Don Simon Navarro: recuerdos
Fui jefe de la Defensa Rural de Colotlán, se trataba de ayudar al gobierno cuando se trataba de una aprehensión, de alguna cosa de esas. La integraban 12 personas, entre ellas me acuerdo de Jesús Campos, Bernardino Gaeta, Amadito de León y el papá de Armando Gaeta, todos éramos ejidatarios los integrantes de la defensa rural. Yo llegue ir a Huitzila, donde había fábricas clandestinas que hacían vino con el teniente Coronel Valle Molina. Esto fue entre 1945 y 1950. En una ocasión una hija de don Nacho de León se fue con un viejo, se la llevo acá por el alto. Anduvimos por los ranchos buscándolos y no los encontramos. Una vez Jesús Campos, el charro, que también pertenecía a la defensa, y fuimos a una aprehensión y llegamos a una casa donde supuestamente estaba la persona que andábamos buscando y le dije a Jesús : -ándale bájate a tocar la puerta. Y me dijo –¡Oye y si me matan¡ y le dije –No pues lo luego lo matamos nosotros. Ya cuando no quiso el me baje yo y toque a la puerta, protegiéndome con la pared. Salió una mujer, y le explicamos la situación y nos dijo que no estaba esa persona, que pasáramos a revisar. Cateamos la casa y no encontramos nada. Ya de regreso Jesús Campos le dijo a Amadito de León, que también pertenecía a la defensa, era ejidatario y tenía su parcela en el cerrito de la Cruz. Jesús le dijo a Amadito. –Oye Amadito. ¡No la friegues, fíjate que ya no quiero andar en esto. Fíjate que me puse mal del corazón con estos sustos. Te doy dos fanegas de maíz porque le digas al coronel que estoy enfermo del corazón. Cuando rendimos el reporte, Amadito le dijo al coronel: -Sabe Coronel que uno de los hombres se nos puso enfermo allá en el alto, y el me dijo que le haga el favor de darle su baja. Y el Coronel le contesto: –que enfermo del corazón no que ocho cuartos, es el miedo que tienen de andar en el peligro. No, no se la doy.
Amadito le insistió, con el interés de ganarse el maíz –No jefe, no se obligue, es cierto que se nos puso mal allá, se nos desmayato un rato. Finalmente el coronel accedió a darle su liberación y dijo. -Bueno, pues, traigan el rifle y escojan a otro para que cubra su lugar. Después le hacíamos la burla a Amadito: -fregaste a Jesús con el maíz, le dijiste al coronel que se nos había desmayado.
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