado. Tuve como tres o cuatro maestros. Yo llegue hasta el cuarto año. Mi papa trabajaba en el mismo molino que yo, a el le pagaban treinta cinco centavos y a mi me daban un veinte. Cuando yo entre a cuarto año, ese año yo lo salí a gritos y a sombrerazos, yo iba con el hijo de mi padrino, y cuando iba a quinto año, mi papa ya no pudo pagarme los útiles: me pidieron dos libretas de cincuenta centavos, un tintero, mi canutero. La cuenta llegaba a dos pesos, para los treinta y cinco que ganaba mi papá, no podía. Le dije: -No se preocupe ya no estudio. Ya no quise estudiar, no por faltas de ganas. Entonces le dijo mi padrino a mi papa, no compadre si quiere, yo le pago sus gastos a mi ahijado, sirve que se va con mi muchacho, que es re tarugo a cada rato lo mechonean y yo lo defendía. Yo no quise que me pagaran ellos mis gastos. En la actualidad el que no estudia es por que no quiere, ahora los padres con sacrificio les dan estudio, porque hay dinero. Antes solo había dinero con los ricos, con los pobres no había nada mas que pura friega, los tenían con la pata en el pescuezo. Agustín de Ávila, José Ortega.

Era un caciquismo tremendo, los presidentes de echaban la bolita el uno al otro, cuando eran elecciones ya sabían quien iba a ganar, y por eso el pueblo nunca progreso. Ahora el pueblo es el que manda, el pueblo abrió ya los ojos. Antes pasaba el rico y le decía –Buenos días le de Dios. Ahora pura madre, y cuidado con que tu les gruñeras, te preguntaban: -¿Cómo se llama tu papa? Fulano de tal. Y así te iba con tu papá. Eran mas duros los papas, cuidado con que le respondieras a una persona mayor. El clero también estaba muy metido. La vida del jodido estaba dura. A mi me hacia el pelo un señor Cipriano, me decía mi papa, -vaya con don Cipriano a que le haga el pelo del numero uno. A mi no me gustaba porque los grandes me daban bachicha, era un aprovechamiento. Hasta que yo crecí mas y empecé a vender tecitos de quelite en tiempo de aguas, en los mesones, para sacar mis centavitos para estrenar el día diez de la fiesta de San Nicolás. Comprar mi camisita, mi pantaloncito. Los tez de zacate a cinco centavos, vendía tres o cuatro diarios, tenia yo mi entriego.

El ultimo día que no quise hacerme el pelo con don Cipriano, llevaba centavos y fui con otro, me dieron santa mecatiza. Pero ya me hicieron el pelo como yo lo quería y de allí para el real, ya no fui, me amache y me amache. Me libere yo solo. Te mandaban y cuidado y no hicieras nada.

Una de las veces que me mandaron por leña, ya tenia yo como diez años y en mi casa yo fui el único de hombre, entonces yo fui el que cargue la tacha de la leña, me fui por ella y llegue con unos muchachos, los gordiano, allí en Chihuahua, y me dieron unas limas, me las eche al seno y hay voy comiéndolas, pase el río entonces venia don Victoriano y me dijo: -¿De donde vienes muchacho? Yo le conteste: -Voy dizque a la a leña, señor. Y me dice: ¡Ya te robaste mis limas sinvergüenza¡. –oiga señor no son de con usted. No, como que no y que me jinca un cachetadon sin mas ni mas, y enderézate al otro. A los trancazos se me salieron las limas y las lagrimas, y me dijo el viejito. -No que no, mira. –Pero no son de con usted, me las dieron allá atrás. Me volvió a decir -No. Como no. Yo estaba llorando y enojado, me agache y al levantarme le suelto un carajazo al viejito y lo tumbe, lo deje allí tirado, y me fui llorando a la casa. Llegando a la casa me pregunto mi mama y me dice: -Pos que traes hijo. Ya le conté a mi mamá: -No pos que don este me cacheteo por las limas. ¿Quién te las dio? –Los Soriano. A que viejito tan caramba. –No pos esto y esto, y lo deje allí caído ya no supe si se levanto De ratito el viejito fue con mi papa: -Fíjate que tu muchacho ya me andaba matando? Mira, le enseño el bachichon que le había dejado. -¿Cómo pos que te paso? No pos tu muchacho me golpeo. –¿Pos que le hiciste? –No yo no le hice nada. En la tarde regreso de la chamba mi papá. Estaba yo en la pieza, y me habla: -Haber patrón, venga, ya le tengo un pollito. Ya traía la soga doblada. ¿Haber porque usted le falto al respeto a don Victoriano? –No papa, fíjese que esto y esto. Me quiso poner el primer sogazo y corrí yo con mi mama. Ella le dijo, no le pegues, viejo, el no tiene la culpa. A gritos y a sombrerazos me perdono la vida, pero me dijo: -Esta se la voy a pasar, pero otra quien sabe. Le conteste: -Mientras ellos cometan conmigo, yo no me voy a dejar. Se lo digo ahorita. Porque es causa que no hace uno nada y siempre lo friegan. Después encontraba al viejito y me daba risa, porque empezaba: -ta,ta,ta,tata. ¡Sabe que tanto me diría¡ Se acordaba, pero yo me lo ejecute. En aquellos tiempos era muy triste la vida uno de pobre, había veces que puros taquitos de sal, con chilito. En puro calzoncito y tu camisita, a pata raíz y bien fregado. Ahorita en la actualidad que esperanza que tu le pegues a un muchacho. Yo pase la vida en aquellos años muy triste. A nosotros cada ocho días nos daba dos centavos de domingo, veníamos a la plaza los domingos cuando había cañas. Comprábamos dos centavos de cañas vareadas y nos daban un montón, de puntitas y coditos. Comprábamos dos centavos de cacahuates, un litro, una jicamota. En aquel entonces todo de a centavo.

