Monday, October 26, 2009

Don Simon Navarro: recuerdos






El primer reparto de tierras al ejido Colotlán, nos lo dieron por allí por 1925, nos dotaron de tierras por los Bajíos: en el Zapote, el Hepazote, Casallante, Saucillo de Pérez, los Bajíos, que eran en buena parte de don Agustín. En el año de 1950, el presidente Ruiz Cortinez nos dio una ampliación, en esta segunda fue cuando nos repartieron las tierras de don Agustín de Ávila del Cerrito de la Cruz. A mi me toco al otro lado del río. Mi hermano Avelino fue el que lucho eso, el era muy apegado a la causa, fue el quien solicitó la ampliación para la comunidad de Colotlán, en ese tiempo era presidente municipal, don Agustín de Ávila, por lo que hubo muchas trabas para conseguir los datos y documentos que les pedían de México. Avelino no se como le hacía, pero todo les llevaba, los testigos de que don Agustín era muy rico, que tenía muchas propiedades en el estado de Zacatecas. En la comisión agraria lo traían a puras vueltas:

-Venga la semana próxima, regrese el lunes. Imagínese y sin fondos.

El de plano decidió mejor instalarse en México, consiguió un puesto en una colonia de ejidatarios y allí instaló su despacho. El venía a Colotlán y se llevaba chorizo, adobada, carne seca, queso y lo vendía en su negocio. Ya después se le hacía mejor el negocio que andar litigando. Avelino se sostuvo allá con su negocio, así que si lo citaban dos o tres veces por semana en la agraria, allí estaba el puntual. Así les arrimo todos los datos que ocupaban. Avelino, cuando nació Chon se hizo compadre un periodista de nombre Salvador Camelo. Este compadre una vez le dijo: Mira compadre para que nos hacemos pendejos, todos sabemos que para todo se ocupa dinero. Anda a tu tierra y colecta dinero para hacerle un desayuno al presidente, para que nos ayude. Se vino para Colotlán y citó a una asamblea, en donde les planteó la cuestión y cotizó a todos. El periodista de confianza del presidente, arreglo el desayuno y se sentó junto al presidente y después Avelino. Cuando Camelo consideró oportuno abordó la cuestión y le dijo a Ruiz Cortinez:

-Sr. presidente a propósito de lo que estamos platicando es de que el departamento agrario es una cueva de ladrones, el presidente le pregunto que porque decía eso. –entonces le presento a mi hermano Avelino y le dijo.

–Mire aquí el compañero Avelino, tiene tantos años peleando, ya les trajo los datos que le pidieron y nada más lo están robando con dinero, cada vez que viene con sacrificio, le piden y le piden, sin que se llegue el día de que les repartan las tierras. El presidente agarró el lapicero y le hizo una notita al responsable del departamento agrario.

–Atiende al Sr. Navarro lo más pronto posible. Ya después de eso andaban hasta detrás de el, iban al despacho y le decían:

–Oye Avelino pues cuando nos vamos. Ya Avelino les fijo una fecha. Antes de venirse su compadre Salvador Camelo le dijo:

-Mira, yo me puse en este plan porque yo se que tu no eres un pendejo. No vayas a dejar que hable don Agustín con el ingeniero, porque si habla con el has de cuenta tu que ya no hubo nada. Nada más le da su untada, y el ingeniero va a decir que no hay meritos para el reparto. Me cuidas al ingeniero has de cuenta que es un señorita, no lo dejes hablar con nadie y mucho menos a solas. Antes de que llegaran de México don Agustín iba a cada rato a preguntar si no había llegado el ingeniero fulano, de allá le soplaron que estaba por llegar. El primer día se lo escondieron y al día siguiente Avelino mando llamar a todos sus ejidatario y desde temprano los estaban esperando en la esquina y ya se fueron para acá para arriba donde estaba el terreno. Cuando llegó don Agustín ya andaban repartiendo la tierra, y hablo el ingeniero con él, y le pidió que firmara de conformidad, pues ya andaban repartiendo la tierra. Si no firmaba era la misma ya estaba todo echo. Don Agustín firmó y se acabo el pleito. Avelino se fue a México a pelear por la tierra y finalmente le gano el pleito a don Agustín que era un hombre muy rico y en ese tiempo el presidente municipal. Cuando murió don Agustín, la herencia se volvió nada en pleitos, siquiera de esa forma les alcanzo un pedazo de tierra a los campesinos. Se beneficiaron veinte ejidatarios con parcelas de 3 hectáreas. Al otro lado del río nos acomodamos mi hermano Avelino y yo.

Mi hermano agarro tan a pecho la causa, que defendía a todos los ejidatarios de toda la región, tenia amigos por todo la zona norte. Tenia de amigos incluso una comunidad de tepehuanos. A todos les ayudaba con sus problemas, y los tomaba como propios. Iba a México a Guadalajara y a donde se ocupara a realizar trámites y solicitudes. Al ultimo le tenia que salir con dinero, todo el tiempo le ponía yo contaba Avelino . El era muy derecho, don Agustín le mando ofrecer dinero y no le acepto nada, hacia por ayudar a la gente. Cuando empezó el pleito tenía un hijo, y cuando gano ya tenía cuatro.

