Monday, October 26, 2009

Don Simon Navarro: recuerdos


Cuando yo entre como presidente del partido, ya estaban las cosas más o menos normales, y entonces mi hermano agarró el pandero con el sector agrario. El no pudo sobrevivir más con el partido de aquí, porque se habían puesto las cosas tan difíciles con el sector del campo, que el ya no pudo sino el ya dio por adherirse al sector agrario. Como el era muy gastador, lo que le dejo don Ángel en el rancho de la trinidad, le dejo un potrero y se lo acabo, le dejo el ganado y caballos, y también se los acabo. El quedo en cero económicamente, y el muy listo dijo: -¿Pues que estoy haciendo acá?,-si no tengo capital, tierras, ni nada. El se cambio al partido campesino y los lidereo, y luego empezó a liderear al sector agrario y fue su muerte también, porque a consecuencia de eso lo mandaron matar, los del capital. El estaba muy empapado en eso, la ley agraria la conocía la revés y al derecho. El era un peligro para la gente que tenía intereses.

Avelino primero perteneció al partido de la gente de dinero de Colotlán, porque don Ángel Campos, que no tenia familia, adopto a Avelino, que era el mayor de nosotros. El se entendió de vestido, de la escuela. Así que Avelino se crió en un ambiente como de rico, cuando empezó a colear le dio buen caballo, buena silla, buena ropa. Cuando falleció lo heredo a el y a mi papá. Hizo como seis o siete partes de lo que tenia, a las tres hermanas de don Ramón y de don Rafael, a su propia hermana, Jesusita, mi papá y Avelino. A los sobrino hombres no les dio nada. Mi papa duro veinte años trabajando con el. Cuando estaba don Ángel nuevo, iban a la sierra y hacían un mes para ir a comprar ganado. En ese tiempo había pocos huicholes que hablaran español, y se agarraban un guía huichol que les sirviera de interprete y los llevara a los ranchos a comprar ganado. La Casa de la Guerrero, enfrente de con mi hermano el güero, esa era la casa de don Ángel Campos, le dejo la mitad de la casa a Avelino y la otra mitad a al hermana. La partieron y a mi hermana le toco por la Juárez, el le vendió a don Lauro Martínez, el hizo un cine mudo allí. Mi hermano como estaba acostumbrado a gastar, era un apersona muy alegre, le gustaba la música, le gustaba tomar, pero no le gustaba pelear, no buscaba pleito. Nunca andaba buscando pleito, y era muy valiente de buenos nervios. En la cantina les seguía la corriente a los borrachos. Cuando no tenia dinero, no se paraba en la cantina, no le gustaba que le dieran, o ir esperanzado a que el dieran. El fue como hijo de rico. Cuando lo heredaron que murió don Ángel, comenzó a vender una cosa y otra y otra, hasta que se quedo sin nada. Entonces se fue a Guadalajara a trabajar allá. Pero pues no estaba acostumbrado, no se amaino a trabajar y se regreso de vuelta. Fue entonces que ingreso al grupo de los ejidatarios y al rato ya era comisariado. No tuvo escuela, pero era muy listo y muy amigable. En un rodeo que hubo en el Hepazote fuimos los dos, apenas había pasado la guerra cristera, yo tendría unos doce años y ya anduvieron coleando allí y el comisariado del ejido Colotlán vivía allá, se llamaba Manuel de León y ya se hicieron amigos, y le dijo don Manuel: -Avelino no te gustaría entrar a nuestro grupo. Ya para entonces no tenia nada, y le contesto: -Lo voy a pensar.

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