Monday, February 22, 2010

EL VIAJE

Cuando a traves de la ventanilla de autobus, vemos desfilar el paisaje y los lugares de nuestro terruno, un nudo en la garganta nos detiene la respiracion y nos apachurra el alma. Son miles de kilometros que habremos de recorrer sumidos en la anoranza y en la incertidumbre. Un recuento de los acontecimientos mas relevantes de nuestras vidas se impone como la manera de ir llenando la horas, al trancurso de las cuales, estaremos mas y mas lejos de todo aquello que le da una razon de ser a nuestra existencia. El viaje es siempre una experiencia traumatica, es al igual que nuestro nacimiento, arrancarnos de golpe del seno materno, de la calidez y el univesrso que nos abriga y nos protege. Irnos de nuestra tierra es, en cierta manera, transplantar una semilla que no pudo echar raices ni generar fruto en su propia tierra, y sin embargo, el partir se vuelve tan doloroso que solo apoyados en una fe inmensa podemos desafiar cualquier prueba de la vida. Es este dolor y esta gran esperanza, que hace de nosotros, los migrantes, seres divididos entre lo que amamos y lo que necesitamos, y en medio, solo la determinacion de salir adelante a cualquier precio por el bienestar de nuestras familias.
La vida en nuestras comunidades prosigue su marcha, si acaso solo algunas personas, (las mas cercanas), se dan cuenta de que no estas, solo tu familia te siente como un hueco inmenso que no se llenara con nada. Las campanas seguiran llamando como invitacion a misa, o para despedir a quienes ya han terminado su ciclo en esta vida, pero todo sigue su marcha, aun si tu lugar te espera llegara el dia que no lo hara mas, simplemente porque no habra quien te recuerde. Pero no todo es tristeza y anoranza, tambien hay una parte que nos debe llenar de esperanza, nuestra cultura y su colorido,que se hara un lugar poco a poco en estos nuevos paisajes porque los migrantes tenemos mucho que dar: nuestra sensibilidad para entender que la comida aparte de ser un placer rico en olores, colores, sabores y texturas es el momento en el que nuestras madre nos cobijan, es la mesa el lugar se reunion y comunion, la pequena fiesta cotidiana que espera tener como invitados a todos los integrantes de la familia, y es alli, en derredor de la mesa, donde la charla florece, y los recuerdos de nuestro pais se avivan y atesoran.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Era extremadamente doloroso tener que salir de colo y aun peor cuando era domingo alas nueve de la noche. Creo que sali cuando aun pude haber estado ahi mas y lo mejor o lo peor es que ya no extrano tanto.

23 February, 2010 22:04  
Anonymous Anonymous said...

Lo más raro es que puedes extrañar ese Colotlán aún sin salir de él.

26 February, 2010 16:45  

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