Avelino movía a todas la comunidades de la región, los citaba a mítines, iban a comisiones a Guadalajara, don Santiago Márquez tuvo problemas aquí en la de San Juan de Potreros, total de que tenia cita en el juzgado, el juez en ese tiempo era Bernardo Martínez, que tenia muchos años aquí, su lema era atender al rico con todas las atenciones y al pobre con la punta del pie. Le dijo don Santiago a Avelino:

-Fíjate que me citaron al juzgado, y ya ves como es recio el licenciado Martínez con la gente de abajo. Le contesto Avelino: -Yo voy contigo.

Llegaron al juzgado y el Lic. Le llamo la atención a Avelino: -Oye Avelino tu no tienes vela en este entierro. Y Avelino le contesto: -Efectivamente licenciado, en realidad yo no tengo. Nada más que aquí el compañero me invito a acompañarlo, porque usted nada mas llega una persona de categoría y usted se deshace en atenderlos, pero llega un pobre y los asusta y hasta les grita, yo nada mas vine a eso vine, a hacerle notar que usted trata muy mal a la gente de abajo.

El licenciado le contesto: -No Avelino, que esperanzas,¿en que les puedo servirles?
Después me platicaba don Santiago, que el nada mas temblaba, pensando de aquí nos mandan a la cárcel.

Avelino utilizaba su valor en la causa, entrega que le costo la vida, el nunca dio su brazo a torcer, no se vendió, les ayudo y gracias a el esta la comunidad esa.

Después que falto Avelino: Pancho Gandara, Emilio Díaz, José Mota del Hepazote, Cruz Díaz, Miguel Haro, fueron algunos de los comisariados que retomaron el liderazgo

En otra de las ampliaciones, la que fue del Ochotal, que pertenecía a Zenaido Álvarez. Mi hermano Avelino era el presidente del ejido, entonces ya el no admitió a los otros que se adhirieron al grupo. Les dijo:

-Ustedes pidieron, ustedes peleen solos. Porque al aceptarlos a ellos en la comunidad, tenían que ayudarlos a ellos con los gastos. Y les dijo:

-No hay ustedes arréglense solos y si ganan bueno. Si les toco, si le quitaron don –Zenaido el Ochotal, eran unas doscientas hectáreas. Están allí los Huerta y los Ríos, los talabarteros. Ya que ganaron se juntaron al ejido Colotlán.

El vivía al otro lado del río y ya le habían quitado a don Agustín de Ávila, fue por el año de 1968, había un puente colgante de tablas hacia donde esta el rastro. Eran las aguas, y estaba el río grande y el no pasaba por otro lado, más de por el puente. Era persona respetuosa, era persona de valor y siempre andaba armado. Lo esperaron al otro lado del río detrás de un lienzo, y con pistola 45, lo balacearon, ya cuándo ya había bajado del puente. No murió luego, no más lo tumbaron, le dieron un soslayon por aquí que no fue de peligro y en una pierna el otro, pero si lo tumbaron. Vinieron avisarnos del otro lado del río, que estaba herido, y ya nos fuimos con el Dr. Leyva y nos lo llevamos, lo vendo para que no se desangrara y nos lo trajimos. Lo pasamos el río en una camilla y lo llevamos Zacatecas. Lo alcanzaron a operar, y después murió. El general Anacleto López fue el que intervino para la muerte de él; López defendía los intereses del capital, el se entendía con toda la zona. Le fueron y le contaron el chisme que Avelino había expedido un periódico en el que lo acusaba de haber robado ganado durante la revolución; iba para abajo con un piquete de soldados y se regresaba con una redada de ganado, cien reses o más. “Ustedes son cristeros , verdad y arriaba con el ganado.” Le enseñaron un periódico que ellos mismos habían echo a propósito, le dijeron que ya no hallaban que hacer con Avelino:

- “Si a don Agustín de Ávila que era el presidente, ya les quito, imagínense lo que era con nosotros”

–No se apuren, yo les mando quien, y ustedes nada más les dicen donde vive y donde pasa y ya.”.

A mi hermano lo pusieron en ese plan, y el viejo con el poder, y luego así como era de asesino y de matón. Se puso de acuerdo con algunas personas adoloridas de aquí. Si supieron hacerla bien. Entonces ya, el mando los soldados y aquí hubo quien los dirigiera. Además a Avelino siempre se desvelaba, le gustaba tomar por ahí, y se iba a su casa a deshoras. Esa vez fue por allí como a las ocho de la noche. Dos de su hijos estaban estudiando, Chon y Miguel Ángel estaban ya en la preparatoria. Avelino tuvo mucha influencia en México, hubo un diputado federal, por influencia de él le consiguió la beca a Chon y estaba estudiando. Cuando mataron a mi hermano ya se vino Chon a hacerse cargo de la familia, ya no quiso regresarse a estudiar. El era el más grande de veinte o veintidós años. No le quedo otra más de trabajar en el campo.

Entre los amigos de Avelino, se encontraba Luis Alfonso Aldana, hijo de la primer familia de don Francisco Aldana, padre también del pille. Tenia como amigo a Nacho Moreno, papa de Benjamín Moreno, y esposo de Conchita de León, hermana de don Carlos de León. Ellos son dueños de un lote en Lomas de la Cruz, que le vendió don Agustín a don Nacho antes de que le afectaran los ejidatarios.

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