Predicción

Testigos de estos tiempos, los migrantes somos seres cautivos entre dos mundos, miramos hacia el sur y las resonancias de lo que acontece en nuestro país se funden con lo que vivimos de este lado. Las recesiones revelan a una sociedad en retirada. El migrante tiene la opción de desplazarse hacia donde esté mejor, o en este caso a donde este menos peor, y es una de las apuestas que los sectores más conservadores de nuestra sociedad hacen, es decir, celebran el hecho de que espacios laborales antes productivos y pujantes se encuentren desiertos y además promueven los privilegios escalafonarios de los nacidos aquí. El miedo nos hace pensar cosas inverosímiles y absurdas, sin embargo el repliegue de nuestros connacionales de los diferentes sectores de la economía norteamericana no es sino un signo lamentable de que no solo empleo y riqueza se están desvaneciendo, también está desapareciendo la voluntad de convivir que caracteriza a los pueblos civilizados. La barbarie sienta sus reales, los miedos primigenios se hacen presentes. La lucha por la sobrevivencia se vuelve encarnizada. Sin embargo lanzo la moneda al viento y declaro que es solo cuestión de tiempo y doy tres meses para que los signos de la recuperación se empiecen a hacer presentes y con ellos la renovación de la fe y el optimismo que no debe nunca de abandonarnos.