En la actualidad tengo mi parcela, yo anduve en al reforma agraria, yo soy ejidatario desde 1975. Yo soy de septiembre de 1931. Me acuerdo de cuando mataron a Agustín Rivera allá en la Alameda, el juego de ollas era muy mentado cuando don Agustín de Ávila era presidente. La Alameda era muy bonita en ese entonces, cada año se celebraba el juego, se ponían los lozeros de aquí de Soyatitlan, entonces loza de afuera no entraba. Familias enteras se ponían a jugar, así en circulo y comenzaban a aventar las ollitas y a cacharlas a la vuelta y vuelta, el que quebraba ese pagaba. Jugaban también juego de argolla, ponían unos alambres largos y luego unas argollitas metidas allí adentro, corrían a caballo y las ensartaban. Había muchos jueguitos, ponían a un viejo en un cajón grande, con agujeros y luego una mujer, y luego el viejo con un casco y con naranjas agrias calabas tu pulso, si les pegabas a los tres te daban un premio.

Mi papa fue hortelano de don Santiago Alejo allí en Chihuahua, yo conozco eso de las hortalizas, muy bien, sembrarlas, poner almácigos, yo le entiendo mucho. Santiago Alejo era dueño de casi todas las huertas. Flavio Alejo heredo todas las propiedades. Pensó que el dinero no se acababa, anduvo de allá para acá. El fue el primero que trajo un carro convertible, colorado y aquí quemaba llanta, al ultimo se fue a lavar platos a los Ángeles. Derrocho a lo pendejo, en andar de parranda, de vago, en comprar carros, en andar con las artistas de moda, esa fue al realidad. El difunto Santiago andaba con huaraches de vaqueta, y con una gorrita de palmita. Yo conocí a don Santiago de unos sesenta años, era así chaparrito, panzoncito, con pantalón de percherita y huaraches de vaqueta y correas. Me lo encontraba cuando iba la molino y tu lo veías y decías ese viejito se anda muriendo de hambre. Esa gente después de tener tanto dinero queda en la raya, queda en la miseria.

Don Agustín de Ávila tenia su tiendita en donde esta la zapatería, allí en la plaza, y hasta eso ni la tenia surtida, nada mas puro parapeto, vendía maíz, jaboncito, cerillitos. Era millonarisisimo el señor, por eso cuando murió hay andaba al cual mas peleando las herencias, y luego le salían parientes a lo carajo. La señora que tuvo al ultimo rosa Cornejo, nuevita de a tiro. Yo me acuerdo que los llegue a ver juntos en la plaza, yo los vi juntos allí. Ella después de que murió don Agustín se fue a Guadalajara.

Me toco ver muchas cosa, mucho sufrimiento para uno, la mayoría era puro peón, puro trabajador de los patrones. Los ranchos estaban llenos se gente y ahora están vacíos y cayéndose. El campo es el mas caído. El gobierno nomás dice que apoya a los fregados y son puras mentiras, lo que apoyo son a los gatos que tiene del gobierno, son los de los centavos, esa es la verdad. Yo he vivido todo eso, y se que son puros mentirosos, solo es el que es largo, es el que se va grande. Simplemente ahora que estoy yo en el ejido, estos que mangonean el ejido, Miguel Haro, no ha hecho nada. Ya ahorita en la actualidad ya no hay nada. Lo que nosotros nos dieron ya estaba dando desde antes, ya nomás estaban los patrones haciéndose pendejos a base de dinero. El rico estaba poseando el terreno a base de billetes. El PAN ha hecho mucho allí, ya había unos conejotes grandototes. Ibas a la reforma agraria y nunca te decían que no, pero no hacían nada. Yo fui tesorero de la ampliación del ejido del Hepazote tres años, yo se lo que es joda, y yo se que no te agradecen si haces bien, para otro no hiciste bien. Yo por eso ya estoy harto y nomás oigo la política. A veces andaba uno hasta sin comer por andar de pendejo detrás de los políticos en Guadalajara, que te van a hacer, que te van a tornar. Tu crees que yo no voy a saber lo que es política, yo ya nada mas los oigo. Ya esta mejor la cosa en Colotlán.

En la guerra del 45 yo estaba en la escuela, y nos traían al portal a oír el radio, y allí lo oíamos en un billar que era de don José Ortega, que estuvo muchos años donde esta la neveria la michoacana. José Ortega era el que surtía todo el pueblo en aquellos años, el surtía de abarrotes y todo. Después el vendió todo, construyeron el banco y luego siguieron los de León, fue cuando se avionaron mas ellos.

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